Por ahora solo puedo olerte

La situación es tensa y la atmósfera envolvente; imágenes, fotografías y miradas... sensaciones inminentes. Lo que ha de suceder... léanlo mejor ustedes mismos.

-POR AHORA SOLO PUEDO OLERTE-

Hola.

Ah... hola Lau. Que mas? Como estas? – le respondí.

Bien y tu?

Bien... aquí matando el tiempo un rato.

Mmm... ya veo! Y Sebas?

Se fue a almorzar donde los papas.

(Lau ósea Laura) se quedo mirando con una expresión muy seria lo yo que tenia en las manos haciéndome sentir incomodo, se trataba de unos libros ilustrados de arte y desnudos fotográficos, que yo estaba ojeando en la sala, justo cuando ella entraba por la puerta principal.

Mmm... bueno pues si quieres almuerzas conmigo y no se... ahí miramos que nos preparamos. – me dijo amablemente.

Vale, gracias.

Laura descargo su bolso sobre el comedor y entro a la cocina. Yo me apresure en dejar los libros meticulosamente en el orden que tenia la biblioteca y me fui detrás de ella para acompañarla, recargándome sobre uno de los muebles hasta quedarme casi inmóvil, mientras que ella revisaba dentro de las gavetas. Solo los ruidos del ambiente interrumpían al silencio sin que pareciera importarnos. De vez en cuando ella me miraba de reojo desprevenidamente, y yo; que aunque no la evitaba directamente, a veces prefería voltear a ver para otro lado.

Y como les fue anoche? – me pregunto.

Bien, hacia resto que ni nos veíamos.

Y a donde fueron o que hicieron?

A las estalagmitas.

Mmm... ese bar es bien bonito. Y se trasnocharon mucho? Porque yo ni los sentí llegar.

No, no, para nada... menos mal que no te despertamos.

Oye pero que tal ese Sebastián que no atiende a la visita! Y porque se fue dejándote aquí solo?

No, es que el ya había quedado hace rato de ir a donde los papas y yo tenia como pereza de irme ya para mi casa... y pues no sabia que tu ibas a venir.

Ah no tranquilo, por eso no te preocupes. Lo que paso es que esta tarde en la oficina, como que no había nada que hacer... y yo estaba como cansada y... pues me devolví.

Mmm.... bueno y como van tus cosas?

Bien... trabajando, estudiando y con Andrés cuando nos queda tiempo.

Ambos nos sonreímos con todo el esplendor posible y luego volvimos a quedarnos callados por un buen rato, luego ella escarbaba en la nevera y yo seguía como paralizado viendo por la ventana. De pronto nuestras miradas volvían a encontrarse y volvíamos a sonreírnos con una que otra pequeña risa correspondida pero sin pronunciar palabra, hasta que Laura rompió el silencio con su sonrisa mas nerviosa.

Ay no se que hacer, me da pena contigo, pero es que no tengo casi nada.

No tranquila por mi no te preocupes, que yo como cualquier cosa, lo que sea.

Jeje! y yo que dizque invitándote a almorzar.

Jeje! Pues si quieres, mejor vamos afuera y nos compramos algo.

Ay bueno... de la que te salvaste, porque yo como cocinera me muero de hambre y de pasadita mato a los demás Jeje! Quieres Cocacola mientras tanto?

Bueno gracias.

Laura suspiraba con alivio mientras que llenaba los vasos de hielo y servia la Cocacola a toda velocidad, luego salió de la cocina llevando las bebidas sin mermar la prisa de su andar. Yo la seguí de cerca al mismo ritmo cómico pendiente de que no se fuera accidentar... hasta que por fin nos sentamos en la sala.

Aunque estábamos frente a frente, cada uno en su propio sofá, con la mesa de centro y las gaseosas de por medio; mirábamos a todas partes mientras que la efervescencia nos enfriaba la garganta.

