Por incrédulo

Relato real en el cual describo como por incrédulo, descubro mucho más de lo que hubiese deseado...

Este verano pasado, más concretamente en agosto de 2009, estaba pasando una aburrida tarde en casa, por lo que, ante la falta de otro plan mejor, me dedique a conectarme a un chat de temática gay. Yo soy bisexual, aunque en ese momento no tenía ninguna relación y realmente hacia tiempo que no había estado con otro tío, y decidí calentarme un poquito.

Al rato de llevar conectado, alguien me abrió una conversación privada, con un escueto hola como mensaje. Generalmente, no le habría hecho más caso a un aviso tan soso, pero el nick de quien me hablaba me llamó la atención: "negro27cm", por lo que decidí contestarle. Al rato de estar hablando, no me pude resistir más y le hice la pregunta que me rondaba la mente hacía rato: ¿eso de 27 cm es verdad? A lo que me contestó que sí, que por supuesto que no mentía y que además, él estaba más orgulloso de su grosor que de su largo. Tras esto, yo empecé a pensar que el tío era algo fanfarrón y que estaba exagerando, y se lo dije.

Al verme dudoso de lo que él me decía, me ofreció pasar la conversación al messenger para poder mandarme una foto de su, por lo que el decía impresionante, aparato, proposición que acepté, ya que quería demostrarme a mí mismo que era cierto que me mentía. Sin embargo, cuando me mandó su foto, pude ver una cosa enorme, casi increíble de tamaño. Tan grande, que le dije, "esa foto está trucada".

Al verme reticente a creerlo, me invitó a su casa, ya que vivíamos en la misma ciudad. Sin ningún compromiso, llegar, verla y comprobar su tamaño y nada más. Por lo que acepté; ese fue mi primer error de la tarde.

Cogí mi coche y fui a la dirección que me había entregado, una parte de la ciudad donde el porcentaje de extranjeros es más alto que en el resto. Cuando llegué a aquella casa, me abrió la puerta el mismo tío con el que estuve hablando por el MSN. Oscar, un tío negro enorme, de aproximadamente 1.90 de estatura y 100 kilos de peso. Yo me sentía un enano con mi 1’70 y 68 kg.

Me dio la bienvenida y me invito a pasar a su casa. No parecía haber nadie más en casa por lo que nos fuimos hacia el salón. Me pidió que me sentase en el sofá a esperar mientras se preparaba. "ya sabés, tengo que ponermela dura para que la veas". Yo le contesté que no se preocupase que le esperaría allí sentado. Tras oír esto, el salió del salón por una puerta.

Mientras esperaba, estaba pensando que visto el tamaño del negro, era posible que tuviese un buen rabo, pero lo que ví cuando se abrió la puerta me dejó sin palabras.

Estaba allí de pié, desnudo, con la piel negra tan oscura que parecía brillar, enorme y todo él grande. Pero había algo que desentonaba, que era más grande de lo que correspondería. Entre sus piernas tenía un tronco de carne negra enorme, como mi antebrazo, con una enorme cabeza sonrosada y unas venas gruesas que lo recorrían de arriba abajo.

"Que, me crees ahora?" me preguntó. A lo que yo no pude más que asentir con la cabeza, aún sin palabras. Comenzó a caminar hacia mí, hasta dejarme esa polla a escasos centímetros de mi cara. Y ahí cometí mi segundo error de la tarde. Levanté la mano y empecé a acariciar ese tronco de carne negra.

"vaya, vaya" dijo, "parece que el blanquito se impresiona ante la carne negra"

Seguí acariciando su polla, moviendo mi mano arriba y abajo y apreciando todo su tamaño. Llegamos al tercer error. Saqué la lengua y comencé a lamerle el capullo.

El tío se sentó en el sofá, con las piernas abiertas y su polla tiesa apuntando hacia el techo, llamándome de forma irresistible por lo que me arrodille en el suelo entre sus piernas y continúe lamiendo. Recorrí con mi lengua cada centímetro de los muchos que tenía, dejándola húmeda por mi saliva.

Intenté metérmela en la boca, pero sólo con su capullo sentía la boca más llena de lo que nunca la había tenido, por lo que empecé a mover la cabeza arriba y abajo con su capullo en la boca, cada vez más rápido.

No se cuanto tiempo pasó mientras hacía eso, pero empezaba a notar dolor en la mandíbula de forzar tanto su apertura, y lo peor es que el negro seguí tan tranquilo, sin nada que indicase que fuese a correrse. Me saqué su polla de la boca para intentar coger aire pero su grito de que no parase me obligó a volver a meterla en la boca.

Cuando llevaba otro rato mamando, oí un ruido a mis espaldas, como si de una puerta al abrirse se tratase. Sobresaltado, ya que no lo esperaba, deje de mamar y me incorporé a ver que había sido ese ruido. Al mirar hacia la puerta, vi entrar a otro negro, que aunque de menor tamaño, seguía siendo enorme a mi lado.

Me dí la vuelta hacia el primer negro y le dije: " lo siento mucho, pero me voy a ir" a lo que me respondió: tu no te vas a ninguna parte. Se levantó y me agarró con fuerza empujándome contra una mesa.

