Por fin dejó a papá

Esta es una historia, un poco larga de algo fantasioso, pero con pinzaladas de algo que si que me ocurrió de verdad. ¿Que es verdad y qué es fantasía?. Que cada cual decida

POR FIN DEJÓ A PAPÁ

Hola a todos. Les quiero contar que pasó con mis padres, y como eso me afectó a mí.

Les quiero decir que mi nombre es Pablo, tengo 18 años y estudio ingeniería informática, ya que me apasiona el tema de los ordenadores, la programación y todo el mundo que lo rodea. A pesar de tener que estudiar muchas horas saco algo de tiempo para echar alguna carrera o un partido de pádel, deporte al que cada vez estoy más enganchado. En esa afición muchas veces me acompaña mi madre, que si bien empezó a jugar con sus amigas, éstas se han quedado muy atrás tras los grandes progresos de mi madre, que para su edad juega más que aceptablemente.

En casa somos tres, mi padre, Javier, que tiene 44 años, estudió derecho y económicas y desde hace muchos años trabaja en una multinacional, que si bien ahora con la crisis se ha visto algo afectada, tiene muy buenos cimientos, por lo que digamos que ha resistido más o menos bien. A pesar de ser mi padre, he de reconocer que es un hombre difícil, quizá muy marcado por sus convicciones, ya que es del Opus. A pesar que ha intentado que entre en la “obra” y haber estado siempre en sus colegios, yo soy más que reacio a entrar en estas cosas…simplemente no va con mi forma de ser. Mi padre está más o menos en buena forma física, juega al tenis bastante bien (de ahí que mi madre se metiese en el pádel), y va con regularidad a un gimnasio.

Luego está mi madre, Alba, que no es porque sea mi madre y la quiero muchísimo, pero es una mujer guapa. Tiene 2 años menos que mi padre, o sea, 42 pero se conserva más que bien. Ella y mi padre se conocieron cuando estaban en la Universidad, donde mi madre estudio ingeniería industrial y trabaja en una empresa de seguridad, de las que instala alarmas y esas cosas. Ella como digo se ha aficionado al pádel y me ha aficionado a mi, donde con frecuencia soy su pareja en los mixtos. Su vida transcurre entre su trabajo, los compromisos sociales, sobre todo por mi padre y un poco sus amigas, con las que sale a tomar café al menos un día a la semana. Como decía es una mujer muy guapa, con un cuerpo más que apetecible, con buenas tetas, sin ser ni muy grandes ni pequeñas (en las que se les nota un poco los pezones cuando hace frío, o supongo que cuando se excita) y un culito firme por el ejercicio.

Vivimos cómodamente en un chalet en una urbanización de las afueras de Madrid, en un municipio vecino muy famoso por la zona de chalets. Evidentemente el nuestro no es ni mucho menos el más grande, pero tampoco es el más pequeño, con cinco dormitorios, gran salón y una pequeña piscina, la verdad, pequeña, pero genial cuando llega el calor y te puedes dar un chapuzón sin salir de casa.

Mis padres, aunque aparentemente iguales, en mi fuero interno veía que eran diferentes, ya que mi padre es el prototipo opusiano, pero mi madre no. Ella lo aceptaba, pero se la veía que no era natural del todo en ella.

La cosa, y he de reconocer que no me sorprendió del todo, es que cuando terminé el curso, mis padres me dijeron que se iban a separar…al menos de momento (aunque yo pensaba que era mas que de momento) y que debía decidir con quien me quería quedar…la verdad es que no tenía que pensar nada, ya que estaba más que claro que me quedaría con mi madre. Lo dije con tacto, para evitar problemas y ellos me dijeron que mi madre y yo nos quedaríamos en la casa “habitual” y mi padre se iría a un apartamento en Madrid, cerca de su trabajo y que tenían hace tiempo. Pues en pocos días mi padre recogió sus cosas y se marchó. Quedamos en que cuando el pudiese y yo también nos veríamos, sin establecer visitas programadas ni nada de eso, ya que no era un niño.

