¡Por fin cornudo!
Esta es la historia real de cómo conocimos a Mario y como Mario terminó haciendo realidad mi sueño de ver a mi mujer con otro .
Me encontraba sentado en la silla de la sala, rodeado de compañeros, oyendo de fondo la voz del monitor darnos la charla sobre los nuevos procesos a instalar pero en mi mente solo tenía las palabras del mensaje del móvil que hacía 5 minutos había recibido de mi mujer: "Mario va subir a la habitación a las 20:00 .".
Pasaba el tiempo extremadamente despacio. No podía atender a las palabras del monitor, ni prestar atención a nada que no fuera ese mensaje Me imaginaba a mi mujer caliente y excitada abriendo la puerta de la habitación del hotel a Mario. Me imaginaba como iría vestida para él, para el macho que se la iba a follar. No podía dejar de pensar en ellos dos estando juntos en la habitación mientras yo estaba en la sala de la planta de abajo asistiendo a un más que aburrido cursillo.
Hacía ya una hora que había recibido el mensaje de mi mujer. Seguro que para entonces ella estaría totalmente desnuda, pero ¿Cómo saberlo? Los nervios me recorrían todo el cuerpo y cada vez se hacían más intensos. Quería levantarme en ese mismo momento y subir corriendo a la habitación. Deseaba ver esa escena que seguro se estaría produciendo ya.
Hacía ya dos horas del mensaje y en mi mente se mezclaba la voz del monitor con las imágenes de mi mujer y Mario juntos, desnudos A los nervios que tenía desde hacía 2 horas se le unió un sudor frío y un dolor de cabeza que no me dejaba razonar en nada. No aguantaba más la presión, necesitaba salir de esa reunión como fuera, aunque fuera una llamada para que mi mujer me dijera que estaba haciendo
Habíamos venido a Madrid a que nos dieran unas charlas sobre un nuevo programa informático para gestionar la empresa. Teníamos reservado habitación de matrimonio en el Hotel Gaudí de la Gran Via de Madrid y mientras yo estaba en la sala de reuniones aguantando esa charla, mi mujer seguramente se encontraba desnuda y abierta de piernas recibiendo el placer del miembro de Mario. Pero . Mejor será que empiece a contar la historia desde el principio:
Mi nombre es Xavi y les voy a contar la historia de cómo Mario consiguió lo que para mi era una fantasía erótica desde hacía bastante tiempo. Y era el ver a mi mujer disfrutando y teniendo sexo con otra persona que no fuese yo.
Todo comenzó hace 3 años cuando instalamos Internet en casa. Entonces Internet solo era la novedad y tanto mi mujer como yo nos metíamos a investigar ese mundillo, sin hacer nada concreto ni nada erótico. A los pocos meses empecé ya a meterme en páginas eróticas o de pornografía a escondidas de mi mujer. A ver los millones de fotos de mujeres desnudas que uno puede encontrar en la red, a ver foros relativos al sexo etc.
Fue en aquella época cuando el ver fotos pornográficas dio paso a chatear con gente. A compartir mis fantasías sexuales con otras personas y el ver y conocer las fantasías de los demás. No pude resistirme a contar a más de uno que mi mayor fantasía era el ver a mi mujer con otro hombre, experimentando una sensación muy especial al hacerlo y es que el contarle mi fantasía a extraños me excitaba mucho. Eran tremendas las erecciones que tenía con las conversaciones mantenidas con la gente que iba conociendo. Oyendo o mejor dicho "leyendo" lo que harían a mi mujer, lo que les gustaría que ella les hiciera, como la tratarían, como la usarían etc.
Eran tales las erecciones y la excitación que tenía compartiendo mis fantasías con los demás, que decidí dar un paso más. Y es que decidí compartir mi fantasía con mi mujer. Empecé a hablarle y a preguntarle mientras lo hacíamos sobre si le gustaría que fuese otra persona quien la estuviese penetrando, si le gustaría que estuviera con otro hombre y parece que le gustaba bastante la idea, porque no solo no le molestaba si no que notaba una excitación extra en ella. Una vez que supe que a ella también le podría excitar esa idea, le confesé lo que llevaba semanas haciendo y por supuesto terminé contándole la tremenda excitación que me provocaba pensar e imaginármela con otra persona que no fuera yo. Todo eso contado mientras la penetraba. Recuerdo perfectamente ese momento y nunca se me olvidará la imagen de mi mujer en la cama a cuatro patas y yo por atrás penetrándola vaginalmente y tras confesarle mi fantasía, sus palabras mezclándose con fuertes gemidos de placer diciéndome que si, que le excitaría mucho que fuese otro quien la follase, que fuese otra polla quien la penetrase Ese día mi orgasmo fue tremendo
Tras confesarle a mi mujer mi fantasía y saber que tenía su "aprobación" le expliqué que la gente con la que hablaba me mandaba fotos de sus mujeres o novias para que las viese por lo que le propuse a ella el hacerle unas fotos eróticas, de su cuerpo, de sus pechos, de su culo para intercambiar dichas fotos. Eso si, siempre con la obligación de que no se le viese la cara en ninguna de las fotos.
