Poniendo las cosas en orden - 3.
Los humanos nunca han sabido apreciar la magia, menos ocuparla, sus mentes limitrofres y sencillas no ven mas alla de la codicia mundana... el verdadero poder, radica en el control y el orden, pero no es bueno que ellos lo sepan, es mejor controlarlo...
PONIENDO LAS COSAS EN ORDEN - 3.
Lanzando mi chaqueta a un lado, cerré la puerta para seguir el meneo de caderas de Susan hacia la cama, mientras yo sin problema alguno dejaba mis zapatos en el camino y desabotonaba mi camisa, ver como esa blanca tanguita se perdía entre sus nalgas y como movía su cadera me estaba ya poniendo dura la verga y es que, como ya saben.... humano no soy, mis capacidades sexuales están ampliamente por sobre las humanas, aunque he de declarar en confianza que cuando las ansias apremian, no es extraño que mi resistencia en labores del placer merme en uno que otro intento pero no tardo en reponerme y volver a la carga...
Véanlo de esta forma, yo me alimento de la vida, de la energía que los humanos pueden crear y que portan... una de esas energías, es la de los orgasmos y es una delicia. Con el pasar de los milenios, me preocupé de aprender y dominar muchas magias, muchas formas de dominio sobre el ser humano y una de éstas es hacer que los organismos tengan la emoción, y sentimiento que a mí me plazca, por ende, provocar un orgasmo es un acto tan sencillo como chasquear los dedos. Veo como Susan hace el intento de sacarse esos tacones, mucho más sensuales y femeninos que los orígenes orientales del mismo pero enseguida la detengo con una palabra
Yo: Déjatelos...
Con una leve seña, sin necesidad de una orden, ella se arrodilla frente a mí y quita mis calcetas, para luego subir y frotar su mejilla sobre mi bulto, luego de un par de movimientos de su rostro, lame mi verga a media asta por sobre el pantalón, para con sus manos quitarme el cinturón y después la prenda en si, tras inhalar el aroma de mi verga ella descubrió que me había follado a la gerente.
Susan: Mi maridito me fue infiel con una putita...
Yo: Así es, te puse los cuernos... ¿Algún problema con eso?
Susan: No sé, ¿me debería poner celosa?... esa putita no te dejo satisfecho... tu verga aún quiere más, tu quieres más... ¿no es así?
Sin decir agua va, la tomo por la nuca y la levanto para estamparle un beso que la toma por sorpresa, mientras con mi mano libre comienzo a amasar una nalga y la cargo a lo canguro, quedando sus tetas frente a mi cara, las cuales ella se encarga de desvelar para que yo comience a comer sin miramientos.
Puedo sentir su respiración agitada y frente a esto, mi mano comienza a hurgar en su conchita hasta encontrar un clítoris totalmente erecto y sensible, al cual, entre mis dedos, no doy tregua en un frenético masajeo que la hace mover las caderas, yo continúo comiendo sus pezones, ahora con una mano sujetando sus nalgas y con la otra hurgando en esa conchita caliente.
Susan: ¡Mi ma... maaaahhrido sigue calien......caliente!
Yo: Así es esposita mía, tu marido vino a follarte el culo pero antes te va a comer la concha como se debe.
Ella esperaba que lo hiciera en la cama pero la di vuelta quedando en un perfecto 69 estando de pie, así que teniendo esa aromática y mojada conchita frente a mi comencé a lamer y besar como si se tratase de su otra boca, mientras ella entre jadeos luchaba por coordinar para mamarme la verga.
Susan: Perdoname... ¡aaah!, ¡aaah! no me puedo concentrar con tu lengua, nadie nunca me comió el coño como tú, sigue, me estás haciendo terminaaaaaar.
Yo la escuché pero seguí, sentir el orgasmo de una mujer apasionada es algo como reventar burbujitas de plástico, uno quiere seguir y sentir más y más, notar el aroma de sus hormonas inundar mi nariz, sentir su cuerpo temblar... y así lo hacía nuevamente y tras este segundo orgasmo la dejé sobre la cama con el culo en pompa y comencé a devorar a besos y suaves mordidas su culito... que digo culito... ¡su señor culo!, esas nalgas yo estimo que mínimo andaban por los 90 cm ella aún temblaba de espasmos placenteros cuando abrí sus nalgas y dirigí mi lengua hacia su agujerito, lamí a destajo y me lo follé con la lengua sin ningún problema.
