Por calentar por Grindr

Como por calentar po Grinder, me llevo lo que me merezco y más.

La verdad es que nunca me he considerado gay, como mucho bi. Me explico, siempre he tenido novias, y tengo claro que me gustan las mujeres, pero a veces siento “la llamada”. Lo cual me veo con la necesidad de buscar hombres para que me follen, si yo siempre en el papel pasivo, con las mujeres ya hago el papel dominante. Igual os puede sonar raro, pero en mi cabeza tiene una cierta lógica.

De hecho, cuando veo pelis porno y estoy en “esa etapa” siempre me pongo en el papel de la mujer, y disfruto imaginando como me penetran y me hacen toda clase de guarradas. He de decir, que he tenido etapas de años enteros con “poco movimiento”, y otras de necesidad imperiosa, no sé de qué me depende, la verdad. Pero en esa época disfruto siendo humillado y follado como una perra.

He de decir, que, de todas mis relaciones, que con hombres han sido pocas excepto en dos ocasiones han sido con gente que conocía o que he conocido esa misma noche.

Total, que hoy estaba en uno de esos momentos, hacía casi años que no estaba con ningún hombre y instalé Grinder. Relleno mi descripción y empiezo a recibir varias solicitudes de activos que querían quedar. Es de mal decir, però creo que no estoy mal, 1’70, ojos verdes, guapete.., me entraron varias personas pero me quedé con dos, una pareja de activos de 40 años que querían hacer un trio y otro hombre de unos 32, según Grindr. Yo he de decir, que estaba muy caliente viendo un vídeo donde follaban a una rubia muy guapa y me armé de valor y bajé a quedar con la pareja que quería tema. La verdad, es que no estaban nada mal y parecían muy deseosos de quedar conmigo, además que nos habíamos calentado bastante por el chat.

Estaba muy nervioso, y entre que me duché, me vestí y bajé, me había desanimado un poco y me entraron muchas dudas, sobre enfermedades, sobre si normalmente ya me hace daño una, imagínate dos, y además me habían enviado la imagen de sus pollas y la verdad, que eran grandes, de 19 cm. Cuando estaba ya llegando a su casa hecho un manojo de nervios (y porque no decirlo con un poco de morbo), pensé en pasar de largo y así hice. Cuando abrí el Grindr de nuevo y miré el chat, estaban lógicamente muy desilusionados y me empezaron a llamar “ramera calientapollas” y otras lindeces. Me disculpe muchas veces con ellos y me puse a llorar un poco mientras aún seguian insultándome y amenazando con que si me encontraban por la calle me iban a seguir y a contarle a mis padres la clase de hijo maricón que tienen (les había explicado que quería mucha discreción por mi novia y mi familia).

Todo el tema siempre lo he llevado en secreto y nunca lo he compartido con nadie de manera que eso me puso muy nervioso, pero no tenía a nadie con quien compartirlo. Así que tiré igual de la peor solución y le empecé a explicar todo al otro chico con el que había estado hablando por Grindr, me sinceré, y le dije que había ido a follar con otros y lo que me había pasado. Él en todo momento me apoyó y me tranquilizo, de manera que me sentí más seguro a su lado. Empezó a decirme que fuera a su casa si quería “a hablar” y le dije que no era tonto y que no me apetecía follar. Aún así poco a poco hablando, me empezó a calentar. He de decir que estuvimos un rato calentandonos y cómo antes me había enviado la geolocalización me fuí para su casa sólo a fantasear delante y por si lo veïa de casualidad, que quereís, me daba morbo!

Aunque no se lo dije para no provocar, en el fondo lo que quería era hacer lo mismo, pasar de largo de su casa. No me veïa capaz de follar con él por todo lo que acababa de pasar y por muy caliente que estuviera. Fuí andando y a la que llegué a su casa tuve la genial idea de pararme y buscar por las ventanas, y de repente, lo vi. Ahí estaba, desde una ventana mirándome, me puse blanco aunque para disimular me hice el longuis y seguí tirando calle abajo andando lo más rápido que pude, rezando para que no bajara a buscarme.

A los 2 minutos andando y desde donde no me podía ver, saqué el móvil, y le empecé a decir que era yo el chico que había visto y que me había encantado el morbo. Lo dije sufriendo, pensando que como tuviera moto me enganchaba rápido. Me empezó a insistir, que porque no subía, y a decirme que era una “puta idiota”, que dejara de calentar a la gente y que volviera a terminar el trabajo. Pero no pensaba en volver y menos después de eso. De hecho, me sentí muy mal por todo, y se me bajaron todas las ganas.

Pero cometí un error.

A los dos minutos de seguir andando me encontré con que la calle no tenía salida, ni peatonal, eran todo viviendas y parkings. Intenté mantener la calma y buscar otra salida, pero no había manera, tenía que volver por donde había pasado, tenía que volver a pasar por delante de su casa. Pensé en coger un taxi, pero no llevaba dinero, así que la opción más sensata era o bien pasar disimulando y rápido o pasar corriendo. Mierda.