Seguí chateando y conociendo gente nueva, todavía sin la compañía de mi mujer ya que ella todavía no se atrevía a dar el paso de conocer gente nueva. Cada vez conocía gente más morbosa, cada vez eran más excitantes las historias que me contaban y el enviar fotos de mi mujer a toda esa gente me volvía loco de excitación. Era terrible el morbo que me producía el compartir a mi mujer
Hacía ya un año que empecé a chatear y a pesar de a que mi mujer cada vez le daba más morbo la idea de estar con otro hombre, todavía no se atrevía a hablar con nadie ni a conocer a gente nueva por mucho que yo la insistiera. Estábamos en esa situación cuando mi mujer sabiendo de mis ganas por compartirla, me vino a contar una historia que le había pasado con un hombre. Y es que un tal Carlos de Madrid se había puesto en contacto con ella a través del móvil. Le contó que la conocía por medio de gente en común y que le había costado bastante conseguir su móvil, pero que por fin lo había logrado. Que se ponía en contacto con ella porque le gustaba mucho y no sabía como contárselo, ya que a pesar de tener amigos comunes no coincidían en persona debido a la distancia que había de por medio. Ya que tanto mi mujer como yo somos de Barcelona y él como he comentado antes era de Madrid.
Yo por supuesto, aunque al principio extrañado y sorprendido por tal historia, terminé animándola a que le diera juego a ese hombre, que intentara conocerle, saber cosas de él, que ella misma le llamara de vez en cuando para demostrarle que estaba interesada.
Durante esos días no dejaba de pensar como sería ese tal Carlos, lo que hablaría con mi mujer, las cosas que la diría, si la estaría calentando con esas conversaciones, si mi mujer estaría sintiendo algo por él hasta que dos semanas después de que mi mujer me hablara por primera vez de su admirador secreto me contó mientras lo hacíamos lo que había hecho el día anterior con esa persona. Y es que parece ser que hablaba con él todos los días y en la última ocasión que lo hizo la conversación se desvió tanto hasta que mi mujer terminó excitándole las cosas que le contaba su admirador secreto, me confesó, entre los gemidos que le producía mi pene en el interior de su vagina, la gran labia que tenía, como poco a poco la había ido calentando en la conversación y como muy despacio y con mucha sensualidad en su palabras la había ido excitando poco a poco. Yo desde luego oir a mi mujer contándome ese tipo de cosas me excitó de sobremanera y no pude hacer más que preguntarla, quería saber todo lo posible, que me contara con todo lujo de detalles ella por supuesto entre la excitación del momento y que porqué no reconocerlo la excitación que le daba el recordarlo, no dudo ni un instante en contar todos los detalles que yo le iba preguntando.
El orgasmo que tuve dentro de ella fue genial. Los dos gritando de pasión y lujuria. Los dos nos quedamos rendidos en la cama con nuestros cuerpos sudorosos abrazándonos mutuamente. Mi mujer me acababa de confesar que había tenido un orgasmo con otra persona que no era yo, y aunque fuera por teléfono y al contrario de sentirme molesto tuve uno de los mejores orgasmos de mi vida.
Después de esa noche mi mujer estaba ya totalmente decidida a dar un paso más. Quería hablar con su admirador secreto por el Messenger y que se vieran mutuamente. Me contó que tenía muchas ganas de verle, de saber como era físicamente. A si que pocos días después de esa noche llena de excitación agregamos al Messenger a Carlos.
Mi mujer quedó con él para verse una noche, pero con la condición de que estuviese yo presente. Según me contó mi mujer no le hizo mucha gracia a Carlos, pero terminó aceptando.
Esa noche se le notaba a mi mujer nerviosa, se notaba que tenía muchas ganas de verle, de saber como era físicamente. Para la ocasión mi mujer se puso un vestidito normal y corriente a pesar de Carlos le había pedido que se pusiera algo escotada para verla sensual.
Nos conectamos y el solo hecho de de ver el nombre de Carlos en la lista de contactos conectados, me hizo excitarme y tener ya una erección. No sabía como iba a reaccionar mi mujer, pero estaba loquito de excitación por ver como Carlos se la follaba.
