Por intentar dar vidilla a nuestro matrimonio
Nunca hemos sido muy aventureros ni innovadores en esto del sexo, si le sumamos los niños, acaba con una vida sexual monótona y que poco a poco va perdiendo chispa. Por todo ello, decidí hacer un regalo especial en nuestro aniversario de boda.
Somos un matrimonio con tres hijos (todos pequeños). Mi mujer, Laura, conserva un tipo más que sexy a sus 33 años, mide 1.70, morena, pelo largo ondulado y con muy buenas curvas, un buen par de tetas y un culo muy rico; sigue levantando pasiones (el resto de padres del colegio no pueden evitar darle sus buenos repasos visuales). Por mi parte, soy Luis y con un año más, soy también alto, 1.90 m, moreno y deportista (juego a baloncesto), con lo que me conservo más o menos en forma.
Nunca hemos sido muy aventureros ni innovadores en esto del sexo, si le sumamos los niños, acaba con una vida sexual monótona y que poco a poco va perdiendo chispa. Por todo ello, decidí hacer un regalo especial en nuestro aniversario de boda.
Luis: Hola cariño, toma un regalo por el aniversario - Le di un sobre.
Laura: Mmmm, ¿qué será?
Luis: Tú ábrelo, es diferente, espero que no te moleste .
Laura me mira extrañada y abre el sobre, en el que encuentra un vale para hacer realidad una fantasía sexual oculta.
Yo: Es para lo que tú quieras, piénsatelo bien y hacemos lo que te apetezca. Lo más oculto que tengas, nunca hemos sido unos locos en esto y poco a poco se nos pasa el arroz para hacer alguna locura.
Laura: Si yo tengo ya todas cumplidas – me dice sonrojándose y me da un beso apasionado.
Yo que estaba ya como una moto, con el beso se me empieza a poner ya morcillona. Pero como no, aparecen los críos gritando y todo queda en un aviso. Y así pasamos el resto del día, con nuestros que haceres diarios hasta la noche. Laura se había adelantado a la cama cinco minutos y para mi sorpresa cuando me meto, está totalmente desnuda y bien cachonda.
En cuanto entro, se me tira encima y tenemos un polvo más que aceptable, sobre todo comparado con los últimos meses. Cuando terminamos, me dice que si estoy seguro sobre lo de la fantasía, tiene dudas de si me voy a enfadar.Yo super excitado porque le haya gustado la idea, le digo que sin problema, que es un regalo y que puede gastarlo como ella quiera.
Laura: Seguro, ¿no? luego no vengas con que te enfurruñas.
Luis: Tranquila, ¿ya sabes el qué y cuándo?
Laura : Sí, este sábado así que hay que enchufar a los niños con los abuelos. Y por cierto, nada de sexo hasta ese día, que te veo muy contento – me dice mientras toca mi polla otra vez dura como una roca.
Así que con el calentón, me duermo y toda la semana no paro de darle vueltas sobre qué será. Hasta que finalmente llega el sábado, llevo a los niños y cuando entro en casa:
Luis: Cariño, ya estoy en casa!
Laura: Ok, pues ahora obedece a lo que te vaya diciendo. Tienes en la mesa una venda, desnúdate entero y póntela en los ojos. No intentas hacer nada que no te diga yo. ¿Entendido?
Mi polla no aguanta y ya está bien dura. Tengo una polla normalita, un pelín por debajo de la media, pero siempre me he sabido defender.Hago lo que me piden. Y Laura me agarra de la mano y me lleva hasta nuestro cuarto y me hace sentarme en una silla, donde empieza a atarme: primero las manos, luego los pies y finalmente la cintura. Vamos que no puedo moverme ni un centímetro y mi polla apunta al techo soltando ya liquidillo. Finalmente me quita la venda, y la veo vestida con una bata muy sexy que deja poco a la imaginación y debajo un conjunto de lencería que le regalé en el anterior aniversario.
Laura: Bueno cariño, lo que va a pasar hoy, jamás pensé que lo haría realidad, porque me daba mucha vergüenza, pero entre que nos vamos haciendo mayores y tu regalito – y pone cara viciosilla – he decidido jugármela. Te voy a volver a tapar los ojos y también la boca.
