Por el tabaco

Siempre quise pasar un buen rato con clara, pero esa noche fue mejor que un buen rato con ella...

Esta noche vieja, decidimos salir por ahí a dar unas vueltas después de tomarnos las uvas con nuestras familias. Salimos cuatro amigas: Maria, Silvia, Marisa y yo, que me llamo Claudia. Tengo 18 años, mido 1 metro 66 centímetros, soy castaña clara, casi rubia, ojos marrones oscuros, cuerpo bien formado, ahora mismo la verdad es que no tengo pareja porque estoy pillada por una mujer de unos 32 años, que si que será muy mayor para mi, o yo muy joven para ella, pero como que me da igual.

La conozco desde chica, porque es la tía de una amiga mía con la que paso mucho tiempo, la mujer se llama Clara, es de mi estatura mas o menos, morena, de ojos oscuros y cuerpo bien formado también, no estoy muy segura pero creo que ella siente algo por mi, por su manera de hablarme, de mirarme, y yo cada vez que la veo me entran ganas de tirarme a por ella, cuando la miro, ella me responde la mirada y me lanza una sonrisa de las que encojen el alma.

Bueno a lo que iba, que salimos cerca de las una y media de la mañana, además de nosotras salió una pareja, Daniel y Sandra, cuando estábamos ya todos juntos que no nos faltaba nadie nos marchamos, al ser noche vieja en todos sitios había cotillón, y nosotros unos porque no queríamos cotillon, otros porque no tenían dinero para pagarlo, así que los que no quisimos hacer cotillon no fuimos a un pub donde no se hacía cotillon, entramos, y estaba todo lleno de gente, de nuestra edad poca la verdad, pero eso nos daba igual, allí cada uno estaba a su rollo.

Estuvimos fumando y se nos acabo el paquete y esta vez me tocaba a mi comprarlo, me acerqué a la máquina, pero le tienes que decir al camarero, o al de la barra que le de con un mando a distancia, que es para que los menores no compremos tabaco, el hombre me dijo que no, que era menor y que me buscara la vida de otra manera, entonces volví a la mesa, tantos cubatas bebidos me bajaron y fui al servicio a orinar, entonces cuando salí, como pude, porque ya iba un poquito borracha, la vi, mirándome fijamente, estaba preciosa, con ese vestido rojo, tan cortito, no me podía creer que estuviera soltera todavía, su pelo moreno, largo, rizado, sus ojos tan oscuros y su expresión de alegría, a mi que iba tocada, solo se me escapó – que ángel, dios mió que bien empieza este año - ella se rió, y me sonrió, yo que me di cuenta de lo que había dicho intente hacerme la disimulada felicitándole el año nuevo, me dio dos besos, dos besos que no eran para mis mejillas exactamente, yo que quería seguir ablando con ella le dije que haber si me podía sacar un paquete de tabaco , que se nos había acabado, que yo la esperaba en el servicio, porque necesitaba estar un poquito alejada de esa música, ella dijo que si, que encantada.

No tardó mucho, a pesar del trabajo que costaba llegar a la barra y después a la máquina de tabaco, volvió con su sonrisa:

gracias guapa, te debo una.- le dije todavía impresionada por su belleza.

Podrías agradecérmelo invitándome a un cigarro con tigo ¿no?- me dijo acercándose a mí.

Cogió el paquete, lo abrió y se encendió un cigarro, yo cogí otro y me lo encendió ella, cuando le dio una calada me echó el humo a la cara, y no se si sabéis que eso significa que esa persona quiere algo con tigo, yo me quedé impresionada.

¿ Qué te pasa Claudia?- dijo divertida

Nada mujer, que me parece extraño que estés soltera- mi boca no dejaba de decir todo lo que se me pasaba por la cabeza, y ella sonreía divertida.

No se, yo tampoco me explico que haces aquí ablando con una vieja como yo , en vez d liarte con algún chico…- me estaba poniendo como una moto, y para colmo el baño estaba totalmente vacío.

No estoy con ningún chico, porque no es lo que quiero, y tu sabes lo que necesito.- yo no era yo, lo decía todo, el alcohol hablaba por mi.

Yo no podía mas, se me desviaba la mirada, el cigarro se consumía en mi mano, y nosotras cada una apoyada en la pared.

bueno, si tanto lo necesitas, podemos hacer algo.- se acercó cogiéndome de la cintura.

Si puedes hacer algo, hazlo ¿no?- le susurré al oído.