Nada más verle, mi mujer me quito de las manos el teclado y el ratón y me dejó a un lado. Se puso a saludarle. Tras una pequeña conversación sin importancia decidieron poner las webcams para verse. Ante nosotros apareció un moreno bastante atractivo, de unos 35 años, media melena con el pelo medio revuelto y aunque no se veía muy claro se notaba que de ojos bastante oscuros. Se notaba que iba a gimnasios o hacía ejercicio habitualmente por lo fibroso y la forma de sus músculos marcándose en la ropa. Por su parte la visión que tenía de mi mujer Patricia era la de una mujer de 38 años, rubia natural, de ojos marrones y cuerpo aunque no delgadita si que bastante aceptable para haber tenido 2 hijos.
Después de charlar sobre lo que les parecía cada uno mutuamente, Carlos terminó echándole la bronca a mi mujer por no ponerse sensual y escotada como él le había pedido. Por lo que le pidió que se cambiara y se pusiera algo más escotada para él. Mi mujer para mi sorpresa no sólo no protestó si no que fue inmediatamente después de habérselo pedido a buscar algo más escotado para él. Ni que decir tiene que yo apartado de toda conversación, a un lado de los protagonistas, y tras ver como mi mujer obedecía sin rechistar a su admirador hizo que me tuviera que desabrochar los pantalones porque la erección de mi pene chocando contra el pantalón era bastante doloroso.
Estaba pensando en ponerme a hablar con Carlos aprovechando que estaba solo, para saber cosas de él y saber de que conocía a mi mujer cuando apareció Patricia con uno de sus vestidos más escotados que tiene. Era un vestido negro de tirantes, semitransparente y no sólo se había puesto escotada para él, si no que además se había quitado el sujetador, por lo que al ser semitransparente el vestido, se le veía gran parte de sus pechos dándole además un toque sensual y muy excitante.
No tardó Carlos en felicitar a mi mujer y piropear lo sexy que se había puesto para él. Ver como mi mujer se sonrojaba al recibir los halagos de su admirador hacía que me sintiera sumiso de ellos dos, pero a la vez me hacía sentir terriblemente excitado.
Lo que al principio era una conversación sin ningún tipo de importancia y era solo para romper el hielo, fue desviándose a una conversación llena de risas, intimidades y llena de morbo. En poco tiempo estuvieron hablando de sus respectivas experiencias sexuales y de lo que le gustaba a cada uno en el sexo. Se notaba que tenía bastante labia el tal Carlos, y al poco tiempo había conseguido que Pat se bajara los tirantes del vestido para él. Conozco a mi mujer lo suficiente como para saber que en esos momentos tendría el chochito bastante mojado y estaría bastante excitada. Yo viendo como mi mujer volvía obedecer sin ningún tipo de miramientos las peticiones de su admirador, no pude resistirme por más tiempo y empecé a acariciarme, acto que fue comentado por mi mujer a su admirador entre risas de los dos.
Había mucha complicidad entre los dos y bastante buen feeling. Estaba claro que a mi mujer le gustaba Carlos y viceversa. Mientras yo me acariciaba lentamente Carlos le propuso ir un poco más allá y le pidió que se bajara el vestido. Carlos quería ver los hermosos pechos de mi mujer. Estaba claro que mi mujer esa noche era suya, y no se negaría a nada que él le pidiera. Era increíble como en tan poco tiempo la había hecho suya, como sucumbía a todas las peticiones que le hacía su admirador.
Mi mujer, giró la cabeza para mirarme momento antes de desnudarse para Carlos. Por un momento pensé que sería para pedir una aprobación por mi parte que sabía que no necesitaba, pero para mi sorpresa la cara de malicia que puso mi mujer al verme fue más bien de "tu sigue masturbándote, que yo voy a hacer disfrutar a mi amante" Por lo que hizo sentirme por un momento un poco humillado y por supuesto sensación de estar totalmente fuera de ese juego. Esa misma humillación hizo aumentar en mi la ya de por si alta excitación que tenía.
Patricia bajó lentamente el vestido para dejar libres sus pechos con sus para entonces más que erectos pezones. A la vista de Carlos quedaron sus pechos de talla 100, bien redondos sin apenas caída y con una aureola de unos 3 centímetros de diámetro y con unos pezones como de medio centímetro aproximadamente.
No tardó mucho Carlos en bajarse los pantalones y mostrar su erecto pene a mi mujer. Vi la cara de sorpresa de mi mujer al verle el miembro a Javier. Expresión de sorpresa y excitación mezclada, reflejo de la sensación por la que todos hemos pasado al ver un cuerpo desnudarse ante nosotros por webcam por primera vez. Era bastante morboso saber la excitación por la que estaba pasando mi mujer, pero más morboso y excitante era ver la cara de morbosidad que ponía Patricia mordiéndose los labios al ver el aparato de Carlos. Aparato que se veía de mayor tamaño que el mío.