Yo no acabo de entender, pienso que va a ser una sesión de dominación, pero me da igual, estoy muy cachondo. Y me vuelvo a encontrar a oscuras y sin poder hablar. Escucho como se va y cierra la puerta. Durante diez minutos me encuentro allí, perdido, pero sin que mi polla afloje ni lo más mínimo; hasta que vuelve a entrar y me quita la venda de los ojos, y veo algo que no esperaba. Un chico bien mazado de unos 30 años acompaña a mi mujer, y esto ya no me gusta tanto. Intento soltarme y hablar, pero es imposible.
Laura: Tranquilo cariño, no vas a poder ni soltarte, ni decir nada, y estoy decidida a hacer mi fantasía realidad. Quiero que me folle alguien con una polla bien grande y que tú lo veas, y Daniel me va a ayudar. Tienes que entenderlo, tu polla me hace gozar, pero necesito sentirme por una vez bien llena. Y quiero que me veas disfrutando. Sé que al principio no te va a gustar, ¿o sí?
Yo intento otra vez levantarme y gritar, pero también es verdad que mi polla sigue tiesa. No le encuentro explicación, de hecho no me doy cuenta hasta que Daniel que ya se había puesto detrás de mi mujer y la empezaba a sobar me lo dice.
Daniel: yo creo que si le gusta, porque la polla sigue bien durita. Y tienes que entenderlo, esa pollita es pequeña para una mujer como Laura, hoy va a disfrutar de verdad.
Y acto seguido empieza a comerla el cuello desde atrás y empieza a recorrer su cuerpo con sus manos, primero los muslos, subiendo poco a poco por su vientre, sigue subiendo hasta sus pechos, que empieza a amasar sin ninguna piedad. Laura mientras empieza a gemir y se suelta la bata para que Daniel tenga mejor acceso. Todo ello acompañado de un ligero movimiento de su culo sobre su polla. Yo intento soltarme, pero es imposible, de hecho me hago mucho daño, no sé si mirar o no, si me gusta o lo odio, mi cabeza dice una cosa pero mi polla la contraria.
Mi mujer se gira y le da un morreo salvaje, mientras Daniel estruja su culazo, sube las manos hacia el sujetador y se lo quita, y me lo tira a la cara, que se queda colgando de mi polla. Mientras Laura le quita la camiseta mostrando un torso bien cuidado y depilado, donde se marca hasta el último músculo. Empieza a bajar por su torso, dando besos, recorriendo las líneas con la lengua, y recorriendo los pezones de Daniel, bajando poco a poco hasta estar de rodillas y tener la polla a la altura de su cara.
En el pantalón de Dani empieza a intuirse el regalito que tiene, mi mujer lo manosea por encima, pero ya no puede más, está muy excitada y le baja el pantalón y el boxer, dejando una polla morcillona que ya es como la mía en plena erección. Laura se relame y la agarra con una mano, saca la lengua y le da una chupadita a la puntita, me mira y me dice – ¿Ves bien cariño? Esto es una polla de verdad, ¿no sé si voy a poder con ella? ¿Tú qué crees?
Yo no sé qué hacer, todo esto ocurre a un metro escaso de mi cara. Mi mujer de rodillas chupándole el pollón a un tío, humillándome comparándola con la mía, y yo sin poder hacer nada; y lo peor de todo, excitadísimo.
Empieza a pajearle poco a poco, mientras baja su boca a los huevos y empieza a besarlos y chuparlos. Daniel empieza a gemir y su polla crece por momentos, tendrá unos 20 cm de longitud y un grosor considerable.
Daniel: Joder, que bien lo hace tu mujer, la chupa de maravilla y eso que acaba de empezar. Nos lo vamos a pasar muy bien. Porque a ti también te gusta, eh, pájaro?
Mi mujer empieza a recorrerla de arriba a abajo con la punta de la lengua, y cuando llega al capullo, le da unas lametadas circulares alrededor, para finalmente abrir la boca y meter un poco la cabezota. Primero poco a poco, la saca y la vuelve a chupar, metiéndola poco a poco.
Daniel: Vamos métetela entera. Demuestra a tu maridito, lo putita que eres.
