Por 18.000 euros

Y así empezó todo…; lo que os voy a relatar forma parte de mi vida, me dejo marcada para siempre. Ya entenderéis el porqué.

Por 18.000 euros

¡Ring…, Ring…, Ring…! suena el teléfono.

-          ¡Departamento de marketing… ¿qué desea?!

-          ¡Te deseamos a ti guapa…!

Y así empezó todo…; lo que os voy a relatar forma parte de mi vida, me dejo marcada para siempre. Ya entenderéis el porqué.

Trabajo en las oficinas de una gran empresa, como manager de marketing. Ya sabéis que la situación económica está fatal, tiempos difíciles igual a situación decadente y aunque tengo un buen puesto, a duras penas llego a fin de mes.

Acumulo una interminable lista de deudas que van desde mortales préstamos al banco a tarjetas de crédito de auténticos usureros, imposibles de pagar y que no hacen sino sacarme la piel a tiras.

Agobiada y ahogada en deudas, con los acreedores a la espalda, pisándome los talones, sintiendo su aliento en mi nuca y con el riesgo de perder la casa, el coche, en fin…, no me enrollare mas; resulta que un buen día recibí esa extraña llamada;

-          ¡Departamento de marketing… ¿qué desea?!

-          ¡Te deseamos a ti guapa…!

Me quede paralizada, de piedra, apenas podía hablar.

-          ¿Acaso te ha comido la lengua el gato, puta?; siguió diciéndome aquella voz.

Al fin reaccione como pude;

-          ¡Pero qué coño se ha creído usted, que falta de respeto es esta!, ¡yo no soy ninguna puta, ¡se entera!, ¡el único hijo de puta que hay aquí es usted!..., y colgué el teléfono.

No me había recuperado del incidente aun, cuando volvieron a llamar al teléfono;

-          ¡Departamento de marketing… ¿qué desea?!

-          ¡Presta atención puta!, ¡escucha lo que te vamos a proponer, después podrás decidir si sigues con esto o no! ¡Tienes carácter y eso nos gusta mucho, te hace más deseable, y sabes…, creo que accederás a nuestras peticiones!

-          ¡¿Vuestras peticiones?! respondí alterada y fuera de mi, ¡Como estáis tan seguros!, ¡además… ¿de qué va esto?..., hablas en plural, ¿quiénes sois?!

-          ¡Las preguntas las hacemos nosotros, queda claro!..., ¡esto va de sexo guapa, de que si no iba a ser!; se trata de disfrutar de ti, de ese cuerpo que tienes, de ver hasta dónde eres capaz de llegar por dinero; ¡ahora escucha con atención…, un repartidor te va a entregar una pizza, tengo que advertirte de que el pobre chaval no sabe nada de todo esto, (risa irónica), bien  como te iba diciendo…,  lleva un maletín plateado con 9000 euros en metálico en su interior dentro también hay un móvil. Es aquí donde tú decides; si decides quedarte el maletín, seguirás nuestro jueguecito sin preguntas, harás todo lo que te digamos, seguirás nuestras instrucciones al pie de la letra y al final de todo esto te llevaras otros 9000 euros más. Si no quieres seguir con esto, quédate la pizza y disfrútala, tú decides…

-          ¿Y porque yo?, ¿Qué sabéis de mi?

-          ¡Sabemos que nos gustas!, nos encanta la delgadez de tu cuerpo, esa figura estilizada de estatura media, piernas perfectas acabadas en esos tacones negros que solamente tú sabes llevar, esos pechos llenos de erotismo que estamos deseando probar; pelo moreno, negro, autentico sin tintar, largo hasta la mitad de la espalda, ojos negros, cejas perfiladas; labios rojos, sensuales, vamos que estas buenísima…

-          ¡Pero!…; no me dio tiempo a decir nada mas, quien quiera que fuese acababa de cortar la conversación  dejándome totalmente helada, quien o quienes fuesen me conocían muy bien. Me quede sumida en una decisión que se que me marcaria para siempre.

