Por fín, mi prima Roberta... :P

Después de 7 años sin verla, yo ya crecidita y en edad, mi prima Roberta se queda en mi casa por un laaargo tiempo...

Antes que nada agradezco a aquellas(os) que se detienen a mirar este relato de mi vida. Pasó mucho tiempo para que volviera a escribir, pero creo que la visita de Roberta lo amerita :D. Desde mi último relato han pasado tantas cosas con Amanda y sus amigas, sus fiestas, reuniones y perversiones, pero esas historias quedarán para después, pues ahora lo único que ocupa mi mente son los encuentros que tengo con mi hermosa prima.

La noche antes de la partida de Amanda fue espectacular, desfogándonos en pasión desenfrenada por la partida de mi amada niña, ya que tenía negocios fuera del DF por aproximadamente un mes. La acompañé un domingo al aeropuerto y nos despedimos tiernamente, tanto así que mis ojos se llenaron de lágrimas pero sabía que la volvería a ver, simplemente la extrañaría demasiado. Pero como suele suceder en ocasiones tristes, la alegría espera a la vuelta de la esquina.

Habíaa transcurrido una semana donde me enfoqué en mis cursos y en comunicarme con Amanda por las noches, al parecer todo iba perfectamente tanto por allá como por acá, lo único que faltaba era que estuvieramos juntas. Esperaba ansiosa mi regreso a clases para ver si al tiempo se le ocurría transcurrir más rápido de lo normal, o por lo menos que se apiadara de alguna manera y me regalara una semana rápida, de perdida. Tuve encuentros con Agame y Leticia, pero no era lo mismo, ya que lo único que hacía era pensar en Amanda. Cuando un día me encontraba haciendo algunos bocetos mientras escuchaba música el teléfono sonó. Aún cuando no reparé mucho en lo que decía, mi madre parecía emocionada, y después de un rato tocó a mi puerta y me dió las buenas nuevas, "tu prima Roberta se quedará un tiempo con nosotros, cursará su maestría"

Mi primera reacción fue una imagen que se materializó en una sonrisa de sorpresa, acompañada de un cierto calor debido a la emoción. Que recordara había pasado toda una vida desde que veía a mi prima, desde que era una niña y tantas cosas habían cambiado. Llegaría a la mañana siguiente y yo sería la encargada de traerla a casa, sana y salva. Aunque el día fue largo mientras me sumergía en los recuerdos, por fin llegó la noche y le conté a Amanda las buenas noticias. Me levanté temprano para bañarme y me encontré jugando con mi entrepierna bajo el agua caliente de aquel díafantaseando con las gotas que recorrían mi cuerpo, cayendo de mis pechos mientras frotaba mis pezones y levantaba las nalgas, juntando bien las piernas que cosquilleaban en la parte más alta, a la vez que su nombre se deletreaba en mi cabeza. Y tan pronto estuve lista, enfundada en mi ropa interior de la suerte, una bluza atrevida y mi pantalón pegadito, me miré al espejo y partí a su encuentro.

Apenas llegué al aeropuerto mis piernas no dejaban de temblar, me sentía nuevamente la niña que se bañaba inocentemente con su prima y que no sabía ni una porción de lo que ahora. Estaba mojada con tan solo por un recuerdo y me sentía un tanto apenada, lo bueno fue que no esperé demasiado. Cuando llegó me encontraba leyendo inmaculada, alcé la vista y corrí por ella, nos abrazamos y sonreímos.

  • Prima!!!, cómo has estado? - Fue lo primero que me dijo - Que alegría verte después de tanto tiempo.