Laura, obediente intenta tragarla, pero no le cabe, le dan arcadas. Yo estoy flipando, porque a mí nunca me ha hecho una garganta profunda y nunca me ha dejado usar lenguaje tan soez con ella. Pero está fuera de sí, la mete hasta el fondo, la ensaliva bien, pero le sigue dando arcadas. En una de las veces que la saca, le pajea un poco con las dos manos (a mí con una mano le sobra), vuelve a metérsela en la boca y agarra el culo de Daniel para empujar ella misma, hasta que está entera dentro. Después de eso, se la sigue chupando un buen rato, alternándolotambién con los huevos. Daniel está en la gloria.
Daniel: Bueno, vamos a disfrutar. Has hecho muy buen trabajo. Quítate las bragas y túmbate en la cama.
Laura, obediente, se levanta se quita las bragas y justo en ese momento Daniel le da un azote monumental, y mi mujer en vez de quejarse, jadea como una perra en celo. Se tumba en la cama boca arriba y Daniel se acerca, aproxima su mano a su coño.
Daniel: Joder, pero si estás empapada.
Laura no para de gemir y Daniel se abalanza sobre las tetas, empieza a comérselas con ansia, a morderle los pezones y chuparlos - esto le vuelve loco a mi mujer – cuando ya las tiene llenas de saliva, decide ir bajando.
Daniel: Luego espero que me hagas una buena cubana con esa delicia de tetazas, pero ahora vas a correrte por primera vez esta noche.
Y mete su boca en el coño de mi mujer, solo necesita tres chupadas, para que mi mujer empiece a gemir como una zorra, lo cual significa que va a terminar enseguida.Daniel mete la lengua dentro del coño, lo chupa entero, recorre con la lengua el coño, mientras con las manos no para de masajear las tetas y estimular sus pezones, que están duros como una piedra. Con la lengua recorre su coño de arriba a abajo, para acabar chupando el clítoris y justo en ese momento, mi mujer empieza a restregárselo por la cara y a gritar como una loca. Se está corriendo y no ha tenido que meterle ni un dedo. Daniel no para de chupar hasta que termina.
Cada vez es más humillante, porque yo jamás he conseguido algo así y todavía no había tenido que usar ese pollón. Y lo peor estaba por llegar, porque nunca habíamos conseguido que tuviese dos orgasmos en la misma sesión de sexo, y tenía pinta que hoy eso iba a cambiar.
Sin dejar a que se recuperase del tremendo orgasmo, la coge de las piernas y la acerca su culito al borde de la cama, le levanta las piernas poniéndolas sobre sus hombros, sitúa su pollón sobre la entrada de su coño y se lo clava sin contemplaciones. Con la lubricación que hay entra sin ninguna dificultad, hasta el fondo, y Laura pega un grito, entre dolor (nunca ha tenido algo tan grande) y gusto(la llena por completo). Daniel empieza suave, con un mete saca a ritmo despacito. Poco a poco, va incrementado el ritmo y los gemidos de mi mujer no cesan.
Daniel cambia la estrategia, e intercambia penetraciones suaves y cortas conotras duras y hasta el fondo. El sonido en la habitación es incuestionable, los jadeos de mi mujer, la respiración de Daniel por el esfuerzo, y la humedad de los dos sexos, con los golpes de los huevos en el culo de mi mujer. Mi polla está soltando liquido constantemente, casi parece que me haya corrido, y no puedo dejar de mirar semejante espectáculo.
Daniel se cansa y decide que es hora que Laura trabaje también un poco, con lo que se tumba y es ella la que se pone encima de él. Agarra la polla y la guía a su coño que chorrea. Yo sé que se va a correr enseguida, porque esa posición le encanta, y efectivamente, primero se la mete despacio hasta que se va adaptando, parece que no le entra entera de lo grande que es. Pero poco a poco empieza a cabalgar ese pollón, jadeando, suspirando... Daniel no puede evitar comerle las tetas en esa posición de amazona. Entre las penetraciones profundas y la comida de tetas, Laura vuelve a correrse, no puede seguir casi y es Daniel que la levanta un poco en brazos y le da cuatro embestidas más para que se corra fuertemente. Mi mujer grita como en su vida.
Daniel: Joder Laura! Si me has mojado entero y todavía no hemos terminado – me guiña un ojo - ¿A qué contigo nunca había gritado tanto?
Yo totalmente humillado, no sé ni dónde meterme.
Laura: Vamos cariño, contéstale con la cabeza, si estás gozándolo tanto como nosotros – y se ríe.
Daniel: ¿Alguna vez ha gozado tanto contigo?
