Por deudas de mi marido me volvi esclava sexual II
Esta es la continuación de un relato que envíe hace ya algún tiempo. Nora queda como jugete sexual de unos maleantes y cuenta algunas de sus aventuras
Sería imposible platicarles todo lo que pasó durante mi cautiverio que duraría casi un año, por lo que solamente les contaré algunos de los episodios.
Cuando abrí los ojos era de día, estaba tirada en la alfombra, mi cuerpo cubierto de semen y orina, curiosamente mi primer pensamiento fue que habría que lavar la alfombra, que tonta. La casa estaba en silencio, me levante poco a poco buscando signos de los hombres que me habían maltratado tanto, mi ropa estaba hecha trizas por toda la casa. Aún desnuda me acerque a la puerta que estaba cerrada por fuera. Subí y me bañe, tratando de quitar la mugre del cuerpo y como si al tallarme pudiera borrar todas las cosas que me habían sucedido.
Después de dormir un poco en mi cama me dispuse a revisar la casa, todas las puertas cerradas por fuera, la pistola que Jorge me había dejado para protección había desaparecido, no había ningún cuchillo en la cocina, hasta habían desconectado la T.V. Lo que alguna vez había sido una casa segura ahora era una cárcel inexpugnable. La casa rodeada de al menos dos metros de patio por cada lado, luego la barda de más de tres metros coronada por una cerca electrificada cuyo control estaba en el garaje, yo podía ver la lucecita que indicaba que estaba encendida. El piso superior sólo era la recámara principal y el baño, desde ahí, a lo lejos, se veían algunas casas en construcción, era inútil romper el cristal pues no me oirían si gritaba.
Aún cavilaba sobre la situación cuando oí que alguien entraba, era Chuy, con él casi llegaríamos a ser amigos.
-Ven- me dijo, se sentó en el comedor y arrojo un par de paquetes de medicina. – hazme algo de comer-
Uno era la pastilla del “día siguiente”, la tomé con gusto pues temía quedar embarazada después de haber sido tan brutalmente cogida, la otra era un excitador sexual, al que le faltaba una píldora.
-Tienes suerte- continuo – le gústate al jefe dijo que estabas bien buena y que follabas bien rico, si no quien sabe que te hubiera pasado – Yo preferí no hacer comentarios y seguí guisando lo poco que había, él siguió – Mira la cosa va a estar así. Si tú te portas bien la cosa va ir bien, tú estarás aquí y harás toooodo lo que te digamos. Por cierto – dijo haciendo una pausa – cuando yo este aquí quiero que estés completamente en cueros, la verdad es que tienes un culo muy bueno y también el coño y me gusta verlo – y luego agregó – además así te podre coger cuando se me pegue la gana y no podrás esconder un arma jajá- dijo burlonamente-
Yo lo voltee a ver a punto de protestar, pero que caso tenía. Lo único que podía controlar desde el interior de la casa era el aíre acondicionado y lo tenía casi apagado por lo que hacia calor y yo me había puesto una camiseta y shorts. Lo miré y me los quite, para mi pensé – ya que mas da después de todo lo que vieron e hicieron conmigo- Como si fuera lo más natural regresé a cocinar totalmente desnuda excepto por mis sandalias.
-Nosotros te diremos con quien y a que horas coger.-continuó Chuy- Yo personalmente me encargaré de que no te falte nada, haz una lista de todo lo que falte o quieras y yo lo traeré- empecé la lista en ese preciso momento incluí el nombre del anticonceptivo que tomaba y un dispositivo intrauterino, era ilógico pedirles que usaran condón.
Cuando la comida estuvo lista le serví y me dijo que me sentara a comer con él, yo me sentía incomoda, de sentarme a la mesa totalmente desnuda, mis pechos aunque firmes se movían, pero debía hacer todo lo que me dijeran.
Al terminar la comida fue por una cerveza al refrigerador, se sentó en la sala, se abrió el pantalón y dijo – ahora dame una mamada de esas que sabes dar – yo puse cara de asco, acababa de comer
-Acostúmbrate-continuó- este flancito va a ser tu postre seguido –
Yo me hinqué delante y empecé a chupar la flácida polla, la cual fue creciendo en mi boca al igual que mi asco. En un momento tuve una arcada él me sujetó la cabeza para que su polla no se saliera y dijo –Mira perra te aguantas y te tragas toda mi leche porque si me güacareas la ropa me la vas a tener que lavar a mano y todo lo que te tardes te voy a coger por el culo hasta que este seca- Eso me dio mucho miedo por lo que traté de pensar en otra cosa y así controlar el impulso.
