Por la autopista
Cuando salimos a la carretera le pedi a mi novia que se recostara en el asiento del carro para manosearla mejor y levantarle el vestido por completo.
Hola, deseo mandar un relato basado en una experiencia que tuve hace algunos años con una novia con la que finalmente no me casé, pero me quedaron algunos recuerdos eróticos interesantes que deseo compartir.
Si acaso la historia te resulta interesante podrías publicarla en el la pagina web solo deseo pedirte permanecer anónimo de manera que si la atribuyes como tuya realmente no me importaría. Lo único que te agradecería es que me hicieras saber cuando se publica para leerla en la página.
Estos sucesos sucedieron en diferentes momentos pero para efectos del relato los escribo como si hubieran ocurrido en un mismo día.
Mi novia de entonces era de baja estatura pero lo superaba con el resto de sus atractivos, piel morena clara ojos muy bellos con unas cejas pobladas que verdaderamente resaltaban su rostro, nariz delgada, sus pechos eran medianos pero muy ricos y sus piernas muy bien torneadas, con rodillas redondas muslos y pantorrillas que estimulaban la imaginación, todo esto rematado por unas bellas nalgas redondas y carnosas, paraditas como a mi siempre me han gustado.
En el aspecto sexual nos entendíamos muy bien nos gustaba complacernos mutuamente, de manera que ella sabía que me encantaba que usara pantimedias transparentes o blancas con minivestidos de vuelo o faldas cortas de línea "A" y como remate que se pusiera tangas o bikinis breves.
Aquel domingo yo tenía que salir a la ciudad de Cuautla que se ubica a 200 kms. De la ciudad de México para revisar una casa cuyo dueño pretendía venderla.
Salimos por la mañana y ella me comentó que tenía que aplicarse una inyección que era la última de un tratamiento y no podía pasarla por alto, de manera que quedamos en buscar por la zona alguna farmacia donde aplicaran pudieran aplicársela .
Para ese día le pedí que usara pantimedias blancas muy delgadas y transparentes y como quería manosearla una vez que estuviéramos en la autopista le pedí usara un minivestido delgado con las pantaletas por encima de las pantimedias, de esa manera cuando la estuviera acariciando pudiera bajarlas y subirlas con comodidad.
Por esos días ya me había dado cuenta que me excitaba el hecho de que otros hombres la vieran y se excitaran con sus nalgas y piernas.
El vestido que eligió para ese domingo fue uno color rosa con motivos blancos, que hacían juego con sus zapatos de tacón y por dentro un pequeño bikini también rosa.
Una vez que tomamos la autopista al salir de la ciudad le pedí que se recostara reclinando el asiento y se girara de espaldas a mí, con las piernas ligeramente cruzadas para empezar a manosearla.
Mi mano derecha subía por sus muslos poco a poco llegando mas arriba cada vez, aproveché que la autopista estaba poco transitada y podía circular a baja velocidad para poner un "ojo al gato y otro al garabato"
Sentía como ella se excitaba cada vez que mis dedos rozaban el principio de sus nalgas de manera que por fin me decidí a levantarle el vestido por completo descubriendo ahora si todas las piernotas y nalgas, con mis dedos mas largos comencé a bajar lentamente las pantaletas, ella únicamente levantó las caderas para que el bikini pudiera bajar hasta el principio de las nalgas.
Por momentos me limitaba a verla, por otros continuaba con el manoseo. Si en el camino tenia que rebasar algún autobús de pasajeros únicamente bajaba el vestido hasta cubrirla sin subirle las pantaletitas. (Me gusta que la vean pero una persona a la vez)
En una vuelta del camino me encontré con un camión de redilas que circulaba con lentitud, desde atrás pude ver que tenia a uno de los cargadores viajando encima de su mercancía con la mirada fija hacia el extremo izquierdo de la carretera, me pareció que lucía triste o quizá cansado después de todo viajar en el compartimiento de carga no es muy cómodo que digamos, fue entonces que decidí animarlo un poco y comencé a rebasar al camión por la izquierda pero esta vez sin arreglarle el vestido, ni las pantaletas a mi novia, justo en ese momento iniciaba una cuesta arriba de manera que el rebase lo realicé con lentitud, cuando me puse al costado del camión el peón pudo observar a mi chica recostada y con las nalgotas descubiertas y las pantaletas enrolladas abajo, alcancé a ver como se movía acomodándose en el camión para poder ver mejor al interior del carro, me imagino que no se la podía creer, por mi parte yo miraba por el retrovisor de la derecha simulando que no me daba cuenta que el trabajador se encontraba en ese punto del camión y pensara que la exhibición era voluntaria.
