Por exigencias del guión
Cuando los guiones de una obra artística piden algo, los actores no acostumabrados suelen perder un poco la cabeza. Como ejemplo, lo que le sucedió a mi novia en la última obra.
Por exigencias del guión
En la obra que está ensayando mi novia, tiene una escena erótica bastante subida de tono. Como ella y su compañero son bailarines, en los ensayos no acababan de transmitir todo lo que quería la directora de la coreografía.
Yo, cada vez que me contaba un ensayo, me ponía cómo una mula de excitado mientras me decía que le había tocado esto y aquello y bla, bla, bla. La escena en cuestión consistía en que las otras dos bailarinas, los iban desnudando hasta que acababan solo con un short. En ese momento, se abrazaban, quedando uno de espaldas al público porque no querían hacerlo muy explícito para que no creara polémica. Primero, está ella de espaldas al público y el toca su culo e incluso llega a bajarle el short, quedando a la vista sus cachas (aunque lleva un tanga por debajo). El tiene que ir besando su cuerpo hasta llegar a la cintura y fingir que le hace sexo oral a ella. En los ensayos, ella se quedaba con el sujetador puesto y él, de nombre Lalo, no toca nada. Luego, se dan la vuelta y es Lalo quién queda de espaldas al público. Ella tiene que hacer lo mismo, bajar también su short y fingir que le hace sexo oral, pero en los ensayos tampoco llegaban a ese punto. Hasta que llegó el día anterior al ensayo general. La directora les pide quedarse después del ensayo y les explica que tienen que ensayar esa parte tal cuál la van a hacer en escena. Lalo y mi novia se miran y no saben dónde meterse. Les pregunta si tienen algún problema con el número porque ya no es tiempo de echarse atrás. Los dos niegan cualquier problema y se preparan. La directora les pide que se queden en shorts. Mi novia se desnuda y Lalo también. Comparten vestuario y no les da vergüenza. La directora pone la música. Mi novia se pone de espaldas al público. Lalo, con sus manos en sus hombros, empieza a descender por su espalda, al mismo tiempo que su boca va besando por delante. La directora va dando instrucciones, muy cerca de ellos. La boca de Lalo llega hasta el pecho de mi novia y la directora le dice que baje un poco más rápido. Mi novia siente cómo la lengua pasa cerca del pezón y empieza a notar un cosquilleo. Ha dado un pico sobre el nacimiento de uno de sus pechos. Las manos de Lalo ya están en su culo, apretujando como le indica la directora y, cuando la boca de Lalo sobrepasa su ombligo, le baja el short. Se lo deja justo debajo de sus nalgas, y sus manos las agarran, como tapándolas, para que tampoco se vea demasiado. Mi novia siente ahora el aliento justo delante de su coño y Lalo mueve la cabeza como si estuviera en ello pero sin tocar. La directora lo detiene y le dice que desde un lado van a ver y que tiene que haber contacto. Le pega la cabeza al cuerpo de ella que siente su nariz moviéndose por la zona del vello púbico. Le agarra la cabeza porque no quiere que baje y note cierta humedad porque la realidad es que se ha excitado. Están como 15 segundos así hasta que se incorpora, subiendo su short de nuevo y se abrazan. Aprovechan el abrazo para girarse y ahora es el turno de ella. Hace lo mismo que él, sus manos bajan por la espalda y ella se va poniendo de cuclillas besando su cuello, su pecho y, al besar el ombligo, le baja los shorts. Lalo no lleva nada debajo y, el bulto que se iba formando dentro de sus shorts, se muestra como un pene en semi erección. Mi novia mira a la directora y se ríen las dos. Lalo se pone colorado y se aparta, enfadado consigo mismo. La directora lo tranquiliza y mi novia le dice que no pasa nada, que es trabajo. Lalo se calma y vuelven a empezar pero de nuevo su pene toma vida propia cuando mi novia baja sus shorts. Él se ríe ahora también y dice que no puede controlarlo, que nunca ha hecho algo así y que le supera la situación. La directora le pregunta a mi novia si le importa seguir ensayando así y ella, recordando su humedad anterior e imaginando cómo me voy a poner yo de cachondo al oírlo, contesta que no. Se vuelven a poner en situación y ella va descendiendo por su cuello, lamiendo su pecho. Lo hace de una forma distinta a antes, con más pasión. Su pecho se roza más, incluso cuando pasa por encima de su paquete. Cuando llega al punto de bajar sus shorts, el bulto es aun más grande que antes. Los baja con cuidado, coloca sus manos en las nalgas de Lalo. La directora le indica que tiene que tapar el pene de Lalo de los espectadores del lateral y ella pega su boca a su piel. Su pene queda pegado a su mejilla. Al no poder usar las manos, se queda ahí hasta que la directora le pide que mueva la cabeza como si estuviera haciendo una felación. Oir esa palabra hace que pase por su cabeza esa misma idea. Al echar la cabeza hacia atrás, la polla de Lalo se mueve y queda justo delante de su boca. La directora le pide a Lalo que sujete su cabeza. Él mira hacia arriba, disfrutando imaginariamente (y algo más) de la situación pero sin ver lo que sucede más abajo. Pone sus manos en la cabeza de ella y empuja hacia dentro. Se produce un encuentro entre su glande y los labios de ella. Se detienen por un segundo y oyen:
seguir, joder, no os podéis detener ni un segundo en esta escena- grita la directora
Mi novia separa los labios y su pene se introduce en su boca. Intenta que su lengua se quede muerta pero no lo consigue. Repiten el movimiento pero ahora ella consigue apartar la boca y el pene queda de nuevo apoyado contra su mejilla, dónde debería quedar. Lo hacen una vez más y la directora manda a mi novia subir. Ella le pone los shorts y se cuelga de su cuello. Ahora viene fingir el coito rápido. Lalo la sujeta por el trasero y ella nota su pene duro contra su vagina. Se suelta y busca su camiseta. Él hace lo mismo.
