Poniendo las cosas en orden - 4.

Los humanos nunca han sabido apreciar la magia, menos ocuparla, sus mentes limitrofres y sencillas no ven mas alla de la codicia mundana... el verdadero poder, radica en el control y el orden, pero no es bueno que ellos lo sepan, es mejor controlarlo...

PONIENDO LAS COSAS EN ORDEN - 4.

Aún no eran las 4 de la madrugada y yo estaba frente a tres nuevas peones de mi plan, no sería a corto plazo, por ende necesitaba de personas o unidades de mi confianza, de ahí mi afán con dejar una "semilla" en una de ellas. Mientras volvían en si después de esa salvaje sesión de lujuria, poco a poco iban tomando conciencia de su nueva realidad a mi servicio y de cómo cambiaría todo, no había necesidad de hablar, en sus cabezas ya estaba la conexión y obedecerían, de ahora en adelante todo comenzaría a cambiar en la población (población, colonia, gueto, como quieran llamarle) donde este mini imperio del crimen de poca monta había nacido.

Lorena: Mi señor... usted ya... ya no luce...

Hanne: ¿Acaso lo hemos imaginado?

Yo: Claro que no lo has imaginado pero supongo que no quieren verme así nuevamente, aunque si gustan vuelvo a mi forma -sin darles tiempo a reaccionar jugué con sus mentes encarnando a aquel representante del mal católico cristiano que tan bien han imaginado. -A coro bajaron sus miradas pidiendo clemencia-.

Yo: Las cosas ya no serán como ustedes acostumbraban, ahora me sirven a mí, estos restos humanos que deje en vuestro hogar sólo es un vestigio del pasado, sobre sus hombros un nuevo sistema y familia se alzará, llevando a mi hijo a la cumbre del mismo.

A mi pensamiento Hanne se levantó, aún tenía harapos enredados en su cuerpo, restos de las ropas que yo rasgué para hacerla mía, literalmente, pues ahora ella respondería a mi voluntad, con cierta independencia frente al mundo, no me necesitaría en el diario vivir pero todo su ser sería enfocado en mis deseos y en mi semilla.

Yo: Hanne, preciosa Hanne, puedes olvidar tus caprichos, tus imbecilidades de baja clase que busca ostentar... Ahora estás por sobre eso y no dudes que al primer intento o pensamiento en mi contra arrancaré tu espina dorsal atravesando tu vientre...

Hanne: Jamás, ahora soy tu fiel oveja.

Sin más ni más la tomé por la nuca para estampar un beso en sus labios y hacer que nuestras lenguas comenzaran a luchar mientras mis manos bajaban a manosear y amasar ese gran culo que se cargaba. Cada una era linda... y bien digo, era, por que la vida que portaban las había hecho olvidar su presencia, ahora su estampa era el ser "mujeres de narcos" nadie dudaría un momento en decirles lo que ellas quisieran, por ende todos esos cánones de belleza impuestos por grandes musas inspiradoras quedaron en el olvido en estas mujeres, asimismo cualquier intento de educación o etiqueta.

Afortunadamente, eso cambiaría, yo implantaría en sus subconscientes un nuevo estilo de vida, el cual poco a poco iría saliendo a flote pero que eso no les haga pensar a los demás que serían mujeres blandas, todo lo contrario y así fue como les indiqué que quería a todo aquel personaje con algún cargo en la "familia" ante mi presencia, de forma inmediata.

Sin más ni más aparecieron muchos teléfonos, esos primeros celulares, los llamados "ladrillos" resistentes cual uñas de salamandra, para el año de estos acontecimientos, créanme que había que acarrear buena fortuna en los bolsillos para semejante cantidad de teléfonos móviles, pronto comenzaron a llegar al jardín de la casa, los podía oler, había miedo, rabia, desesperación y psicosis en algunos... producto claro de la droga que se habían metido en esa noche.

Todas mis mujeres se cubrieron con batas de dormir, aún algo despeinadas y cojeando un poco tras la follada que habían recibido e hicieron entrar a todos, yo me mantuve oculto en la penumbra a la vista, todos me ignoraban pero con miedo y asombro entraron al ensangrentado lugar, sólo murmullos llenaron el espacio, murmullos adobados con el olor a fierro de la sangre de esos pobres diablos y bajo mis órdenes Lorena, una hembra digna de la sensualidad de las pinturas de Botticelli tomó la palabra y ordenó silencio inmediato.