Cuando llegó el momento de pasar por la cabina del conductor le bajé el vestido para que no la viera pues no me gustaría que se distrajera de más y se saliera del camino. (Eso de perder la cabeza por unas nalgas no siempre es bueno) los rebasé sin mayor problema dejando al peón atrás y con ganas de ver más.
Para desgracia del observador el camión era muy lento así que ya no pudo alcanzarnos mas adelante. (Ni modo de esto no hay todos los días)
Avanzamos por el resto del camino hasta llegar a la última caseta de cobro antes de entrar en la ciudad, para eso las pantaletas rosas ya las tenía hasta las rodillas. Le comenté que nos acercábamos a la mencionada caseta por si quería levantar el asiento me dijo que iba cómoda y no lo quiso levantar solo se volteó boca arriba pero a mi no me dio tiempo de subirle las pantaletas a su lugar solo bajé una vez mas el vestido. Pero éste no alcanzaba a cubrirle las pantys.
Cuando pasé la caseta y di mi pago al encargado, este haciendo los movimientos rutinarios de siempre apenas pudo ver al interior del carro y fue cuando se dio cuenta que mi novia llevaba las ¡PANTALETAS HASTA LAS RODILLAS! Me seguí de largo pensando, si le vio las pantaletas pues que se imagine como estará lo demás, yo supongo también que no sería la primera vez que observa algo así, no creo que sea el único caliente que manosea a su chica en un auto en movimiento.
Entramos por fin a la ciudad mi chica enderezó el asiento y cuando se disponía a subirse el bikini le dije que no lo hiciera al contrario que se lo quitara por completo, yo lo guardaría porque me excitaba muchísimo saber que debajo del minivestido sus nalgotas estaban prácticamente al descubierto lo mismo que su pubis.
Por fortuna accedió y me las guardé en la bolsa del pantalón
Antes de llegar le levanté una vez más el vestido por la parte de atrás
Sentir sus nalgas sin pantaletas con la textura del nylon de las pantimedias era para mí una sensación excitante que de verdad disfrutaba, hacia varios minutos que tenia una erección tremenda. La acaricié también por el frente sintiendo los labios de la vagina suaves y húmedos ella solo se movía excitada emitiendo unos murmullos de placer.
Para que cuando enderezó el asiento el vestido quedo arriba entre su espalda y el asiento.
Encontré por fin la dirección que buscaba, una casa a cargo de un vigilante quien la cuidaba por estar deshabitada.
Me bajé del auto para tocar la puerta, de inmediato el vigilante se asomó ya sabia que iba a llegar así que me preguntó si quería meter el carro en la cochera lo que me pareció buena idea entré de nuevo al carro mientras observaba a mi novia arreglarse un arete de la oreja izquierda, en ese momento la esfera pequeña con la que se sujeta se le botó, cayendo hacia la parte de atrás de mi asiento, ella se giro y agachó para buscarlo justo en el momento en que el vigilante abría el zaguán para que entráramos, dejando las nalgotas al descubierto la ventanilla de su lado estaba abierta y cuando pasamos junto al vigilante (un mozalbete como de 18 años de edad) la vio a escasos centímetros de el, entonces como un reflejo condicionado retrocedió a la misma velocidad que yo entraba con el carro, disfrutando de esas redondas nalgas que por lo inclinadas que estaban dejaban ver parte de sus vellos pubicos a través del refuerzo de la pantimedia, además como ella metía la mano por debajo de mi asiento para alcanzar el arete, el culo se movía lateralmente con unos movimientos muy sexuales en un momento dado se inclinó de tal manera que parecía querer sacar las nalgas por la ventanilla, el vigilante se quedó observando hasta el último momento en que ella giró para volver a su lugar, el dio media vuelta y se retiro antes de que ella se diera cuenta que la observaba.
Ella me comentó pensé que iba a perder el arete- ¡si verdad! que bueno que lo encontraste le respondí-
Ahí estaba ella como si nada, ni cuenta se dio que acababa de enseñarle todo el nalgatorio al vigilante.