No sé porque, pero moví la cabeza diciendo que no.
Daniel: Pues todavía no hemos terminado – dice agarrándose la polla todavía dura – Yo también quiero correrme y darte mi lechita Laurita.
Laura dirige su mano a la polla, para pajearle, pero Daniel la para y le dice que se ponga a cuatro patas como una buena perra. A mi mujer esa posición no le gusta, pero obediente, se pone a cuatro patas.
Daniel: Muy bien zorrita, pero mirando a tu marido que quiero que te vea la cara mientras te follo el culo.
Laura: Lo siento, pero el culo hoy no, eso está reservado para otra ocasión, pero mejor que mirando a mi marido, voy a apoyar las manos en sus piernas, mientras me follas.
Daniel: Ok, pero es una lástima que no me dejes probar ese culito.
Laura se levanta de la cama se acerca a mi sitio, apoya las manos en mis piernas, mirándome en la cara, con las piernas levantadas y el culo aún más. Daniel se acerca por detrás, se chupa los dedos y los pasa por el coño de Laura delante de mi cara y le da un azote que hace salir otro gemido de boca de mi mujer. Noto su aliento en mi polla, yo no puedo más, ni de excitación ni de humillación.
Daniel, sitúa el prepucio en el coño de mi mujer y empuja bien duro.
Daniel: Ya que no me dejas el culito, te voy a dar bien duro. Y cuando te diga te giras para hacerme una cubana y correrme en tus tetas – Laura asiente gimiendo.
Yo no entiendo nada, no solo se folla a otro, si no que le deja hacer cosas que a mí nunca me ha dejado. Daniel, no pierde el tiempo, y agarrando bien las caderas de mi mujer, empieza un mete saca bestial. Muy duro y rápido, que hace que Laura no pare de gemir, le fallen las piernas y más de una vez su cara acabe en mí, tocándome el brazo, el pecho e incluso la polla. El ritmo de embestidas es muy alto y Laura empieza a jadear otra vez, cuando ve que pasa eso, Daniel, le da un par de azotes, que aumentan la excitación de mi mujer, y entonces le vuelve a agarrar de los pezones y empieza a pellizcárselos mientras no para la penetración. Laura empieza a gritar y correrse, no puede más y se cae al suelo.
Daniel: Zorra, me toca así que mueve esas tetas.
E inserta la polla entre las dos tetas de mi mujer. Todo esto a mis pies. Y empieza a follarle las tetazas. Laura que ve asomar el prepucio, no desaprovecha la ocasión para chuparlo cada vez que sube.
Laura: Vamos guapo, córrete en mis tetas, que me has dado mucho placer. Ahoradame tu leche.
Daniel acelera el ritmo, está a puntito de correrse.
Laura: Dame tu leche, para que lo vea mi cornudito como lo hace un hombre de verdad.
Y empieza a correrse fuertemente, varios chorros salen disparados y le dan en la barbilla. Mi mujer la suelta de entre las tetas y empieza a pajearle suavemente para que suelte toda la leche y después se la restriega por encima de sus tetas extendiendo toda su lefa; jugando con el prepucio y restregándoselo por los pezones.
Después de un minuto relajando las respiraciones y los cuerpos. Daniel va a coger una toallita para limpiarse y coge su ropa para vestirse. Laura se pone de rodillas enfrente de mí y mientras agarra mi polla.
Laura: Ahora te voy a pajear, que te lo has merecido. Que sepas también que vas a pagar tu a Daniel de tu dinero ya que es un regalo tuyo, lo voy a coger de tu cartera ahora mismo.
Mientras me dice eso, sube y baja la mano tres veces y me corro como un animal, saltando por todos los aires la lefa, cayendo encima de mí, de la silla, suelo....
Laura: Sé que te ha gustado lo que has visto hoy, tu corrida lo demuestra. Sé también que es difícil de asimilar, pero ahora cuando vuelva me voy a tumbar en la cama y te voy a soltar de la silla. Si te ha gustado y quieres que sigamos jugando, vas a venir a la cama y me vas a lamer todo el cuerpo, y si me corro tendrás tu premio. Si no te ha gustado, lo mejor es que duermas en el cuarto de los niños, y mañana hablamos.
Después de decirme eso, se levantó y salió del cuarto desnuda a pagar a Daniel.
Continuará si os gusta.