Al cabo de unos días, yo estaba de vacaciones y mi madre las iba a pillar en poco más de un mes. En principio se iba a ir con mi padre a algún sitio, pero ahora…no sabía que iba a hacer. Por eso cuando estábamos cenando me preguntó que pensaba hacer en las vacaciones…si pensaba ir a algún sitio, o si quería ir con ella de vacaciones. Le dije que si quería la acompañaba (el problema es que no sabía a donde era). Dijo que miraría a ver donde podíamos ir.

Era ya principios de julio y si conocéis Madrid la verdad es que suele hacer bastante calor. Por eso estaba en casa…o en la piscina. A veces venia algún amigo o iba yo a su casa, pero muchos se habían ido de vacaciones, o a la playa o a su pueblo (la mayoría de los madrileños tienen un “pueblo” al que van en vacaciones o fines de semana)

Una tarde después de comer me fui a tomar el sol y a refrescarme en la piscina. Al cabo de un rato mi madre regresó del trabajo y me acompañó. La verdad es que me sorprendió que no llevase uno de sus bikinis bien grandes, sino uno más ajustado, que la verdad me dejó sin palabras, sobre todo al ver el cuerpazo de mi madre

  • Hola cielo, que tal el día?

  • Bien…como comprenderás no he madrugado mucho, pero tampoco me levanté muy tarde y nada…vegetando por aquí

  • Ya, bueno yo hoy también he tenido un día mas o menos tranquilo, se nota que estamos en julio

  • Si, mucha gente de vacas…y los que no están, pensando en ellas

  • Si, jejeje, como yo, pensando a donde vamos

  • Donde quieras…

  • Ya, pero mas o menos lo he decidido, quedan unos flecos y si todo va bien, ya te digo a donde vamos…será una sorpresa

  • OK

  • Bueno, otra cosa de la que quería hablarte era de la separación…ya se que es cosa nuestra, pero tu eres parte de la familia, como no, y creo que debes saber los motivos, o al menos parte de ellos (eso me dejó un tanto intrigado). Bueno lo principal es que si bien no nos llevamos mal, nuestros caracteres son bastante diferentes

  • Eso salta a la vista, cualquiera que os conozca un poco

  • Si, pues eso, que en muchas cosas pensamos igual, pero en otras no…y es por esas cosas por las que hemos decidido ir cada uno por su lado, al menos de momento

  • Me parece perfecto, si no estáis bien juntos, a lo mejor estáis bien por separado

  • me alegra mucho que pienses así…con los sitios donde…bueno pensé que a lo mejor no te parecía bien

  • Mami…¿tu eres del Opus?, papá seguro que si, pero tu, no estoy muy seguro

  • Pues tienes buen sentido de la observación. Ese es uno de los motivos por lo que más discutíamos tu padre y yo. La verdad es que casa uno haga lo que quiera, pero que te obliguen no me parece bien

  • Eso me parecía

  • Sin ir más lejos, este bikini con tu padre es imposible que me lo hubiese puesto…es nuevo, pero antes ni me atrevía a comprarlos

  • Bueno, me di cuenta que no eran los que te solías poner

  • Es que ni se me ocurría, pero ahora si que puedo, salvo que a ti te parezca mal

  • ¿A mi?...que va…como si te quieres poner en bolas- le dije un poco en broma, para quitarle hierro al asunto

  • Ja, ja, ja…

  • Bueno, que lo sepas

  • ¿En serio que no te importaría que hiciera por ejemplo topless…aquí o en la playa?

  • No, en serio, si es lo que te apetece, a mi me parece genial

  • La verdad es que muchas veces me he preguntado que se siente al hacer topless

  • Pues ya te digo que si tu quieres…

  • ¿Sabes que?

  • Dime

  • Si que quiero…quiero probar que se siente, sin reproches ni malas miradas, ni malos modos, ni indirectas en las que insinúas que las mujeres que hacen topless son unas putas ni nada de eso.