Nos bajamos los dos del automóvil y yo empecé a recorrer la casa mientras mi chica observaba los jardines de forma distraída. Subí a la planta alta y fue cuando ella me buscó, le grite que estaba arriba y en seguida empezó a subir por las escaleras que eran de forma helicoidal metálicas, estas escaleras suben de manera casi vertical pues no tienen pendiente, desde abajo observé como el muchacho se acercaba al principio de las escaleras, mientras ella subía, sabedor que ella, estaba sin pantaletas y seguro iba a contemplar nuevamente en toda su magnitud tanto sus bien torneadas piernas, como unas nalgas por demás apetecibles.
Los escalones eran de rejilla metálica de manera que mi novia tuvo que subir despacio para que no se atorara la punta de su tacón en alguno de los espacios de la rejilla, al llegar al último escalón pasó lo que temía se incrustó el tacón en la escalera provocando que ella se fuera de bruces hacia donde yo estaba.
El vigilante había empezado a subir también las escaleras para verla mas de cerca y en ese momento ella se agachó de tal manera que nuevamente se le vieron sus nalgotas esta vez por completo, por si había alguna duda de que el mozalbete no había gozado visualmente aquellas redondeces con ese agachón ya se habían despejado todas.
Me acerqué para ayudarla a levantarse mientras el muchacho safaba el zapato del escalón, todo estaba en orden ahora.
Ya en los pisos superiores se escucharon unos sonidos muy peculiares provenientes de una habitación la cuál se encontraba en desorden debido a que su dueño iba a mudarse próximamente, tenia algunas cajas y muebles en el suelo, nos acercamos a una mesa donde el vigilante tenía unos cachorros de perro de pocos días de nacidos.
Mi chica se acercó con ternura para cargarlos sin percatarse que debajo de la mesa había un espejo reclinado y al acercarse ahí se veía con claridad por debajo de su falda, recuerden que traía pantimedias blancas sin pantaletas y se refleja muy bien la luz con ese color. A diferencia de cuando subió las escaleras esta vez se podía ver su pubis con los vellos ligeramente sujetos por la pantimedia, el monte de Venus se alzaba de una manera muy rica el refuerzo de la pantimedia se metía entre sus labios vaginales de una forma que se antojaba ser uno quien estuviera en la antesala del cielo.
Levantó por lo alto a uno de los cachorros provocando con esto que el minivestido se levantara aún mas dejando una visión de su sexo a todas luces riquísima.
Ahí estábamos el vigilante y yo mirando hacia abajo y mi novia mirando hacia arriba. De pronto ella se agachó para bajar al perro hasta el suelo poniéndose en cuclillas y abriendo las piernas justo frente al espejo, fue entonces que pudimos ver sus labios vaginales con mayor claridad pues hasta esa porción de piel que sale de entre la vagina se alcanzaba a apreciar. En este instante ella se percató del espejo cerro las piernas y se levantó con gran discreción como si nada hubiera sucedido.
Ella se retiro de la mesa llevando al perro en su regazo
Yo por momentos fingía no darme cuenta pues no quería parecer que la estaba ofreciendo a aquel mozalbete, me excita el voyerismo pero no iba a permitir que la tocara con nada que no fuera su propia imaginación.
En algunas ocasiones observaba que mi novia se daba cuenta cuando algún otro hombre miraba su cuerpo con deseo y no parecía que le gustara, simplemente no le importaba, como algunas mujeres europeas que se arreglan con naturalidad y nos deleitan con su figura sin importar hasta donde les veamos y que sensaciones nos provoquen.
Llegó el momento de partir de ahí, mi chica le entregó el perro al vigilante dejándolo con las ganas de regresar hacia el espejo, bajamos al auto y apenas entramos me dijo- ahora si dame mis pantaletas-
Claro le contesté- las tengo en el bolsillo de mi pantalón puedes tomarlas, ella metió su mano derecha mientras yo retrocedía el automóvil para salirnos de la cochera, fue entonces cuando ella sintió que tenia tremenda erección y me empezó a acariciar el pene entre el bolsillo del pantalón preguntándome que me había excitado de esa forma, recuerda le dije- que el saber que estas semidesnuda por debajo de tu minivestido verdaderamente altera mis sentidos.
Con cierta excitación ella continuó apretando mi pene con sus dedos sin importarle que el muchacho estuviera por ahí y se diera cuenta de sus jugueteos con mi sexo.
