Por amor al arte (4)

..descúbreme....

Les aseguro que hacía de tripas corazón, tenía una mezcolanza de emociones, tenia los nervios de punta, tenía tantas cosas después de aquel beso, que ya no tenía nada, ahora Nicole podría hacer conmigo lo que quisiera, me atrapó en sus redes sin buscarlo, me encontraba perdida en un callejón sin salida, sin escapatoria alguna.

En el camino a mi casa, ni tocamos el tema del beso, y nada en absoluto que no fuera una confusión que tuvo Nicole, con una calle que no reconocía luego de darle mi dirección, mis ojos viendo hacia la calle a través de la ventana del carro y los de Nicole fijos en el camino, aspiraba decirle muchas cosas, pero me quedaba un poco de orgullo, no quería o más bien no podía hacerle notar a Nicole que era la dueña de mi voluntad, y que estaba tan feliz como frenética por haberla besado, me incomodaba mucho el silencio, en especial el suyo, quería que hablara pero a la vez no…no lo sé

La observé de reojo y me provocaba abrazarla, gritarle que estacionara el carro para poder besarla, quería tenerla cerca de mí, más cerca, sentirla por un momento sólo mía, puros anhelos, conociéndome, aun no comprendo de donde me salió eso del Mejor deja de decir tonterías y bésame en las conquistas que he tenido, solo tengo que insinuarme un tanto y ya están a mis pies…no al contrario, con ella no sabía cómo actuar, además no es fácil ser mujer y que te vuelva loca precisamente una MUJER. Sólo abrí mi boca cuando nos encontrábamos a una cuadra de mi casa.

-estaciona frente a los portones blancos, por favor. Le solicité señalando con mi dedo índice.

-Ok

Ya estando frente a mi casa, me coloqué aun más alterada, no sabía si invitarla a pasar o no, como despedirme de ella, con un beso en la mejilla o en su provocativa boca…parece una simpleza pero no sabía como proceder.

-sonreí- no vas a decir nada?....le pregunté con un hilo de voz.

  • ¿qué quieres diga?...

-no sé…has estado muy callada en todo el camino

-tú también…me respondió sardónica levantando sus hombros.

-sonreí hipócritamente-…ok...si no vamos hablar…buenas noches entonces, la pasé muy bien…gracias por traerme….

-ok…yo igual…que descanses

Me disponía a abrir la puerta del carro con la mayor de mis angustias, pero sentí una mano suave en mi brazo izquierdo...

-no me besas? Me preguntó desconsolada...

-sonreí- mi alma retornó a mí. No le respondí verbalmente, mi contestación era obvia, la tomé de su rostro con frenesí, como si hubiese encontrado algo perdido y a su vez deseado.

-me asustaste…creí que ya te habías arrepentido tonta….le dije.

Me observó, como sólo ella sabe hacerlo, de una manera penetrante, única.

-sólo estoy nerviosa mi cielo...tranquila….

Puedo?....

Asintió en silencio sin saber claramente mis pretensiones.

Fui acercado mi rostro cada vez más al suyo, mis manos permanecían en su cara, le di un suave beso en sus labios, ahora mis brazos rodeaban su espalda, mientras mis manos acariciaban fervientemente su precioso cabello, las manos de Nicole se paseaban delicadamente por mi dorso, era torturante sentir su contacto, entre tanto hipnotizada por su aroma, mis labios anegaron con besos su cuello.

El ruido que provocó un auto que pasó por nuestro lado, hizo que nos separáramos repentinamente, recodándonos que estábamos en un auto y en un sitio público, por no mencionar las decenas de cámaras de seguridad pertenecientes a la urbanización que teníamos alrededor.

Nos observamos perplejas por un instante…sin pensarlo mucho le pregunté:

Vamos muy rápido cierto?...quiero decir...voy muy rápido?.

Un poco si… “VAMOS”...porque estamos juntas en esto

-sonreí- no quiero que pienses que estoy desesperada ni mucho menos…mejor me voy...buenas noches…pasa mañana por mi oficina si?... No le permití darme respuesta, procuré darle rápidamente un beso y me bajé del auto.

Con el apuro y todo lo demás, abrí como pude la puerta de mi casa, Nicole estaba esperando a que entrase, bajó el vidrio del copiloto y se despidió con un ademan de mano, de mi parte le lancé un beso con mis labios. La vi partir, suena absurdo pero ya la echaba de menos. Ya dentro de mi casa, coloqué mi cartera en un mesón de la sala, rápida pero delicadamente me saqué la ropa que llevaba, me dirigí al baño con el fin de colocar a llenar la tina para darme un rico baño por tercera vez en el día, necesitaba distraerme un tanto, esto para calmar la anarquía desatinada que sentía por Nicole, por sus besos, su cabello, su aroma, en efecto toda ella.