  • Bueno, si te digo la verdad, a pesar de haber estudiado siempre en los colegios en los que lo he hecho, hay muchas cosas con las que no estoy de acuerdo

  • bueno, la verdad es que lo imaginaba también

  • Hay cosas que no están mal, pero en otras…joder, estamos en el siglo XXI, no en la Edad Media

  • Me alegra que pienses así, hijo

  • Bueno, yo respeto a todos, y a todo…o casi

  • ¿Cómo casi?

  • No respeto a los que piensan que las mujeres son menos que los hombres o a los que maltratan

  • Vaya…creo que tengo un hijo de lo más inteligente

  • Eso debe ser herencia materna

  • Ja, ja, ja…mucho más inteligente de lo que pensaba- reía mi madre mientras lo decía

  • Bueno, me alegro que pienses eso de mí.

  • Claro que si mi amor, estoy más que orgullosa de ti. Bueno… ¿en serio que no te molesta que me ponga en topless?

  • No

  • ¿Seguro?

  • Seguro

  • Bueno…entonces voy a probar a hacer algo que hace mucho que quería hacer- dicho esto tiró hacia atrás de sus manos y se desató las cintas del bikini, creo que un poco temblando, pero el hecho es que se soltó el bikini y sus preciosas tetas salieron en toda su libertad. Los pezones eran como presumía, bastantes grandes, de un color bastante más oscuro que lo que por no tomar el sol en topless podría pensar

Yo no sabía que hacer…o mejor, no sabía a donde mirar. Si que sabía a donde quería mirar, pero no era cuestión de mirar de forma muy descarada.

La verdad es que estuvimos así unos cuantos días, hasta que mi madre me dijo a donde nos íbamos de vacaciones…me dijo que había encargado un paquete vacacional a la Riviera Maya, a un hotel que se lo vendieron como de lujo a una suite…en principio todo perfecto. La verdad es que mi madre no reparó en gastos y como digo reservó una suite y los billetes de avión en eran en clase Business. Seguimos la parte del verano hasta la salida.

Fuimos al aeropuerto y allí estuvimos en la sala VIP ya que al ir en esa clase podías usarla. Para mi eso era nuevo. Yo siempre era de los de turista y hoteles normales, sobre todo cuando iba con mis amigos.

Al llegar a México después de un cómodo viaje de unas cuantas horas pasamos los trámites de in migración y nos recogieron para llevarnos al hotel. Mi madre había reservado transporte privado, para no estar esperando mil horas hasta que llegan todos al autobús. Al llegar nos explicaron las cosas normales del hotel…que si es todo incluido, los restaurantes, las horas, las piscinas, la playa…lo normal

Tras deshacer las maletas vimos la habitación. Decidimos en principio que yo me quedaría en el sofá-cama que estaba allí mientras mi madre se quedaría en la cama King size.

Como era por la tarde salimos a dar una vuelta. Luego cenamos y nos quedamos a ver el espectáculo del hotel, haciendo tiempo para adaptarnos al horario. Tomamos un par de copas y nos fuimos a dormir

Al día siguiente nos levantamos bastante pronto, nos dijeron que lo normal por el viaje. Fuimos a desayunar y nos preparamos para ir a la playa. Haríamos un par de excursiones, pero como estaríamos diez días, teníamos tiempo de sobra. Cogimos las toallas y nos dirigimos a la playa. La verdad que la piscina era impresionante, pero mejor la playa, que no la tenemos en Madrid

Al ser de los primeros casi pudimos elegir el sitio. Había gente, pero no mucha. Pusimos las toallas en las hamacas y nos pusimos crema protectora. Con el paso del tiempo empezó a llegar gente, sobre todo eran europeos y algún americano o canadiense, pero sobre todo los primeros. Mi madre me dijo después que se estaba fijando si la gente hacia o no topless. Se dio cuenta que si, y así me lo hizo saber

  • Sabes…he visto que varias mujeres se han puesto en topless, y creo que lo voy a hacer, si no te parece mal