"José – llamó al otro negro – tenemos puta blanca". Yo empecé a asustarme mucho, y para nada contribuyó a que me tranquilizase el hecho de que el tal José llegase a mi lado, sacase una navaja y me susurrase al oído "ya nos puedes hacer disfrutar..."

José se desnudó enseguida dejando ver una polla, que aunque menor que la de su amigo, no medía menos de 23 cm. Intentaron quitarme la ropa, a lo que me resistí hasta notar la navaja apoyada contra mi abdomen.

Superado en número en tamaño y en fuerza física, entre los dos me llevaron a una habitación. Me empujaron contra el suelo, obligándome a ponerme de rodillas y Oscar llevó su polla de nuevo a mi boca. Inicialmente cerré la boca con fuerza, pero un bofetón me hizo abrirla, momento que aprovechó oscar para metermela. Lo hizo sin delicadeza, metiendo más trozo del que fui capaz de meter yo.

Empecé a tener más miedo aún cuando noté como uno de los dedos de José se metía en mi culo. "Hey Oscar, este culo no es virgen, asi que habrá que aprovecharlo". Los dos negros se reían y yo lloraba. Me cogieron del suelo y me empujaron en la cama, oscar de nuevo queriendo meter su polla en mi boca y comencé a notar como José acercaba su cabeza a mi agujero.

No sé como me arregle para gritar a pesar de tener la polla de Oscar en la boca cuando José me penetró, de golpe y sin contemplaciones. En mi vida había sentido un dolor tan grande. La imagen de verme ensartado por los dos a la vez fue el detonante para que Oscar se corriese.

No sé cuanto llevaba sin correrse, pero parecía que litros de semen salían de su polla. Me atraganté, no podía respirar y mi garganta era incapaz de tragar tal volumen a la vez. Sin embargo, nada de eso le importó, ya que no retiro ni lo más mínimos su polla. Cuando por fin dejó de volcar semen, la sacó por lo que pude respirar hondo por fín.

Pero poco duró mi alivio cuando José empezó a bombear mi culo como una taladradora.

El dolor era horrible. Sentía un fuego que me atravesaba el culo. Oscar estaba tumbando viendo como su compañero me follaba. Cuando me parecía que llevaba horas de tormento, noté como empezó a acelerar su ritmo hasta terminar corriéndose en mi culo. Sentí otra corrida bestial, que me llenaba el culo y me escocía.

Cuando la sacó de mi culo, me derrumbé en la cama. Me dolía todo sólo pensabe en irme de allí cuando escuche algo que me dejó temblando de miedo.

"ahora nos cambiamos"

Eso queria decir que mi culo destrozado por la polla de José iba a ser rematado por la de Oscar, bastante más grande. Intenté suplicar, pidiendo por favor que me dejasen ir, que si querían que se la chuparía a los dos las veces que quisieran, pero que no me follasen más. Les dio igual, como quien oye llover.

José acercó su polla a mi boca. Yo sólo quería irme, por lo que intenté mamársela lo mejor que sé para que acabase pronto, pero a los pocos minutos de mamársela tuve que interrumpirme. Notaba el capullo de Oscar apoyado a la entrada de mi culo y esa mínima presión me dolía horrores. No quería imaginar lo que vendría después.

Oscar comenzó a presionar su polla contra mi culo, mi destrozado ojete oponía resistencia a esa bestialidad pero no fue suficiente. Con un potente empujón Oscar metió su polla en mi culo. Un velo negro cubrió mi visión y me desmaye.

No sé cuanto rato pasó antes de que me despertase, pero cuando desperte estaba notando algo en mi culo. Abrí los ojos y vi frente a mi a oscar, por lo que quien me estaba follando debía ser José. Notaba todo mi cuerpo dolorido y pringoso, lo cual pude comprobar que debido a varias corridas que habían derramado sobre mi cuerpo.

Cuando me pude girar, sentí una desesperación cruzar mi cuerpo, pues quien me estaba follando no erá José, sino otro negro que no había visto en mi vida. No sentía nada, supongo que después de la polla de Oscar, cualquier otro tronco, a pesar de ser grande para lo normal, sería lo mismo.

Al verme despierto, oscar sonrió mostrandome su polla tiesa otra vez y me dijo "que bien, acabas de despertar, aquí tienes tu desayuno" y llevo su polla a mi boca de nuevo. Sin fuerzas le deje hacer, sin moverme para nada mientras mi culo y mi boca eran follados por dos pollas negras.

Dos nuevas corridas en mi interior marcaron el final de mi suplico. Con un "alarde" de generosidad, me permitieron vestirme e irme.

Apenas podía caminar, todo me dolía...

Me pasé los tres siguientes días en la cama, incapaz de comer nada y cagando sangre. Cuando por fín volví a conectarme al ordenador, me encontré un mensaje en mi correo que me decía:

"Ya has conocido a los hermanos Flores. Cuando quieras, ven a casa y te daremos más. Nuestro hermano daniel sólo pudo correrse dos veces en ti, y los tres tenemos mucho mas..."

Ho hace falta decir que borré ese mensaje como si del propio diablo se tratase.