Susan: ¡MADRE SANTA! ¡SIENTO COMO TU LENGUA ENTRA EN MI CULO! ¡VALGAME DIOS SANTO! ME ESTÁS DANDO OTROOOOOOOOOOO…
Mientras mi lengua hurgaba en su orto, mis manos separaban sus nalgas y mi cara se decoraba con una sonrisa, miré su espalda temblar como jalea. Gracias a un par de runas que aprendí, ella ahora dirigía todos sus centros de placer hacia donde estaba mi lengua y de paso, apagaba muchos puntos nerviosos que sabía que dolerían, o sea, tenía carta blanca para comenzar y así lo hice.
Con mi verga dura, presioné en su culo para entrar y sentir esa apretada cueva abrirse a medida que entraba cada centímetro de mi y ella, entre temblores y jadeos, intentaba decirme algo que ni siquiera podía pensar gracias a la increíble descarga de placer que estaba teniendo, entonces tras un par de lentas bombeadas me detuve y tomando pose de cucharita mientras levantaba una de sus piernas pregunté:
Yo: ¿Todo bien esposa mía?
Susan: Aaaaaaaaaaaaaah... -tras un placentero suspiro y un par de segundos me respondió- me has partido a la mitad, ya está, no hay vuelta atrás, no llevo de conocerte más de 2 días y ya te la he mamado y me has follado cada agujero... ahora tomaste mi culo, ni a mi marido se lo entregué... ¡me haces sentir viva!, ¡me haces sentir hembra!... y no quiero que termine... nunca.
Podía sentir sus palabras con verdad, con sinceridad desde su alma y esto lo selló tomando mi cara y besándome, desde los besos más tiernos y puros, hasta los más libidinosos y pecaminosos, los cuales fueron aderezados con embestidas que iban a la par, el bombeo entre esas nalgas comenzó a ser tal que poco a poco terminé sobre ella, con mis manos haciendo presión sobre sus hombros y con mi pelvis haciendo aplaudir esas nalgas que se movían con la tanga hecha a un lado.
Mientras tanto sus piernas temblaban, ella me pedía continuar mientras con la cara ladeada intentaba mirarme (cosa casi imposible por la posición) y tomaba mis antebrazos para soportar las embestidas... las cuales, afortunadamente para ella, eran suavizadas por las runas o hechizo que si no estaría sufriendo y gritando como un cerdo en el matadero.
Susan: Por favor Carlos, haré lo que quieras, más no hagas que me aleje de ti no quiero volver a él... a esa vida... quiero servirte, ser una parte tuya.
Podía ver su mente, podía ver su alma, esas palabras no las puse yo, era ella, era 100% ella, y me gustaba... así que continué, parando a veces para lamer su nuca o morder su cuello y hombros, lo que le encantaba. Cuando, por un momento me detuve, ella se preguntó para sí, si acaso lo estaba haciendo bien, si no la había regado diciendo esas palabras, fue entonces en que, sacando mi verga de su orto, la di vuelta y le comí la boca en un beso, tras esto ella intuitivamente tomó mi verga y la dirigió nuevamente a su culo mientras yo parado al costado de la cama, tomé, uno en cada mano, sus tobillos y abrí en 90 grados esas hermosas y carnosas piernas.
Yo: Desde hoy eres mía, de mi propiedad, el día que quieras te podrás largar... pero créeme... que nunca querrás hacerlo.
Susan: Por nada del mundo te dejaría... no quiero que pienses que es amor de quinceañera ni nada por el estilo... me das confianza, me haces sentir viva, -me decía ella mientras mi verga estaba palpitante esperando para seguir follándole el culo-, es simplemente que no quiero más la vida de mierda que tenía, siento que contigo todo cambiará.... ahora llena a tu verdadera putita con tu verga y bautiza mi culo con tu leche.
Así fue, comencé a bombear de menos a más ese culo, mi pelvis y parte de la cama estaba mojada por los aromáticos flujos de Susan por todos los orgasmos, chicos y grandes, que había tenido durante esta sesión, entonces, con una de mis manos, tomé una de las suyas y la llevé a su vagina, ella entendió el mensaje y se comenzó a masturbar desesperadamente, sus ojos se perdían de su rostro, su boca en un ahogado grito se abría hasta casi dislocar su mandíbula y tragaba todo el aire que sus pulmones le permitían, al mismo tiempo que mi verga palpitaba como corazón en un infarto y comenzaba a inundar todas sus entrañas de semen espeso y caliente.
