Poniendole los cuernecillos con un abuelo jubilado

Sorprendida andaba pero tremendamente satisfecha tras ponerle los cuernecillos con un abuelo, al hombre que me había sacado del letargo en el sexo

Seguía viéndome con Jorge con relativa frecuencia pues el sexo entre nosotros afloraba a raudales aunque sospechaba el quería ser un pájaro libre  y no quería ataduras de momento, pues hablamos y dijimos no darnos prisa ni atar ningún compromiso, que el tiempo designara el destino, además acababa de decirme se iba  dos semanas a Cuba con otros cuatro amigos en su situación, pues tenían el viaje programado y pagado desde hacía dos meses.

Me dijo que le gustaría invitarme, pero tanto una como el pensamos yo sería un pegote entre los cinco hombres y más a cuba que creo no irían de viaje comercial ni a ver monumentos… bueno monumentos de tipo mulatas seguro que sí y más sabiendo lo picaron que era… además tanto el como yo, no teníamos ningún compromiso y pacto firmado.

Al día siguiente de marcharse y todo hay que decirlo,  tras darnos  una buena despedida de la que tanto nos gustaba , me esmere en que fuese bien descargado y ligero de peso, así como relajado aunque sabía pronto se recuperaba.

Como estaba diciendo, al día siguiente me  fui a la tienda de muebles  del IKEA, a comprar dos  zapateras y un armario pequeño que me hacían falta en casa, con el consiguiente problema que no había barajado que era, tenía que montarlos sola y carecía de experiencia  en estas cosas.

Sopese llamar a un viejo vecino, viudo también como una, que acababa de cerrar una pequeña carpintería de su propiedad y había pasado varios papeles de publicidad por casa para hacer pequeñas chapuzas a domicilio como el las llamaba, y digo sopesaba pues ya habíamos hablado varias veces, dejando entre ver el, que nuestras situaciones de soledad las podíamos solventar entre ambos.

Pero ante mi infortunio, me decidí  y lo llame, presentándose a la hora en mi casa con una pequeña caja de herramientas.

Le conté el problema y lo que quería y el encantado se puso a la labor sin parar de hablar y gastar bromas sobre nosotros, pues riendo decía que si  fuésemos pareja estas cosas me saldrían gratis.

Y no es que una no le gustara pues para ser recién jubilado, debido a su ex trabajo se mantenía en un estado de forma envidiable para algunos de su edad, y sin ser tan alto  como Jorge, sí que era  de complexión fuerte destacando sus brazos y torso  y un culo fuerte y musculoso para sus años, que siempre me había causado atracción, pues era uno de los puntos donde yo me suelo fijar mucho en los hombres.

Pero al ser vecino relativamente cerca había evitado esa relación por el que dirán los demás…

Como el calor apretaba de lo lindo comenzó a sudar, pidiéndome si podía quitarse la camisa si no me molestaba… yo le dije que por favor, que lo que quisiera, que como estuviera más cómodo.

Una ya liberada tras mis relaciones con Jorge, tengo que reconocer me excito ver aquel hombre con el pecho descubierto que además era muy velludo, allí faenando con los muebles, mientras no dejaba de vacilar diciendo como le iba a pagar yo, si en efectivo o con algún regalo, pues bromista era como el solo.

Seguía mirándolo allí embobada y ya mi visión  se desviaba a otras partes del cuerpo, pensando para mí, que me estaba sucediendo y  porque estaba así tan excitada.

Agachado en cuquillas con las piernas flexionadas frente a mí observe con cierto descaro que portaba también un buen paquete pues ahora se le marcaba en los pantalones un bulto bastante apetecible y además creo que se dio cuenta de mis miradas, aunque lo disimulaba.

Le dije iba a preparar un café con hielo  o si quería una cerveza para refrescarse cuando ya estaba finalizando , a lo que respondió; si me dejas asearme un poco primero si, dime donde está el baño que me eche un poco de agua y me refresque  y después te acepto la cerveza.

Pase con él al cuarto de baño para darle una toalla grande y  que se secara,  pues agachado en la bañera se había echado agua de cintura hacia arriba y por la cabeza, diciéndole una inocentemente, espera si quieres te pongo un poco de champú en la cabeza para que no se te quede el pelo pegado después de sudar.

Bueno si quieres será un placer, me dijo, pero cuando fue a darle el bote, me dijo, échame tu si puedes, que así como estoy casi me caigo de cabeza.

Le frote su pelo y sentí una sensación nueva y placentera cuando le lavaba la cabeza, notando como el para sujetarse con cierto disimulo, me había cogido con una  mano por una de mis pierna, al estar yo pegada a él en aquella postura algo incomoda me pareció correcto, pero como no dije nada, su mano se deslizo suavemente por mi pierna y  rodilla.

En unos segundos sopese si retirarme o  dejarlo actuar pues disimuladamente  me estaba acariciando.

Ante mi sorpresa me quede quieta y pase a aclararle el pelo, cuando ya el, destapo el descaro y subió mi mano a mi muslo.

Seguía medio petrificada ante el avance de su mano, y al ponerle la toalla para secarlo me atrajo hacia él.

Le dije con cierto tartamudeo, que hacía, respondiendo el, que lo que tenía que haber hecho hace tiempo, a la vez que incorporándose me atrajo hacia él y me beso.

Sin darme cuenta estaba medio mojada de la excitación tan juvenil  que había tenido en ese momento y no hice ascos al beso, todo lo contrario, lo bese ante mi sorpresa con pasión.

Sus manos como garfios ya apretaban mi trasero contra su pantalón y su paquete y parando un segundo de besarme, dio un resoplido como un toro bravo a la vez que me decía, no sabes Rosa lo que te deseo y el tiempo que llevo esperando este momento.