  • Me parece genial, si tú quieres…

  • Creo que si…que me animo- dicho y hecho, se quitó la parte superior del bikini

Ahora sus tetas estaban más morenas que la primera vez que lo hizo

Por la noche, tras la cena y el espectáculo habitual, que estaba bien, pero a veces resultaba cómico ver como decían lo mismo en español, ingles, italiano, francés…donde nos tomamos las consabidas consumiciones, para lo que pasa con frecuencia una chica la verdad que más que agraciada, nos fuimos a dormir. Mi madre a su amplísima cama de2 metrosy yo al más pequeño, pero no por eso menos cómodo sofá-cama. Pero conciliar el sueño me resultaba más que difícil. La visión de las tetas de mi madre impedía que pudiera cerrar los ojos, como si al hacerlo perdiera de vista tan espectacular ilusión.

Al día siguiente nos levantamos un poco más temprano ya que íbamos a ver Chichén-Itzá, que me resultó algo maravilloso, a pesar de no poder subir a la pirámide, no se si será verdad o no, pero dicen que fue a raíz de la muerte de una turista americana de 80 años, no quedando claro si porque cayó o le dio un patatús…con esa edad cualquier cosa es posible. También vimos en cenote sagrado, y otro más en el que nos podíamos dar un baño, y así lo hice. Fue una sensación de lo más raro, pero me gustó. A mi madre la visita le encantó. Estaba como una niña con zapatos nuevos. Hacía mucho que quería conocer esa zona, y al fin pudo hacerlo. No decía nada, pero se le notaba en la luminosidad de sus ojos y en su permanente sonrisa. Además cuando está contenta no para de hablar, es más sociable, y eso que ya lo es bastante.

Esa noche estaba muy contenta. Había reservado en uno de los restaurantes a la carta y fuimos a cenar, para lo que tuvimos que ponernos algo más formales (tampoco de etiqueta). Pedimos de comer y de beber, un buen vino, como no podía ser menos. Salimos y de camino al teatro mi madre se fijó en un puesto estaba justo a la entrada del teatro que era de cigarros. Se había formado un corrillo a su alrededor, de hombres en su mayoría, pero también algunas mujeres. Ella me dijo que se sorprendió un poco al ver como dos de ellas elegían un cigarro y la chica del puesto les daba algunos consejos de cómo fumarlos (les decía que no eran como los cigarrillos, que el humo no se tragaba y cosas del estilo, la verdad es que no prestaba mucha atención). Estuvimos hasta el final del espectáculo y nos fuimos a dormir. Esta vez, por el cansancio, presumo, si que dormí bastante mejor que la noche previa.

Al día siguiente, de nuevo tras el desayuno nos fuimos a la playa. Esta vez mi madre no esperó que nadie se pusiera en topless, ya que ese día ella fue la primera en practicarlo. En ese momento me di cuenta…bueno, ya lo sabía, pero ahora sin dudas, que me gustaba mi madre, y que me gustaba verla así, libre, por decirlo de alguna forma. Después de la excursión del día anterior mi madre estaba con un digamos subidón, ya que si bien es una mujer activa, me sorprendió al decir que si hacíamos parasailing. La verdad es que no llegué a decir nada, pero ella se dirigió a la caseta donde se alquilaban esas cosas y para después del “viaje” dijo que quería también una moto acuática.

Nos pusimos el chaleco y al arnés y salimos literalmente volando…la verdad es que la impresión fue fuerte, pero me gustó mucho. Mi madre reía y gritaba. No la reconocía, pero si que veía que estaba feliz. Recuerdo un grito que casi me deja sordo cuando nos fueron dejando caer hasta que nuestros pies rozaron el agua…

Al regresar tocaba la moto. Nos pusimos los chalecos y tras unas breves palabras de cómo era el funcionamiento, salimos a dar el paseo con la moto. En principio la llevaba yo, y notaba como mi madre se agarraba con fuerza, pero se notaba que estaba disfrutando. Luego cambiamos y era ella la que dirigía. Yo también me aferraba a ella con fuerza. Se tuvo que dar cuenta seguro, ya que era muy poco sutil. El resto del día lo pasamos en las hamacas tomando el sol, bebiendo piñas coladas y hablando de lo emocionante que había sido el día.