Nos alejamos del lugar para recorrer brevemente el poblado, se colocó las bragas nuevamente en su sitio debido a que empezaba a sentirse húmeda.
En la distancia vimos un mercado callejero al cual por ser domingo mucha gente de las localidades cercanas confluían para vender sus productos. Decidimos bajar para curiosear un poco, conforme avanzábamos por entre la gente los pasillos se apretujaban cada vez mas, apenas podíamos observar la mercancía por lo atestado de los corredores, con este pretexto yo me acerque por la espalda de mi novia apretando mi pene contra sus nalgas, de las cuales sentía como su abertura embonaba perfectamente entre mi sexo. Cuando nos deteníamos por momentos por el avance de la gente ella aprovechaba para restregar aún mas su culito en mi pene con movimientos circulares que me ponían a temblar de la excitación, en cierto momento ella hizo su mano hacia atrás como pretendiendo tomar la mía pero aprovechando la cercanía me apretó el glande tan rico que por poco y emito algún sonido que me hubiera delatado. Ella se sonrío con picardía y continuamos caminando bien apretujados por los corredores, hasta llegar a un punto donde no había paso hacia delante, solo puestos en los lados de manera que para regresar tuvimos que invertir la posición y ahora ella caminaba pegada a mis espaldas.
Anduvimos así algunos metros hasta que mi novia empezó a sentir por detrás que algún ladino le venia toqueteando las nalgas, cuando ella trataba de mirar hacia atrás para protestar en seguida le quitaba la mano, pero apenas avanzaba un poco más y regresaba sus dedos hacia la parte mas carnosa de las nalgas, ella solo podía ver de reojo que era un tipo moreno y gordo que fingía mirar hacia los puestos como si nada estuviera pasando.
Me pidió que apretáramos el paso para salir de ahí algo que no era tan fácil de manera que caminamos con lentitud, el tipo mas animado empezó a meter la mano por debajo del minivestido hasta sentir las nalgotas y el bikini en directo, si mi novia le gritaba o decía algo con fuerza todos se darían cuenta y eso nos parecía más embarazoso de manera que seguimos caminando algunos metros más mientras sentía como el tipo había girado su mano a manera de cuchara para tocar la mayor parte de las nalgas y metiendo los dedos hasta el culito. Casi al final del pasillo ella pudo bajar su mano y enterrar sus uñas en las manos de el muy a tiempo pues este empezaba a bajarle las pantaletas.
Cuando por fin salimos del atolladero el moreno puso pies en polvorosa y fue cuando vimos que acompañaba a una señora gorda (probablemente su mujer) más fea que un carro por debajo y pensamos que con esa garra de hembra como no se le iba antojar toquetear tan buenas nalguitas.
Mi chica me dijo vamonos de aquí antes que pase otra cosa, que la gente aquí es muy caliente.
Caminó con cierta incomodidad debido a que las bragas le quedaron a la mitad de las nalgas, hasta que llegamos al carro se las acomodó nuevamente.
Estábamos a punto de salir del pueblo cuando se acordó que tenia que buscar donde le aplicaran la inyección de su tratamiento, nos pusimos a preguntar en que farmacia se aplicaban inyecciones hasta que encontramos una muy pequeña al final del pueblo, mi novia le preguntó a la encargada si se la podían aplicar y le contestó que sí. Le dijo también si ella traía su propia jeringa o ellos le vendían una, a lo que respondimos que con jeringa nueva que ellos mismos nos vendieran.
La encargada le llamó a un muchacho hasta el fondo del local, -¡Paco te llaman!- que le pongas una inyección a la señorita- Mi chica titubeó por un momento al ver que era un hombre quién se la iba a aplicar pero al ver que era joven, no feo y con ojos color de miel a diferencia del macuarro que la manoseó en el mercado, estuvo de acuerdo solo le pidió que yo entrara con ella porque no lo haría sola.
Pasamos hasta un privadito al fondo y el muchacho le indico a mi chica que se acostara en un camastro elevado que tenia en un rincón, al cuál cubría una pequeña cortina muy corta que no tapaba mucho la cama del resto del consultorio.
Ella se empezó a subir sobre un escalón al frente del camastro y observándome a mí en un extremo decidió ponerme a temblar de nuevo con el espectáculo de sus nalgas y piernas, el joven se encontraba al otro extremo de la cortina preparando la jeringa pero lo que ella no se percató es que a través del espejo el la podía ver también con claridad.
