Por culpa de un paquete (3)
Ese mundo empieza a no ser un desconocido.
POR CULPA DE UN PAQUETE
El resto de la tarde, eso fue lo que me dijo antes de salir del baño, me hizo ponerme de pie e ir hasta la habitación, el agua había relajado un poco el dolor pero no lo había mitigado del todo por lo que seguía teniendo molestias al andar, y entre eso y los tacones andaba con cierta dificultad. Justo antes de llegar a la cama me cogio por la cintura metiéndome su ya erecto pene entre las piernas, lo notaba durísimo otra vez y lo veía asomarse entre ellas enhiesto y desafiante ante la próxima penetración mientras me decía:
-El taconeo que has hecho al andar viniendo para aquí y ver como esas botas te estilizan las piernas y levantan tu culo me ha puesto muy cachondo, tanto que vamos a follar ahora mismo.
Flexiono un poco sus piernas para ponerme su polla en mi ano y con fuerza me la metió de nuevo, fue como si metieran una barra de acero al rojo en mi culo, lo que me provoco soltar un grito de dolor, en dos empujones me había metido la polla hasta los nuevos notándolos chocar con los míos, pese a los tacones estaba de puntillas aguantando sus envestidas como podía, sin bien el dolor seguía hay ya no era tanto como antes, empezó un frenético ritmo que me hacia gritar a cada envestida mientras notaba sus fornidas manos amarrándome la cintura con ganas llevándome sobre las punteras de mis botas en un vaivén descontrolado, por lo menos esta vez ya no lloraba siguió así un buen rato hasta que me llevo a una silla de la habitación, me alegre por ello puesto que las piernas ya no me aguantaban.
Se sentó en ella sin sacármela y me siguió penetrando sin bajar el ritmo. Entonces me vi en el espejo de la cómoda botando arriba y abajo sobre él y me empecé a excitar, apoye las manos en sus muslos y empecé a ser yo el que me movía sobre esa barra de carne que me perforaba, mis gritos pasaron a ser unos gemidos alocados de placer, estaba muy cachondo, no se como, mis manos resbalaron de sus muslos haciéndome perder pie con mis botas de 14 cm. de tacón y empalándome mas allá de lo aceptable llegando su polla mas lejos de donde había llegado hasta ahora, lo que me hizo soltar un chillido que se debió oír en todo el bloque junto con una corrida que me salpicaba el pecho y el cuello.
- Te has corrido Carlos, no me extraña con el ritmo ese que llevabas, sabia que al final te gustaría. Fue lo primero que pensé de ti al verte con las botas: Va a ser una zorrita.
-Pero yo aún no me he corrido, así que date la vuelta y montate encima.
Como pude me puse de pie, las piernas me temblaban, me apoye en sus hombros y pase una pierna por encima suya quedándome bien abierto.
-Ahora vas a ser tu el que se mueva y me vas a montar como toda una amazona. Venga cogela y metetela tu solo.
Estaba con las piernas semiflexionadas sobre el y su glande rozaba casi con mi rabadilla, la cogi y poniéndome de puntillas sobre las punteras de mis botas hice que su glande embocara con mi ano, mí mano seguía sin poder abarcarla de echo creo que era mas gruesa que antes. Empecé a bajar lentamente, quería notar su pene entrando dentro, mis tacones dieron en el suelo cuando su pene entraba un poco mas de la mitad, empecé a subir de nuevo con mis manos en sus hombros hasta ponerme otra vez casi de puntillas volviendo a bajar rápidamente, iba cada vez mas rápido oyendo el ruido metálico que hacia mis tacones al tocar el suelo, lo que me ponía muy cachondo.
Con su mano derecha en mi cuello y su mano izquierda en mi cintura seguía subiendo y bajando cuando me volvió a meter la lengua hasta la garganta no se como pero estaba tan cachondo que empecé a chuparsela dentro de mi boca, dejando de besarme me dijo que se corría, me cogio por las nalgas levantándome en vilo, cruce mis piernas en su espalda y cuando me la metía hasta el fondo notaba su corrida dentro de mi quemándome otra vez mi interior.
Me dejo sobre la cama y se fue al baño, al volver me puso la polla en los labios y la empecé a chupar como si me fuera la vida en ello, me metí su glande en la boca mientras lo masturbaba velozmente. Estuvimos así bastante tiempo, ya me dolía de metérmela en la boca o pasar mi lengua por todo su tronco cuando me cogio por la nuca metiéndomela muy dentro. Note unas arcadas cuando su primera corrida entro en mi boca muy profundo obligándome a tragarla cuando llego la segunda y la tercera que deje salir por la comisura de mis labios incapaz de tragar sus abundantes corridas, algo mas flácida la saco de mi boca cuando otra corrida cayo en mis labios y mi cuello y la ultima cayo en mi pecho resbalando por mi abdomen.
Se empezó a vestir cuando me hablo:
-Bueno Carlos, a sido fenomenal, el mejor polvo en muchísimo tiempo. Ahora descansa que te lo has ganado. Como vino se fue, con total tranquilidad, me tumbe en mi cama y me quede dormido.
Eran las tres de la tarde cuando me desperté, me dolía todo el cuerpo en especial mi ano y tenia la boca con sabor a esperma además de la que había en varias partes de mi cuerpo seguía con las botas puestas y los pies me dolían un poco, al levantarme vi varias manchas resecas en mi edredón que supuse esperma que había salido de mi culo, fui al baño a darme una ducha, ya no me dolía tanto al andar pero tenia que dar pasitos muy cortos, me metí en la ducha y me quede un rato largo.