La directora les pide ensayarlo de nuevo. Mi novia pide quedarse con la camiseta porque se está quedando fría ya que apenas se mueven al ensayar solo esa parte. Le da permiso y vuelven a ponerse en situación. La directora les pide la mayor naturalidad posible en la escena. Va a verla como espectadora. Ella se pone de espaldas, Lalo la abraza y empieza a besarla. Lo hace con más intensidad, incluso besa claramente uno de sus pezones, lo que provoca un respingo en ella aunque sea por encima de la camiseta. Cuando llega a su ombligo, baja sus shorts y agarra sus nalgas, con más fuerza que antes mientras va descendiendo con su cabeza hasta justo por encima de su clítoris. Ella lo sujeta de la cabeza y lo aprieta contra su cuerpo. Mueve su cabeza y nota que, ahora, no es sólo la nariz, siente algunos besos. Eso la excita pero el "bien hecho" de la directora corta el momento. Se dan la vuelta y es su turno. Devuelve el mordisqueo de uno de sus pezones, como había hecho antes él. Llega al ombligo y baja sus shorts. Su polla está completamente empalmada. Deja que se quede en su mejilla en la primera, pero a la segunda, se le mete de nuevo en su boca. Nota el sabor agridulce de la primera gotita y eso la anima a la locura y empieza a mamársela, ya no intenta que la polla se quede en su mejilla, sino que su boca no se cierra, dejando que entre tres o cuatro veces más y la saborea. El movimiento queda perfecto porque ya no es una mamada fingida, es real, y eso supone la alabanza de la directora que aplaude. Pero se acaba el tiempo y tiene que subir sus shorts y su pene queda encerrado, duro y palpitante. Lalo la levanta sujetándola por sus nalgas y fingen el coito. Roza su polla contra su coño pero esa parte dura poco y no da para mucho. Y la escena finaliza. Escuchan aplausos y la directora viene hacia ellos, alabando de nuevo lo bien que lo han hecho. Y pide que lo hagan por última vez por ese día. Le dice a mi novia que se quite la camiseta. Se la quita y se vuelven a abrazar. Es un abrazo con un contacto más intenso. Lalo empieza a besar su cuello y luego lame con descaro sus pechos y no espera a llegar a su ombligo para meter sus manos por los shorts de ella y amasar su trasero con sus manos. Pero la directora lo corta y les ordena volver a empezar. Eso implica de nuevo volver a descender por el cuerpo de mi novia y lamer de nuevo sus tetas. Ella tiene los pezones ya erectos. Él se atreve ya a mordisquearlos. Al llegar al ombligo, siguiendo los tiempos coreografiados, baja sus shorts y tapa sus nalgas con sus manos, al tiempo que hunde su cara en su coño. Mi novia apoya sus manos en su cabeza y lo lleva un poco más abajo, donde él puede con su lengua jugar, por encima de su tanga húmedo, con su clítoris. Incluso intenta colar la lengua por debajo del tanga pero no lo consigue. Mi novia lo ha mantenido todo el tiempo apretado contra su entrepierna. Luego sube de nuevo, atreviéndose esta vez a acariciar con sus manos los pechos de mi novia. Se abrazan y dan la vuelta. Mi novia, omite el cuello, y se lanza sobre sus pezones y desciende rápidamente hasta su paquete. Demasiado rápida y los shorts los baja un poco más de la cuenta y, cuando tiene ya su polla de nuevo en su boca, la directora los corrige. Vuelve a hacerlo y de nuevo empieza con su mini mamada. Ya no intenta parecer lo que hace, sino que se la mete desde el principio y la chupa con ansia y con ganas. La directora se da cuenta de lo que sucede pero no dice nada. Los deja hacer porque solo son 15 segundos. Mi novia saborea bien la polla de su compañero y siguen con el número. La simulación del coito es de lo más real. Ella siente su verga dura rozarse en su entrepierna. Él la sujeta por su trasero, pero sus manos se notan que no están aguantando solo un peso. Ella se abraza fuerte contra él. Sus pechos se aprietan contra su tórax. La música cesa. La directora aplaude mientras se acerca. Ellos se separan un poco. Mi novia está roja de la excitación, sus pezones apuntan al cielo. Él también está sonrojado y el bulto de sus shorts no se disimula de ninguna forma.