No dije yo nada, pues no hacía falta, ya que mi respiración jadeosa  delataba lo excitada que estaba,  no tardando ni diez segundos el,  en pasar una de sus manos a través de mi falda a mi mojado sexo.

Wooohhh resoplo, pero si esta mojada mi niña, que coñito más rico y mojadito tiene mi tesoro, y las ganas que tenía yo de catar esto.

Me aligero con rapidez el resto de la ropa alabando mis pechos y mis pezones que pronto eran pasto de su boca, mordiéndolos levemente y dándome un placer mientras su mano frotaba mi sexo al que uno de sus dedos ya hurgaba en mi interior; tras un par de  minuto de frenesí y pasión en esa postura me llego un orgasmo, que lo excito  un mas,   ante la sorpresa de mi calentura.

Paro separándose de mí  unos centímetros, y soltando el cinturón dejo caer los pantalones dejando ver el slip con un empalme de órdago.

Saco los pantalones pisándolos con los pies rápidamente, cuando mis manos me traicionaron lujuriosamente para ir a bajarle rápido el slip y dejar balanceándose como un resorte al frente todo tieso, aquel trabuco con un  cabezón fuera de lo normal, brillante y descapullado.

Me quede extasiada al ver aquella gorda cabeza que destacaba en su gruesa polla, que si bien no era tan larga como la de Jorge sí que era similar su grosor.

En tono picaron y riendo, me dijo: ¿comprendes ahora mi apodo de el chupachu.?  Es toda tuyo tesoro, devórala…. A la vez que con su mano  acompaño mi cabeza para que  me agachara a chupársela.

Yo no me reconocía al veme con la facilidad que había aceptado aquel encuentro, pues ahora me encontraba agachada tratando de meterme en la boca aquel cabezón que se me antojaba difícil, aunque pasión le puse al besarla y chuparla, pues sus manos sujetaban mi cabeza a la vez que gemía y respiraba entrecortando palabras de ánimo a que continuara así.

Me desmelene definitivamente cuando le agarre los huevos con un deseo tan desmesurado que me tuvo que decir ..Cuidado tesoro que son muy sensible ..Aunque no pares y comételos también que veo te gustan.

Tras un buen rato trabajando su aparato, este lo agarro con la mano y separándome la cara un poco me dio con el pequeños golpes sobre mis labios, diciendo ahora déjame hacerte gozar  que es mi turno.

Me tomo como la recién casada que entra por  primera vez en la casa, y preguntándome donde estaba  la alcoba,   me llevo y me poso con delicadeza  sobre mi cama.

Pensé directamente me iba a dar un pollazo de los que dejan huella en mi conejito, pues su rabo apuntaba hacia el frente desafiando la gravedad y palpitando de excitación, cuando se agacho sobre mi sexo y con una dulzura y sapiencia comenzó a comerlo haciéndome  gritar al instante del placer que me daba.

Me tenía tan dominada por el placer, que mi cadera se levantaba sobre su cara mientras mis manos sujetaban su pelo  con fuerza como diciéndole… no pares y come todo lo que quieras.

Era de esperar que otro colosal orgasmo no tardará en llegar si bien el no cejo ni un instante   de comer hasta que mi cadera dejo de moverse por los  impulsos de placer de este, dejando seguidamente paso a un juego con su enorme cabezón sobre la puerta de mi dilatada y mojada almeja.

¿Dónde había aprendido aquel jubilado  a follar así y además con tanta maestría?, me preguntaba para mi interior, cuando ya esperaba el estoque definitivo y el colofón de aquel rico polvo.

Abrió mis piernas  un poco más y dejándose caer sobre mí cuerpo, me penetro suavemente.

El roce y el morbo de pensar como entraba aquella gruesa cabeza en mi interior me hizo gemir y llorisquear de placer, mientras el ahora bombeaba con su cadera a ritmo pausado pero continuo dentro de mí.

Gemía y suspiraba como un macho en celo a sabiendas me tenía a su merced, pues denotaba seguridad y dominio en lo que estaba haciendo, controlando las pausas  para aun hacerme más gozar.

Pensé se iba a correr así en esa postura, pero me volteo como a una muñeca con sus fuertes brazos  y me puso boca abajo, temiendo una me fuese a meter aquella gruesa cabeza por atrás, pero no...Fue otra vez por mi conejito pero ahora tumbado sobre mi espalda y montado sobre mis nalgas.

Ahora si había acelerado el ritmo, mientras su boca mordisqueaba  mi nuca tras retirar sumamente mis cabellos,

Lo oí gemir más fuerte y como queriendo agradecer aquella obra de arte, me corrí ante mi sorpresas y no digo la de el, que aprovechó para incrementar el ritmo y ahora sí, comenzar a soltar borbotones de nata en mi interior con una intensidad que pensé lo inundaba.

Cuando paro, por su espalda corrían finas gotas de sudor al igual que por su poblado pectoral así como por su frente ceñida ahora tras la pasión del momento.

Quedo tumbado con una amplia sonrisa a mi lado mientras mirándome me dijo… y tú mujer que  no querías disfrutar de este momento.. Reprimiendo la pasión que llevas dentro y uno aquí cerca de tu casa perdiendo el tiempo..

Lo único que fui capaz de decirle en ese momento es que había sido increíble y que estaba rendida y no podía ni moverme de la cama.

En tono vacilón y entre risas me dijo... Esto acaba de comenzar,no creas hoy he acabado ya contigo, te espera lo mejor…

Y aunque no me alarme pues sabia estaba bromeando sí que me vino a la mente la figura de Jorge y que pasaría cuando regresara de Cuba, pues me sentía como si le hubiera puesto los cuernecillos.