Por culpa del alcohol - parte 1.

El destino acomoda las cosas para que una serie de acontecimientos se presenten teniendo como elementos clave al alcohol, a mi hijo, a un tercero y a mi.

Hay momentos en los que me preguntó el por que había tomado aquella decisión, en esos instantes no hay sentimientos de culpa o de reproche hacia mi misma solo cierta incomodidad al mirar a mi hijo, a mi esposo, no sé si el haber optado por la otra opción cambiaría este sentir, e incluso me cuestionó si el cambió sería para bien o para mal, ahora solo se que las cosas están hechas.

A partir de lo vivido hace varios meses empecé a buscar algún medio para sentir menos culpa y para evitar penas opte por lo más práctico, las salas de conversación o blogs de temas en particular que hay en internet, en muchos de estos sitios encontré algo parecido a lo que buscaba, mujeres que habían vivido algo parecido a lo que yo viví y sigo viviendo, solo que estás mujeres hicieron lo contrario, me explico reviviendo en letras lo que sucedió.

Mi esposo Edgar de 39 años, un hombre de complexión delgada, alto y moreno claro, había tenido que salir de viaje a Monterrey ya que tenía que ir a impartir un curso a hobreros de una fábrica en dicha ciudad y por ello no podía estar en la fiesta de cumpleaños de nuestro hijo José, él, al ser hijo único por razones de salud mía, nunca se le había negado nada, era nuestro tesoro, nuestra razón de ser y de vivir, y por lo mismo siempre habíamos estado los tres juntos más algunos invitados mayormente amiguitos de él.

  • Como vas a ir hasta Monterrey en el cumpleaños de tu hijo - le recrimine cuando me avisó de este deber.

Sabía que aún que el no quisiera hacerlo tenía que, pues era una obligación de su trabajó, aún así me daba coraje.

  • Disculpame pero tengo que ir, mira... a los chicos de su edad... ya no les importa mucho que estén sus papás, asme un favor, si? Organizale la mejor fiesta a nuestro hijo, invita a sus amigos, investiga quien es la chica que más le gusta y acegurate de que venga, te apuesto que lo disfrutara más que si tú y yo estamos en la fiesta.

Durante toda la semana me seguí mostrando molesta con mi esposo, pues si bien lo que me había dicho era sumamente real, me molestaba la idea de que mi hijo ya no fuera un pequeño, el ya era todo un adolescente que día a día le llamaba más la atención salir con amigos.

Tal como me había pedido mi esposo, a escondidas de mi hijo organice su fiesta, trate de investigar quienes eran sus amigos, algunos los conocía, otros pocos eran chicos nuevos.

Con Luis, un amigo de mi hijo desde siempre, acudí para saber si mi hijo tenía alguna chica que le llamara especial atención, pero al parecer no había nadie, aún así trate de invitar a algunas chicas que se llevarán bien con el, también me ayudó para saber la dirección de los nuevos amigos.

A los tres días de que mi esposo se fuera de viaje llegó el día de los cumpleaños de mi hijo.

Por la mañana le prepare un buen desayuno.

  • Entonces no hay manera que papá llegué para hoy? - preguntó antes de marcharse al colegio.

  • No cariño, llega hasta la siguiente semana.

Preferí seguir sin decir nada aún de su fiesta para que está fuera sorpresa.

Por la tarde fueron llegando los amigos de mi hijo, en cuanto esté llegó gritamos el típico "sorpresa!", al iniciar la música yo subí a mi habitación pensando en lo que mi esposo me había dicho, esa ya no era fiesta para mí, si no para adolescentes, pretendía quedarme encerrada en mi habitación hasta que terminara todo, en cierto momento escucho que tocaban la puerta de mi habitación y voy a ver quién es.

  • Señora no va a bajar?

  • No Luis, me siento algo cansada - dije para pretextar.

  • Aún que sea venga a tomar un vaso de refresco.

  • Más al rato si me animo bajo, va?

El chico sin más salió de mi habitación, le note algo desanimado.

Para no aburrirme sola en mi habitación puse una película, me recosté en la cama y al poco rato vuelven a llamar a la puerta.

  • Má, bajas un rato?

  • No mi amor, baja tu, es tu fiesta, para chicos de tu edad.

  • Que significa eso de, "para chicos de tu edad?" Baja aún que sea a toma algo.

  • Pues que tal vez me sentiría rara estando entre jóvenes, pero más al rato bajo por algo, si?

Con cara extrañada me queda mirando.

  • Por qué dices eso, si bien podrías pasar como una chica más de la universidad.

Realmente lo sabía, me cuidaba con tratamientos para la piel, iba al gimnasio entre otras cosas para cuidar mi aspecto, pero las palabras de mi esposo me hacían pensar en la edad y no en mi físico.

  • Gracias cariño, entonces ahorita bajo.