ha estado fantástico pero creo que os habéis emocionado un poco de más- les comenta la directora
Los dos miran al suelo.
vamos a ensayarlo un par de veces más, pero, antes, Lalo ve al vestuario y soluciona esa erección porque eso no puede pasar en escena y tengo que estar segura de que se puede controlar de alguna manera
Lalo, sin decir nada, se va hacia el vestuario. Se sienta en un banco, se quita el short y empieza a tocarse. Cierra los ojos y recuerda lo sucedido hace tan poco con su compañera.
Mi novia pide agua a la directora y ésta le dice que hay en el vestuario y que va a buscarla.
no interrumpas nada- le dice mi novia de coña
estará en el baño imagino- responde la directora mientras empieza a caminar hacia el vestuario- y, sino, habrá que ayudarlo-añade riéndose pero deseando en su interior que no esté en el baño
La directora, a sus 45 años, todavía mantiene un cuerpo de bailarina. Y, en efecto, al entrar en el vestuario, sorprende a Lalo en plena masturbación. Ella no es muy guapa y sí quisquillosa con los hombres y hace tiempo que no está con uno. Lo medio visto, medio intuido en la sala de ensayos ha encendido algo dentro que hacía tiempo que no sentía y, ahora, al encontrarse a ese hombre musculoso y con su rabo en la mano, hombre del que ella es su jefa, la hace atrevida, incluso osada. Masculla una disculpa ininteligible pero su vista no se aparta de las manos de Lalo. Lalo, que estaba ya a punto, se levanta para ir a uno de los baños pero, al pasar por su lado, la directora no puede evitar pasar su mano por su pecho fornido. Él se detiene y se deja acariciar. La directora ahora acaricia todo su torso desnudo y sudoroso. Cada vez se acerca más a la cintura de él hasta que su brazo roza con la mano ocupada de él. No han cruzado palabra ni mirada. Lalo suelta y se acaricia sus huevos. Ella no puede, ni quiere, evitar lo que le pide el cuerpo y agarra fuerte su polla. Se acerca al oído y le susurra que eso no está pasando. Él asiente y cierra sus ojos. Siente esa mano fría en su miembro, subiendo y bajando casi con rabia. Ella, sin miramientos, lo masturba. Le encanta sentir el calor y la dureza de su polla en su mano, notar cómo se hincha y se pone más dura. Lalo se encoje y un chorro sale disparado al suelo. La directora no se detiene y el semen va pringando sus dedos. Al acabar, le da una palmada en el trasero y lo manda a limpiarse. Ella se queda allí de pie, mirando su mano impregnada de su líquido blanquecino. Eran muchos los meses que no sentía esa sustancia viscosa en su cuerpo. Se lava las manos y vuelve a la sala con la botella de agua. Mi novia le pregunta que ha tardado mucho pero solo obtiene una sonrisa por respuesta. Decide no indagar más. El ambiente ese día es extraño pero está disfrutando y no quiere estropearlo.
Lalo vuelve a la sala, la directora los sienta y les vuelve a explicar el sentido y significado de la escena y lo importante que es que se note pasión en ella pero sin perder el control:
si esta escena os crea un deseo o una tensión sexual, tenéis que eliminarla antes de la primera función, así que vamos a hacerlo hasta que salga como tiene que salir
Los dos se ponen en posición de nuevo. Mi novia se quita la camiseta y se abrazan. Lalo besa su cuello, pasa su lengua por uno de sus pechos pero sin detenerse, besa su ombligo y baja sus short. Sus manos quedan ocultando las nalgas de ella y hunde su cabeza en su entrepierna. Mi novia, que no se ha ido a masturbar, todavía siente la excitación y calentura de antes, y maneja su cabeza para obtener el mayor roce posible. Él siente la humedad de ella y, cuando sube para abrazarse de nuevo, pasa sus dedos por su coño. Ya abrazados, se miran y ve un brillo en los ojos de mi novia. Eso lo consuela porque por lo menos no es el único que se ha puesto como una moto. Mi novia está ya besando sus pezones, bajando por su estómago, siente el roce de sus pechos contra su paquete, sus manos frías en su trasero después de bajar sus shorts. Su pene aun sigue flácido pero mi novia sigue con ganas y se lo mete en la boca. A ella le gusta hacer mamadas cuando está caliente y en ese momento lo está y bastante, por la situación y por mí que sabe que voy a estar en el cielo cuando me lo cuente todo. La chupa, intentando reanimar ese trozo de carne, pero tiene que parar y seguir con el número. Lo acaban y la directora les corrige los movimientos finales. Y vuelven a hacerlo. Pero esta vez se queda con ellos. Mi novia se corta y no se la mete en la boca esta vez.