Cayó casi desmayada y yo en un cerrar de ojos y en una inhalada que llenó de su aroma a hembra mis pulmones, disfruté de toda esa deliciosa gota de vida que me brindaba su orgasmo, de esa energía, de esa electricidad y luz... magia, ustedes malditos bastardos... poseen magia, la pueden generar, pero nunca jamás sabrán ocuparla, apreciarla y menos reconocerla...
Sacando mi verga de su culo, la acomodé en el lado seco de la cama, para dejarla tapada, no tendría ningún dolor al día siguiente, la cantidad de esencia mía que había en sus entrañas le sanaría cualquier herida provocada y de paso le daría las herramientas para cumplir como mi herramienta... pero había algo en ella, me recordaba a ciertas personas de tiempos antiguos... eso más pronto que tarde lo sabría...
Por el momento y tras una pasada por la ducha, me vestí lo más cómodo posible, saqué dos cuchillos de mi bolso, cuchillos de cocina, con hojas de 20 y 26 cm respectivamente, los guardé en sus respectivas fundas entre mis ropas, del mismo bolso saqué una pulsera de perlas negras y tomé destino hacia una urbanización, colonia, población, gueto, como quieran llamarle, pues para tomar el Poder sobre una ciudad, hay que comenzar por abajo.
Salí del hotel sin que nadie lo notara, no era más que una brisa y luego en la calle, comencé a correr cual el viento, a una velocidad muy superior a la del record mundial de las olimpiadas y con un dominio total de mi movilidad, si se me antojaba podía dar un giro en 90 grados. Como lo digo, ante cualquiera sólo era un viento fuerte, al cual por mi Poder no tomarían en cuenta, simplemente no les interesaría, así hasta que llegué a mi destino y me senté en una plaza.
Había un par de “dealers” y una media docena de los llamados "soldados" a la vista, más otros doce en las casas aledañas a esa plaza, todos con armas de fuego de corto calibre, estaba la totalidad de los "pesos pesados" de la familia que movía cocaína, pasta base y pastillas en Trinidad... definitivamente sería una noche redonda.
Me paré de mi lugar y comencé a moverme hacia la casa del Cabeza de la Operación, del capo, un tipo de armas tomar, de nombre Andrés, el había matado a sus dos hermanos para tomar el lugar de su padre, quien a su vez murió baleado en un ajuste de cuentas por parte de la policía, al no querer pagar protección al comisario actual, comisario con quien Andrés tenía muy buen trato, por lo demás... todo fue planeado por Andrés con una muy buena guía del comisario...
Me dirigí a la casa de capo local, saltando la reja sin problema alguno, creé una burbuja de silencio en la casa, no sin antes golpear la puerta, dentro de la casa podría armar una balacera y reventar mil bombas... afuera no se escucharía nada, NADA DE NADA. Cuando el hijo menor de capo abrió la puerta, lo que vio fue una sonrisa acolmillada, dos pares de cuernos, unos que seguían las cejas hacia la nuca y se alzaban unos 40 centímetros y otros que nacían por sobre las orejas y se enroscaban como los de un macho cabrío y en lugar de ojos... un vacío negro que sólo acarreaba culpas a su alma.
El resto de mi cuerpo se veía a sus ojos como músculos expuestos al aire, cubiertos por hilachas de cuero... si tan sólo supieran que sus imágenes de demonios no son más que el reflejo de creyentes con miedo a las cabras que se follaban en las montañas... siempre metiéndole cuernos y pezuñas... en fin, yo sólo di el reflejo de lo que resultó entre la mixtura de imágenes del Diablo que todos tenían en esa casa, con un tajo corté su garganta y la sangre brotó cual cascada mientras tomaba su cabeza y drenaba cada ápice de su vida, cuando terminé de drenar su vida, de otro tajo corté la cabeza para dejarla sobre la mesa del centro de la casa.
Nadie escuchó nada en la casa, el cuerpo del pendejo cayó al piso lentamente, mientras dos guardias venían desde la cocina, lancé el cuchillo con tal fuerza que atravesé la cabeza de uno, el cuchillo quedó incrustado en su totalidad en la pared, cuando el otro quiso reaccionar con su arma de fuego, yo ya estaba frente a él y su mano, la que tenía el arma, estaba siendo triturada por mi mano. Antes que pudiese pensar en gritar, mi mano libre se clavó en su garganta y toda su vida llenaba mi ser mientras sus almas quedaban atrapadas en las perlas negras.