Después de un rato sentí su lefa entrar en mi boca y bajar por mi esófago, curiosamente ya no sentí el reflejo de volver el estomago. Me ordenó traerle otra cerveza y cuando volví me dijo que lo pajeara para que se le levantara otra vez, lo hice y cuando su mástil estuvo firme me ordenó clavármelo en la vagina, para mi sorpresa estaba algo mojada. Como se había venido unos minutos antes tardó en venirse, y la verdad esa penetración larga hizo que yo llegara a un par de orgasmos. Primero me moví en círculos con su pene adentro, luego el inicio un movimiento de sube baja, cambiamos de posición un par de veces cuando le daba la espalda me agarraba los pechos y los masajeaba, eso me fue poniendo cachonda, mis jugos escurrían por su polla, finalmente inició un mete y saca, y yo me moví al compás yo alcancé mi tercer orgasmo al tiempo que él se venía dentro de mí, caí desfallecida sobre él.
Nos levantamos y tomamos una cerveza yo sentí como su leche mezclada con mis jugos escurrían por mi entrepierna. Cuando se fue era de noche.
Así fueron muchos encuentros con Chuy, el Güero era diferente, el insistía en cogerme en la cama y con frecuencia en que nos bañáramos antes. Eso hacia que yo me pusiera cachonda. El Güero llegaba casi siempre en la noche, cuando yo estaba por dormirme o dormida, sabia que venia a cogerme, al principio me tomaba una pastilla de las excitadoras al oírlo llegar y así lograr lubricarme para que el sexo fuera más agradable, pero poco a poco me di cuenta que como al perro que saliva cuando oye la comida caer al plato yo me mojaba al oír llegar al Güero. El me llevaba a la recamara y ahí me desnudaba, si venía un poco tomado lo hacia violentamente incluso rompiendo mi ropa, pero si venia sobrio lo hacia casi románticamente, le gustaba que nos bañáramos, ya fuera en la tina o en la regadera, me enjabonaba todo el cuerpo pero en el coño y los pechos se tardaba y los acariciaba lentamente por lo que yo me ponia muy cachonda la verdad me fui acostumbrando a ser una puta.
El que no me gustaba que me cogiera era el jefe ese era muy violento y casi siempre llegaba drogado o tomado y por lo general hacia que me ataran de manos ya fuera a la espalda o atras de la cabeza para que en las mamadas no pudiera usarlas. Era muy rudo y burlón me obligaba a ponerme en posiciones incomodas para cogerme o bien abría el patio para cogerme afuera. Uno de sus gustos era vaciar una botella en mi coño, que no me dejaba rasurar, y luego chuparía de ahí cuando acababa mi coño era una mezcla de cerveza,saliva, semen y a veces hasta comida pues le gustaba acostarme en la mesa y usar mi coño o mis pechos como plato. En otras ocasiones se meaba sobre mi ya fuera en el suelo o en la mesa, dejando todo asqueroso para que yo lo limpiara.
Chuy y el Güero venían con él pero nunca hacían nada si el no se los decía. En una ocasión trajo a dos prostitutas, supe que lo heran por su veastimenta y su maquillaje. Ordenó a Chuy que me atara los barazos por atrás de mi cabeza y dijo que yo no me sabía maquillar. Me tomaron por los brazos y me pintaron la cara como puta con los labios bien rojos y grandes sombras azules,e luego desgarraron mi blusa y tomaron una especie de labial de sabores y pintaron mis pezones uno en rojo y otro en verde finalmenteme quitaron la tanga y pusieron colorante en mi conejito, pintaron mis nalgas y parte de mis piernas. El jefe reía burlonamente con cada uno de estos hechos. Después de hacerme fotos ambas e empesaron a chuparme los pezones porque los colorantes tenían sabor. Mientras me chupaban me sobaban el coño lo cual a pesar de mi misma me fui excitando y cuando las putas me chupaban el coño no pude refrenar el orgasmo, ellas se pusieron unos arneses con dildios y me penetraron doblemente llevandome a un orgasmo más, como tenia las manos atadas atrás de la cabeza mi cuerpo se arqueaba y retorcía lo cual provocaba mas risa en el jefe y en las putas. Finalmente cuando estaba yo extenuada en el piso sacaron un pedazo de hule rígido y curvo, lo introdujeron por mi vagina hasta que yo sentí un calambre después supe que era el punto G lo estimularon hasta que yo tuve una venida fenomenal con tanto liquido vaginal saliendo que creí que me había orinado. Ellas habían puesto un vaso captaron el líquido que salia de mi vagina a chorros y que luego me hicieron beberlo justo antes de quedarme totalmente dormida.