Por la noche fuimos a cenar al buffet, donde bebimos un poco más de vino y luego fuimos al espectáculo, que la verdad no recuerdo bien de que era, pero nos reímos mucho. Al salir del teatro estábamos contentos. Al pasar junto al puesto de habanos mi madre se paró

  • Un momento, quiero ver una cosa- dijo deteniéndose junto al puesto. La chica le explicaba a un señor las cualidades de un cigarro en concreto. Cuando terminó mi madre le preguntó que le aconsejaba a alguien que nunca había fumado habanos. La chica le empezó a explicar unas cosas y que si nunca había sido fumadora de habanos, lo mejor era empezar por uno suave…la verdad es que me perdí, pero me quedé de piedra cuando veo que mi madre toma de las manos de la chica un habano, se lo lleva a la boca y ella se lo enciende. Era alucinante, ya que en mi vida había visto a mi madre fumar.

  • Anda, cielo, vamos a sentarnos aquí un poco- dijo señalando unos sillones de cómodo aspecto puestos cerca de donde estaba el puesto de habanos, lugar típico donde la gente se iba fumarlos.

  • Y eso mami?

  • Ya ves…hay que probar cosas nuevas. Ayer me quedé con la intriga, y por eso hoy no me quise quedar igual-

Enseguida vinieron a preguntarnos por bebida, y mi madre pidió un whisky escocés. Yo fui más clásico y pedí un cubata.

  • ¿Quieres?- me dijo, ofreciéndome el habano

  • Sabes que no fumo

  • Ni yo, pero esto es, digamos, especial. Ni siquiera tienes que tragarte el humo…mira- me hizo una demostración

  • Bueno, va, a ver que se siente…

  • Ese es mi niño…bueno, no tan niño ya- dijo guiñándome un ojo

Terminamos el habano, y ahora un poco más contentos nos dirigimos a la habitación. Camino de la misma mi madre me agarró del brazo, como si fuera su pareja. Al hacerlo me entró un escalofrío por el cuerpo. Llegamos a la habitación y entramos. Mi madre me dijo que me agradecía mucho el que la hubiese acompañado a las vacaciones. Que hacía mucho tiempo que no se divertía tanto, que lo estaba pasando realmente bien

  • Y cuando ibas con papá, ¿no lo pasabas bien?

  • Bueno, era completamente diferente. Para empezar que jamás habríamos venido a un sitio como este. No es nada “respetable”. Las mujeres van con las mamas al aire y eso es intolerable- dijo parodiando a mi padre, por lo que me reí

  • ya, Imagino que estas cosas no serían habituales

  • Y no digamos si la que hacía, como lo he hecho aquí, el topless era yo…bueno, bueno, no se si aquí hay uvis-móviles, pero desde luego habría necesitado una. Ja,ja,ja…no se que habría dicho, pero si que me imagino su expresión…señalando mis tetas sin poder casi hablar, y rojo como un tomate

  • Ja, ja, ja…si me imagino…diría…”Alba, pero, pero…que haces, por dios…estás, estás…mostrando las mamas”- dije yo también imitando o intentándolo al menos la voz de mi padre

  • ¡Si…seguramente habría dicho algo así!- rió mi madre- Y no sabes la de veces que me habría gustado responderle, pero sabes como es…no se le puede llevar la contraria en nada. Pero decirle, algo así como, ¡Joder, Javier, no son mamas…son tetas, y no pasa nada, ves?

  • Y seguro que además solo pensaría en lo que estuviera pensando, ni repararía en el pedazo de mujer que tenía- dijo yo, sin pensar mucho en lo que decía, pero convencido de lo que estaba diciendo.

  • ¿En serio piensas eso?

  • Claro…solo hay que tener ojos en la cara

  • Caray…creo que es piropo más bonito que me han dicho…

  • No me lo creo

  • De veras

  • Seguro que tienes más de un piropo al día…y más de una proposición

  • Bueno…alguna si que ha habido…

  • ¿Y?