Entonces me retiré un poco, la miré a los ojos y nos besamos de una manera muy caliente, yo estaba echando chispas, y sus manos que me encendían mas, me tenía entre ella y la pared, empezó a besar mi cuello, mientras su mano bajaba hasta el centro de mi ser, por encima del pantalón, aunque estaba tan mojada que desprendía un calor impresionante, yo estaba apunto de explotar, mi respiración de aceleraba cada vez más y ella no paraba, puff, me tenía donde ella quería, desabrochó mi pantalón y metió la mano bajo mi tanga, solté un gemido que de haber habido alguien ahí, seguro que nos hubiera llamado la atención, pero a mi me daba igual todo, me encantaba lo que me estaba haciendo, me metía dos dedos y con otro me masturbaba el clítoris. Y a mi solo me quedaba agarrarme a ese precioso culo mientras disfrutaba, ya estaba tan a gusto, con tanto placer que quería retorcerme, ella se puso de tal manera que se estaba comiendo mi pezón que estaba durísimo, y con la mano que le quedaba libre estaba masajeándome la otra. Yo no me pude contener mas y me corrí de una manera salvaje, con un montón de convulsiones, y gritando de placer, ella permaneció con su mano dentro hasta que termine de correrme, acabé destrozada, no podía dejar de sonreír, estaba en el mismo cielo.

Cuando me repuse un poco, me volví a acercar a ella y le comí la boca, dios mío parecía que estábamos en celo, la cogí de la mano y la metí en una cabina de estas donde están los wcs, cerré, eché el pestillo y la miré, ella estaba tan caliente que sería capaz de quemar el papel higiénico, la apontoqué contra la pared y la volví a besar, subí sus mano para que no pudiera tocarme, bajé por ella besando cada rincón de su barbilla, después llegué a su cuello y disfruté muchísimo, ella no paraba de soltar gemido pequeños que me ponían peor a mi, yo que hace nada me había corrido como nunca me estaba poniendo otra vez igual, pero es que Clara es mucha mujer, le bajé los tirantes del vestido con la boca, y no llevaba sujetador así que me tiré a sus pechos primero me comí uno, y nada mas rozarlo se le volvió a escapar otro gemido, después de gemir me dijo una frase que me hizo mojarme de pronto: - disfruta de esta chuchería, mi niña - para que me dijo más me fui al otro pezón y jugué con el, lo mordí, besé, chupé se puso durísimo también, mientras me entretenía con esas gominotas bajé mi mano por su vientre desnudo, puesto que el vestido ya se le había caigo, mientras mi mano bajada su cadera se movía impaciente esperando que mi mano tocara su vagina, y yo quería llegar hasta su útero, y hacerla llegar hasta donde ella me llevo a mi, subí con mi lengua por su cuello mientras masajeaba su clítoris hinchado y mojado, la volví a besar, y baje a comérmela, tenía hambre y hacía tiempo que quería comerme una pieza como ella, pasé mi lengua por toda su raja, estaba buenísima, nada mas darle esa lamida su cuerpo tembló y eso me encantó, su olor, su sabor, me encantaba esa mujer, metí mi lengua dentro y exploré todos los rincones, la saqué y le metí tres dedos de golpe, ella gimió muy fuerte, y con mi lengua empecé a chupar su clítoris que iba a estallar, y ella cada vez se movía mas fuerte acompañando al ritmo de mis dedos que cada vez iban mas rápidos su cara mostraba un placer muy grande, así que aceleré el ritmo aun mas, y seguí jugando non aquel botón asta que sentí como se contrarían y se relajaban sus paredes vaginales, mientras ella gritaba y gemía como una loba, dios me encantaba, lamí todos sus jugos con mi lengua, y subí hasta su boca para besarla.

Yo le besaba el cuello mientras ella se recuperaba, agarrada a mi trasero, y me decía:

espero que no sea la ultima vez, que a mi la diferencia de edad no me importa por ahora, mientras tenga un poco de juventud

.

Tienes mi numero si no me llamas te antes es porque no quisiste.

Ya pero es que no quiero que te enamores de mi, para pasar un rato si, pero para mas no, porque sabes que tu aun eres joven y tienes que disfrutar y yo tengo que formalizar mi vida ya.

Bueno pues espero que me llames, porque para ti siempre voy a estar disponible.

Cuando volví a la mesa todos estaban sorprendidos, y a mi no se me ocurrió otra excusa que decirles que había mucha cola en el baño, algunos me creyeron, otros no, pero creó que ninguno sospecha lo que disfruté aquella noche, y creó que este año aun quedan muchas noches iguales