Antes de salir de mi habitación, beso mi mejilla.

Después de algunos minutos de que mi hijo regresara a su fiesta decidí ir a tomar por lo menos un vaso de refresco.

Baje a la primera planta de la casa y me dirigi a la cocina que era donde se encontraban las bebidas, ahí estába Luis sentado.

  • Hola señora Fer, que bueno que se decidio a venir un rato a la fiesta.

  • Si, bueno realmente solo vine por un vaso de refresco.

El chico busco un vaso limpio y después de preguntarme por algún sabor me sirvió, en la barra además de los refrescos me percate de la presencia de botellas de diferentes bebidas embriagantes, pero no dije nada.

  • Gracias Luís, sigue disfrutando de la fiesta.

  • Todavía no se valla señora Fer.

  • Sabes que Luis, solo dime Fer, me haces sentir muy grande con eso de señora.

  • Disculpa Fer, entonces espera un momento aquí en lo que te tomas el refresco.

  • Y eso por qué?

Se quedó pensando por un momento.

  • Es que la chica a la que invite no vino y no quiero quedarme solo.

Realmente yo también iba a estar sola en mi habitación y no parecía mala idea hacernos compañía los dos.

  • Está bien.

Estuvimos platicando de diversas cosas hasta que me acabe el refresco de mi vaso.

  • Siéntete como en casa Luis, que yo ya me voy a mi habitación.

  • Aún no te vayas Fer, que vas a hacer en tu habitación sola, acompáñame otro rato.

  • Está bien - dije con tono resignado, aún que no me molestaba en lo absoluto.

  • Deme su vaso le sirvo otro poco de refresco.

Al estar baseando el líquido se detuvo.

  • Quiere un poco de tequila.

Tenía tiempo de no beber alcohol y me apetecía un poco.

  • Si, por qué no?

Seguimos platicando de diversas cosas.

  • Quieres bailar un rato? - preguntó.

Ya me sentía mareada y dije, "si", para que se me bajara el mareo.

Cómo es habitual tomo mi mano izquierda con su mano izquierda y puso la derecha en mi cintura, pero conforme tomo confianza posó ambas manos en mi cintura, hasta ahí note todo normal, fue bajando ambas manos a mis nalgas.

  • Que haces? - pregunte pero sin dejar de bailar.

Quizá por lo deshinibida que me puso el alcohol.

  • Es que desde que te conocí en me has gustado, estás bien buena.

  • Pero qué dices, si podría ser tu madre!

Al parecer lo que dije no le importo en lo absoluto, el siguió manoseando mis nalgas y trato de besar mis labios pero logré esquivarlo.

  • Luis!!! tranquilizante por favor, recuerda que soy una mujer casa, además de que soy la mamá de tu amigo.

Al parecer no le importaba y a mi cuerpo se le empezaba a olvidar mis propias palabras pues notaba la humedad que entre mis piernas se hacía presente, entre la situación con Luis y el alcohol en mis venas me estaba poniendo muy reseptiva.

Aún mareada, pero dentro de mi conciencia empezó a desenlazarce una cadena de pensamientos.

  • "Me estoy excitando!", "Nunca lo había visto así, pero Luisito no está nada mal" - realmente el chico tenía un buen cuerpo.

"En verdad estoy pensando en serle infiel a mi esposo, con el amigo de mi hijo?"

Creo que ahí fue cuando la situación cambió.

  • En donde está José?

  • No lo se, seguro que bailando en la sala.

  • Voy al baño, para mirar que no venga.

  • No tardes amor.

Salí de la cocina con dirección al sanitario de la planta baja, miraba a mi alrededor y parecía nadie enterarse de nada, asumí que todos o la mayoría estaría igual de ebrios que yo.

Mientras caminaba me iba planteando, "como nunca me di cuenta que este niño me veía como mujer?" "en verdad me estaba sucediendo esto, a mi?"

Hasta llegar al sanitario no vi a mi hijo por ningún lado.

"Por qué no quite su mano de mis nalgas?" Me cuestione mientras sonaba mi orina chocando con el Wc.

"Por qué estoy tan excitada con este niño que no tiene más que la edad de mi propio hijo?", mi excitación realmente me hacía necesitar una verga taladrandome, pero, "Y si mi hijo se llega a enterar?"

Sabía que al salir del sanitario estaría Luis esperándome en la cocina.

Tome papel higiénico y lo pase por mi vulva secando las últimas gotas de orina, subí mi tanga y baje el vestido entallado que vestía aquella noche.

Salí del sanitario con la vagina húmeda, pensando en que Luis era el amigo de mi hijo y que incluso tenía la misma edad, en qué como fuera terminaría con una verga en mi vagina y está no sería la de mi marido.

  • Has visto a José? - Pregunte a una chica que estaba bailando.