Decidí no hacer caso e ignorar todo lo sucedido lo tomare como una broma de muy mal gusto hasta que de repente…, se abrió el ascensor y vi salir a un chico de unos treinta años, parecía guapo, llevaba en una de sus manos una pizza y en la otra un maletín plateado.

¡Dios mío!, pensé, así que todo esto es verdad, todo este jueguecito es autentico, va en serio…, no podía creer que esto me estuviese pasando a mí, parecía de película.

Tenía que decidirme, por un lado, coger el dinero y solucionar parte de mis problemas financieros sería la solución más fácil, pero… ¿a qué tipo de riesgos me estaría enfrentando?, ¿por qué pruebas tendría que pasar?, ¿quién o quiénes estarían detrás de todo esto?, ¿qué vas a hacer Laura?, me preguntaba en mi cabeza una y otra vez. Tengo que decidirme ya, la pasta es la pasta y a mí me encanta el dinero, me quitaría gran parte de la deuda… ¡son 18.000 euros!

Por otro lado, si decido no seguir con esto me quedaría con esa pizza, que aparte de no solucionar mi situación actual, me proporcionaría unos kilitos de más.

-          ¡Buenos días señorita!, me dijo agradablemente aquel chico; ¡según instrucciones, aquí le traigo una pizza o este maletín plateado! ¿con que va a quedarse?

¡Dios!, que decido….

-          ¡La pasta!…; le conteste rápidamente y el chico me miro extrañado; ¡digo el maletín!, ¡el maletín!, ¡perdóname…, no se en que estaría pensando!

-          ¡Muy bien pues aquí tiene su maletín, me dijo sonriendo, que lo disfrute y muchas gracias…!

Era demasiado tarde para echarse atrás, tenía el maletín en mis manos, nerviosa me senté en mi silla y lo coloque sobre mis piernas, lo abrí lentamente y… ¡dios mío, cuánto dinero junto!, parecía que se había abierto un rayo de esperanza que solucionaría mi desastrosa vida financiera. También había, efectivamente, un móvil, el cual empezó a sonar…

-          ¿Sí?..., respondí con el miedo en el cuerpo.

-          ¡Veo que has aceptado el maletín, jajajaja, lo sabia…! bien, bien, bien, a partir de ahora nada de preguntas, solamente obedece; aquí tienes tu primer trabajito…, sal en busca del pizzero y haz lo que sea para follartelo, ¡follatelo en la azotea de la empresa, te estaremos vigilando!, ¡no olvides llevarte el móvil puta!

Ahora sí que no tenía más remedio que obedecer sin rechistar, si quería el dinero tendría que hacer lo que me acaban de decir. Me levante de mi asiento y corrí en busca de aquel muchacho que se disponía a entrar en el ascensor. Corrí todo lo que pude y cuando empezaban a cerrarse las puertas del ascensor, logre entrar dentro haciendo que estas al pasar se abrieran bruscamente.

-          ¡Vaya, pensé que no llegaría a tiempo!, le dije a aquel pizzero…, el se limito a sonreírme.

Sin darle tiempo a reaccionar, pulse el botón que llevaba al último piso, después el pulso el botón que va a la planta baja, pero como yo logre marcar antes que él, el ascensor cerró sus puertas e inicio su ascenso hacia la última planta.

Estábamos solos en el ascensor, ¿cómo iba a montármelo con él?, ¿qué le podría decir?, sé que tengo un buen cuerpo pero, acaso estaba tan deseable con esta falda negra que me llegaba por encima de las rodillas y esta blusa blanca sin mangas.

Decidí, alegando que hacía mucho calor, desabrocharme un par de botones de mi blusa suficiente para que viese el canalillo que llevaba al principio de mis tetas, unas tetas preciosas por cierto, note como se estaba poniendo nervioso. Estábamos a punto de llegar arriba y no me quedaba tiempo que perder, así que;

-          ¡Sabes una cosa!, le dije convencida; ¡¿me gustas?, ¿Qué te parece si nos comemos juntos esa pizza que llevas en las manos? sería una lástima desperdiciarla!