Tal como estaban las cosas ya, no tardaron mucho en acariciarse cada uno. Estuvimos masturbándonos los tres. Patricia y Carlos viéndose mutuamente y yo viendo como mi mujer tenía un orgasmo con alguien que no era yo. La verdad es que me gustó más de lo que pensaba terminar corriéndome mientras veía a mi mujer gemir, acariciarse sus pechos y coñito; ver como se penetraba con sus dedos a sí misma y como frotaba una y otra vez su clítoris
Pasaron los días y semanas, y repetimos en varias ocasiones la experiencia. Unas veces conmigo y otras mi mujer a solas con él. Ni que decir tiene que mi mujer prácticamente se intercambiaba mensajes con Carlos por el móvil o llamadas casi todos los días. Estaba Patricia para entonces muy enchochada con su admirador.
Hacía ya 3 meses que conocímos a Carlos y nos surgió la reunión de trabajo de todos los años por la que tenemos que venir a Madrid, por lo que sin dudarlo se lo contamos a Carlos y quedamos con él con la idea de vernos y conocernos en persona.
La idea principal sería de vernos los tres y dejar que ocurriera lo que tuviera que ocurrir, pero siempre contando conmigo y con la condición de que tuviera que estar presente en todo aquello que pudiera surgir.
Estábamos en el hotel preparándonos para quedar con él cuando recibió un msj mi mujer de Carlos donde decía que quería verla a solas, la incitaba y la animaba que así fuera, sin contar conmigo. A pesar de que mi mujer estaba enchochada con él y que le deseaba mucho, tampoco le hacía mucha gracia verse a solas con él, ya que al fin y al cabo era un extraño que todavía no sabíamos ni como había conseguido localizarla ni de que la conocía, por lo que le llamó y le explicó la situación. Nuevamente le dejó claro que tendría que ser la cita conmigo presente, a lo que Carlos contestó que conmigo delante no quería y ofreció la opción de verse a solas como única opción para poder conocerse.
Dado el deseo de mi mujer de poder conocerle y dado que Carlos todavía no me conocía, le ofrecí a mi mujer la opción de verse a solas pero conmigo a una prudente distancia vigilándola. Patricia entonces me dijo que le gustaba la idea, pero que no sabía que sucedería, que si la llevaba a algún sitio no podría subir con ellos y con lo que le deseaba cualquier cosa podría suceder . Dado que yo también deseaba que se conocieran, accedí corriendo el riesgo de perderme lo mejor del encuentro .
Una vez mi mujer habló con Carlos y le dijo que accedíamos a que se vieran a solas (lógicamente Carlos no sabría que yo estaría vigilando) quedaron en el sitio que Carlos detalló para verse.
La decepción fue terrible cuando después de una hora esperando en el sitio indicado por Carlos y a la hora señalada, no apareció nadie. Estábamos los dos muy decepcionados y tristes, pero en especial Patricia al ver que no había aparecido.
Decidimos pues irnos al hotel a montarnos nuestra particular fiesta privada y aunque no estuvo mal la noche ya que estuvimos follando casi toda la noche por la excitación contenida durante todo el día, ni mucho menos fue placentera, ya que un ambiente de desilusión reinaba en la habitación.
Ese fin de semana marcó el final de una pequeña etapa con Carlos y el inicio de otra. Ya que yo después de haberme quedado a las puertas de "compartir a mi mujer" tenía más ganas que nunca de poder conseguirlo. Por lo que desde el primer día que llegamos a nuestra casa me puse en búsqueda y captura de alguien nuevo en los chats.
Pasados unos días y tras hablar con varias personas que sólo buscaban cibersexo y una paja rápida, di con alguien que tenía de nick "buco_cornudo". Nada más ver ese nombre sabía que detrás de ese nick habría algún buen macho que seguro que le encantaría a mi mujer.
No dude en hablar con él, y tras presentarse como Mario estuvimos charlando por primera vez. Parecía la persona perfecta para lo que yo quería. El mismo buscaba a alguien a quien le gustase ver a su mujer siendo calentada y ligada por otro. Daba un sensación de seguridad en si mismo increíble. Rápidamente nos dimos las direcciones de Messenger para estar en contacto más a menudo y le estuve enviando fotos de mi mujer para que viera que le parecía. Le conté la historia del fallido fin de semana en Madrid y estuvimos charlando durante varios días. La morbosidad de los temas que trataba, la manera en que hablaba, las múltiples fantasías y juegos que tenía en mente para mi mujer demostraban lo experto que era en el mundo del sexo y a pesar de ello reconocía que había tenido muchas experiencia sexuales pero que a sus 30 años todavía no había estado con una pareja. Por eso una de sus mayores fantasías era la de estar con la mujer de alguien mientras el marido miraba como la poseía. Era tal el poder de seducción de y morbosidad tan elevados de sus palabras, que el sólo echo de hablar con él y leer sus planes con mi mujer me hacían tener erecciones increíbles.