El sol entraba plenamente por todas las ventanas poniendo al ambiente denso y adormecedor, inclusive algo embriagante para mi; sin que nada se moviera, sin que nada sucediera, como si el tiempo se detuviera y repentinamente volviera avanzar, una y otra vez... era como si estuviéramos metidos en los claro oscuros de una pintura barroca.

Parece que estuvieras en un cuadro de Rembrand. – le dije sin pensarlo.

Fue como si Laura se despertara poco a poco de alguna especie de vigilia hasta que se concentro por completo en mis palabras... y luego sonrió.

Viste los de Taschen que tengo en la biblioteca? – dijo sobresaltada.

Aja... que pena, es que estaba un toque aburrido.

Ah no, tranquilo, que para eso están ahí. Espérate y veras que por aquí tengo algo bien interesante.

Laura saco algunos volúmenes y se sentó a mi lado para mostrarme las ilustraciones. Me sorprendió estar tan cerca de ella y escucharla hablar tan efusivamente. Las paginas pasaban, una tras otra, imágenes e imágenes, composiciones, formas, colores y atmósferas sin fin. No se si lo hacíamos a propósito o si realmente coincidíamos con las obras que nos gustaban. Luego vinieron las fotografías y los desnudos, había de todo; blanco y negro, cuerpos abstractos, cosas bizarras, otras que parecían de hace un par de siglos, algunas casi porno, etc...

Para entonces yo estaba dejando de ver solo las fotos; cada fragmento de mujer desnuda que veía en los libros lo buscaba sobre Laura sin dejar que me descubriera. Sin embargo, aunque mis ojos iban y venían sin correr el riesgo de detenerme en nada, no podía evitar la sensación de que ella estaba haciendo exactamente lo mismo conmigo o que de un modo u otro me estaba escudriñando.

Y tu ya has hecho algo así? – le pregunte.

Pues si... una que otra cosa.

Pero que? Como fotógrafa o como modelo?

Jeje! Las dos cosas.

Muéstrame... – le dije dándolo por hecho debido a nuestra nueva confianza.

Ay no, me daría mucha, mucha pena.

Pero porque? si no pasa nada.

Yo se... pero no, no soy capaz.

Porque? Es que como son acaso? O que?

Uy no, es que esas fotos no te las puedo mostrar aunque quisiera. Yo le jure a ciertas personitas por ahí, que nunca se las mostraría a nadie. O es que a ti te gustaría que te hicieran eso?

Pues no, tu tienes razón... pero entonces muéstrame solo en las que sales tu o es que te molestaría que yo te viera?

Mmm... pues no, no tengo ningún problema con que me vean en bola Jeje! Pero no, esas fotos no... imposible.

Bueno, como quieras... me hubiera gustado verte.

Me quede mirando a Laura fijamente, dándole a entender las ganas que le tenia. Ella se quedo igual, sin desprenderse de mis ojos.

Mucho calor, mucho sol, muchas sombras profundamente negras, los objetos rojizos que habían en el lugar parecían encenderse. Sus muslos y sus hombros pegados a los míos, igual de calientes, igualmente pintados de sombras y de sol, igualmente encendidas estaban nuestras pieles.

Y a ti no te importaría. – me dijo.

Si tuviera alguna foto como las tuyas, te la mostraría.

Sabes que... Quisiera saber cual es la parte de tu cuerpo que mas me gustaría.

Para que?

Es bueno saberlo antes de disparar. Te dejarías?

De quien... de ti?

Ella asintió con su cabeza esperando mi respuesta.

Yo me había puesto sarcástico y ella me estaba desafiando volteándome todas las cosas a su favor... después de todo lo que le insistí, ella sabia perfectamente que no iba a dejarme intimidar.

Esta bien, yo me dejo, pero con una condición... puedes tomarme todas las fotos que quieras... pero sin rollo. – le dije resueltamente.

Ay no, no seas así. Y entonces cual es la gracia?

Mmm... no se, tu veras?

Mira que yo tengo por ahí un blanco y negro guardado para ocasiones especiales.

