Por fin he mamado un rabo
Relato 100% real de mi primera experiencia homosexual.
He estado mucho, mucho tiempo decidiendo si daba el primer paso o no. Problemas de conciencia, acerca de engañar a mi mujer, me han impedido hacerlo antes. Pero la semana pasada todo cambió. Por fín dí el paso y os cuento tal y como pasó, con lo que me gustó y lo que no
Entré en un chat, en el canal #gaypajas.Me puse de nick "pasivotragón", creo que suficientemente descriptivo. Estuve un rato por allí, calentando a todos los que me habrían un privado. Finalmente me cansé y entre en otro llamado #MadridSexoAhora. Estuve igual hasta que alguien me abrió un privado y me preguntó "¿Que buscas?". Con el corazón latiendo como un loco le dije "Alguien activo 100%, con sitio". Me quedé mirando la pantalla cuando dijo "como yo...". Intercambiamos frases, acerca de lo que me gustaba, y me preguntó si quería quedar esa misma tarde. Como siempre, mi conciencia me decía que parara, pero la calentura de toda la tarde habló por mi, y no sólo le dije que si, si no que dejé le dí teléfono. Quedó en llamarme por la tarde. Nuevos problemas de conciencia, nuevamente las voces diciéndome que no debía hacerlo, pero llamó... y dije que si. Camino de su casa era un manojo de nervios. ¿Lo iba a hacer?, ¿iba a subir?, ¿me iba a atrever?.
Lo hice, llegué a su casa y llamé. Me abrió el portal, subí con las piernas temblando y llamé a su puerta. Me abrió él, rubio, ojos verdes, alto, un chaval guapete. Pasamos a su habitación, me quité el abrigo y me senté en la cama, a su lado. Me preguntó si era verdad que nunca había estado con un tío. Nos reímos y hablamos mientras se me pasaba un poco el miedo y los nervios. Por fín, se acercó a mí y me empezó a besar, metiéndome la lengua. La sensación era extraña, con los ojos cerrados no notaba diferencia respecto a besar a una mujer, casi era idéntico, las mismas sensaciones. Se apartó de mi y no pude evitar fijarme en su paquete. Aunque casi no se marcaba en su chándal, pero me habían entrado ganas de verlo. Me arrodillé en el suelo y el se tumbó en la cama. Se bajó los pantalones y los calzoncillos y me mostró su polla, ya medio tiesa, con la piel muy blanca, las venas marcadas y de tamaño normal. Acerqué mi cara cerca de su cipote y lo agarré con la mano, igual que cojo el mío cuando me masturbo. ¡Que sensación tan extraña!. Dura y caliente, crecía en mi mano. Le miré a los ojos y los tenía entrecerrados. No pude aguantarme más, tenía que comerme aquella polla.
Dirigí mi lengua a la punta de su minga y la recorrí con un círculo. Él dejó escapar un gemido. Sabía algo salada, suave y dura al mismo tiempo. Seguí recorriéndola con la lengua, bajé lamiendo hasta sus huevos, cubiertos de vello rubio, los lamí con círculos. El separó las piernas para dejarme hacer un poco. Subccioné un poquito y volví a subir, esta vez para abrir la boca y meterme su polla. Con mi mano agarré la base y me la metí en la boca hasta el fondo. Que sensación, tener un polla. Él gimió de nuevo, aprobando lo que hacía. Subí y bajé mi boca, acompañando mi mano. Cuando tenía su polla en mi boca aprovechaba para mover la lengua y pasarla por ella. Intenté metérmela entera, pero me rozaba la garganta. Aún así, no me importaba, lo único que quería era que él gozara, darle gusto. Como buena puta que soy.
Seguí chupando, bajando y subiendo la cabeza a veces todo lo deprisa que podía, metiéndome su polla en la boca todo lo que podía. Se me escapaban gemiditos de gusto, de vez en cuando la sacaba de mi boca para lamerla entera y admirarla. Seguí mamando hasta que me avisó "Si sigues así, tan rápido, me voy a correr". Yo lancé un ruido sin sacarme su polla de la boca. Me preguntó "¿Quieres que me corra?". Nuevamente sentí con un ruido. Claro que quería que se corriera. Estaba desenado sentir su semen en mi boca, verlo gemir de gusto. De vez en cuando dirigía miradas a su cara para que viera mi cara de zorra chupando y verle disfrutar.
Sus gemidos se aceleraron y yo me esmeré en la mamada, subccionando con fuerza, apretando los labios para darle más gusto, subiendo la cabeza hasta la punta y bajándola hasta que me rozaba en la campanilla. Por fín lanzó la frase que yo esperaba "Me voy a correeeeeeer" acompañada de un gesto de su mano para que me apartara. Pero yo no pensaba hacerlo. Comencé a gemir de auténtico gusto esperando su corrida, él estaba en silencio arqueando la espalda. Mamé todo lo que pude y empecé a notar su semen en mi boca. La boca se me iba llenando de semen y yo apretaba fuerte los labios, sin dejar de mamar. No quería que se me escapara ni una sola gota de su lefa, quería comérmela toda.
Continúe chupando hasta que su orgasmo acabó, con el semen en mi boca. Luego fui bajando el ritmo, pero continúe chupando al menso un par de minutos, para asegurarme de que no me perdía ni una gota. Por fin separé mi cabeza y mirándole a los ojos me tragué todo su semen.
Continúe jugando con su polla un rato hasta que por fin se volvió a subir los calzoncillos. En ese momento me volví a poner el abrigo y me marché.