La tomé de la cintura y la alejé un poco, para verla en toda plenitud, con sus mayones blancos terminando en botas rosas y su bluzón rosa por igual, todo ajustado a su grandioso cuerpo perfecto, de curvas impresionantes. La miré a los ojos color ámbar y me quedé pasmada, por dios, era más hermosa de lo que recordaba, y ese perfume que transpiraba me hipnotizó al momento. Me besó en los labios tiernamente y me acercó para seguir estrechándome en sus brazos. De mi boca solo salían inumerables "te extrañé" y "te quiero prima". Era apenas más alta que yo, y sus pechos grandes se juntaron con los míos. Nos pusimos al día mientras regresabamos, me contó de su carrera y lo difícil que había sido, de lo que quería hacer terminando su maestría y algunas de las cosas que había tenido que pasar. Por mi parte hice lo mismo y le comenté de Amanda.

Al llegar a casa mi famila la recibió con sumo agrado y preguntas de todo tipo, para después pedirme que la llevara a desempacar a mi cuarto, así que la tomé de la mano y corrimos para hacer el ritual :P. Hablamos de su ropa, pues trajo consigo muchas cosas divinas, y me dijo que me prestaría la que quisiera. Ya con su ropa acomodada nos tiramos en la cama, suspirando pero en silencio. Nos abrazamos de nuevo y bajé por jugo al refrigerador. Cuando regresé ella se encontraba de pie junto al espejo, modelandose un vestido muy bonito.

  • Pruébatelo prima - me dijo - me quedó un poco grande pero creo que a tí te ajusta bien.

La miré con algo de pena y comencé a quitarme la ropa mientras ella me admiraba. se acercó por detrás de mí y siguió.

  • Has crecido mucho pequeña, recuerdo cuando nos bañabamos juntas. Lo podremos hacer de nuevo?

Me guiñó un ojo a través del espejo y me sonrojé como casi nunca, me abrazó por la cintura y acercó su cuerpo hasta tenerme pegada a ella. Retiró mi cabello del cuello y me besó lentamente, con besos rápidos y tronaditos. La respuesta de mi cuerpo fue temblar, mientras que mi respiración se tornaba agitada. Acerqué mis pompas a su pelvis contoneándome y coloqué sus manos en mis muslos, acariciándome de arriba abajo. Deslizó su suave tacto a mi estómago y sus dedos formaban espirales que mojaban mi sexo. Comenzó a repegarme de arriba abajo su frente abultado entre la linea que separaba mis nalgas, haciendo sus besos más largos ahora poseyendo mi nuca, respirándome cada vez más fuerte a la vez que me tomaba por los pechos. Unos dedos subieron por mi espalda, haciendo que levantara más el culo por la exitación, ahogando un jadeo entre las descargas que se levantaban a su paso, deslizandolos después entre mi cabello, llegando a lo alto de mi cabeza. Con ambas manos me bajó poco a poco, inclinándome hacia adelante sin dejar de insinuar la forma en su entrepierna, hasta tocar el suelo con los brazos extendidos. Colocó sus manos en mis caderas y comenzó a arremeterme poco a poco, fuerte pero no agresivo, chocando su pelvis en mi trasero rítmicamente, para después rejuntarse intensamente a mí, palpitando en mi retaguardia. Aún cuando no había tenido tiempo de acomodar su mástil verticalmente para sentir toda su forma, se sentía enorme.

  • Niñas!!! a comer!!!

Mi madre nos interrumpió de un grito, y aunque la magia no terminó el momento si lo había hecho. Me levantó tan lentamente como me había bajado y me giró, plantándome un beso que sacudió mi líbido. Suspiramos y nos quedamos mirando frente a frente. Me volvió a abrazar pero esta vez apretó mis posaderas de forma tan repentina que me hizo brincar. Me cedió el paso y antes de salir me dió una nalgada altamente placentera.

  • En la noche lo cobramos preciosa, no hay por qué apresurarnos.

Otro de sus guiños me sobresaltó y me dejó en las nubes. Comimos y todos reímos, era tan dinámica y elocuente, era tan bella...

  • Lista para el postre? - me dijo mientras enjugaba sus labios con la lengua.