  • Me parece que estaba platicando serca de las escaleras.

Me dirigi hacia haya.

  • Necesito que vallamos a mi habitación - dije en un susurro tras su oído derecho.

El me quedo mirando, no podía esperarle, mi vagina estaba irviendo, mis jugos ya habían empapado mi tanga, así que empecé a caminar escaleras arriba.

Entre a mi habitación y mi hijo detrás de mi.

  • Que sucede má?

No sabía ni que decir, como empezar, quería salir de ahí, estaba hasta cierto punto arrepentida de estar frente a el.

  • Te parece que soy atractiva?

  • Claro que sí, eres hermosa.

  • Lo dices en serio o solo por qué soy tu madre?

  • He visto a casi todas las mamás de mis amigos y te puedo hacegurar que eres la única a la que podríamos confundir con una universitaria, incluso eres más hermosa que muchas de mi clase.

Me dirigi a la puerta y heche llave.

Con mi hijo había tenido confianza desde siempre pues era el único con quién conversaba en casa cuando mi esposo no estaba, así que sin más le dije.

  • Estoy muy mojada.

Incrédulo Jose me miró de arriba a abajo como buscando una mancha superficial.

Tome mi vestido y lo saque de mi cuerpo.

  • Quieres tomar este regaló? - Pregunte con un tono meloso.

  • Pero mamá?

Me acerque a el diciendo - Se que muchos me ven con morbo y que varios quisieran tenerme en su cama - las palabras salían con total confianza por lo dicho anteriormente por Luis - estoy mojada de aquí - dije guiando su mano a mi entrepierna - necesito de un hombre en este momento y tú ya eres uno.

  • Pero qué... - No lo deje terminar, hacer que mis labios a el besándolo.

Apenas sentí sus labios y una corriente eléctrica recorrió todo mi cuerpo, aquella calor de mi vagina se esparció por todo mi cuerpo.

Estaba sintiendo los mejores besos que había recibido en toda mi vida, estaba sintiendo la saliva de mi propio hijo, a la altura de mi vientre sentía algo crecer, lleve mi mano hasta ahí, palpe con la mano totalmente estirada, una verga dura acaparaba toda la extensión de ella y aún salía por los dedos, la última vez que la había tocado apenas estaba escondida en su prepucio, le media quizá 10 centímetros, ahora lo tenía duró, listo para hacer vibrar a una mujer, para empotrarla, y ahí estaba yo, queriendo ser aquella mujer a quien mi hijo le metiera su sable, tenía una mezcla de emociones, estaba con mi hijo en una situación de hombre y mujer, estaba siendole infiel a mi esposo con mi propio hijo, con el hijo a quien yo tanto amaba, sangre tanto mía como de el.

Como fuera esa noche iba a abrir mis piernas, pero el que fuera mi hijo quien me penetrar aumentaba el morbo y placer.

Mis pechos fueron liberados del brasier, me separé de él e incandome baje su pantalón y después de bóxer, rápidamente se sentó y termino por sacarse las dos prendas más la playera que llevaba.

Sentí que veía por primera vez su verga y en sierta forma era la primera, pues ahora ya no era el de un niño ahora era la verga de un hombre, del hombre que yo había criado.

En ese momento, si aún era posible, me abandone al placer, a la experiencia de ser infiel.

Abrí la boca y lentamente se fue introduciendo ese gran pedazo de carne en mí, mi cabeza no se detuvo hasta que el miembro de mi hijo tocó en lo más profundo que mi cabidad bucal pudo permitir.

  • Que rico regalo má - escuché entre suspiros de placer.

Mientras mamaba esa verga de manera frenética empecé a acariciar mi vulva sobre la tanga.

  • Te gusta mi amor? - dije sacándome su verga de la boca y empezaba masturbarme con ambas manos, regando mi saliva por todo su tronco.

(Recordando la escena me parece que nunca había estado en el acto sexual de esa manera).

  • Si lo haces maravilloso.

Regresé el miembro dentro de mi boca y continúe mamando, en momentos lo sacaba y pasaba la lengua por todo el tronco, después de un par de besos a sus huevos también los metí a mi boca succionandolos, en mi olfato bailaba ese aroma a macho y parecía embriagarme en éxtasis, me hacía sentir más hembra, me hacía sentir mujer, me hacía pedir ser cogida, ser poseída.

Me levanté del piso e hice que mi hijo se recostara en la cama, me subí a cuatro en el y puse encima de su cara mi chocho continúe mamando su verga y ni tardó ni perezoso, el hizo aun lado mi tanga para mamarme la vulva, lo hacía de una manera exquisita, prácticamente masajeaba los labios internos de mi chochito.

