Por fin lo consegui (4)
Este es el último relato del grupo del inglés, la realidad de lo que pensamos aunque casi siempre lo ocultemos y la verdad de lo que somos o nos gustaria ser.
POR FIN LO CONSEGUI (4)
Esta es la última sesión del grupo del inglés, con ello vais a comprobar que, cuando incluso entre amigos se hacen determinados comentarios, casi nunca se dice la verdad, casi nunca se dice lo que se siente y cuando realmente se dice o se hace lo que de verdad uno es o piensa, las sorpresas son mayúsculas.
No se quién se atrevió ni cuando lo hizo, en contar y preguntar a la última pareja del grupo del inglés, si quería participar en las reuniones especiales que habíamos tenido el resto del grupo en ya muchísimas ocasiones, antes ya habíamos comentado que deberíamos al menos informar para que no quedaran excluidos a Carlos y Elena, lo que estábamos haciendo, aún a riesgo de que como al principio todos comentábamos nos dijeran que, eran unas cochinadas lo que la gente contaba en televisión de las cosas que hacía.
Cuando José nos contó que Carlos y Elena habían decidido participar en nuestras reuniones, todos nos quedamos realmente sorprendidos, ellos habían sido los más críticos con el libertinaje sexual que se extendía en nuestra sociedad y la falta de moral, pero a tenor de su aceptación, como había pasado con el resto, solo era fachada.
Empezamos a llegar a su casa, habían insistido que fuera allí, un chalet de muy buen gusto y sobre todo apartado de vecinos indiscretos, nuestra primera sorpresa fue la apertura de la puerta por parte de un negrazo descomunal, del que ninguno del resto del grupo sabíamos de su existencia en la casa de nuestros amigos.
Todos nos sentamos en el gran salón del que disponía el chalet y empezamos una conversación trivial a la espera de cual iba a ser la reacción de la pareja propietaria, José que es el más lanzado, les preguntó si realmente estaban dispuestos a participar de nuestros encuentros, si no fuera así, no habríamos aceptado reunirnos con vosotros y menos en nuestra casa, dijo Carlos.
Para calentar un poco el ambiente, cosa que por otro lado nunca había sido necesario, pusieron una película porno muy subida de tono, que como lo de no decir la verdad sobre lo que hacemos, al principio parecía muy fuerte, pero que por su contenido zoofilico, no tardó en poner a todo el mundo a cien.
De alguna manera el resto de los asistentes, ya sabíamos algunos de nuestros gustos y preferencias, y así habíamos tomado posiciones, pero desconocíamos los gustos de nuestros anfitriones, menuda sorpresa, mi amigo Carlos resultó ser como yo, pero de manera permanente.
Para no tener trabas de ningún tipo, todos nos desnudamos esperando a ver que sucedía, y sucedió que a nuestro grupo se unió un invitado que no había sido participe del grupo de inglés, el negrazo que nos había abierto la puerta, apareció de una de las habitaciones en pelotas, y que pelotas, para unirse a la fiesta.
Inmediatamente se dirigió hacia Elena y agarrándola por la cintura la empezó a comer los morros arrimando su cuerpo lo que le permitía el mástil que tenía por polla, impresionante, mientras que Carlos se arrimaba por la parte de atrás a su mujer, haciendo lo mismo, arrimándose empezó a besarla el cuello y masajearla el culo.
Por fin, habíamos descubierto cual era el juego de nuestros amigos, como después nos contaron y pudimos ver, Sherin vivía con ellos en un matrimonio de tres y se aplicaba en dar gusto tanto a Elena como a Carlos cuando era menester.
En ello estaban, cuando Elena comenzó a jadear por lo que ambos la estaban haciendo, el resto empezamos con nuestros diferentes juegos y grupos que tan bien nos estaban funcionando.
José y Alberto no tardaron en dedicare a dar gusto y caña a mi mujer y las mujeres de ambos empezaron a darse el gusto entre ellas, sin que en un principio me dejaran entrar en el juego, sabían que esto me ponía aún más cachondo, viendo como ellas se follaban y sobre todo viendo como follaban a mi mujer, esta ya estaba disfrutando de una cogida por parte de José, mientras Alberto la comía las tetas mordiendo sus pezones que ya se habían puesto como piedras.
Nuestro amigo Sherin, había cogido a Elena por debajo de sus piernas y cuando esta se colgó de su cuello, la insertó su mástil en el coño hasta el fondo, empezó a subirla y bajarla con sus poderosos brazos dándola una follada bestial, Carlos le mando parar un momento y metió la suya por el culo de su mujer, que cuando noto sus dos agujeros llenos no paraba de gemir y pedir que por favor que no pararan, cada vez que Sherin la alzaba y la dejaba caer, la clavada de las dos pollas hacia gritar a Elena de gusto, no se si llevaban tiempo de abstinencia, pero después de unos pocos minutos, empezaron a correrse los tres a la vez, menuda coordinación, dando unos berridos impresionantes, la cantidad de leche que el negro soltó, era tal que empezó a chorrear por las piernas de Elena cayendo sobre la alfombra gran parte de ella.