Se quedo sin habla, no sabía muy bien cómo reaccionar, seguramente nunca le había pasado algo así, aunque a mí tampoco.

-          ¿Dónde?, pregunto sorprendido.

Con mi dedo índice señale hacia arriba.

-          ¡De acuerdo guapa!

Llegamos a nuestro destino, las puertas se abrieron y le dije que me acompañara escaleras arriba hacia la puerta que da acceso a la azotea del edificio. Según íbamos subiendo podía notar como mi coño se iba empapando de fluido debido a lo que estaba a punto de hacer.

Una vez arriba abrimos la puerta y nos acercamos al borde de la azotea el cual nos llegaba hasta la mitad del cuerpo. Se veía toda la ciudad, unas vistas impresionantes, la verdad era que nunca había estado allí. A unos doscientos metros habían un par de edificios más altos que este en el que estábamos y es cierto que desde las ventanas la posibilidad de ser vistos era vigente.

Dejamos la pizza sobre el borde de la cornisa y le eche mano a su paquete, lo tenía duro, se ve que estaba excitado.

-          ¡Vaya, estas puesto!, le dije sonriente y apretándole con fuerza… ¿te gusto?

-          ¡Sí…, por Dios, tienes un cuerpo increíble!, ¡vamos, sácame el rabo!, ¡quiero sentir tus labios rojos sobre mi verga, creo que tu sí que estas cachonda!, ¡vamos!

Le desabroche el pantalón y este cayo suavemente, dejando tras de sí unos slips de color negros, bastantes sexys. Metí mi mano y abrace con ella su ardiente polla sacándola de aquel escondite en la que estaba aprisionada. Suavemente empecé a meneársela, no tardo en empezar a lubricarse.

-          ¡uhhhh!, ¿Te gusta?, le dije mientras me arrodillaba lentamente; ¡la tienes muy caliente, mira cómo voy a saborearla! …¡uhhhh!..., ¡qué buena debe de estar, me va a encantar chupártela!

-          ¿Por qué haces esto?, me pregunto excitado y extrañado.

-          ¡Ya te lo he dicho, me gustas mucho y quiero que me folles! ¡haz lo que quieras con mi cuerpo, es tuyo, hare todo lo que quieras!

-          ¡Es que no puedo creerme lo que me está pasando!, me dijo incrédulo; si supiese que yo tampoco me podía creer lo que estaba haciendo por dinero, me estaba empezando a sentir como una autentica puta.

-          ¡Pues créetelo, le conteste con seguridad y deseo; ¡mira cómo voy a disfrutar comiéndome tu rabo! ¡disfruta de mis labios y de mi boca!; poco a poco fui abriendo mi boca y lentamente fui introduciéndome su polla en mi boca donde mi saliva la estaba esperando recibiéndola con calidez.

Empecé a mover mi boca por toda su polla, recorriéndola sin descanso, notaba como esa polla poco a poco cobraba vida propia dentro de mi boca, como iba haciendo movimientos de bombeo que hacían subir líquido pre seminal para mezclase con mi saliva.

Saque su polla de mi boca dejando tras de sí un reguero de saliva, fruto de la mezcla de nuestros fluidos. Volví a metérmela en la boca todo lo que me fue posible, haciéndole una garganta profunda, no daba crédito a como me estaba gustando aquella situación.

El apretaba mi cabeza con fuerza contra su polla, creía ahogarme de gusto, hasta que sentí como me tiraba del pelo separándome de ese rabo que se estaba convirtiendo en mi perdición.

-          ¡Ven aquí!, me dijo fuera de sí apretándome con su mano mi boca dejándola entreabierta para recibir una buena descarga de su saliva; ¡Así…, eso es…, trágatela, voy a disfrutar de ti puta…! ¡Vamos sigue chupándome el rabo, no pares joder!