No tarde mucho en correrme, no se bien si por lo bien que movía la lengua en lo más íntimo de mi ser o si por lo caliente que me encontraba, después el también estallo en mi boca, jamás había tragado semen, ni siquiera había mamado más de una vez la verga de mi esposo pero está vez como cualquier otra puta jugaba la lechita de mi hijo con la lengua hasta que me la trague.

A mi vista estaba mi hijo con los brazos retraídos como si tuviera frío, podía notar en su expresión el placer que le acababa de provocar.

  • Te gustó mi amor?

  • Claro que si má, gracias eres la mejor.

  • Entonces creo que te gustará más lo que sigue mi vida.

Volví a tomar la verga de mi hijo, la cuál estaba empezando a retraerce, la metí a mi boca, mame hasta ponerla tiesa y dura.

Baje de la cama y me quite la tanga, estaba verdaderamente húmeda por mis jugos, la deje caer sobre su cara y dije.

  • Esto es para mi niño hermoso, para que recuerdes cuánto te ama mamá - acto seguido se lo llevó a la nariz.

Esto me lleno aún más de morbo.

Lo monte ensartando mi vagina en esa verga que se me hacía la más hermosa que pude haber visto alguna vez, el no hizo más que tomarme de la cintura.

No podía creer el gran placer que sentía ensartandome en mi propio hijo, mis piernas se cansaron de tanto brincoteo así que sujete mis brazos en la cama dejando mis tetas al alcance de José, el no desaprovechó la oportunidad y tomo mi pezón derecho con sus labios, mientras que sus brazos se entrelazaron en mi espalda, mis nalgas empezaron a subir y bajar y conforme el ritmo sonaban al choque con sus muslos.

  • Mami me corro, me voy a venir no aguanto más.

  • Aguanta un poco mi amor, quiero que nos corramos juntos.

Sentí como mi vagina se contraía haciendo precion en la verga de mi hijo, despues el choque de su semen caliente en mi útero.

Quedé con la cara apoyada en el pecho de el, me sentía aún mareada pero no por el alcohol si no por la agitación de la labor. Sentí como el semen salía de mi conducto vaginal.

"Toc, toc" - escuchamos la puerta.

  • Quién? - Pregunte.

  • Soy Vannesa señora, está José con usted?

  • Si ahora baja.

Rápidamente me baje de mi hijo y el se vistió, antes de salir de la habitación me miró a los ojos, tomo mi tanga y dijo esbosando una sonrisa.

  • Gracias má, eres increíble.

Puse llave a la puerta y me metí a bañar, estuve quizá media hora bajo el agua, preguntándome cómo había terminado con el chocho lleno de semen de mi propio hijo, que podía haber sido peor, el ir con mi hijo y abrirme de piernas ante el o si lo hubiera hecho ante su amigo? Baje a ver como seguía la fiesta.

  • Han visto a Luís? - pregunte a un grupo de chicos que se encontraban en la cocina, pues me sorprendió no verle.

  • Se fue después de preguntar por José.

Supuse que había temido que le dijera a mi hijo y pelearán o se abra arrepentido de querer seducirme.

Decidí no pensar mucho en el, después de todo el verdadero problema lo tenía en casa, como debía actuar con mi hijo después de que le había pedido satisfacer mis necesidades sexuales, algo que no me explicaba era el hecho de que me hubiera sentido tan excitada.

Conforme los invitados se iban retirando de la casa empecé a recoger el desacomodo evitando hablar con mi hijo, realmente no podemos evitar que las cosas pasen y el tomo la iniciativa para afrontar las cosas.

Tomándome del hombro preguntó - Que fue lo que pasó hace rato má?

No sabía dónde esconde la cabeza.

  • No me preguntaste por favor... No me preguntaste y olvídalo, si?

Sabía que no podía dejar las cosas así, tome su barbilla y dije.

  • No se por que... de pronto me sentí mojada y... ya has de saber que significa eso, no?

El solo asintió con la cabeza.

  • Luis me confesó que le atraía desde que eran pequeños y eso me puso más - al escuchar esto su reacción fue de sorpresa - te debo confesar que a ese punto me estaba convencido de... bueno ya sabes que... pero preferí dártelo a ti como regalo de cumpleaños, no me preguntaste por qué, ni yo misma lo se. Solo dejémoslo en qué sucedio y ya, todo de nuevo a la normalidad, crees que se pueda?

  • Si má.

  • Y sobre Luís, solo te pido que no pase nada, sí?

Nuevamente asintió con la cabeza, de mi parte regresé a mi habitación, trataba de pensar aún que mi mente solo daba vueltas, como si aún estuviera ebria.

"Son de la misma edad, lo disfruté muchísimo con el, es su cumpleaños y fue su regalo, sucedió y ya", me decía a mi misma explicándome el motivo por el cual Luis me había excitado y fue mi hijo quien disfruto de ello.

"Ya, no pienses en eso, si el acepto en no hablar del tema, tu olvídalo" me decía para tranquilizarme.