Al final, lo ensayan hasta que consiguen olvidar el tema sexual y se centran solo en el baile. Acabado el ensayo, se van al vestuario. A mi novia la concentración en la coreografía no la ha calmado y sigue en estado de excitación. Se sienta en el banco donde antes Lalo estaba masturbándose y se desnuda y, cogiendo la toalla y el jabón, se dirige hacia la ducha. Solo hay una ducha con dos grifos y una cortina que las separa pero que nunca suele correrse porque es difícil que coincidan dos personas. Pero Lalo se mete por el otro lado. Lo que ve lo sorprende: se encuentra a mi novia enjabonándose con mucho detenimiento algunas zonas de su cuerpo. Ella está con los ojos cerrados y el chorro de agua cayendo sobre su cabeza por lo que no se entera de la presencia de Lalo. Él se queda mirando un rato y luego abre su ducha. Ella se da cuenta de su presencia y, caliente como pocas veces, le da a Lalo su pastilla de jabón y se da la vuelta. Lalo se pone detrás de ella y empieza a enjabonar su espalda. Pasa la pastilla por los hombros, luego la baja por la columna, extendiendo el jabón con la otra mano y no se detiene al final de la espalda, sino que sigue por su trasero pero ahí sí se detiene. Enjabona su culo a conciencia, no dejando mm sin jabón, pasando repetidas veces la pastilla por la raja hasta que hay tanta espuma que sus dedos se deslizan. Resbalan tanto que llegan hasta la entrada de la vagina. Mi novia separa las piernas para facilitar sus movimientos. Se está dejando completamente llevar por la excitación que siente y su único pensamiento es un deseo de que esos dedos se cuelen en su coñito. Lalo no se hace de rogar y pronto tiene un dedo entrando y saliendo. Su pene está ya otra vez en forma y aprovecha para pegarse más a mi novia. Ella siente su pene contra su espalda pero está gozando tanto del dedo de Lalo que no quiere que se detenga y le pide que continúe. Lalo acelera el movimiento de su dedo y, con el pulgar, empieza también a jugar con el esfínter de mi novia. Cuando consigue introducir el principio, es el detonante de un orgasmo que sacude todo el cuerpo de ella en un estallido de placer que provoca que le cueste mantener el equilibrio. Tiene que apoyarse en la pared para no caer mientras los dedos de Lalo siguen jugando, extendiendo el placer de su clímax más allá del primer estallido. La relajación de sus músculos permiten que entre el pulgar entero en su culito y allí se queda. Luego se da la vuelta, se pone de rodillas y, sin mediar más palabras que un sencillo "déjame hacer", se mete la polla de Lalo en la boca. Succiona con las ganas que no pudo mostrar en la sala de ensayos, juega con la lengua con su glande, sujeta en sus manos sus huevos. Su lengua la recorre lentamente en toda su extensión en las pausas para retomar la mamada. Lalo la va guiando con las manos en la cabeza de ella. Estaba loco por esa mamada después de todo lo sucedido, por fin puede disfrutar y mirar. Poco a poco siente como el semen se va acumulando en la base y empieza a pedir paso. Desconoce todo de los gustos sexuales de su compañera pero decide que va a pensar solo en sí mismo. Sigue marcando el ritmo sujetando la cabeza de mi novia que intuye que el final está cerca. Ahora aprieta más con sus labios mientras deja que sea él quien lleve la batuta. Lalo arquea su espalda y pone sus manos en la parte de atrás de la cabeza de ella, como diciendo que no va a poder evitar tener que tragarse su leche. Mi novia se da cuenta y acelera el ritmo. Nota cómo se hincha, cómo sus gemidos aumentan y, por fin, nota el fruto caliente de su orgasmo. Él no deja que pare y ella no se detiene. Sigue con su mamada hasta que no sale nada más, por mucho que apriete con su mano. Él ya no sujeta la cabeza y ella da los últimos lenguetazos a su pene. Se levanta y acaban de ducharse los dos. No se dicen nada mientras se secan y visten.
Cuando salen por la puerta, se dan dos besos y mi novia le dice:
nunca más
Él sonríe y muestra su acuerdo. La obra fue un éxito total. Y ese día yo me corrí como 5 veces. La primera fue suficiente con escuchar este relato. Ni me toqué ni ella me tocó.