Continúe chupándole la polla un buen rato, me gusta su sabor, me gusta su olor, me gusta cómo me bombea liquido pre seminal, me hace disfrutar con su mirada de gusto, me estremece, me pone los pezones tiesos y el coño caliente.

Después de esta placentera comida de polla, me cogió de las muñecas levantándome con suavidad, me giro, apoye mis manos en la cornisa y se coloco detrás de mí, estábamos de pies y yo era la que estaba más expuesta a la calle. Empezó a desabrocharme los botones de la blusa, uno a uno, poco a poco, hasta que llego al último botón de abajo. Siguió besándome y lamiéndome los lóbulos de mis orejas, me sentía estremecer, metió sus manos por debajo de mi suelta blusa en busca de mis pechos y empezó a acariciarlos suavemente. Tenía los pezones tiesos debido a la excitación. No pudo contenerse más tiempo y me termino de quitar la blusa, dejándola caer desde aquella azotea a la calle.

-          ¡Uhhhh!, exclame excitada al ver como mi blusa se precipitaba al vacio; ¡me gusta! ¡tócame el coño y veras lo caliente que estoy!

Estaba desnuda de cintura para arriba, con mis pechos desafiando las alturas, excitada y muy mojada. Continúo deslizando sus manos por mis muslos y poco a poco las fue metiendo bajo mi falda, hasta que rozo mi sexo.

-          ¡No llevas bragas, eso me gusta!

Empezó a frotar sus cálidos dedos por todo mi sexo frotándolo con las yemas de sus dedos. Cada vez más fuerte, cada vez más rápido y yo acompañaba mi excitación siguiendo sus movimientos con los movimientos de mi cintura. Me contoneaba y gemía llena de placer. Empezó a meterme sus dedos en el interior de mi ardiente coño a la vez que me susurraba al oído.

-          ¡Uhhhh!, ¡Así!, ¡mueve tus caderas!, ¡disfruta de mis dedos preciosa!; ¡ahora mismo podrían estar viéndonos desde esas ventanas, más que a mí…, a ti y a tus tetas!; con esas palabras y sus tocamientos, mi coño no paraba de babear.

Entonces sacos sus dedos impregnados de mí y me los acerco a la boca donde pude saborearme, saborear todo mi interior, aquellos dedos me sabían a gloria.

-          ¡Quiero follarte estas tetas que tienes!; me di la vuelta, me arrodille poniendo su rabo entre mis tetas, me las apreté y seguí masturbando su polla con mis preciosos pechos. El acompañaba mis movimientos moviendo su cintura, me estaba follando las tetas y su cara dejaba ver que le gustaba, que estaba disfrutando a más no poder.

-          ¡Te gusta verdad!, le dije morbosa.

-          ¡Si joder, claro que me gusta! ¡qué tetas tienes, son preciosas! ¡me gusta ver mi rabo entre tus tetas, me gusta ver tu cara de puta! ¡vamos lámete los labios con tu lengua de puta!

Mientras seguía moviendo esa polla entre mis tetas me empecé a lamer mis labios rojos con la mirada de una puta en celo, saque mi zorra interior una zorra que ni yo misma sabía que existía.

-          ¡Joder que bien, que gustazo! ¡qué bien lo haces!…, seguro que no soy el primero que te follas aquí arriba ¿verdad?

-          ¡Es verdad!..., le conteste rápidamente, joder que bien mentía no dejo de sorprenderme a mí misma y continúe diciéndole; ¡Me he follado a más de uno aquí arriba! ¡tengo el coño súper abierto de todas las pollas que me han follado!

-          ¡Lo sabia zorra!, ¡vamos ponte de pies y apoya las manos en la cornisa!

Le obedecí como una buena puta apoyando mis manos en la cornisa, abriendo mis piernas y moviendo mi pelo sensualmente sobre mi espalda.