En general El güero y Chuy eran buenos pero de vez en cuando se divertian a mi costa. Un día llegaron ambos, los ojos rojos y claramente ebrios me arrancaron la poca ropa que yo traía -ya casi no tengo ropa siempre me la rompen - me queje- ellos se rieron. Ambos me penetraron vaginal y analmente incluso me hicieron doble penetración pero ninguno de ellos eyaculó, debo aceptar que para ese momento ya no ponía resistencia y trataba de disfrutar lo que pudiera así que tuve un par de orgasmos. No fue sino hasta que le hice una cubana al Güero que se vino sobre mis pechos, luego Chuy hizo que se la mamara y cuando se corrió lo hizo en mi cara y pechos con una abundante cantidad de leche.
Después de descansar un poco sacaron un paquete que habían traído y me dijeron - ¿sabes que chiquita? Vas a salir. Es más -añadió chuy- te voy a comprar esa ropa interior que querías- ambos se vieron y esbozaron una maliciosa sonrisa.
Abrieron el paquete que contenía ropa - póntela- - ¿Así?- pregunte yo- dejenme darme un baño siquiera- yo sabía que la petición era inútil pues lo que querían era divertirse conmigo. La blusa era de encaje calada y transparente - voy por un sostén - dije
-No- contesto ásperamente el Güero - póntelo sin nada.
Cuando me puse la blusa el entrtejido cubría un poco los pezones pero si se fijaba bien se podía ver que iba desnuda. La falda era mini de cuero negro haciendo juego con la blusa blanca me tapaba apenas abajo de las nalgas. Unos zapatos negros de tacón aguja completaban el atuendo. Llevaba el pelo amarrado en una cola lo que hizo fácil el resto. Me vi en un espejo del comedor la verdad me veía bien aunque claro estaba siendo obligada, incluso llevaba puesto un poco de maquillaje que después de un tiempo había vuelto a usar.
Salimos de la casa, mi primera vez en meses, acababa la tarde y aún hacia calor por lo que sentir la pequeña corriente en mi rajeta fue agravable y me exitó un poco. Me subieron a una camioneta con Chuy a mi lado, noté que la falda era muy corta y que con casi cualquier movimiento se me vería TODO. Me tapó los ojos lo cual no me permitió ver por donde viajábamos y durante todo el viaje estvo pasando las manos por mis piernas llegando a mi coño. Después de un rato me quitaron la venda y llegamos a un mercado. Por ser un lugar de clima cálido estos lugares suelen estar abiertos por las noches y suelen tener algunos puestos semifijos afuera. Yo me baje tratando de no dar espectáculo pero era difícil.
Llegamo hasta uno de esos puestos móviles que venden lenceria sexy de baja calidad y a precio económico Chuy y El Güero saludaron efusivamente al dependiente. Pensé en huir per desistí con los tacones y entre los puestos me hubieran alcanzado y sería mucho peor. El vendedor me vió de pies a cabeza y dijo
- Orale mira nomas que morra traen compas- luego notando que no tenía brassiere - y anda sin ropita, pásele prubese lo que quiera- en ese momento chuy me empujó hacia el vendedor -Y huele rico también - añadió cuando caí sobre él, se refería seguramente al olor a sexo que yo tenía.
