Por fin me decidí
Me covertí en lo que siempre quise
Tuve mis dudas si este relato era de categoría Infidelidad pero ya no importa. A pesar de mis cincuenta años estoy muy bien y represento mucho menos, mi cuerpo llama la atención porque mis tetas son firmes, cintura casi sin rollos, culo llamativo y piernas torneadas, un rostro morena clara y labios carnosos. Casada 3 veces y me acabo de separar porque soy muy de piel y siempre necesito mas de lo que me dan mis maridos y me tenía que conformar con fantasias de lo que me gustaría. Trabajo en una empresa importante y siempre he tenido hombres y mujeres que han pretendido tener algo conmigo pero he tenido cuidado porque mi idea era buscar alguien que no conociera nada de mi, hablo en pasado porque algo cambió.
Llegó un guardia de seguridad con el cual hubo una conexión inmediata y empezamos a conversar en la hora de almuerzo y yo notaba como a cada rato sus ojos se vovían a mirar mis tetas y cuando me paraba a buscar algo me devoraba mi culo lo que hacia que sintiera un rico calor en mi entrepierna, el como buen guardia era macizo con grandes manos y unos labios muy gruesos, no tenia mucha educación y solia hablar con mas de alguna grosería, pero en lugar de molestarme me hacía pensar que no tendría escrupulos en tratar a todas las mujeres como zorras en su cama.
A los pocos días me cuenta que se hace un dinero extra vendiendo ropa interior y me ofrece buenos descuentos porque he sido muy amable con él y si me interesa despues de la hora de oficina me puede llevar a una pequeña pieza que yo ni sabia que existía y ahí mostrarme su mercadería. Me pareció que habia un interés mas allá de venderme algo pero acepté y ese mismo día me llevó a su lugar que era pequeño con una mesa y una silla y cajones en el suelo donde tenia diferenes prendas y sin que yo dijera que me interesaba me mostró dos tangas muy chiquitas diciendome que era difícil decidir cual me quedaría mejor asi que tendría que probarmelas y al ver mi cara de asombro me dice que estaba acostumbrado y que me sacara la que yo llevaba, como quedé paralizada el me subió la falda, que era corta, tomó mi calzón y lo bajó en un movimiento rápido y yo como hipnotizada lo dejé hacer me tomo de los brazos sentandome en la mesa y hundiendo su cara en mi concha lo que me produjo de inmediato una gran lubricación y ya no tenía caso aparentar enojo cuando se saca su miembro y me agarra la cabeza con rudeza metiendomelo en la boca, ahi ya supe que por fin habia pasado lo que siempre fantasié: ser tratada como una perra usable dispuesta para satisfacer todos los deseos del macho.
En este relato eso es lo que quise contar, no se si a alguien le interesará saber más y ahi vería.
Les agradezco que me hayan leído porque me liberé de tantos años cohibida. Adiós.