  • Nada…nunca acepté ninguna. Soy una “mujer respetable”- dijo imitando de nuevo el tono de mi padre.

  • Ya…claro- dijo en el mismo tono jocoso

  • Como que ¡claro!... ¿que has querido decir?

  • Nada…que claro que eres una mujer respetable

  • Ni lo dudes,  aunque ahora que he ido enseñando las tetas por ahí…quien sabe- río un poco mi madre

  • No creo que hayas pérdida nada de tu respetabilidad- le dije, trabándome un poco al hablar

  • Ya…- y me dio un beso en los labios. Beso al que yo respondí de dos formas. Una, la normal, devolviéndole el beso. Y la otra, de forma involuntaria, con una erección descomunal. Nos apasionamos un poco, pero luego mi madre digamos que recuperó el rol de madre- No, Pablo…para, esto no está bien

  • Ya…

  • nada. Lo mejor será olvidar lo que ha ocurrido

  • Si, será mejor- le dije yo, totalmente confundido por la situación

Nos fuimos a dormir, pero como comprenderéis, apenas pude pegar ojo. Estaba completamente en fuera de juego. No sabía que había ni como había pasado “eso”

Mi madre intentó que las cosas siguieran como si tal cosa. De lo más normal. Fuimos a desayunar, a la playa, donde de nuevo se puso en topless, intentando reafirmar la normalidad de todo. El dio fue “normal” pero fue raro, era un contrasentido.

Por la noche intentamos que todo volviera a ser rutinario y tras cenar en un restaurante a la carta de marisco, fuimos al teatro…y de nuevo al salir mi madre pidió otro habano. Nos sentamos a hablar mientras bebíamos algo y ella se fumaba el cigarro. La conversación era del todo intrascendente, hablar por hablar

Luego fuimos a la habitación y nos sentamos en la terraza y seguimos hablando, pero en este caso, la conversación fue tomando otro cariz

  • Hijo…quería hablar contigo un poco más tranquilamente…de lo que sucedió anoche…

  • No hay nada que hablar…dijiste que lo olvidara y así lo he hecho

  • Ya, me alegro, porque no se como decirlo…es que realmente no se que pasó anoche…la verdad es que no lo se, no tengo ni idea de lo que pasó por mi cabeza

  • Bueno…son cosas que pasan…y ya está

  • Si, pero no está bien

  • Bueno

  • Anoche digamos que olvidé que era tu madre y solo te veía como un hombre…tenía deseos…menos mal que recuperé la cordura a tiempo, porque estuve a punto de…

  • ¿De qué?

  • Nada…

  • Dímelo, venga-le dije yo, que ahora quería saber

  • Pues que estuve a punto de ir demasiado lejos

  • ¿Cómo?

  • Joder, Pablo, que ya no eres un niño. ¿Te crees que no me di cuenta que cuando pasó lo de anoche te empalmaste? Ese no fue el problema…el problema es que estuve a punto de aprovecharme de eso- dijo mi madre bajando la mirada. Me acababa de confesar que sintió deseos de hacerlo conmigo

  • ¿Y que pasó para detenerte?

  • Pues que soy tu madre…y eso no hubiese estado bien…nada bien

  • Pero… ¿tenías ganas de…?

  • ¡Coño…claro! El hecho de ser tu madre no significa que no tenga sexualidad. La tengo, un poco olvidada, pero la tengo, y te digo que una no es de piedra.

  • Entonces… ¿hubieras follado conmigo?

  • Pues claro…con el calentón que tenía anoche…bueno, que tengo estos días…claro que lo habría hecho, pero no se que hubiese pasado luego

  • ¿Quieres hacerlo?

  • Si…digo… ¡Noooo!

  • ¿Entonces…si o no?

  • ¡Por favor! No me líes y me hagas decir algo que no quiero decir

  • Bueno… ¿que es lo que quiere decir?

  • No seas así…no, por favor

  • Pero ¿Qué pasa?