Lorena: No daré respuesta a ninguno de ustedes, mi marido y sus cercanos merecían la muerte, me aburrí de ellos, de su mediocridad y de vivir de migajas, de hoy en adelante nosotras tomamos el mando de la familia y aquí se hará lo que yo ordene... ¿alguien se retira? De entre todos un hombre robusto, de brazos peludos, apestoso a cerveza y tabaco sale furibundo, claro está que yo lo dejé, el grupito necesitaría un par de ejemplos.

Sujeto: PERO, ¿QUIÉN MIERDA TE CREES TU PUTA MALPARIDA? ¡HAS MATADO AL JEFE! AHORA ESTA CASA Y UDS SERÁN MI...

En medio de un parpadeo vio como Hanne clavó en su garganta un cuchillo de 25 centímetros, lo movió aumentando el sanguinario decorado, la cabeza del pobre patán quedó colgando hacia atrás sólo atada por su columna, mientras que su conciencia no entendía el por qué todo estaba al revés y luego menos entendió el por qué de la sensación de eterna angustia, desesperación, desolación y dolor en un cuerpo que ya no lo cobijaba, pues su alma fue arrastrada a las perlas negras, las cuales las tuviese o no puestas, estaban ligadas a mí, ese dolor que sentían, esa agonía, era otro nutriente, era otro catalizador de mi magia.

Antes que todos terminasen de dar la vuelta para salir de la casa, se encontraron conmigo en la puerta y en cada una de mis manos había una cabeza, la de dos desdichados adictos, ladrones y violadores... su vida fue una miseria, ¿tuvieron la oportunidad de salir de ella?... pues sí, la tuvieron pero la sociedad no perdona donde naces, ni tus crímenes y menos se detiene a pensar que tu saliste de un hogar para menores abandonados donde un Sacerdote te intentaba violar cada tanto y ese hombre de Dios poco a poco te invitaba más y más a ser un mal ejemplo para los feligreses.

En fin, no cargaré más el relato con los puntos de vista de la sociedad o al menos lo haré lo menos posible, pues es difícil justificar mis acciones ante ustedes, sobre todo cuando la mayor parte de esta sociedad se queja de los males que la misma sociedad incuba... así como con la delincuencia, que les preocupa más la de un asaltante en la calle y no la de cuello y corbata en gobiernos y grandes empresas que hacen mierda el planeta donde viven y donde serán sepultados, se han cobijado tanto en su intento de ser "primer mundistas" que han perdido la humanidad para con ustedes mismos y más importante aún, para con el planeta que les sembramos de vida para que pudiesen prosperar con él y no de él.

Tras verme, todos quedaron sin color alguno en sus caras, evité que se desmayaran, todos se arrodillaron y tras yo dejar caer los cuerpos caminé entre ellos y con mis manos ensangrentadas toqué cada una de sus cabezas, besé a cada una de mis emisarias y me paré atrás de ellas.

Lorena: ¿Veo que han comprendido, quienes mandan ahora?

Todos: Ustedes nuestras señoras.

Lorena: Ahora saldrán de aquí, detendrán toda venta de droga y detendrán todo su consumo personal, quien trabaje con nosotros estará limpio o estará muerto, así de fácil... pronto nuestros adversarios caerán, y esto queda en esta casa, no sale para otro lado, nuestra actividad se retomará cuando la competencia deje de existir, de la policía y los ternos (politicos) nos encargaremos a su debido tiempo, ellos siempre vienen por su tajada pero ahora las cosas cambiaron... ¡retírense!

Todo ese discurso era mio en la boca de Lorena y tras él no habría preguntas, sólo lealtad, todos los que salieron estaban marcados por sangre, conservarían parte de su libre albedrio pero no eran más que marionetas y soldados obedientes a mi causa.