De repente sonó el timbre de mi puerta, me coloqué una bata azul turquesa de seda y poco a poco llegaron a mi mente una serie de ideas, se me ocurrió la excéntrica, de que era un vecino que me había visto besar a una mujer, o tal vez el vigilante de la urbanización que se había quedado aterrado con mi comportamiento en el carro, o que era la iglesia que venía a levantarme una inquisición por actos amorales, para saciar el repertorio de opciones, salí a indagar quien era. Me quedé desconcertada cuando observé a Nicole en mi entrada, ella no entraba en el menú.

-sonrió- hola…disculpa yo…solo quería que me dieras personalmente el beso que me lanzaste…si no es mucho pedir…luego me voy…me dijo esto colocándome una cara parecida a los dinosaurios pequeñitos de la era de hielo.

¿Por qué, por qué tiene que ser tan encantadora?, si me pidiera algo que no existiera estoy segura que lo idearía sólo para complacerla. En fin, ya no tengo remedio, estoy íntegramente idiotizada por ella.

Le sonreí, - uno sólo?...ven pasa-…La tomé de su mano izquierda…-ya me hacías falta-… de por si Nicole me colocaba imprudente, ahora imagínense como estaba al verla parada frente a mi puerta, pidiéndome que la besara.

-es muy linda tu casa

-gracias…le dije esto dándole un besito en su boca.

-perdón...ya te ibas a dormir…?

-NO NO…me iba a duchar..!

-otra vez?...me preguntó sorprendida -sonreímos-

-quieres tomar algo?...

Asintió en silencio, caminamos hasta un mini bar que tengo en la sala, tomamos asiento en unas sillas rotatorias sin espaldar que están alrededor de una barra de mármol negro.

-y que te apetece tomar?....le pregunté sensualmente marcando sus labios con mi dedo índice.

Se quedó observándome pícaramente, agarró por completo mi muñeca y apartando delicadamente mi mano me dijo:

-¡no me provoques…!

-que no te provoque?...tu eres quien se devolvió preciosa…dime tu quien incita?...

-sonrió- y no te gustó que lo hiciera?...

-uuuhhmmmm…NO para NADA!...en realidad… ni aunque lo hubiera deseado habría salido también

Me acerqué a ella despacio y la besé dócilmente, como si su boca produjera la más pura de las aguas para saciar mi sed, sus labios se me habían transformado en algo ineludible. Un deseo reservado y ya conocido se apoderó de mí, la observé con codicia al dejar de besarla, no pude resistir, con mucha prudencia, colocarme de pie y suavemente ir convenciendo a Nicole a que ella también estuviera a mi altura, no me costó nada, ya estando plantadas ambas sobre el piso, la acorralé finamente de frente hacia la barra de mármol, mi pecho quedó contra su espalda, sus manos apoyadas sobre la barra, las mías impávidamente acariciaban desde sus muñecas hasta sus codos reiteradamente, entre tanto mi rostro con movimientos suaves jugaba de manera cómplice con mi boca a besar la nuca de Nicole, sus jadeos hacían que me excitara a una velocidad impactante, la viré hacia mí, ella un poco nerviosa, se atrevió a desanudar el lazo de mi bata, dejando a plena vista y a su disposición entera mi cuerpo, al que sólo lo cubría un conjunto de ropa interior terracota con encajes.

-eres preciosa…me dijo...-pero eso ya lo sabes

Le sonreí, con sus manos recorrió delicadamente mi vientre hasta llegar a mis senos, cuando estuvo allí los apretó delicadamente, quitó de su camino por completo la estorbante bata, y se aferró a mí en un abrazo tierno y delicado, susurrándome al oído:

  • creo que estoy soñando…me encantas…me dijo esto dándome un besito en mi cuello, efecto que causó un estremecimiento incontrolable en mi.

-sabes?...ya había soñado contigo haciendo el amor…me dijo presumida mientras sus brazos rodean mi cintura.

Asi?....y que tal estuve?...le sonreí asombrada

-uumm…más o menos….eras muy mala en realidad…terrible…Mintió

-jajajajaja…pues deberías darme unas clases…no te parece?....