No pasó más de una semana desde que conocí a Mario cuando ya le estuve hablando a mi mujer de él. Le conté que me parecía la persona perfecta, que era muy sensual y excitante. Y a pesar de a mi mujer todavía le duraba el disgusto y la decepción de Carlos accedió a conocer una noche a Mario pero con la condición de que fuera cuando ella dijera el momento apropiado.
Y ese momento llegó 2 semanas después. Avisé a Mario para que estuviera preparado esa noche. E igual que hacíamos con Carlos estuvimos tanto mi mujer como yo esperando a que Mario apareciera. Después de un momento de espera apareció la pantallita del Messenger dando aviso de que Mario se conectaba.
Esta vez, y dado que era yo quien conoció a Mario, fui yo quien se puso delante del teclado para hablar con Mario para presentarle a mi mujer. Para la ocasión y habiendo aprendido de la lección de la primera "cita cibernética" con Carlos, Patricia se puso directamente un vestido azul de tirantes para que Mario la viera atractiva.
Tras una breve charla conmigo, pidió enseguida que se pusiera Patricia para poder conocerla y ver como era. A lo que mi mujer accedió sin ningún problema. Se saludaron y tras otra breve charla de pocos minutos Mario en seguida estaba ya calentando a mi mujer con sus hábiles palabras y su caliente y más que morbosa conversación.
Tenía dudas de si Mario podría sustituir los sentimientos que tenía mi mujer hacía Carlos, pero desde luego a mi parecer era mucho más morboso incluso que él. Y además su correo electrónico del Messenger de "sexman_22cm" prometía mucho .
Media hora después de que Patricia se pusiera a hablar con Mario, ella ya estaba con los tirantes del vestido bajados, dejando un grandioso y morboso escote a la vista de Mario. Mario pidió que me colocara detrás de ella y la fuera acariciando los pechos y los pezones mientras ella seguía hablando conmigo.
Era de suponer la tremenda erección que tuve en cuanto mis manos se posaron sobre sus pechos, viendo como poco a poco se excitaba cada vez más mientras no paraba de hablar con Mario. Seguidamente y tras varios minutos acariciando y masajeando sus pechos, Mario pidió que le quitara el vestido del todo, a lo que los dos accedimos rápidamente. Vi el coñito de mi mujer totalmente empapado, reflejo de la gran excitación que mi mujer tenía. Y como si Mario me hubiese leido la mente, le preguntó a Patricia si estaba muy mojada.
- Dime Patricia, ¿Cómo estás? ¿tienes el coñito muy mojado?
- Ummm, si, creo que si. Estoy muy excitada .
- Veamos si es verdad cariño .. Tu Xavi tocale el coño y dime si lo tiene mojado.
Llevé mis dedos al coño de Patricia como Mario me había ordenado y noté lo empapado que lo tenía.
- Si Mario, lo tiene muy mojado. Mira mis dedos como están de mojados.
- Umm, me gustan, me gustan. Dáselos a probar.
De nuevo volví a obedecer, llevé mis mojados dedos a la boca de Patricia. Ella fruto de la excitación, abrió la boca y lamió los dedos con pasión y ansias.
Fue entonces cuando Mario decidió desnudarse y enseñar su cuerpo a los ojos de mi mujer. Lo que vimos cuando bajó sus calzoncillos nos sorprendió a ambos. Ante nosotros estaba un aparato bien erecto y duro. No mentía la cuenta de correo cuando ponía 22 cm. Si ya se sorprendió mi mujer con la polla de Carlos . Con la de Mario estaba anonadada.
Yo no aguanté más y también me desnudé. Estando los tres ya desnudos y totalmente excitados, a Mario se le ocurrió la idea de llamar por móvil para que tanto Patricia como él oyeran mutuamente sus gemidos.
Ahí estaba yo acariciando el coño de mi mujer por la nueva orden de Mario mientras mi mujer le explicaba por teléfono sus sentimientos y le mostraba sus gemidos sin ningún pudor. Notaba cada vez más mojado el coño de mi mujer, estaba totalmente empapado, a cada gemido que daba mi mujer daba la sensación de caer una lluvia de fluidos.
Entonces Mario le pidió a mi mujer que se pusiera a cuatro patas para que yo me la follase por atrás .. que duda cabe que esa orden fue la que más me gustó de la noche. Era realmente increíble la sensación y excitación follarme a mi mujer mientras ella seguía hablando con Mario, gimiendo para él y oyéndola decir lo que desearía que fuera esa enorme polla la que se la follase.