  • Que me estás liando…y no es lo que quiero

  • ¿Yo?

  • Si…tu

  • ¿Por qué dices que te estoy liando?

  • Porque me da…no se

  • ¿Qué pasó anoche?

  • Algo que no tenía que haber pasado NUNCA- dijo elevando un poco el tono de voz

  • ¿Y eso?

  • Que hubiera pasado si…digamos, nos hubiese gustado, dime, eh

  • No lo se…no diste opción

  • No lo dirás en serio, ¿no?

  • ¿Qué?

  • Que serías capaz…de hacerlo conmigo

  • ¿Y por que no?

  • Pues porque soy tu madre, joder. Por eso

  • ¿Y tu lo harías?

  • Si…digo, no…no se, me estás liando de nuevo

  • ¿Entonces, en que quedamos…si o no?

  • Creo que si, pero no se que pasaría después…el miedo que tenía y tengo es, que pasaría si me gusta

  • ¿Lo   quieres averiguar?

  • Joder, Pablo, que estoy hablando en serio

  • Y yo…-dijo un poco a ver que pasaba

  • Pablo…que esto no es una broma

  • No he dicho que lo sea

  • Te acostarías conmigo…soy tu madre, una vieja para ti

  • De vieja, nada…en los días que llevamos aquí, no creo haber visto ninguna chica, ni más joven ni mayor que tu que tenga mejor cuerpo, ni que sea más guapa

  • No me tomes el pelo…

  • Lo digo completamente en serio- la verdad es que se lo decía en serio, mirándola fijamente a los ojos. Mi madre también me miro. Se acercó a mi y literalmente me mordió la boca…nos besamos como locos. Lo siguiente fue quitarnos la ropa, si bien sería más propio decir arrancarnos la ropa, porque eso fue lo que pasó. Tras quitarse el sujetador primero agarré, luego besé, chupé, mordí sus tetas. Mi polla se puso como nunca había estado. Nos fuimos a la cama y nos seguimos besando, mordiendo, abrazando. Volví a lamerle los pezones…los mordía, los ansiaba, los quería para mi.

Mi madre se puso un poco más cómoda en la cama. Abrió levemente sus piernas y entonces hice algo que hasta el momento nunca había hecho, y con quien mejor que con mamá para estrenarme…comerle su coñito, delicioso

Lo primero que me llamó la atención fue lo húmedo que estaba…soltaba como un liquido espeso, que no se a otros, pero a mi me encanta el sabor. No puedo recordar cuanto tiempo estuve comiéndole el chochito a mamá, pero creo que me podría pasar la vida haciéndolo

Ella movía sus caderas cada vez que pasaba mi lengua por su sabrosa raja.

  • Joder Pablo…que rico mi amor…que rico!

  • Si que está rico…delicioso, el mejor manjar de todos- le decía a mi madre entre lamida y lamida de su ya no húmedo, sino chorreante sexo. Mi madre agarraba las sábanas con fuerza mientras yo me deleitaba. De pronto mamá empezó a tensarse un poco, aceleró su respiración para luego casi detenerla mientras de su vagina fluía una gran cantidad de líquido. Mi madre se había corrido mientras le comía el coño. Aquello era increíble.

  • Mi niño…ya eres un hombre, me has hecho correr como nunca…esto que me ha pasado, te juro que es la primera vez- dijo señalando su eyaculación, que era casi como si se hubiese meado, una autentica pasada. Estaba sudorosa, con una gran sonrisa dibujada en su cara.