Se coloco a gatas y empezó a subirse el vestido poco a poco mientras se descubrían sus enormes y carnosas nalgotas llegando a un punto en el que empezó a deslizar las pantaletas hasta llegar a la mitad de sus muslos acto seguido se inclino hacia abajo dejando el culo en alto, justo en ese punto el enfermero no se aguantó el nerviosismo y sin querer tiro la jeringa al suelo, ahí se dio cuenta ella que el también la observaba de manera que se acostó en calma y se puso a esperar que la inyectaran. Pero no se arreglo el vestido este se quedó arriba mostrando el nalgatorio a todo lo que daba.
El muchacho se disculpó y dijo que en un momento traía otra jeringa que lo esperásemos y salio del consultorio.
Aprovechando que estábamos solos, yo que ya estaba muy caliente me acerque hasta ella y le dije que la ayudaba a estar lista para el "piquete" así que le bajé las pantimedias hasta debajo de las nalgas y sin aguantarme más le metí mi dedo por su vagina empezando a acariciar su interior mientras ella se meneaba disfrutándolo me agache para besarle las nalgas y con mi lengua recorrer sus redondeces, alcanzó a voltearse boca arriba para que yo pudiera besarle la vagina y con mi lengua estimularla hasta que casi gritó. No se cuanto tiempo pasó pero el enfermero regresó mas calmado y nosotros mas alterados apenas a tiempo me retiré para permitirle a el que la inyectara.
Le preguntó antes si no era alérgica a algún medicamento lo que ella respondió que sí a varios por lo que acertó a decir que tendría que observar que no se presentara ninguna reacción alérgica a la inyección, algo con lo que estuvimos de acuerdo, todo esto lo hacia el enfermero sin apartar su vista del redondo y suave culo que tenia enfrente.
Con la mano izquierda tomo una nalga para levantar una porción mientras con la otra insertaba la jeringa, lo hizo con suavidad y rapidez al quitar la jeringa, aplicó un algodón con alcohol aprovechando esta situación para poner su palma completa tocando la nalga derecha, cuando una pequeña gota de alcohol se resbalaba hacia la rajita de las nalgas el aprovechó y con un dedo la seco justo en el principio del culito sintiendo una porción de los vellos de la parte baja.
Le dijo que no se levantara porque se podía marear, que en cinco minutos aproximadamente observaría si se presentaba alguna reacción o no a la inyección.
Cual podría ser esta -le preguntamos- y respondió puntos rojos en las ingles o en la zona inyectada.
Con cierta discreción le baje el vestido pero sin subirle las pantimedias ni las pantaletas, mi novia cerró sus ojos y se relajó hasta que el enfermero le dijo muy bien vamos a ver levántese con cuidado y quédese sobre el escalón.
Sin mucho recato el enfermero le levantó el minivestido para ver de nuevo las nalgas me pidió que lo sostuviera arriba para que el se acercara a revisar con detalle no hay nada aquí dijo el- vamos a ver al frente le pidió a mi novia que se girara y con el vestido levantado y las pantaletas debajo le revisó las ingles rozando suavemente con los dedos la orilla de su vagina que lucía muy bella y ligeramente húmeda.
Alcancé a ver como le temblaban las manos de la excitación.
Esta bien ya puede vestirse, -cuanto le debemos le pregunté- (Aunque por dentro pensé que el que debía cobrar era yo por el espectáculo que había visto y hasta tocado)
Le pague y nos esperamos a que mi novia se vistiera ahí de pie frente a nosotros, subió las pantimedias primero hasta su cintura y en ese instante sus pantaletitas se resbalaron hasta los tobillos ya que el nylon de la panty es resbaloso para subirlas se agachó dándonos la espalda y dejando ver por última vez aquellas nalgas que a mi me volvía loco.
Poco a poco el bikini se colocó en su sitio y se acomodó el minivestido.
Me obsequió una sonrisa de complicidad y salimos del lugar.
Al final dejamos el consultorio y a la ciudad de Cuautla, con un pensamiento rondando por mi mente, esa tarde el enfermero, el gordo del mercado, el cargador, del camión y el vigilante de la casa se masturbarían recordando su experiencia con las nalgas de mi novia.