Había dos más en la cocina, los cuales se pararon a ver qué sucedía pues el golpe en la pared (por el cuchillo) los había alertado, cuando abrieron la puerta los saludé con una sonrisa... Los imbéciles se mearon encima, estaban paralizados de miedo, ante sus ojos era Satanás, y rogaban a Dios... los dos hijos de puta eran creyentes, de hecho tenían hasta una santa que los “protegía”.
Habían matado, violado, hecho desaparecer, traficaban drogas, sobornaban e imponían miedo a toda la comunidad... ¡pero vamos! ellos creían que una santa les protegía, jajajajajaja... nunca dejan de sorprenderme... en Centro América tiene a la Santa Muerte, más de lo mismo... en fin, ordené a estos dos sentarse en el living de la casa, mientras yo subía al segundo piso a buscar al resto de la "familia".
Tras invitar a bajar a Andrés, cual saco de papas por las escaleras, logré que éste terminara con una fractura expuesta en su pierna y arrastré a otro desde su pierna, donde mis dedos se clavaban sin problema alguno en su canilla llegando a hacer presión sobre el hueso, tras éste último bajaban tres mujeres asustadas a más no poder pues era el mismo Diablo que visitaba su casa.
Senté a todos en el living y, sacando fuerzas de la cocaína que se había metido, Andrés, el cabecilla, se levantó invocando a su santita y diciendo que Dios lo protegía, no terminó la frase y su cabeza quedó sobre la mesa junto a la de su hermano, los dos primeros, los que estaban en la cocina, corrieron la misma suerte, de un tajo decapité a los dos, todas sus almas iban de lleno a las perlas negras.
Yo: Bueno... en vista que estas mierditas no supieron obedecer... creo que no me queda más que hacer trato con ustedes.
En sus mentes rogaban a cuanto santo conocían, pensando que aún podían redimirse, que, cual película del cable, Dios bajaría del cielo a salvarlos, yo no podía hacer más que reír, una comenzó a gritar por ayuda una y otra vez y corrió hacia la puerta, en la misma puerta la estampé con mi mano, mientras lamía su cuello.
Yo: ¿De verdad crees que después de matar a tanta gente, de vender tanta mierda y arruinar tantas pobres almas del viejo de allá arriba, tienes una oportunidad?...
Como si fuese una mochila o morral liviano la lancé sobre las otras dos mujeres, que miraban aterrorizadas, meadas del susto... la simpleza del humano es increíble, de verdad que los adoro... sus pobres cabezas nunca podrían entender ni un ápice de lo que es la magia realmente y como les dije, ¡la pueden generar!... no en grandes cantidades pero la pueden generar, la tienen en ellos, la vida misma es magia en su estado más puro casi... en fin, una vez sentadas las tres y un tanto más calmadas gracias a mi, les dije:
Yo: Ahora esto es lo que harán.... ustedes llevarán la casa y el negocio, yo me encargaré de que sean respetadas y que tengan el mercado, así como también de que el comisario haga su parte sin chistar... pero habrá reglas.... no más ventas a niños, no más ventas a gente del gueto y no habrá más asesinatos, ustedes son las líderes del narcotráfico en esta ciudad, cualquier acción que deseen tomar contra alguien, pasa por consultas entre ustedes, ¿escucharon?
Las tres temblorosamente y sin saber qué hacer, respondieron que si, más por el miedo a morir que por otra cosa pero estaban ahí mismo, no avanzaban ni retrocedían, entonces era hora de hacerles mis emisarias, mis ghouls o caminantes... verán, nosotros podemos tener distintos niveles de sirvientes.
Nuestra mitología se disolvió a un nivel increíble, afortunadamente para mi seguridad, a ustedes les enseñaron a través de la "fantasía" que Drácula tenía esclavos que dependían de su sangre para vivir, con habilidades superiores a la de los humanos normales, tanto intelectuales como físicas y estos velaban por los intereses de su señor mientras éste no podía hacerlo, bueno... es lo mismo pero no tan darks o tan Transilvania...
En cada una dibujé un símbolo de mi familia con la mezcla de sangre en sus frentes, en su pecho, espalda y vientre, tras esto, tomé a la primera, algo entradita en carnes, una gordibuena en su regla y rasgando su ropa, comencé a follarla en cuatro patas, ella jadeaba. Hice que el placer la invadiera y comenzara a tener muchos orgasmos, abandonando su ser al servicio de mis intereses y no sientan lástima por ella, porque de persona, no le quedaba más que caminar en dos patas. Mató a una joven en una discoteca metiéndole cocaína a la fuerza por la nariz hasta que sufrió un paro cardiaco, todo porque su novio (la primera cabeza que corté) había hablado con ella.