El Güero había escogido una tanguita transparente me la arrojo en cuanto recuperé el equilibrio y me dijo
-prúebatela- yo voltee a todos lados buscando un probador, pero su sonrisa maliciosa me iindicó lo que pasaba era que deseaba divertirse. Resignada fui al fondo del pequeño puesto aunque era de noche había algunas personas en el mercado por lo que me paré viendo hacia eil fondo me puse la tanga y la subí obviamente tuve que mostrar mis nalgas pero no mi coño. Vana fue mi creencia El Güero dijo con voz fuerte
voltea quiero verte por el frente- ruborizada aunque un poco excitada lo hice, el triángulo delantero de la tanga escasamente cubría mi conejito. Al verle el vendedor lanzó un silbido y dijo
mi madre que coñito-
La operación se repitió un par de veces, luego escogieron un brassiere de esos que tienen un espacio para que se asome el pezón. Me tuve que quitar la blusa dejando al aire mis senos, para ese momento yo había visto que la gente que pasaba por el puesto se detenía a verme unos segundos y seguía su camino, algunos ni siquiera parecían notar mi presencia. Al probarme los brassiere era mas evidentes un grupo de tres jóvenes de unos 21 años se detuvieron y vieron el show gratis Pero cuando uno de ellos quiso acercarse más Chuy le mostró el arma que llevaba bajo la camisa y los tres se alejaron. Al final me probé un brassiere tipo corsé que solo soportaba los pechos por abajo dejando la parte decarriba expuesta Chuy dijo -dejare ese- era amarillo huevo y al ponerme la blusa transparente se veia todo y llamaba la atención a mis pechos desnudos. Yo ya no protestaba nada sólo servia para divertirlos más.
El Güero dijo – Ahora págale y vámonos –
Yo contesté muy extrañada -¿Cómo si no tengo dinero? –
No te preocupes chula acepto otras formas de pago –dijo el vendedor riendo –
–vamos pregúntale cuales- dijo Chuy
- ¿Cómo quieres que te pague? – pregunté tímidamente
– Si me das una buena mamada te llevas todo lo que te probaste-
-¿Aquí? –pregunte
El vendedor volteo a todos lados y dijo –vamos atrás-
Fuimos a un espacio pequeño que había entre los puestos móviles me arrodille, y me dijo –Ábrete a blusa,- como dije el brassiere dejaba todo a la vista así que mis pechos se veían todos, me hinqué frente a él y empecé a mamarla, Su polla ere bastante ancha pero logré meterla en la boca, él acariciaba mis tetas y me decía -vamos perra, así chúpame el rabo como te gusta, ya me dijeron tus dueños que te encanta chuparla zorra asquerosa- Yo seguía acariciando la polla chupando el glande y el tallo, él se bajo los pantalones y le chupe las bolas. Como tenia que abrir mucho la boca mi saliva caía por ambos lados llenando mis pechos. Su verga sabia a orines no se la había lavado en días pero logré retener el asco. Note que del puesto de atrás, apagaron la luz y se callaron, seguramente nuestras siluetas se reflejaban gracia a la gran luz que salía del puesto de lencería como un teatro de sombras porno. Después de un buen rato de pasarme la verga por la cara los pechos el cuerpo entero, escupir en mi boca y una serie de cosas sucias, finalmente se vino en mi boca, con una muy abundante cantidad de lefa, pude tragar un poco pero la mayoría cayó en mis pechos, la blusa y mi falda.
Salimos del mercado algunas personas veían el brassiere amarillo abajo de la blusa transparente y se fijaban en que los pezones se podían ver comentaban o me decían alguna obscenidad El Güero se separó y yo hiba sola con Chuy quien me hizo caminar delante de él con lo que más transeúntes se fijaban en mi atuendo.
Después de caminar un rato llegamos a una taqueria de esas de fierro con bancos de madera. El Güero estaba ahí, nos sentamos y chuy me dijo
-¿Nos vas a invitar a cenar?
