Por Amor (1)
Serie de relatos de una historia verídica, llena de amor, desilusión, entrega y erotismo, espero les guste, es la historia de mi vida y como en medio de mi confusión he podido amor y ser amado, espero sus comentarios, se que muchos coincidirán conmigo.
Por Amor
Quizá la mayoría de los que entramos a este lugar lo hacemos buscando historias eróticas y calientes que nos lleven a masturbarnos o buscar relaciones sexuales justo después de leer un buen relato. Pero quiero contar esta historia aquí porque se que hay decenas o cientos de hombres como yo que han vivido y sufrido por amor, quiero contarles mi historia y la de los dos hombres que han existido en mi vida y a la vez entretenerlos con relatos eróticos pero dejándolos a segundo plano. Esta historia es totalmente verídica y no ocultaré ni siquiera los nombres, solo los lugares para obviar explicaciones.
¿Cómo?, ¿te vas?
¿Tenemos otra opción?
Claro, ya habíamos decidido que nos iríamos juntos a Puerto Ángel
¿Y que le vas a decir a Isis? ¿Qué te vas a comportar o algo así? Ella va a querer ir contigo.
No le diré nada, nos iremos sin avisarle a nadie.
Ya le hemos hecho suficiente daño, además que vamos a hacer sin el apoyo de nuestros padres?
Pero estaremos juntos, tu puedes seguir estudiando mientras yo trabajo, pero no me dejes ahora que ya tengo el valor de hacerlo.
Alex lo que hicimos está mal, tienes que entenderlo, tu quieres ser Pastor, somos cristianos, amamos a Dios y estudiamos en una universidad cristiana, en nuestra vida no hay espacio para la homosexualidad y lo sabes mejor que yo.
Entonces, ¿ya lo decidiste?
Si Alex, no hay marcha atrás, y hazme un favor. Olvídate de mí y haz feliz a Isis.
Dije esto y salí del que había sido nuestro apartamento por mas de año y medio, habíamos vivido ahí por tres semestres y habíamos vivido como pareja, amándonos a escondidas en un mundo donde la homosexualidad no tiene espacio. Bajé las escaleras hacia el piso inferior cuando sentí una mano sobre mi hombro.
Al menos vamos a amarnos por última vez.
Alex....
No digas nada, es la última vez.
Y en efecto no tuve fuerzas para decirle que no, dejé mis maletas ahí y volvimos sin decir nada al apartamento. Entramos a la que había sido nuestra recámara y sin decir palabras él me besó tiernamente como si fuera la primera, me dejé llevar por el amor que le tenía.
Con amor le quité la camisa, besando el pecho en el que tantas veces que había recostado, Alex gimió de placer al sentir mis labios, fui bajando poco a poco hasta llegar mas allá de su ombligo, desabroché su pantalón y lo bajé un poco, su pene parecía vibrar bajo sus boxers, lentamente los bajé hasta ver su pene, erecto, grueso, con la cabeza rosada, largo, hermoso, sin pensarlo mas lo introduje lentamente en mi boca, provocando mas gemidos en Alex, de su pene pasé a sus huevos, primero uno y luego el otro, me levanté un poco, terminé de desnudarlo y volví sobre su verga, el comenzó a penetrarme con ansia, mientras gemía, de pronto se detuvo, sacó su verga de mi boca y me besó otra vez.
Ahora fue él quien comenzó a desnudarme mientras besaba cada palmo de mi cuerpo, deseé que ese momento no terminara nunca, que se prolongara para siempre, fundirnos en uno al otro, volví a la realidad cuando sentí la lengua de Alex hurgando mi ano, una descarga eléctrica llegó hasta mi cabeza y gemí como lo había hecho tantas veces antes, volvimos a besarnos, esta vez Alex sobre mí, abrió sus piernas y colocó mi verga en la entrada de su ano, y sin decir mas lo penetré como tantas veces lo había hecho, cambiamos de pocisión, sus piernas sobre mis hombres, aceleré el ritmo de la penetración y descargué todo mi semen dentro de él mientras gritos de placer escaparon de nuestros labios hasta fundirnos en un beso eterno, nuestros cuerpos sudorosos parecían tener una necesidad tremenda uno del otro, se colocó detrás de mi, y me penetró con fuerza como lo había hecho algunas veces antes, un grito de dolor escapó de mi boca pero me acostumbré pronto al ritmo de sus embestidas, su verga pareció crecer dentro de mí, Alex, levantó una de mis piernas para penetrarme mas hondo, de pronto sentí como un río caliente y abundante entraba en mí y Alex me abrazó con mas fuerza mientras intentaba meter mas y mas su verga en mi ano.
De pronto Alex comenzó a llorar sin sacar su verga de mí, yo también comencé a llorar, sabíamos que era la última vez que haríamos el amor, con mucho pesar me levanté, fui al baño, me limpié un poco, cuando salí él ya no estaba, fui por mis maletas y me fui corriendo de ahí, llegué corriendo donde mi amigo Gus y le dije que nos fueramos lo más rápido de la universidad. Gus llamó un taxi y cuando llegó subimos rápido nuestras maletas, yo todavía seguía llorando.
Era una noche fría, de pronto comenzó a nevar algo poco común en ese lugar, mientras el taxi salía de la universidad a lo lejos pude ver una pareja que caminaba tranquilamente por la acera, ella se veía contenta y él era Alex...