Así estuvimos bombeando durante un buen rato, hasta que ya estaba yo apunto de correrme. Pero Mario quería seguir jugando un poquito más. Pidió que me corriera en la boca de Patricia y que no se lo tragara. Quería ver mi leche dentro de su boca. Y así lo hice, cuando ya estaba apunto de salir mis chorros de semen, Patricia fue directa y sin ningún miramiento a meterse mi polla en su boca. Diosss, el placer que sentí fue enorme ..
Patricia como bien le había pedido Mario, estuvo sacando su lengua y con ella mi leche para que la viera Mario, estuvo jugando metiendo y sacando mi semen varias veces como una vulgar zorra. Escena tan sumamente morbosa que hizo correrse a Mario. Ante nosotros, nuevamente otra sorpresa y es que de la polla de Mario salieron 3 o 4 increibles chorros, más 2 o 3 más pequeños. Fue una corrida grandiosa y enorme. Por un momento parecía que no iba a parar echar leche.
Estaba claro que a Patricia le había gustado Mario y que iba a ser un buen sustituto. Definitivamente Carlos estaba olvidado en nuestras vidas.
Pasó el tiempo y con ello los meses fueron cayendo, nuestros encuentros a través del Messenger se repetían cada vez más y cada vez más eran más morbosas y lujuriosas las escenas vividas. La confianza que llegamos a coger mutua fue bastante grande. Unas veces lo hacíamos los tres y otras Patricia y Mario solos. Era bastante morboso llegar a casa después de trabajar y que me dijera mi mujer que se había corrido hasta 3 veces en la tarde follando con Mario.
Eran tal la morbosidad de los encuentros que incluso una de las veces Mario pidió que Patricia me penetrara con un consolador. Yo al principio era reacio, pero la labia de Mario, más las hábiles mano de mi mujer para masajearme el ano, hicieron que yo mismo terminara pidiéndole a mi mujer que me penetrara. Fue un morbo y un placer increíble. Mientras mi mujer me penetraba, me llamaba cornudo para que Mario que estaba al otro lado del teléfono me oyera. Me preguntaba si me gustaba ser cornudo, si me gustaba que me follara el culo y yo entre fuertes gemidos le contestaba que si e incluso le pedía que me lo metiera más
Esa noche donde mi mujer fue la puta de Mario mientras a mi me penetraba por el culo haciéndome correr del gusto, fue puro morbo y vicio sin ningún tipo de freno.
Después de esa noche y varios meses después tuvimos la noticia de que volvíamos a tener la reunión de todos los años en Madrid. Por lo que sin dudarlo se lo contamos a Mario.
Preparamos todos nuevamente. La idea era quedar con Mario después de que yo terminara la reunión, que Mario nos llevara a cenar a algún sitio de Madrid e ir conociéndonos e ir cogiendo confianza.
Llegó el esperado día, llegamos Patricia y yo a Madrid el sábado por la mañana a través del AVE. Y de ahí directos al Hotel. Comimos y yo me bajé a la reunión que terminaría sobre las 20:00 a 21:00. Habíamos quedado con Mario en que cuando saliera de la reunión le llamaríamos para vernos y quedar.
Y todo estaba transcurriendo como esperaba . Hasta que recibí ese mensaje. Ese mensaje que estaba haciéndome comer la cabeza, ese mensaje que no me hacía pensar en otra cosa que no fuera a mi mujer siendo follada por Mario. Sólo había pasado una hora que me encontraba en reunión cuando recibí el msj de mi mujer. Estaba claro que estaba caliente y no podía esperar 4 o 5 horas hasta que saliera de dicha reunión ..
Por fín y tras varias eternas horas terminó la dichosa reunión. Mientras los compañeros se quedaron en la cafetería del hotel charlando, yo con una estúpida excusa me subí corriendo a la habitación. No aguantaba más. Necesitaba ver y saber que estaba pasando .
Ante mí la puerta 317 donde estábamos alojados. Me paré un momento a respirar y tomar aire. No sabía que me encontraría detrás de esa puerta. Estaba pensando que estaría sucediendo cuando y tras el silencio del vacío pasillo empecé a oír algunos gemidos. Pegué la oreja a la puerta todo lo que pude para intentar escuchar y si, estaba claro. Era mi mujer la que estaba gimiendo. A pesar de haber una puerta entre medias y algún tabique reconocía perfectamente esos gemidos.
