Por el culo hasta que me diga la verdad
Una secretaria que me cogía por el culo regularmente estaba diciendo una grave mentira, así que tuve que desenmascararla.
Ya hacía dos meses que me la estaba cogiendo. Todo había sido de maravilla, cero rollos de amor, puro sexo sin remordimiento. Su culo era un espectáculo. Era la envidia de toda la gente que vivía en el mismo campo que yo porque sabían que me la estaba cogiendo. Me dio un poco de lástima cuando me tuve que ir de vacaciones porque sabía que no me la iba a coger en al menos un mes. Un mes sin metérselo en el culo, sin sus deliciosas mamadas. Que se hace, acumular fuerzas para el regreso.
Durante mis vacaciones hablé con ella pocas veces, la llamaba para mantener el contacto. Era secretaria de una línea de taxis, así que podía llamar de vez en cuando sabiendo los turnos y hablar con ella para ver que íbamos a hacer cuando volviera de mis vacaciones.
Terminaron por fin y tuve que volver a trabajar. Tenía días pensando en como me la iba a coger cuando tuviera la oportunidad. Quería hacérselo con fuerza. Castigarla. En las muchas veces que me la había cogido siempre chillaba un poco cuando se lo metía en el culo, pero a los dos o tres días me lo daba otra vez.
Pregunté por ella y me dijeron que estaba en su oficina. La llamé para vernos, pero me dijo que estaba ocupada. Me senté para hacer unas cuantas cosas que tenía pendientes en el trabajo, cuando mi secretaria entró a la oficina y me dijo: "Tengo algo que contarle". Al preguntarle que pasaba, me dijo que Jazmín (así se llamaba la secretaria que me cogía), había dicho que estaba embarazada de mí. Mi secretaria tenía cara de preocupación. Yo estallé de la risa. Ella me dijo: "está usted loco, como se va a reír, no ve que está embarazada de usted". Yo le contesté: "Ella puede estar embarazada de cualquiera, pero de mi no, porque de todas las veces que me la he cogido, le he acabado un par de veces en la boca, las demás me he vaciado en su culo"; después le dije para aliviar su preocupación: "No te preocupes, estoy seguro que no es mío".
Sin embargo no me convenía que dijera ese tipo de cosas. Tenía un buen cargo en mi trabajo. Así que me dediqué a investigar un poco de quien podía ser. No se por qué no me sorprendió cuando le pregunté a dos o tres taxistas amigos míos que me dijeran que ella era una perdida, que se había costado con varios en el mismo días. Saqué cuentas de lo que ellos decían y me reí de pensar que yo me la cogía temprano en la mañana, los demás venían después y no se daban cuenta de nada, ya que al único que le daba el culo era a mí, según lo que pude deducir de lo que me decían. Pero nadie me supo decir a ciencia cierta de quien estaba embarazada. Solo sabía que no era mío, pero como el de mejor posición de los que se la cogían era yo, ella decidió achacármelo. No me quedó otra que desenmascararla yo solo.
Entonces planifiqué algo de lo que aun hoy no puedo decir que me sienta orgulloso. Decidí que la iba a obligara decirme quien era el padre de la criatura que tenía en su vientre. Ella vivía a una hora de mi trabajo. La llamé y la fui a buscar. Comencé a hablar con ella. Le pregunté que se tenía algo que decirme. Me dijo que si, que estaba embarazada. Le pregunté de quien era. Me contestó que era mío. Yo le dije que ella sabía muy bien que eso no podía ser, que yo solo le había acabado en la boca y en el culo. Ella me dijo que yo tenía razón, pero que no sabía que hacer, que quería abortar. Ya estaba librado de culpa, pero quería saber de quien era el embarazo, así que la llevé a un motel muy barato, bastante feo, de mala muerte.
La comencé a desvestir. Fue la última vez que la vi completamente desnuda. Su culo era espectacular como siempre. Monumental, sus tetas normalmente eran un poco caídas, pero con el embarazo que tenía se habían transformado en unos hermosos melones. La desvestí completamente. Me bajé el pantalón y me saqué mi verga que estaba empezando a calentarse ante aquella visión. La empecé a manosear, le metía los dedos en su concha con furia. La hice que se arrodillara delante de mí. Me lo empezó a mamar lentamente, yo aceleré, ella trató de safarse pero yo me la quería coger por la boca, le daba duro, sentía como mis testículos golpeaban con su rostro, me sentía en las nubes, estaba a punto de venirme, pero decidí parar, no quería acabar así porque sabía que era la última vez que me la iba a coger.
La acosté boca arriba sobre la cama y sin preguntar nada se lo enterré completó, ella ni se inmutó, solo gemía un poco cuando empecé a bombearla. Con furia le apretaba sus tetas que ahora me parecían hermosas, le pellizcaba duramente los pezones, se los mordía. Después de cogerla así un rato la volteé y le empecé a dar en cuatro, le halaba el pelo, le pedía que gritara, que me hiciera sentir que le gustaba, ella no decía nada, solo gemía suavemente. Después de un rato supe que había llegado el momento de buscar lo que más me gustaba. Se lo saqué y apunté a su culo, ella me dijo que no, así que le prometí hacérselo suavemente. La coloqué boca abajo con su culo un poco levantado y le puse unas almohadas bajo su abdomen. Puse la cabeza de mi verga en la puerta de su culo, me dijo que esperar, yo se lo enterré de un solo golpe, ella gritó, me pidió que se lo sacara, yo la empecé a bombear con fuerza, sentía cada golpe de mis testículos contra su cuerpo. Ella gemía y gritaba, me decía que le dolía, se movió, pero solo sirvió para que la ensartara aun más, dio un grito y me volvió a pedir que se lo sacara, que le estaba reventando el culo. Le dije que si me decía quien era el padre de la criatura que llevaba en su vientre se lo sacaría, me dijo que era un novio que ella tenía en otra ciudad y que en un descuido se la cogió sin condón. Dicho esto me la empecé a coger más fuerte hasta que sentí que venía, se lo metí profundo y vacié toda mi leche en su culo. Tenía un mes que no lo hacía, así que creo que salió bastante leche. Seguí dándole un rato. Cuando se lo saqué dio un grito de alivio. Se lo metí en la boca para que me lo limpiara, se lo tragó completo sin decir nada.
Sin hablar más nos paramos, nos vestimos, le dije que contara con mi apoyo en lo que decidiera hacer, pero que no volviera a achacarle un hijo a quien no debía.
Pasó el tiempo. Supe que abortó. Unos meses después se casó con ese novio que la había embarazado. Pensé que no la iba a ver más, pero un día estando de viaje la vi en una para de bus y me detuve a ofrecerle la cola. Cuando se montó la observé de arriba abajo. Sus tetas ya no eran tan grandes como cuando me la cogí embarazada, su culo seguía siendo un monumento. Me dijo que estaba casada y que no podía hacer nada conmigo. O simplemente manejé callado. La dejé en su casa. Antes de bajarse me dio un beso y me dijo: "No te preocupes, el culo solo te lo he dado y te lo daré a ti, la primera vez que me moleste con mi esposo, te busco para que me cojas". Dio media vuelta y se fue. Nunca más la he vuelto a ver.