Ordené que las cabezas se congelaran, que limpiaran todo, que no quedara rastro de sangre, ellas sabían cómo hacerlo, sabían que ocupar para eliminar todo rastro de proteínas, esa habitación quedaría como nueva en menos de tres días y por la condición de esta población y en particular de esa casa, nadie, absolutamente nadie haría alguna pregunta o diría algo a la policía.

Salí de esa casa, tal como entré, con mis cuchillos ya limpios, con una semilla plantada y con una parte avanzada, el resto del hampa local sería pan comido y me refiero a traficantes y una que otra banda organizada de ladrones, todos caerían, los absorbería o los pondría bajo mi ala... mientras me movía de regreso al hotel, me detuve a ver el sol salir y respiré profundamente el rocío de la mañana recordando viejos tiempos, tiempos en los que confiamos en la raza humana, tiempos en que nos confiamos de nuestra "divinidad" y caímos víctimas de la traición y la codicia.

Vi nacer las monarquías y las vi transformarse en conglomerados internacionales, el Medioevo no es tan distinto a lo que hoy se vive, lo único es que en el Medioevo las instituciones religiosas dieron caza a todos los míos, usando distintas metodologías, todas muy efectivas... pero a veces hay algunos que sobreviven y no toleran el ver como el trabajo de su familia es destrozado, mutilado, torturado y como la estupidez hace gala de los dolores ganados a costa de la vida de un planeta vivo.

Siempre fui cercano a la tierra y no, no me refiero a la tierra como un tema ecologista ni mucho menos... me refiero a Gaia, Vortumo, Pomona, Abelion, Gea, la conciencia de este planeta, la cual ha podido comunicarse con más de un simple humano y de ahí que como ya les dije, le han dado distintos nombres y representaciones, de acuerdo al alcohol en la sangre o alucinógenos en la sangre que han tenido al momento de hacer contacto...

Así como hay quienes sobreviven y no toleran ver este ultraje, también hay quienes absorben la codicia humana y cambian bandos, de los pocos que quedan, varios han olvidado el camino y se bañan en oro mirando todo para abajo cual deidad suprema... Las deidades supremas sólo nos abandonaron, nos pusieron aquí para guiar y se fueron pero, ¿quién nos guiaba a nosotros?

En los primeros tiempos todo fue miel sobre hojuelas pero pronto algunos de nosotros crearon sequitos, religiones y con ello comenzaron las matanzas por distintas creencias, pese a que todos los que las causaban luego se sentaban a reír de los humanos en la mesa, la misma mesa donde muchos de ellos fueron envenenados y así cayeron en el olvido, los que aún quedan o se ocultan a la vista de todos o están en su nuevo Olimpo empresarial.

Al entrar al hotel pude ver a la recepcionista, claro está que ella no me vio, la muchacha se notaba mas aliviada de todo el malestar que causaba el imbécil, era una buena muchacha, sé que se mantendrá firme y será un buen fruto sobre la tierra. Subí a mi habitación y entré directo a la ducha, el agua fría corría por mi cuerpo mientras mis ropas ensangrentadas estaban en el piso de la ducha, tras lavarme salí de la habitación y a sabiendas que pronto vendría alguien de aseo esperé a ventana abierta mirando el sol y sintiendo su calor en el frío de la mañana mientras Susan descansaba en la cama.

Al sentir los pasos y el aroma de los limpiadores abrí la puerta y ordené al señor de aseo entrar al baño, recoger todas mis ropas ensangrentadas, embolsarlas y llevarlas a la caldera del hotel, luego volvería a sus labores y olvidaría todo eso. Una vez cerrada la puerta de la pieza, llamé a la recepción e indiqué que necesitaba ver a la gerente inmediatamente en mi habitación.

Claro está que no esperaría parado, me dirigí a esa inmensa cama y busqué por debajo de las sábanas, hasta que mi mano empezó a hurgar en el coño de Susan, los gemidos no tardaron en brotar de su boca y tampoco tardaron en ser apaciguados por mi boca que se pegó a sus labios y comenzó a besarla dándole un amoroso y fogoso despertar.

Susan: Buenos dias mi esp... Carlos -corté el juego de esposo, era momento de tomar las cosas un tanto más a mi estilo, jugar está bien, es agradable pero ya había tenido suficiente por esa noche/madrugada-.