Abrí la puerta de una vez, y ahora se hicieron claros los gemidos, pasé lentamente y .. la escena que me encontré fue brutal para mi. Ante mi dos cuerpos totalmente desnudos tumbados en la cama. Mi mujer tumbada boca arriba con las piernas bien abiertas y Mario con la cabeza metida entre sus piernas comiendo y lamiéndole el coño a mi mujer.
Me quedé parado, paralizado viéndoles actuar. No sabía muy bien que hacer si hablar, si acercarme a mi mujer cuando mi mujer me miró, sonrió y me hizo una señal para que me acercara a ella. Yo rápidamente y sin perder más tiempo y viendo que la "fiestecita" había empezado sin mi, fui desnudándome lo más rápido que mis manos podían a la vez que me acercaba a ella.
Ya totalmente desnudo, me puse de rodillas encima de la cama a la altura de la cara de mi mujer, por lo que ella se metió mi aparato en su boca sin pensárselo. Por fin podía dejar escapar toda la excitación acumulada durante la reunión. Esa sensación tan agradable el calor de la boca de mi mujer en mi polla, a la vez que veía como Mario seguía comiéndole el coño a ella. Estaba haciendo mi primer trío y lo estaba disfrutando muchísimo.
Pasado un tiempo en esa posición, cambiamos. En este caso, yo me puse delante de ella a penetrarla y esta vez era la polla de Mario la que estaba en la boca de mi mujer. Mi polla entraba con suma facilidad dentro del conejo de Patricia, se notaba lo excitadísima y mojada que estaba. Mis gemidos se juntaron con los de ellos dos, los tres estábamos disfrutando como locos del placer del sexo pero en especial mi mujer que estaba gritando de pasión y placer como nunca la había visto. Con las ganas que tenía toda la tarde y con el placer que estaba recibiendo pronto aceleré mi ritmo en busca de mi orgasmo. El bombeo tranquilo con el que empecé a follármela se convirtió en fuertes y repetidas embestidas. Les anuncié entre mis gemidos la proximidad de mi corrida, por lo que le pedí a Mario que también se corriera. Quería que nos corriéramos los tres juntos, a la vez. Acelere aun más, ya notaba el orgasmo, los tres gimiendo Noté por fín la gran descarga que tuve dentro del coño de mi mujer mientras veía como Mario también se corría dentro de la boca de Patricia.
Estaba exhausto y pensando en las ganas que tenía de hacer lo que acababa de hacer, cuando vi como Mario tras pedirle Patricia que le besara, se unió a mi mujer en un fuerte y apasionado beso. Aun con el semen de Mario en la boca de mi mujer, sus lenguas juguetearon y dieron rienda suelta a la pasión que en ese momento les unía.
Después de ese primer contacto, por fin hablamos y estuvimos charlando unos minutos antes de ir cada uno a la ducha a ducharnos y salir a cenar por el centro de Madrid.
Estuvimos desde las 22.00 que salimos hasta las 02:00 que volvimos al hotel. Estuvimos cenando en diferentes bares picando y bebiendo algo. Durante ese periodo de la noche, la charla se centro en el encuentro que acabamos de tener los tres y lo que estuvieron haciendo duramente mi ausencia. Me estuvo contando Mario que Patricia le recibió con un vestido negro transparente sin ropa interior. Que nada más verse sus bocas fueron directas a besarse y morrearse. Y que tras ese apasionado beso se recostaron en la cama para charlar unos minutos mientras se acariciaban mutuamente.
Esas caricias terminaron en la excitación de ambos y se desnudaron a la vez. Me estuvo contando Mario con todo detalle como había estado lamiendo los pechos de mi mujer, los duros que los encontró y el morbo tan grande que le dio hacerlo.
Mi mujer por su parte me estuvo contando también como le estuvo lamiendo la polla. Intentó darme detalles de cómo con sus lamidas en el pene de Mario consiguió que se le pusiera bien dura, ya que hasta entonces y debido a los nervios normales del primer encuentro no la tenía dura.
Fue muy excitante ver a mi mujer, mientras se tomaba un cubata, como me explicaba la sensación que sintió al follarse a Mario mientras este estaba tumbado en la cama y ella encima de él. Detalles de las sensaciones que sintió al ser penetrada por primera vez por ese miembro tan grande, de cómo cogió ella misma su polla y se lo fue colocando y sentándose poco a poco sobre él.
Pero si ya de por si eran excitantes las conversaciones que estábamos manteniendo toda la noche más aun lo era cuando iba a la barra del bar de turno a pedir o al servicio y al volver encontraba los dos morreándose apasionadamente y acariciándose.