Por suerte nadie la vió, y pude evitar que mis mejillas me delataran recogiendo mi servilleta. Al terminar les dijímos a mis padres que veríamos una película y así subimos por las escaleras, mientras me decía que esperaba que hubiera dejado espacio para el postre, porque era mucho y me lo iba a comer todo. En toda la película jugó conmigo, y cuando quería hacer mi movimiento me detenía, haciéndome desearla aún más, hasta la noche muchachita me decía, podrás tener tu lechita calientita y a dormir. Estaba a punto de explotar de tanta exitación.

Mis padres subieron para desearnos las buenas noches, que si necesitabamos algo solo lo pidiéramos. Lo bueno de mi cuarto es que está en la planta alta y es el único, el cuarto de mis padres está abajo y las paredes eran muy gruesas, ya que presentía que haríamos mucho ruido ;). Cerré la puerta y me acerqué a Roberta que en ese momento checaba su correo y escuchaba música, la cuál se quedó tocando. Acaricié su largo cabello negro y me acerque a ella. Se levantó y me besó inmediatamente, tan apasionadamente que me hizo pensar que ya no aguantaba al igual que yo. Sus manos se movían muy rápido, pasaban de mi cabello al rostro, de mi rostro a mis pechos, los alternaba de mis pechos al estómago y de ahí a mi trasero, me apretujaba un poco y recorría mi sexo de manera mágica. Yo hacía lo propio con mis manos, tocando sus magníficos senos y abriéndome paso a su espalda, bajando y perdiéndo mi dedo índice entre la comisura de sus pompas, con una sensación tan suave provista por los mayones. Levanté el blusón y prácticamente lo arranqué de su persona, desabrochando rápidamente el sostén amarillo claro. Me detuve a jugar entre aquellos montes del placer, besándolos, succionando las aerolas que se erguían magestuosamente, pero no pude evitar subir al cuello y mirar de reojo su parte de atrás, reflejada en el espejo. Me abandoné completamente al instinto al ver mis manos jugando con sus nalgas, pegandole un poco para hacerlas bailar para mí, las sujeté firmemente y miré su tanga que hacía juego a través de las mayas. Me sentía tan excitada como ella y nos sumergimos en profundos jadeos. Me desnudó completamente y me introdujo dos dedos mientras un tercero se entretenía en el clítoris. Tenía su lengua en la garganta y yo volvía a parecer niña, sin experiencia a su lado, inocente como la primera vez.

Brincó a la cama y me mostró las piernas, lentamente en un baile sensual, sonriéndome como niña traviesa, moviéndose de lado a lado pero cubriendo la tanga de frente, me dió la espalda y giró sus caderas. Abría las piernas de vez en cuando y era cuando el bulto en la diminuta tanga afloraba prominentemente, y parecía exitarle mi mirada desesperada por un ángulo que me permitiera contemplarla. Volvió a girarse con su mano en la entrepierna y me llamó con un dedo. Mientras yo me acercaba ella bajaba lentamente. Estaba frente a ella, yo de pie ella en cunclillas. Me besó y me separó tomándome del cabello, "ah" suspiré pero no me quejé. Abrió las piernas poco a poco ya sin la mano que la tapaba y aquella tanga amarilla se reveló. Quedé impresionada y mi mueca fue la de un gran "wow" en forma de O, pues aquella prenda apenas la cubría, sus huevos salían claramente por los lados, mientras que el tronco se arropaba y su forma daba vuelta hasta sus nalgas.

  • Aquí está tu postre morena, cometelo todo.

Acaricié fascinada sus bragas y las bolas, pero no resistí e hice a un lado la tanga para contemplar la visión entera. Aún con la boca abierta solo acerté a decir lo mismo que cuando nos bañabamos juntas " la tienes enome". Aquel animal colgaba y campaneaba increíblemente, era lo más grande que había visto, más grande incluso que la verga de Amanda y más ancha también, nunca sabré como un cuerpo tan pequeño podía tener semejante dotación.