Mientras yo estaba sentado en medio de la cama, ella comenzó a pajearme lentamente y a acariciar mis huevos, haciendo que mi verga por claras razones comenzara a tener una erección considerable pero no completa, me lamía el pecho, mientras mi brazo izquierdo bajaba por su espalda y aprovechando nuestra diferencia de tamaños (yo alcanzaba el 1.90 en el momento, pues lo puedo variar a voluntad) lograba alcanzar su culo, su hermoso y amasable culo.

Con una pequeña ayuda de su parte en un acomode, mis dedos quedaron en su conchita y empezaron a hurgar en ella, masajear sus labios menores y mayores, entrar y salir de su concha en lo que era más un masaje de sus paredes vaginales que una penetración propiamente dicha, entre jadeos me nombraba y lamía mi pecho mientras sostenía la paja, fue entonces cuando hice que bajara su cabeza y comenzara una mamada como debía ser, comiéndose mi verga sin problema hasta la mitad, subiendo y bajando y haciendo que sus babas corrieran por mi tronco hacia mis bolas y fueran el bálsamo de masajes de sus manos para dar placer a mis pelotas.

Susan casi se atraganta cuando Elizabeth entró a la habitación pero no dejó la mamada, mientras que Elizabeth se me quedó mirando e inmediatamente entendió.

Elizabeth: ¿Necesita servicio extra a la habitación?

Yo: Pues fijate que si, no sé si mi mujer sea capaz de vaciar mis bolas esta mañana... y ciertamente tu demostraste hacerlo muy bien anoche.

Elizabeth: Si a ella no le importa.

Susan no tomó en cuenta las palabras de Elizabeth quien se acercaba a la cama tras cerrar la puerta con pestillo y en el camino abandonaba sus ropas para quedar sentada a mi diestra y comenzaba a besarme como si la vida se le fuese en ello. Tras unos minutos en esta labor le ordené que se parara en la cama y me diera de comer de su coño, que mi lengua quería hurgar en él, lo hizo, ella se apoyó en la pared, pasó una pierna por mi espalda y dejó su conchita a mi disposición.

Comenzó a sentir las lamidas a su entrada, las chupadas a su clítoris, los mordiscos a sus labios y las penetradas que mi lengua empezó a realizar, ella se abandonaba en el placer, mientras Susan seguía en su mamada y comenzaba a masturbarse. Tras el orgasmo de Elizabeth, la dejé suavemente en la cama y puse su cabeza entre mis piernas, la orden era clara, ahora tenía que tomar el lugar de Susan, aunque a medias, pues yo comencé a comer el coño de Susan mientras ésta me comía la verga y así, mientras comía con confianza el coño de mi rubia, las dos me daban una mamada de buenos días de lo mejor.

Susan comenzó a tener un orgasmo bien intenso, a lo que respondí sujetando bien fuerte sus nalgas, lamiendo y succionando con más intensidad, haciendo que el orgasmo se multiplicara uno tras otro y que gritara de placer mientras Elizabeth miraba incrédula como esa mujer caía en una avalancha de placer y como me mojaba la cara como si tuviese una ducha entre las piernas.

Tras dejar a Susan descansar un minuto, la saqué de encima y me dirigí a Elizabeth con quien comencé a besarme apasionadamente mientras me ponía sobre ella acomodando mi verga en su mojado coño y comenzaba a entrar como “Pedro por su casa”. Los besos se cortaron por los gemidos que salieron de su garganta, ella no tenía palabras y a mí me encantaba ver su mirada perdida, en ningún minuto nos dejamos de mirar mientras la penetraba, ocasionalmente paraba sólo para comerle la boca o bajar a comerme una de sus tetas.

Luego de varios minutos me volteé sobre mi espalda dejando que ella comenzara una cabalgata, sabía cabalgar como una valkiria bajando al campo de batalla, de pronto sólo se metía mi glande, dándome un masaje que difícilmente podía ser más placentero, su húmeda conchita se comía sólo mi cabeza como si fuesen besos que masajeaban muy pero muy bien mi verga, entonces la tomé por las caderas y la ensarté, ella abrió sus ojos a un punto que casi se le rajaron los parpados, un grito ahogado se sintió en la habitación y comencé a subirla y bajarla.