Yo no comprendí al principio pero me bastó ver la cara del taquero para entender que querían. Después de pedir unos tacos y cervezas Chuy me dijó
- ahora ve y sóbale la verga-
Yo me paré y me acerque al taquero pero éste me detuvo y señaló a dos clientes sentados en el otro lado del puesto. Me tomó de la mano y me llevó unos 40 metros más lejos, un lugar apenas iluminado por las luces públicas. Ahí junto a un auto me hizo arrodillar y abrirle la bragueta saque su polla medio erecta y empece a chupar, sabía bien aunque sentí el sudor en ella, comencé a chupar y lamer el pene el hombre lo disfrutaba produciendo sonidos de placer y arqueando su cuerpo, yo sentí como se inflamaba su polla y se ponía dura. Cuando empecé a sentir los estertores propios de la corrida me sorprendió me tiró del pelo y me puso de pie, me recargó sobre el cofre del auto que teníamos junto y me abrió las piernas dándome un puntapié con rapidez levantó la falda y bajó la tanga, que se rompió, sin darme oportunidad a mucho metió su pija en mi cuevita que estaba húmeda, me tomó por las caderas y empujó fuertemente, sentí la hebilla de su cinturón golpear y casi encajarse en mis nalgas y luego soltó un gran chorro de semen. Con el aliento entrecortado me preguntó
- ¿Te gustó putita? –
Obviamente conteste que si. Me hizo limpiarle el instrumento y guardarselo, recogí mi tanga del suelo pero era un pedazo de trapo roto inservible, él me lo quito y sin ningún cuidado lo metió en mi entrepierna para limpiar con ella mis jugos y su semen y luego se la guardo en la bolsa del pantalón.
Cuando regresamos al puesto Chuy y El Güero platicaban amenamente con los otros parroquianos, si preguntarme el Taquero me dió una cerveza Chuy le preguntó
-¿Estuvo bien?-
y el Taquero respondió - bastante buena la putilla-
El Güero le dijo -¿Queda pagado? -
a lo que el taquero respondió
-¿Y el muchacho qué, a poco lo van dejar mirando-
Diciendo esto repartió otros tacos y cervezas a los 4 hombres.
Chuy me miró y me hizo una seña con la cabeza. Yo me dirigí al muchacho que tendría unos 23 años y se quitaba el delantal de cuero que portaba,
Fuimos hacia el mismo lugar en el que me había cogido el taquero sólo que en esta ocasión quedamos entre dos autos se abrió el pantalón no llevaba puestos calzones y su polla ya erecta era enorme se veía que se había exitado pensando en lo que su patrón me hacia. Me acostó sobre el cofre y levantó la falda dejando mi coño a la vista. Acumuló mucha saliva y descargo un garan gargajo sobre mi coño, luego empezó a jugar con mi clítoris, escupió en un par de ocasiones más directamente sobre mi botoncito mientras lo torturaba con maestría entre sus dedos yo sentí el espeso líquido bajar por los labios vaginales cuando acerco su boca y mordisqueo mi clítoris no pude más y tuve un orgasmo, eso lleno de jugos su boca y dijo
-así me gustan las viejas, bien chorreadas-
Metió entonces su gran polla sin dificultad, sentí como ese enorme rabo llenaba toda mi cavidad y como la punta chocaba con mi útero. Sus bolas descasaban sobre mi piel y luego empezó el mete y saca, creo que hasta abollamos el auto de tan fuerte que me lo hizo, en cada uno de los golpes yo sentía retumbar mi humanidad y en cada uno pensaba que me destrozaría el útero, pero me excitaba y tuve otro orgasmo. Él en el frenesí me abrio la blusa y dos botones salieron volando bajó el brassiere y me mordió los pezones el derecho y luego el izquierdo. En medio de ese frenesí nos corrimos juntos. Todavía en éxtasis trato de levantarme las piernas pero no pudo entonces me volteo y escupió otro gran gargajo en mi culo y me metió la verga por ahí, tuvo que insistir pues cuando empezó no estaba totalmente erecta, lo cual ayudó a que no fuera tan doloroso, ya adentro la polla tomo sus magnificas dimensiones pero yo estaba tan caliente que ni lo sentí. Los movimientos fueron mas suaves y acompazados. Mi dolor pronto se tornó en placer y como él había eyaculado tardo en dejar una nueva descarga mientras yo tuve un par de nuevos orgasmos.
Cuando acabamos limpie su pito con manos y boca, como había perdido dos botones de la blusa el brassiere y mis pezones estaban a la vista, así llegamos al puesto.
Vaya se divirtieron - dijo Chuy - y continuó
- aquí los señores no nos creen que no traes calzones- refiriendo a los otros dos clientes que estaban en el puesto.