Estábamos a viernes, había pasado casi una semana y no sabia nada de mi vecino, al llegar a la puerta de mi casa me encontré un paquete en el suelo con un sobre encima dirigido a mi. Lo cogi y entre en casa fui al salón, me senté en el sofá y abrí el sobre, tenía una carta de mi vecino:
-Esto es un regalo por lo bien que te portaste el otro día al ayudarme a cumplir mi fantasía. He decidido que nos vamos a ver más veces así que no voy a deshacerme del video todavía. Espero que te gusten nos vemos a las seis para salir a tomar un café, ponte mi regalo.
Me preocupe bastante, al no tener contacto con el hasta ahora pensé que ya se había olvidado de mi, y me salía ahora con esto. Deje la carta a un lado y cogi la caja, la desenvolví y era una caja de unas botas, la abrí y cogi una de ellas, eran unas botas de las que están de moda tipo cowboy de media caña marrón claro con un tacón cuadrado de 3,5 cm. y la suela un poco mas ancha que la bota en la zona de la planta. Las observe detenidamente, eran preciosas, pero parecían claramente botas de chica y él quería que saliera con ellas a la calle, me asuste, pero tenia que hacerlo, seguía amenazándome con ese maldito video. Me fui a mi habitación faltaba poco para las seis y quería ver que me podía poner para disimular esas botas, empecé a buscar en mi armario unos pantalones que fueran largos para que las botas se vieran lo menos posible. Los únicos que me convencieron fueron unos vaqueros que tenia de hacia mucho tiempo que eran un poco acampanados en los bajos, pero cuando me los fui a poner no me cerraban se me habían quedado pequeños, metí tripa como pude y conseguí cerrarlos a duras penas, cogi las botas y al ir a ponerme la primera no me terminaban de ajustar, el calcetín era muy grueso y no me entraban, busque unos calcetines de ejecutivo pero no encontré ningunos y al abrir un cajón encontré las medias que me había comprado para usar con mis botas negras, mire el reloj y me quedaban menos de diez minutos, me volví a quitar los pantalones y me puse las medias y los pantalones otra vez, intente volver a ponerme las botas y entraron como un guante, eran muy cómodas me puse de pie y me acerque al espejo del baño me mire y entre los tacones y lo ajustados que me quedaban los pantalones me hacían un culo increíble, mire a los bajos y se veía las punteras y parte del tacón, estaba observándolo cuando llamaron a la puerta me fui rápido al armario y cogi el primer jersey que pille, me lo fui poniendo por el pasillo cuando oí mis pasos retumbando por toda la casa eran maravillosos y me empecé a excitar, termine de ponerme el jersey cuando llegue a la puerta y ahí estaba el.
Entro cerrando la puerta tras de si, me cogio atrayéndome hacia el por el cuello y me dio un profundo beso mientras me acariciaba las nalgas con la otra mano. Se aparto y me dijo:
-Da una vuelta que te vea- me di una vuelta lentamente hasta que me quede de nuevo mirándole.
-Me gusta mucho ese pantalón que te has puesto, te hace un culo magnifico. Las botas te quedan muy bien, y me alegra que te hayas puesto ese jersey de chica tan ajustado. -Abrí los ojos como platos y mire mi jersey, lo reconocí nada mas verlo se lo había dejado una amiga mía la ultima vez que vino, con razón lo notaba tan pegado a mi cuerpo, era un jersey blanco de cuello vuelto y muy ajustado en su parte baja.
-Vamonos Carlos.- Cogi una cazadora y salimos, se oían mis pasos por todo el pasillo hasta que llegamos al ascensor.
El ascensor se paro en el piso siguiente al nuestro y apareció la hija de mi vecina de abajo cuando se abrieron las puertas, nos miro a los dos y se quedo mirando mis pies un poco mas de la cuenta. La mire de arriba abajo preguntándome si se habría dado cuenta de que eran botas de chica, mientras la observaba me fije que ella también llevaba botas.
Eran unas botas marrones con tacón en cuña que combinaba con una falda vaquera que le llegaba hasta los pies, se abrieron las puertas y salio, salimos detrás de ella y al salir al portal cada uno se fue por su lado, nos fuimos a una cafetería que había cerca de casa y entramos, fui a sentarme en una de las mesas del local pero me cogio por el brazo y me llevo a la barra:
-Siéntate en este taburete Carlos. Se me acerco y me susurro al oído:
-Cruza las piernas como si fueras una chica- lo hice como me dijo sin replicar, pedimos unos cafés y estuvimos un rato así. Yo miraba a todas partes por si veía que alguien me miraba como si se hubiera dado cuenta de mis botas cuando entraron 2 chicos y se dirigieron a donde estábamos nosotros.
-¿Qué tal estas?- le dijeron a mi vecino.
-Hola, muy bien, os presento. Este es Carlos- dijo señalándome.
-Hola Carlos- contestaron los dos a coro.
-Estos son dos amigos míos que tienen nuestros mismos gustos, me he tomado la libertad de hablarles de ti, espero que no te importe- Le mire con la boca abierta sin decir nada.
-Sabía que no te importaría.
-Nos ha dicho que te gustan las botas mucho.
-No os habéis fijado lleva las que le he regalado hoy.
-Vaya si que te deben gustar.- No sabia donde meterme.
-Nosotros nos vamos Carlos, no te preocupes ya los conocerás mejor dentro de unos días, bueno y a dos amigos mas que te quieren conocer también.
Me quede sentado en el taburete sin saber que hacer, me tome el café y me fui a casa.
Mi tercer relato, contacta conmigo y dime que te ha parecido.