-          ¡Esto no lo vas a necesitar!, como un sádico poseso me bajo la falda tirando de ella hacia abajo, deje que me la quitara y acto seguido me la acerco junto a mi mano derecha para que la agarrara.

Estaba totalmente desnuda lo único que tenia puesto eran mis zapatos de tacón negros.

Se coloco detrás de mí acercando su polla a mi coño y comenzó a penetrarme suavemente mientras tiraba de mi pelo hacia él.

-          ¡Así, que buen coño tienes zorra y que abierto! ¡eres una autentica puta y me haces disfrutar como nunca nadie lo había hecho antes! ¡así siénteme, siente mi polla sin condón guarra! ¡vamos allá…, toma polla!

Empezar empezó suave pero una vez me tenia se despertó un sentimiento de deseo y posesión. Sus embestidas eran fuertes y contundentes, me estaba dando bien el hijo de puta, fuerte y duro, el muy cabron me iba a partir en dos…, pero me gustaba y gemía como una perra en celo. Me sentía libre, era libre de expresarme como quisiera, de gritar, de gemir, de disfrutar.

-          ¡Así hijo de puta!, ¡mal nacido!, dame duro, nunca habías tenido una puta como yo… ¿verdad?..., ¡¿nunca te habías follado un coño como el mío?!

-          ¡No nunca! ¡eres cojonuda te voy a sacar la polla por la boca!… ¡toma zorra!

Esa embestida fue bastante fuerte, demasiado para mi coñito, joder como estaba disfrutando.

-          ¡Vamos guarra, ahora quiero que tires la falda a la calle! ¡quiero que te quedes sin ropa puta!

Menuda situación si tiraba la falda me quedaría sin ropa pero su petición me excitaba…

-          ¡¿Y tú qué?! le dije excitadísima.

-          ¡Mira como tiro mis pantalones a la puta calle!, efectivamente arrojo con fuerza sus pantalones a la calle así que yo también tire mi falda a la calle.

-          ¡Eso es puta…, así desnuda entera!, sus manos agarraron mis caderas y sus movimientos de vaivén eran cada vez más rápidos, me estaba follando a gusto. Con su lengua me lamia toda la columna de mi espalda haciéndome estremecer,  de abajo a arriba y de arriba abajo. De vez en cuando dejaba caer su saliva sobre mi espalda y podía sentir como la recorría de arriba abajo.

Mis tetas acompañaban el movimiento de su follada, estaba excitadísima, no podía contenerme más así que empecé a correrme como una zorra, empecé a gritar extasiada.

-          ¡Ahhhh!, ¡ahhhh!, ¡así cabron, me estoy corriendo puto! ¡qué gustazo me estás dando!

-          ¡Eso es puta yo también me voy a correr…, me voy a correr guapa!, rápidamente cogió una porción de la pizza que había traído, la cual dejamos apoyada previamente sobre el borde de la cornisa y se la acerco a su polla corriéndose sobre ella.

-          ¡uhhhh!, ¡que gustazo guapa!; hecho una buena cantidad de esperma el jodido. ¡Vamos guapa! ¡Comete la porción, saboréala, quiero que te la comas entera, quiero ver cómo te la vas tragando poco a poco!

Sin pensarlo dos veces y de lo cachonda que estaba, acerque mi boca y mordí con ganas aquella porción de pizza llena de semen, la mastique y me la fui tragando con sumo gusto. Continúe así hasta que me la comí entera.

Al cabo de unos minutos empezó a sonar el móvil…, conteste:

-          ¿Diga?

-          ¡Perfecto…, felicidades! ¡as empezado bien tu nuevo trabajo pronto tendrás noticias nuestras! ¡lleva el móvil contigo y no te separes de él porque si lo haces no te ganaras los otros 9.000 euritos!

No me creía lo que acaba de hacer por dinero…, me estaba convirtiendo en una puta por 18.000 euros.

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