Elegí no dar la nota, porque parecía un hombre musculoso y que iba al gym, y corriendo pensé que no tenía opciones. Así que empecé a caminar hacía su casa con paso veloz. Llegando a su portal, me enganché lo más que pude a su pared para pasar por el ángulo muerto para que no me viera por la ventana, aunque esto significaba pasar por delante de su puerta. Contuve la respiración, y justo cuando iba a pasar por delante de la puerta.. veo que sale de la puerta, se me planta enfrente y se me queda mirando. Era mucho más alto y musculoso que yo, y lo único que pude hacer es quedarme blanco y intentar pasar como si no lo conociera, aunque noté su mirada en mi cara todo el rato. Justo cuando estaba pasando por su lado, sacó su brazo musculoso y me lo puso bloqueando la salida. Note su piel muy fina del brazo, pero un brazo fuerte, yo a su lado era una hoja de papel.

  • Qué crees que estás haciendo - me dijo con voz autoritaria mientras me miraba fijamente. Tenía un miedo arrollador.
  • Yo… - no me dejó seguir la frase
  • Sube - y me indico la puerta

Entonces como si mi cuerpo no respondiera a mis órdenes de correr, observé cómo mis pies se empezaban a mover hacia dentro de la casa. Nononono..! Tenía que huir.

Empecé a subir las escaleras y llegué a una especie de sala. Pensé que igual hablando me calmaría por lo menos, pero yo todo lo que tenía eran ganas de escapar. Él entró detrás de mí y cerró la puerta. Lo miré como medio sonriendo, para relajar el ambiente, y dije con voz muy débil.

-Y ahora qué? - Intentando parecer gracioso para relajar el ambiente, pero el no dejaba de mirarme con esos ojos casi negros, que me atraian a su órbita.

Se tiró hacia adelante obligándome a recular, pensé que me iba a pegar, pero se plantó en mitad de la sala, y quedé a escasos 20 centímetros de él. Dios, Dios ayudame, pensé, cómo me meto en estos percales. Él permaneció inmóvil mirándome, sin decir nada. Me podía su fuerza magnética, cada segundo me hacía más pequeño, él era el hombre, y yo sólo carnaza. Si hubiera querido habría podido alargar su musculoso brazo de gimnasio y me podría haber arrancado el alma, pero no lo hizo, quería algo de mi. No sabía que era y  estaba muy serio mirándome. Poco a poco, mientras me hacía pequeño me empecé a postrar delante de él, quedando de rodillas delante de mi nuevo dios.

Cómo podía ser que el hombre que hace un rato me estaba consolando por el Grindr, y parecía tan comprensivo ahora fuera esta bestia inhumana desprovista de sentimientos.

Él se acercó entonces, hasta quedar su paquete a escasos 5 centímetros de mi boca. Hacía mucho que no chupaba, y sólo lo había hecho 2 veces porque me daba un poco de asco. Baje la cremallera con muchos nervios y noté como el bulto más grande que había visto nunca en directo, estaba muy humedecido por arriba. Empecé a bajarle el boxer, y saltó como un resorte su polla.19 centímetros apuntando directamente a mi cara. Me empecé a preocupar mucho.

Sabía lo que tenía que hacer, así que me puse a ello, con la máxima dulzura que pude, empecé a pasar mi lengua por todo el tronco. Me daba mucho asco, pero la situación era más poderosa que nunca, y pensé en que debía darle el mayor placer, que pudiera así que me empecé a meter sus huevos dentro de la boca y empecé a saborearlos, no quería que se enfadara de ninguna manera, así como también quería que terminara cuanto antes y largarme.

  • Vamos - dijo con la voz más grave del mundo y con eso lo entendí todo, me puse la punta en la boca y empecé a tragarme ese mastodonte. Me cabía poca y además yo era muy inexperto en esto. Iba entrando bien, pero llegó un momento que hizo tope con mis amígdalas. En ese momento, me cogió la cabeza y empezó a empujar, fuerte pero constante, me sorprendió el movimiento, y yo sin ninguna opción de igualar su fuerza inútilmente puse las manos en su tronco haciendo fuerza en el sentido opuesto intentando evitar que entrara tanto ya que de verdad me estaba atragantando. En ese momento, me empezó a decir, “qué coño crees que haces?”. Yo tenía que aguantar la presión y punto, así que saque las manos y mis ojos se empezaron a humedecer.

Al cabo de unos segundos me soltó y empecé a llorar y sacar babas.

  • Puta, esto te pasa por ir calentando a la gente. Ahora vas a pagar por todos, si no hicieras esto, yo te hubiera follado tranquilamente y hubiéramos disfrutado los dos. Pero no, has querido jugar conmigo, te has querido regodear, y lo vas a pagar caro puta de mierda. Vamos! - gritó

Entendí que tenía que seguir chupando, y después de este discurso dejando claras sus intenciones (por fin) y poniéndome en mi lugar fuí a coger la polla para seguir chupando, pero en lugar de eso, hizo un movimiento de cadera y me dio con su polla de no sé cuantos quilos en mi cara violada llena de lágrimas. Me dolió. Fui a cogerla de nuevo con miedo, y me dio otro golpe.