No me respondió, su boca en mi cuello silenció mi risa, cerré mis ojos y me dejé llevar por el elemental ímpetu, no sé en qué momento terminamos en un sofá cama de la sala, nuestras bocas se perdieron en incansables y ardientes besos, mientras que las lenguas trabajaban al unísono gustosamente, mis manos sin pena alguna acariciaban la entrepierna de Nicole por encima de su lycra, me separé un poco de su cuerpo y traté de tranquilizarme, a mi parecer iba demasiado rápido, no suelo ser así, me sentía tan agitada, suspiré y la observé en silencio, era increíble tenerla o más bien sentirla de esa manera, quería conservar el paisaje de su rostro en mis recuerdos, le sonreí.

Se tornaba disparejo que Nicole estuviera vestida, con el ajetreo sólo se había quitado los zapatos, y yo medio desnuda, de manera que mientras ella permanecía recostada en el mueble me senté sobre sus piernas, la agarré de ambas manos y la atraje hacia mí, acto seguido la despojé de su blusa deportiva, aunque se le veía linda me estaba entorpeciendo una barbaridad.

Deslicé suavemente mis manos por su espalda, seguidamente me bajé de sus piernas y me arrodillé en la alfombra de la sala, le quité finamente las medias y la lycra, ahora si estábamos a la par, no es por alardear, pero me tendrían una envía terrible si tuvieran a una mujer como Nicole a su alcance, para rematar traía puesto un conjunto de ropa interior bellísima, con unos estampados extraños pero muy bien diseñados, y en esos senos wow mejor aún.

-ven...vamos a mi cuarto…le solicité ayudándola a levantar del mueble

Agarradas de las manos, corrimos como unas dementes hasta mi habitación, como la puerta estaba de par en par, lo primero que hicimos fue lanzarnos sobre mi cama, quedamos en una pose muy habitual, envueltas una en brazos de la otra, Nicole recorrió con su mirada mi dormitorio.

-me encanta tu alcoba…pero sabes que me gusta más?, me preguntó acariciando mi rostro con sus delicados dedos..

-siii…le dije fanfarroneando

-asi?..y qué es?...me inquirió frunciendo el ceño.

-Yo…le dije segurísima de mi respuesta.

-Pero que creída eres…NO no eres tu…me dijo sorprendida levantando sus cejas.

-MENTIROSA…y que es entonces?....

-bueno…es que si es algo tuyo

-CLARO QUE SOY YO le dije a carcajadas, mientras mis manos repasaban su rostro, de repente el momento más risueño se tornó en el más serio de todos, al encontrarse nuestras miradas dimos un vuelco a la situación, bien sabíamos que nos estábamos consumiendo por una extraña pasión, que le estábamos dando largas al asunto, por el temor a lo desconocido, que ambas juagábamos un papel raro e importante en la vida de la otra, simplemente ocurría algo fantástico entre las dos.

En ese instante nos dedicamos exclusivamente a nosotras, nos olvidamos de los prejuicios, del que dirán, de aquella sensación nefasta de saber si mis caricias o mis besos le agradarán, si voy muy rápido o muy lento, que se yo, nuestros movimientos ya estaban predestinados de la mejor manera, sus manos y las mías entrelazadas hacían sellar nuestro recién pacto de adhesión.

La magia sensual acababa de iniciar, nos incorporamos sentadas sobre la cama, Nicole con sus esbeltas piernas estiradas y su delicada espalda apoyada en la cabecera, yo, hincada de rodillas frente a ella, por instinto tomé la iniciativa, pensé internamente que debía ofrecerle la mejor noche de todas, no olvidar ningún detalle, seducirla hasta más no poder, y así lo hice, continuaba en mi posición de hincada, sin embargo ahora tenia de apoyo sus piernas, mis manos volaban libremente por sus brazos y abdomen, con delicadeza le quité el brassier, al ver sus senos , no me provocó otra cosa que no fuera devorarlos, satisfacer innumerables utopías, que no provocaba hacerles en realidad?, tenían un tamaño perfecto, con formas finamente redondeadas, su aureola era de tono café claro y sus acompañantes, los divinos pezones , simplemente eran soberbios…si fuera hombre mataría por hacerles una rusa…jejeje.