Ocasiones especiales? Por eso mismo mejor sin rollo. Que dices? Lo tomas o lo dejas?

Laura enmudeció mirando al suelo. Aunque yo sentía la energía de su presencia al lado mío cada vez mas roja, parecía ida... y así fue, recogió los vasos y se fue a servirlos nuevamente en la cocina. Algo en mi me hacia sentir culpable y temeroso de su reacción. Esta vez se tomo todo el tiempo del mundo con la nevera, el hielo y los vasos, hasta que finalmente y como al principio, regreso a sentarse frente a mi en su propio sofá, puso las bebidas en la mesa de centro con toda la parsimonia del caso, cruzo sus piernas y se bebió su Cocacola en un largo, largo sorbo.

  • Mmm... que delicia esta helada... bueno, como tu quieras... entonces muéstrame tus piernas. – dijo con toda tranquilidad.

Fue como si me despertara poco a poco de alguna especie de vigilia hasta que me concentre por completo en sus palabras... y luego sonreí.

Laura me miraba de arriba a abajo mientras que masticaba el hielo como si fuera un chicle. Yo estaba medio pasmado sobre mi sofá esperando a reaccionar. Luego deje caer la cabeza colgando como muerta y comencé a quitarme los zapatos, las medias y el pantalón rápidamente. Bebí un trago, me puse de pie y me seque la humedad que el vaso me dejo en las manos contra las nalgas y los muslos.

Ahora la camisa. – dijo Laura de inmediato.

Yo le hice caso quedándome solo con los calzoncillos y cruce mis brazos dejándome observar pacientemente. Conforme Laura me iba recorriendo, yo iba tensiónando cada fibra de mi cuerpo; como si fuera algún tipo de reflejo nervioso que respondiera a su impávida mirada, por algunos instantes me relajaba un poco y cambiaba levemente la postura cuando ella pestañeaba y casi sin descanso volvía sentir el mismo escalofrió ante algún gesto de sus labios.

Se te esta parando no? – me dijo intimidante.

No se como lo prefieras en tus fotos... voy a tratar de controlarme. – le dije avergonzado.

No, no, no... no importa... tranquilo... mira, tu no lo sabes... pero yo también me estoy mojando... quisiera verlo así mientras que te quitas lo que falta... si no te molesta?

Tome aire y me baje los calzoncillos en un solo movimiento. La mirada de Laura dio un salto y se quedo quieta respirando. Se veía complacida, inmersa en la ternura y la lascivia.

Eres precioso, voy a ir por la cámara, quédate quitecito que no me demoro nada. – me dijo mientras que me lanzaba un beso y salía corriendo hacia su cuarto.

Yo me quede de pie, desnudo, en el centro del lugar, frente a su sofá vació, escuchando a lo lejos los ruidos de su armario... comencé a ponerme nervioso de verdad pero trate de controlarme.

Laura volvió a ocupar su sitio, abrió la puertecilla de la cámara donde se le pone el rollo para que yo viera que estaba vacía y la volvió a cerrar.

Comenzó a dispararme y dispararme, flashazos y flashazos sobre mi, encegueciéndome, asustándome, como si me estuvieran fusilando. Tan pronto Laura se quitaba la cámara de encima; como si de una mascara se tratara, se me hacia endemoniada y peligrosa.

Recuéstate en el sofá... tranquilo... esto ya no va ser necesario. – me dijo, refiriéndose a la cámara.

Yo hice tal cual lo que me dijo.

Ella dejo su cámara en el piso y se aproximo donde yo estaba, hizo a un lado las gaseosas y se sentó en la mesa de centro casi que tocándome con sus rodillas. Formo un rectángulo con los dedos índices y los pulgares de sus manos y comenzó a hacerme encuadres. Al ver la expresión de su rostro enmarcada por si misma, poco a poco la encontraba mas hermosa y dulce y me hacia sentir igual con su manera de mirarme.