  • Contigo…todo es más fácil- le dije

  • ¿Si?... vamos a comprobarlo- dijo mientras se acercaba a mi polla con cara maliciosa. Empezó a chuparme muy despacio mi miembro, solo pasando la lengua por mi mástil, de arriba abajo sin apenas detenerse. Era el placer más grande llevado a su extremo. Luego se metió la polla en la boca mientras que con la lengua jugaba con mi glande. Notaba que me faltaba poco…muy poco, y se lo hice saber a mi madre

  • Mami…estoy a punto…casi estoy

  • Si mi amor- dijo mi madre sacando mi polla de su boca y acercándosela a sus tetas, las cuales empezó a frotar, para finalmente dejar escapar un cargamento de líquido blanquecino que se extendió sobre todo encima de sus preciosos senos, pero que también llegó a su cara. Una gran gota estaba justo al lado de la comisura derecha de sus labios. Con la punta de la lengua la buscó y la probó

  • ¿Te gusta?- le pregunté

  • Me encanta. Y eso que es la primera vez que lo hago…no comer la…sabes que, sino tragarlo, aunque sea un poco. Vuelvo en seguida mi amor- dijo mi madre que se acercó al baño y se limpió un poco

  • Te digo en serio que eres la mujer más guapa que hay en este hotel…bueno, y de otros que he visto

  • ¿Seguro?...me estás engañando, eres un adulador

  • No he dicho nada más en serio en mi vida- le dije mientras la miraba a los ojos

  • Vaya…si me lo voy a creer y todo

  • Pues créetelo, porque es la verdad. Además, si no fuera cierto, no estaría…así ya- le dije señalando mi nueva erección.

  • Ya veo…ya. Eso…hay que aprovecharlo- dijo mi madre de nuevo con una mirada vidriosa de deseo. Se sentó a horcajadas sobre mí, se llevó su mano derecha a su aun mojado coño y separó suavemente sus labios, para guiar con su otra mano mi polla a la entrada de su tesoro. Al entrar mi madre lanzó una especie se gran suspiro y se quedó quieta por apenas un par de segundos. Luego empezó literalmente a cabalgarme

  • Mami…es increíble- le dije mientras observaba como sus tetas se bamboleaban arriba y abajo, con sus ojos cerrados acompasando su respiración a los movimientos de entrada y salido de mi polla de su cuerpo.

  • Si mi amor…increíble- decía mientras se llevaba las manos a su nuca, como si se sujetara la cabeza. La imagen de las tetas de mi madre saltando frente a mi me daban una excitación extra…algo difícil de explicar, porque la que tenía era mucho más allá de cualquier cosa digamos normal. Mi madre empezó a jadear, casi como lo hacen en las pelis porno, pero con la certeza que esto no era para nada fingido. Lo sentía de verdad

  • ¡Si, si!- decía con las pocas fuerzas que podía dedicar a articular alguna palabra

  • Oh…mi amor… ¡que gusto, que gusto! ¡Me matas mi amor…me matas de gusto! Lléname amor, llena el coño de tu madre, que estaba seco. Dame tu leche mi niño, dale a mamá lo que ella quiere- mi madre al tiempo que decía estas cosas aumentaba cada vez un poco más su velocidad. Sus tetas se desbocaban con los movimientos y su respiración se agitaba cada vez más. Y mi cuerpo estaba a punto de explotar de deseo

  • Mami, ¡estoy a punto de irme!!!!

  • Pues vente en el coño de mamá…quiero tu leche mi amor…dámela, dámela mi amor

  • ¡Mamá!- grité mientras descargaba de nuevo una cantidad mayor si cabe, de la que había eyaculado unos minutos antes

Mi madre cayó, como rendida a mi lado. Me besaba

  • Mi amor…te quiero mi amor- decía una y otra vez

  • Y yo a ti

  • Ya, pero tu me has hecho sentir mujer de nuevo, sentir cosas que hacía mucho que no sentía…y otras que no había sentido jamás. Nunca me había corrido como ahora, pero es que nadie me había follado como tu…no es que sea ni mejor ni peor, es simplemente diferente, maravilloso…algo que nadie, ni el mejor amante del mundo superaría

  • Tú eres la mejor amante del mundo- le dije mientras le daba un beso

  • ¡Halagador!- me dijo al devolverme el beso y abrazarme. Poco a poco, así abrazados nos quedamos dormidos

A la mañana siguiente, cuando desperté, no sabía si había sido un sueño, pero mi madre estaba allí, desnuda a mi lado.

Había sido real…y maravilloso