Finamente sostuve sus senos en mis manos, como si estos se fueran a desprender de su cuerpo, incliné mi cuello para besarlos, no sin antes saciar de besos y pequeñas libaciones su nuca y esternón, pasé sensual mi lengua alrededor de la aureola derecha, hice lo propio con la restante,

me satisfacía ver la cara de complacencia que tenia Nicole por el efecto de mis caricias, cerraba sus ojos y mordía suave su labio inferior, que sensación…con sus manos agarraba mis muslos y severa me apretaba, tomé esto último como una exigencia, de manera pues que mi boca se colocó más enérgica, con dulzura succioné sus pezones, me perdí en tenaces y suaves chupadas, Nicole suspirada excitada, complacida, apalabro que no quería desprenderme de allí, sin embargo tenía mucho camino por recorrer, me coloqué en una posición más cómoda, hice que ella se tendiera uniforme sobre la cama, con mi boca y mi lengua delineamos cada partecita de su abdomen, la condenada se la pasaría con esto del yoga muy ocupada, porque tenía su vientre plano y sus abdominales un tanto marcadas, mi lengua se divirtió jugando un rato con su ombligo, simplemente era increíble pensar que estaba haciendo el amor con ella, a pesar de la inexperiencia por ser Nicole una mujer y yo otra, tenía la certeza que estaba al tanto de saber lo que necesitaba y sabia dárselo, al llegar al borde de la liga del blúmer, con mis dedos suaves le quité esta perturbadora prenda, que vista tan maravillosa la que formaba su cuerpo desnudo, perfectamente podría quedarme horas enteras observándola, tierna me coloqué sobre su cuerpo y despacio besé cerca de su oído izquierdo.

Nicole aferraba con sus manos mi espalda, le parecería de muy mal gusto que aun tuviese colocado mi sosten, por ende soltó las tirantas y me lo quitó.

Levanté mi rostro hacia ella, nos perdimos por unos minutos en tiernos besos, sentir su cuerpo debajo del mío hizo que me provocara una sensación paradójica; quería estar dentro de ella, que Nicole por un nano segundo sintiera lo mismo que me ocurría a mí, empecé a agitarme con movimientos sumisos, podía concebir la tensión que ejercía sobre su sexo, mi cintura empezó dócil a dar pequeñas contracciones de manera circular, hagan cuenta que aparentaba una exquisita “penetración”.

-Isis…Isis…susurraba mi nombre, que diferente me parecía escucharlo en su boca, en esa bella voz que rompía los esquemas de la gracia y terminaba resonando en mi corazón.

Mis caderas no dejaban de moverse, su mano derecha recorría mi espalda, mientras la otra permanecía entrelazada con mi mano diestra, nuestros senos rozaban reiteradamente, solté algo impaciente su mano y con mi rodilla derecha abrí un poco más las piernas de Nicole, con el apoyo de mis dos brazos levanté mi dorso, sus manos pasaron a apretar ansiosas mis glúteos, mi princesa no aguantaría la tentación de tener tan cerca mis senos, pude observar que los reparó con apetencia, al final , no tuvo otra opción que llevarlos a su boca, al hacerlo dejé de sentir la presión en mis nalgas, para sentir el roce de sus tiernas manos en mis senos, primero el derecho, luego en izquierdo, su lengua tomó venganza de la excitación que le había causado a su dueña anteriormente y me produjo innumerables estremecimientos y deliciosos quejidos, estaba en estado de éxtasis, ni con los mejores amantes había encontrado esta conmoción, su boca hizo colocar mis pezones tan severos con esas chupadas tan selectas y precisas, que cuando dejó de hacerlo sentí un horrible vacio justo en medio del pecho.

Me excitaba cada vez más y más, mis movimientos de cadera pasaron hacer más impulsivos, pero sin rozar la brusquedad, Nicole no sabía si besarme o sostener mi rostro para mirarme fijo a los ojos, entre tanta variedad, yo sólo cerraba mis sentidos y me concentraba en la sensación que estaba profesando mi entrepierna, sentía que se avecinaba un inminente orgasmo, lo sabia y por primera vez en lo que llevo de vida, estaba haciendo el amor en cuerpo y mente con una persona, en mi caso cuando me acuesto con alguien no es en él precisamente en que pienso cuando termino, sólo lo hago y ya, dentro de mi imaginación sólo reinaba el rostro de Nicole y únicamente su nombre repicaba en mi cabeza. Al abrir mis ojos y encontrarme con esa mirada gris, no lo podía creer, me parecía que todo era un espejismo, sin embargo el dolor placentero que causó Nicole cuando aferró un tanto sus uñas en mi espalda, hizo que volviera a la realidad, luego de unos instantes, sus caderas y las mías se unieron delicadamente al unísono para terminar en un ritmo perfecto, que nos causó un estrepitoso orgasmo….uno de varios que tuvimos esa noche.