Mis dos compañeras de juegos, habían traído entre sus cosas, uno de los ya utilizados arneses pero con una particularidad especial, tenía en su interior una bolsa que permitía ser rellenada del líquido que se quisiera y expulsarlo al gusto de quien lo utilizaba, cuando te comías la polla, lo rellenabas de algo con buen sabor y comestible, si lo utilizaban para follarte el culo o algún coño, se utilizaba un liquido viscoso y caliente que simulaba una buena lefada.
Ya estaban en ello y como casi siempre, Ángela era follada por Mikaela, a esta, salvo en raras ocasiones, tan solo la gustaba ejercer de macho, como yo había podido comprobar varias veces.
La tenía vuelta de espaldas y la estaba metiendo la tranca hasta el tope, cuando Mikaela se calentaba tenía un ritmo de follada increíble, Ángela tan solo podía “soportar” el bombeo al que era sometido, dando bufidos y animando con palabras la follada a que era sometida, venga putón dame más, dame más y rómpeme el coño, ya les gustaría a los machos de este salón saber follar como tú lo haces, me pones el coño para fundirse, échame esa leche caliente que tienes dentro, échamela para poder correrme de gusto, Mikaela estaba tan caliente que me dijo que se la metiera por el culo, me acerque hasta ella y se la clave sin ninguna contemplación, el juego era de rebote, cuando ella se la clavaba, mi polla quedaba fuera, cuando echaba su culo para atrás y tomar nuevo impulso, mi polla se metía hasta los huevos en su culo empujándola hacia delante y clavándosela otra vez a Ángela, así estuvimos un buen rato hasta que Ángela pidió por favor más caña y el liquido caliente porque ya estaba a punto.
Los dos intensificamos la follada y conseguimos corrernos como autenticas bestias.
José estaba follando a mi mujer, poniéndola como siempre en el nivel máximo de lujuria y placer, ese pollón que la metía en su coño, conseguía que mi mujer sacara sus peores instintos y como siempre yo era el blanco de sus chanzas, mira como me folla José cacho cabrón, ni aunque nacieras otra vez serias capaz de echarme un polvo como es debido, a ti lo que realmente te gusta es que te den por el culo so maricón, por eso disfrutas tanto cuando
nos juntamos, siempre encuentras un buen rabo para ti, mira como me folla tu amigo porque estoy a punto de correrme como una autentica guarra y me voy a quedar con toda la leche dentro de mi coño, esta noche te dejare que te la comas y me limpies bien.
Elena después de haber sido empalada por Sherin, se acercó a Alberto y quitándole del lado de mi mujer, se monto encima metiéndose la polla por el culo y subiendo y bajando frenéticamente consiguió que se corriera llenándola de rica leche.
Mientras, pudimos ver la otra vertiente del trabajo que Sherin hacia en la casa, al igual que antes había hecho a Elena, tenia cogido a Carlos por debajo de las piernas y este agarrado a su cuello, soportaba las embestidas que le levantaban en el aire y dejaban caer para clavarse hasta el fondo el pollón de nuestro amigo el negro, Carlos animaba a Sherin a seguir de esa manera con palabras de aliento, venga mi negro, fóllame el culo, rómpeme por dentro y échame tu leche, los empellones de Sherin tomaron un ritmo frenético y Carlos al notar la corrida que venía aporto su parte saltando como un loco sobre la polla del negro que se corrió dando gritos como posiblemente hicieran sus ancestros en tiempos pasados en su África natal.
Al mismo tiempo y animados por estos gritos, mi mujer y su follador se corrieron dando muestras de cuanto disfrutaban y Alberto y Elena hicieron otro tanto.
Mientras nos recuperábamos de este último asalto, mi pensamiento volvió al origen de estos encuentros.
Nuestro comentario iba en el camino de recriminar a quien decía lo que hacia, siendo realmente sincero.
Ninguno de nosotros éramos de esa calaña, así queríamos que se entendiera, pero:
Mi mujer resulto disfrutar en cuanto pudo con las pollas de nuestros amigos sin ningún tipo de cortapisa, en mí, afloro lo que más me hacía disfrutar, ver a mi mujer ser follada por todos y de todas las maneras, siendo humillado y recibiendo con autentico deleite las clavadas en el culo que me prodigaban mis amigas o amigos.
José y Alberto, habían tardado poco tiempo en demostrar lo que les gustaba y como resultó evidente, hacían juntos desde hacia tiempo, follarse a las tías que se pusieran a tiro y si eran de los amigos mucho mejor.
Por su parte, sus mujeres no tenían ningún sufrimiento por la actitud conocida de sus parejas, se dedicaban a darse gusto mutuo, sin que les resultara difícil poder pasar sin las pollas de ellos.
Y nuestra última pareja de tres, Carlos, Elena y Sherin, se lo hacían todos los días sin conflictos entre ellos, ni tener orden ni preferencias, disfrutando de rabos, coños y culos a libre disposición.
Como había cambiado el mensaje, que poca vergüenza como se atreven a contar en público lo que hacen, decíamos todos, ahora nosotros no lo decíamos en público, pero joder, joder, como jodiamos y cuanto disfrutábamos con ello.
Esto que he contado es verdad ? es mentira ?, que cada uno lo someta a su conciencia, quien no lo hace de verdad??