Yo con desenfado más cansada que otra cosa levanté mi falda para que vieran, ambos se admiraron.
¿Sabes? - dijo Chuy- como te tardaste aquí los señores nos invitaron unas cervezas.
Yo sabia lo que eso quería decir pero cuando estaba dispuesta a ir hacia atras uno de los hombres me dijo que me sentará en sus piernas, asi lo hice abri mis piernas y las suyas quedaron en medio de las mias. Quizo agarrar mi coño pero se batió del semen de los otros y mis propios jugos por lo que se seco la mano en mi muslo y luego se abrió la bragueta y me empujó hacia adelante para penetrarme. Me hacia cabalgar metíéndome la polla más al fondo. Su amigo quiso sacar una foto con el celular pero Chuy se lo impidió entonces el que me cogía me dijo
- masturba a mi amigo para que se entretenga –
Así lo hice le saque la polla y la rodee con mi mano no tuve que hacer más pues con los movimientos que me obligaba a hacer el otro pronto hechó una erupción de blanca leche casi al tiempo que su amigo se venía en mi interior.
La verdad era que la escena era bastante morbosa, yo semidesnuda, enseñando los pechos y con la falda arriba de la cintura, el tipo que tenia su polla en mi cueva me hacía rebotar como pelota haciendo los ruidos propios del asunto, mientras con la mano yo tomaba el rabo de su compañero y los mismos movimientos hacían que lo masturbaba. La sensación era agradable y hubiera podido tener un orgasmo pero la verdad era que estaba extenuada y mi coñito me escocía. Fingí un orgasmo cuando sentí que el tipo que me penetraba llegaba al clímax, me baje y ya que su amigo no había tenido sexo completo le hice sexo oral, acariciando el glande (estaba circuncidado) y el palo, pronto se corrió en mi boca y yo me lo tragué casi todo.
Después Chuy dio la orden para que nos fuéramos, la luz del amanecer empezaba a aparecer por el oriente. Cuando nos subimos a la camioneta no hubo necesidad de que me taparan la cara para que no supiera por donde íbamos, me quede totalmente dormida. Al llegara la luz era completa y a pesar de que aún no había salido el sol hacia calor. Sin importarme nada me bajé de la camioneta, me metí a la casa y fui directamente a la cama, supongo que los chicos se fueron porque cuando desperté no estaban.
Hubo algunas otras salidas que quizá cuente luego.
El Final
El final fue extraño, el jefe no me visitó por algún tiempo, de hecho la visita de Chuy y el Güero también bajo, un día llegó Chuy y me cogió como siempre pero dijo algunas frases que me llamaron la atención como que había sido un gusto conocerme y que o era buena onda. Al día siguiente o más bien la noche siguiente el Güero llegó, como siempre se acostó en la cama y desde ahí vio como me hacia el enema para que me cogiera por el culo y luego como me bañaba, pero casi no habló.
Cogimos como siempre y me quedé dormida, cuando desperté bajé a buscarlo pensando que habría bajado a comer algo pero no estaba, la puerta estaba entreabierta y alcancé a ver que la alarma estaba apagada. Subí y me puse la primera ropa que me encontré y nuevamente bajé y salí, pude salir de la casa y comencé a caminar, primero despacio y luego más rápido hasta que corrí cuanto pude. Después de un rato llegue a una pequeña tienda, les explique que me habían secuestrado y que no tenía ni un centavo. Me dieron unas monedas para hacer una llamada. Sólo pude llamar a una amiga de la Universidad quien por suerte tenía un hermano que vivía en la ciudad en donde yo estaba, él pasó por mí y me tuvo en su casa hasta que mi amiga llegó y me llevó a la Cd. de México. Al poco tiempo me convenció de que les enviara una carta a mis padres, a los tres días de haberla enviado mi madre me habló y un día después fueron por mí para llevarme a casa, mi verdadera casa.
Tuve suerte de no haberme contagiado de SIDA aunque si tuve algunas enfermedades venéreas “tratables”, de Jorge nunca supe nada más y logré tramitar la anulación del matrimonio con él. Apoyada por mis padres y de un terapeuta, regresé a la universidad y ahora puedo contar mi historia.
Si les gustó escríbanme.