La agarré con una mano en la cuál no cabía ni por error y la llevé a mi boca, debo admitir que se me caía la baba jiji. Cuando comencé a mamar mi prima exhaló fuertemente y acarició mi cabeza.

  • Eres una buena niña, mereces todo el postre que puedas comer.

Sus palabras hicieron que terminara de perder la cabeza, ya solo era una hembra hambrienta de sexo, hambrienta de miembro y lo que tenía en frente me iba a saciar. Creció en mi boca de tal manera que tuve que detenerme algunas veces para enfocarme el las pelotas, ya que era un gran esfuerzo tragarme ese pene descomunal. Yo comía y chupaba, ella gemía, me jalaba del cabello y me gritaba que me lo comiera y se acostó, incluso pensé que me desmayaría cuando apretó sus muslos y junto las piernas por encima de mi nuca, empujaba mi cabeza hacia la verga y se impulsaba hacia arriba. Me decía perra cuando mis ojos se desorbitaban, pero yo disfrutaba, me atragantaba y tosía, pero no dejaba de hacerlo y yo no lo impedía, realmente era su perra. Se puso de pie y me la metió hasta el fondo de la garganta. Mis lágrimas caían lentamente y ella me decía "aquí está el biberón de la bebé, chúpalo hasta sacar su lechita". Me acostó en la cama por el borde boca arriba, respiraba agitadamente y no podía hablar, solo gemir y acercarla a mí. Agarró su duro miembro y me lo restregó por toda la cara, llena de fluídos, mientras yo babeaba y la veía hacia arriba y me excitaba con su rostro tan lleno de satisfacción. Me dió pequeñas bofetadas y me decía que abriera la boca, "más perra, más", me decía y volvía a cogerme, ahogarme y hacerme toser.

  • Hoy quiero que solo me la chupes, ya abrá tiempo para ensartarte de mil formas distintas.

Sus huevos cubrían mis ojos y se restregaban en mi frente, mientras toda su verga abusaba de mi boca, me nalgueaba y sostenía mis tobillos en el aire. Por un momento la dejó toda dentro de mí y pensé que terminaría, que por fin probaría sus jugos de fémina superdotada, pero no fue así, se agachó y me beso agresivamente y después me puso la verga en la cara, que la cubría totalmente. Mientras hacíamos pausa le lamí el tronco y enjugué sus testículos, ella gemía y cerraba los ojos. Después me acostó en las almohadas y se subió en mi torso. Acercó su miembro y abrí grande para seguir tragandomela toda. Siguió aprovechandose de mí, oblígandome a hacerselo rápido, cada vez más rápido, jalándome del cabello hacía adelante mientras me retorcía en grandes espasmos. De pronto me quitó su hermoso pene y lo sacudió en todo mi rostro, masturbándolo, diciéndome "ya me vengo prima, me vengo!!!". Con las pocas fuerzas que me quedaban abrí mi entumida boca y esperé el regalo que tenía para mí. Vino un largo aaaaaa, seguido de gemidos cuando descargó aquella lluvia sobre mí. Sentí litros y litros de semen caer en mis labios, en mis mejillas, en mi cabello y alcancé a cerrar un ojo cuando disparó hacia él. Incluso después de bañarme en su néctar, sobró suficiente para terminar completamente en mi boca. Tal vez no fueron litros y litros pero si fue la mejor descarga que me han hecho. Terminé de limpiarle la verga, sonreímos y se acostó a mi lado y me acarició.

Por fín había hecho mi sueño realidad de estar con Roberta pero estaba demasiado cansada y me quedé dormida. No había mentido cuando me dijo "podrás tener tu lechita calientita y a dormir".

Es un poco largo pero para mí valió la pena describirlo, ha sido una de mis noches más intensas. Pronto escribiré más relatos, son tantas cosas que tengo que contar viviéndo con ella, uff. Gracias por leerme y les mando un beso enorme...