Tuvo un violento orgasmo y se dejó caer un par de minutos sobre mi pecho aunque eso no hizo que dejase de bombear su coñito, hasta que sentí la lengua de Susan lamer mis bolas y besarlas con fogosidad pero no se limitó a mí, también lamió los labios vaginales de la gerente y mientras yo sujetaba sus caderas para que la penetración fuera más intensa, Susan hurgaba entre mi verga y los labios de Elizabeth con su lengua.

Los jadeos de las féminas se hicieron intensos, Elizabeth temblaba de placer después de los orgasmos que había tenido y con esta señal comencé a bombear sin parar su apretado y caliente coñito mientras metía un dedo en su culo. Susan dejaba de lamer para disfrutar en un primer plano de las penetraciones que le estaba brindando mi verga a la gerente del hotel, quien no paraba de nombrarme entre jadeos pidiendo una piedad para su coño, piedad que nunca llegó, pues no paré hasta rellenárselo de semen caliente. A medida que los chorros de leche inundaban a Elizabeth, Susan se sentó en la cama y cruzó mirada conmigo, yo no le di tiempo de respuesta la puse en 4 patas sobre la cama y dirigí su cabeza a la entrepierna de Elizabeth

Yo: Ya que te gustó tanto mi leche... quiero que te comas toda la leche con la que le rellené el coñito a Elizabeth.

Susan: Si mi amor, lo que tú quieras siempre.

Abriendo aún más las piernas de Elizabeth, Susan comenzó a comerle el coño mientras yo enfilé mi verga hacia éste y realicé penetraciones pausadas para permitir que, desde el caliente coño de Elizabeth, se pudiese comer todo mi semen y que Elizabeth, a su vez, tuviese más placer en un límite casi tortuoso, pues Susan, entre lamidas y lamidas, succionaba tanto su cuevita como el clítoris, lo cual le causaba corrientes eléctricas de placer por toda su espalda, haciendo que se arqueara mientras me miraba con la boca abierta por los suspiros y gemidos y sus ojos como platos mientras yo bombeaba el carnoso coñito de Susan.

Las penetraciones comenzaron a tener más velocidad, Elizabeth tuvo más de un orgasmo y Susan ya no era capaz de seguir comiéndole el coño, a mi ya no me preocupaba, yo continuaba penetrando y poco a poco hacia que Susan se moviese más arriba en la cama hasta quedar cara a cara con Elizabeth y en un momento de descanso de mis penetraciones, ambas se comenzaron a besar, esto fue el detonante para que yo retomara mis embestidas hasta el punto en que el coño de Susan comenzó a apretar mi verga en señal de un último orgasmo el cual cayó en rima con el saliente y espeso semen con el cual la rellené.

Después de ese pico de placer, inhalé profundo todo el oxigeno que pude, absorbiendo a su vez la energía que me entregaron en sus orgasmos y me acomodé entre ellas, Elizabeth y Susan se besaban con mi glande de por medio dejando mi verga limpia y reluciente, luego Elizabeth comió el semen que "sobró" del coño de Susan, tras esto la gerente se vistió, usó un poco de uno de los perfumes de Susan, se despidió de ambos y dejó la habitación.

Susan: Nunca había tenido un despertar tan lleno de pasión y lujuria... este fue mi primer trío y espero que no sea el último, -me decía mientras no dejaba de acariciar mis bolas-.

Yo: Créeme... no será el último mi putita.

Luego de unos instantes, nos fuimos a la ducha, donde no pude evitar empotrarla por el culo y hacerla gemir más aún, para terminar en su boca, una vez que terminó de mamármela, me dijo sonriendo:

Susan: Creo que ya me tomé toda la lechita de mi desayuno.

Después esto se puso de pie y nos dimos un apasionado beso, para luego secarnos, vestirnos e irnos a tomar el desayuno, en eso estábamos en el restorán del hotel, cuando entró alguien que robó toda mi atención...

Continuara...

Mis gratitudes a GUILLEOS, sin su gran ayuda, no podria haber entregado esto.