Después de cenar y para tomar unas copillas terminamos en una discoteca del centro de Madrid llamado Bourbon Café. Ahí se repitieron las escenas de los amantes besándose y tocándose pero esta vez se unió la morbosidad de verlos bailar pegados. Nos turnábamos Mario y yo para bailar con Patricia y para besarla. La gente que estaba a nuestro alrededor rápidamente se dieron cuenta de nuestros juegos y pronto estábamos rodeados de mirones y chulitos musculosos en busca de morbo y sexo fácil. Dándonos cuenta de que empezábamos a llamar demasiado la atención sumada a la excitación que ya llevábamos los tres, decidimos irnos sin más demora al hotel.
Una vez de vuelta al hotel, yo me tumbé en la cama y Mario me pidió que observara. Ante mi, los dos de pie estando Patricia mirándome de frente y Mario detrás de ella acariciándola de arriba abajo y besándola el cuello. Observaba detenidamente como le iba bajando los tirantes del vestido a mi mujer mientras notaba como se me ponía bien dura nuevamente. No pude resistirme a desnudarme y acariciarme la polla mientras veía como se besaban y como Mario había dejado ya totalmente desnuda a mi mujer.
Entonces Mario le preguntó a Patricia si quería que me la chupara a lo que ella contestó con un suave siii. Patricia fue arrastrándose por la cama hasta llegar a mi polla y directamente se la metió en la boca. Detrás de ella se acercó Mario a la vez que se desnudaba y dirigió su boca al coño de mi mujer. Hacia pocas horas que habíamos estado follando y nuevamente estábamos los tres llenos de excitación, recibiendo y dando los placeres del sexo oral
Tras un rato en esa postura los tres, Patricia siguiendo las indicaciones nuevamente de Mario se levantó y se puso encima de mi. Se metió de una vez mi polla en su más que empapado coño. Tras varios movimientos Mario se colocó detrás de ella una vez más y la empujó un poco pegándola hacia mi pecho . Yo noté como se pegaron los pechos de mi mujer en mi tórax mientras intentaba asomarme para ver que hacía Mario. Veía como Mario lubricaba el ano de Patricia con saliva y como seguidamente colocaba la punta de su pene el culo de mi mujer .Por los gritos que empezaba a dar Patricia supe perfectamente que Mario empezaba a penetrarla con sus 22 cm de carne. Tras varios movimientos más, Mario consiguió metérsela entera . Los gritos de Patricia se convirtieron en gemidos de placer. Un doble placer que en ese momento estaba recibiendo. Después de varias penetraciones descoordinados, porfín se unieron nuestros movimientos y al compás estuvimos penetrando duramente a Patricia, Las penetraciones y movimientos se repetían cada vez con más intensidad, los gemidos y gritos de Patricia cada vez eran más fuertes, Mario incitaba a que Patricia gritara cada vez más y le pedía que dijera que era su puta. Esa escena que duró largo tiempo terminó en un terrible orgasmo de los tres a la vez unido a los gritos de mi mujer diciendo que era la puta de Mario .
Tras esa genial follada, yo me quedé rendido en la cama y Mario invitó a Patricia a ir a la ducha los dos juntos a quitarse el sudor de sus cuerpos. Se metieron en el baño y cerraron la puerta.
Pasó un buen rato sin tener noticias de ellos en los que sólo se oía el ruido del agua caer mezcladas con algunas risitas. Me anime a ir al baño ante la gran curiosidad y morbosidad por saber que estarían haciendo, al abrir la puerta me encontré con otra escena digna de cualquier película porno. Ahí estaba mi mujer encima de la bañera, con los brazos sujetándose a la barra superior de la bañera, bien abierta de piernas y entre ellas Mario metiéndosela y follándola salvajemente. No reconocía a mi mujer, la cara de placer extremo no la había visto en mi vida, esos gemidos y gritos tan brutales tampoco se los había conseguido producir nunca.
La reacción de mi polla no se hizo esperar y se puso tensa y dura al instante ver esa escena, no pude más que masturbarme ahí pegado a la puerta como un vulgar carnudo sumiso viendo como ese macho se follaba a mi mujer y le hacía disfrutar de una más que salvaje follada que seguro mi mujer no había disfrutado en su vida mientras ella le pedía una y otra vez que la follara más y más .
Mi mujer estaba fuera de si, gritaba y gemía de forma que seguro que se oía en más de una habitación del hotel. Estaba apunto de correrme cuando oí a mi mujer pedirle a su macho que se corriera dentro de ella, le rogaba que lo hiciera. Quería sentir su leche dentro de ella, mientras mi semen tenía como destino el frío y solitario suelo del baño
Eran ya las 5 de la mañana y hora de dar por finalizada la noche. Tras vestirse Mario, se despidió de Patricia con un largo y apasionado morreo ..
Esta es la historia real de cómo conocimos a Mario y como Mario terminó haciendo realidad mi sueño de ver a mi mujer con otro .