  • Quita las manos o te voy a ostias hasta que no te quede cara. - Sólo con la boca fuí a chuparle la polla, pero entonces me la empezó a restregar por toda la cara mientras se reía como un condenado.

Cómo estaba así? Siendo humillado por un hombre que no conocía apenas, y que podría ser mi padre, mientras dejaba que hiciera lo quisiera conmigo. Al final puso la polla en mi boca y empezó a bombear. No era una mamada, el tío me estaba follando la boca, yo solo podía mirar de aguantar las embestidas, sin las manos, y abriendo lo máximo que pudiera la boca para no hacerle daño con los dientes. No paraba de oírse un ruido viscoso, y aunque no estuviera llorando, mis ojos empezaron a llorar.

El no paraba de gemir, con su voz ronca y de decir guarradas como “chupala puta”, “ramera barata, no sabes lo bien que lo vamos a pasar esta tarde” y cosas por el estilo. Estuvimos así unos 5 minutos, hasta que noté que sus gemidos ganaban en intensidad. No sabía dónde se iba a correr, pero tenía mucho miedo de las enfermedades, aunque no le podía decir que no se corriera en mi boca, por razones obvias.

De repente sacó la polla, y me dijo “Abre la boca”, entonces pensé que esto sí que no, que no quería pillar ninguna enfermedad, reuní valor y dije lo más sereno que pude.

  • No te corras en la boca que tengo miedo de las enf.. - Pam, no me dio tiempo, me dio una ostia con la mano abierta.
  • Que abras la boca y saques la lengua. YA. - Mientras me enseñaba el dorso de su mano. No había negociación posible.

Empezó a gemir, y empezaron a saltar chorros de lefa caliente hacía mi cara, hacía mi pelo y muchos entraron en mi boca. Me parecía increíble que alguien pudiera sacar tanta lefa. La verdad, que nunca se me habían corrido en la cara, y nunca nadie me había tratado así. Entonces a raíz de notar su semen caliente de su calor corporal, bajando por mis mejillas, y en mi boca, me empecé a poner caliente.

  • Lo de la boca te lo tragas. - Ni pensé en discutir, hice una bola y tragué para obedecer al que era claro que era mi amo. La verdad es que en ese momento estaba tan caliente que no me lo tragué con ascos. Me hizo enseñarle que no quedaba lefa en la boca y me puso la polla en la boca para que se lo acabara de limpiar.

Así estuvimos unos minutos hasta que se fué a la habitación y me dio un babydoll. Estaba claro, que me lo tenia que poner. Me puse de pie, y caí en la cuenta, que sin zapatos era aún más pequeño que él. Cogió mis cosas y se las llevó a la habitación sin ni siquiera preguntarme. Esa era mi ropa entonces.

Me dijo que en la nevera había para cocinar, y que me esmerara un poco. Así me tenéis, yo en casa de un desconocido, vestida con un babydoll, preparando de comer. Me lavé la cara y me puse a cocinar para mi hombre, la verdad es que sentía una extraña sensación en la barriga de nervios, pero estaba más o menos caliente y bien.

En eso, que llevo un rato y oigo que suena el timbre. Enseguida, intenté de esconderme, pero mi amo fue tajante.

  • Abre la puerta.

No quería otra ostia, así que fuí a abrir la puerta con la babydoll y nerviosisimo. Abro la puerta, y si. Ahí estaban los dos chicos que les había dado plantón por la tarde. Mi amo me habría cogido el móvil y les habría avisado para que vinieran, que hijo de puta. Dios. Me agarraron los dos con rabia por la boca y me estamparon contra la pared.

  • Pero mira que tenemos aquí, la putita esquiva. Ya nos han estado contando…-

De repente me dieron la vuelta, y me empezaron a restregar su bulto por mi piel desnuda. Yo sólo pedía perdón y pedía piedad. Subimos todos al piso de arriba y se empezaron a presentar y a chocar la mano prometiendo una noche de lujuria. Mientras ellos se felicitaban y se ponían unas copas yo terminé de hacer la cena, esta vez para cuatro.

Cuando empecé a preparar la mesa, me empezaron a decir obscenidades, mientras yo hacía como que no los oía. Eso enfureció a los dos nuevos.

  • Oye, puta, que no nos has oído? - pensé que podía pasar
  • Sí - contesté
  • Y qué piensas de todo esto? Yo pienso que es justicia divina, y vas a pagar por todos los que nos han dejado tirados tantas veces. Cómo te llamas?
  • Alberto - y empezaron a burlarse de mi nombre
  • A partir de ahora, te llamarás Clarita, lo has entendido?
  • Sí, qué?
  • Si amos.

Había asumido mi rol. Les pertenecía y ellos me podían usar a su voluntad..

Seguirá