Comenzó a jugar conmigo de la forma mas infantil. Me hacia primeros planos y coquetamente me decía clic! Clic, clic, clic... miles de clics! le escuche decir mientras que me tomaba delicadamente de las articulaciones y me acomodaba como a una marioneta. Yo solo me dejaba hacer y le colaboraba moviéndome como ella quería.

Al cabo de un rato soltó su cámara invisible, se encogió de hombros y se quedo viéndome como si quisiera leerme la mente.

Yo creí que te iba a gustar que te tocara un poco... quiero volver a verlo como antes. – me dijo haciendo pucheros.

No se no puedo.

Entonces tócate tu mismo.

No, no puedo.

Hazlo para mi.

Pero si tu haces algo por mi.

Lo que quieras.

Muéstrame las fotos.

No, eso no... mejor otra cosa si?

Yo ya no sabia que mas decirle y volví a guardar silencio recostado en mi sofá.

Entonces Laura comenzó a desabotonarse la camisa y fue como si ambos estuviéramos de acuerdo con la idea. La prenda se deslizo desde sus hombros enrollándose en sus brazos, luego desato el broche del sujetador oculto tras su espalda y rápidamente sus muñecas se liberaron de toda la ropa.

Sus manos se apoyaron sobre las costillas, su espalda se arqueo y sus senos aparecieron ante mi. Laura los sostenía y los frotaba despertando a los pezones con la yema de los dedos.

Te gustan?... Entonces tócate... siéntate y tócate. – me dijo susurrando.

Cuando estuve totalmente sentado frente a ella, sentí a su aliento llenarme los pulmones. Yo inhalaba sus exhalaciones y ella hacia lo mismo con las mías.

Comencé a acariciarme suavemente sin apartar mi mirada de la suya. Estábamos tan cerca que no podía enfocar sus ojos; solo me daba la impresión de que se estremecían a la voluntad del tacto, como si en la oscuridad de sus pupilas; sus manos y sus senos se estuvieran retorciendo.

No tarde casi nada en excitarme nuevamente y ella pareció notarlo. Se deshizo de sus zapatos, se subió un poco la falda y se saco las medias, inclinándose sobre mi; apoyando su quijada sobre mi hombro...

Ven... ponte de pie, si? – sus labios me seguían susurrando directamente en las orejas.

Laura deslizo sus manos sobre mis caderas... impulsándome para que me levantara lentamente, permaneciendo sentada en la mesa de centro. Cuando estuve de pie, viéndole solo la coronilla; ella movió su cabeza un poco hacia atrás y se incorporo de nuevo midiendo la distancia a escasos milímetros de mi sexo.

Mmm... es bien rico tocarse cierto? – me decía ronroneando.

Si.

A mi también me gusta.

Si?

Si... quieres ver?

Si.

Laura deslizo sus manos sobre sus caderas... hasta que sus dedos desaparecieron debajo de su panty.

Cuando nos veíamos a los ojos; yo tenia que inclinar mi cabeza y ella tenia que levantar la suya. Los ojos se nos salían con lo que estábamos haciendo y también se nos hundían al concentrarnos en lo que estábamos sintiendo... se nos hundían y salían intermitentemente. Cada vez mas rápido, cada vez mas rápido... todo pasaba cada vez mas rápido; su cuerpo, el mío, sus manos, las mías, su rostro, el mío... todo pasaba cada vez mas rápido sin que pudiéramos parar. Cada vez mas rápido, cada vez mas rápido... hasta que el orgasmo se le iba escapando a Laura de los labios en cálidos jadeos que sentí estrellarse contra mi.

Sigue... sigue... no pares... – me decía pausadamente.

Te gusta?

Aun no lo se... por ahora solo puedo olerte... sigue... sigue... sigue sin parar.

-FIN-

A los lectores:

Espero que haya sido de su agrado (especialmente para las mujeres). Si así fuese; les agradeceré su puntuación y comentarios y que hagan lo mismo con mis otros relatos. También estaré muy complacido si me contactan a mi msn o e-mail.

Dansssemacabre.