Tras llenar su útero de leche caliente y ordenarle que limpiara mí verga con su boca, pasé a la jefa de la casa, otra que de persona poco le quedaba, tenía un prontuario de asesinatos y encargos de asesinatos que superaban los 50, a ésta la dejé sin arreglar para follarla. “¡Por favor no! ¡Dios mio, nooo!, ¡perdoname mi Dios noooooo!”, gritaba rajándose la garganta a más no poder mientras era follada sin contemplación para que mi verga golpeara lo más profundo de ella.
Sin terminar la volteé y follé por el culo... si inicialmente había chillado... ahora ya de plano sus cuerdas vocales estaban sacando callo de tanto trabajo, yo la hacía recordar todos y cada uno de sus crímenes, mientras penetraba una y otra y otra vez su culo, desgarrándolo y haciéndolo sangrar, a la vez que le presionaba la cabeza contra la pared y con mi mano sobrante sujetaba sus dos brazos.
Yo: Yo soy ahora tu castigo, tu placer y tu dueño… ¡Eres mía!
Ella: Si señor, lo que usted quiera pero por favor, deténgase, ¡Me está matando!, perdóneme, se lo ruego.
Tirándola al suelo, con su orto destrozado y sangrante, le ordené que mamara mi verga y la limpiara, lo hizo entre sollozos y lágrimas pero con dedicación. Todos tuvieron la oportunidad de cambiar, cada uno de los presentes, a lo largo de su vida, pudieron hacerlo... pero les fue más fácil cagarse en los demás... ahora estas tres lo recordarían para el resto de su vida... que no sería corta.
Una vez dejó limpia mi verga, me senté entre las dos restantes y ordené a la jefa de familia se montara sobre mi verga y la cabalgara, lo que ella hizo en principio sin rechistar e incluso con placer pero de pronto volvió a la realidad y vio que al lado estaba su hija, “hija, perdoname... es mi castigo... por favor, no me mires hija, no me mires...”, decía ella mientras no podía dejar de mover sus caderas.
Le arranqué su camisa de dormir dejando al aire dos tetas grandes, en las cuales me regocijé y comí hasta decir basta, para luego mirar a la heredera del imperio de las drogas a mi lado, tocarla y traerla a mi boca, para comérsela en un apasionado beso que no tardó en responder. La muy viciosa estaba hasta las uñas de pastillas, hongos y ron, cuando su madre le habló, ella no escuchó absolutamente nada, sólo me miraba a mí y se preguntaba si ahora por fin podría ser follada, pues ninguno de sus novios se atrevió nunca a ir más allá de los besos, porque sabían de donde venía.
Ella estaba en un instituto de clase alta, donde era intocable, todas sus notas eran altas, más por miedo que por lo que ella había estudiado, los profesores temían que reprobarla fuese causal de muerte o golpizas, como las que ella enviaba a cualquiera que mirase algo que quisiese, como un muchacho o que llegase alguna otra con una prenda que ella desease... nadie podía ser más que ella, si lo intentaban, terminaban en el hospital.
Al comenzar a comerme la boca de su hija, la dueña de casa, de nombre Lorena, comenzó a moverse más enérgicamente, se había puesto más caliente de lo que estaba ya, de pronto Hanne, la hija, soltó un gemido por los dedos que comenzaron a masajearle la conchita y, sin más ni más, me tomó de la cara y comenzó a besarme y lamerme como toda una desesperada, ella quería ser follada y entre el miedo y las drogas que tenía en el cuerpo su nivel de éxtasis estaba por las nubes, de hecho la tuve que controlar, porque de seguir así, tendría un paro cardíaco.
Justo cuando Hanne se calmó, Lorena comenzó a llegar a un orgasmo brutal al tiempo que yo descargaba en la concha más leche de la que había tenido en su vida, quedó rebalsada, igual que la de la joven viuda gordibuena, de nombre Pamela que yacía catatónica en un lado del sillón. Me levanté, dejando caer a Lorena hacia el lado de Pamela, Lorena no podía más, mi esencia estaba haciendo su trabajo, mezclada con las órdenes, hechizos y símbolos de sangre, ya había dos sirvientes míos en ese lugar y ahora iría por la tercera.
El reloj marcaba las 3:16 cuando tomé a Hanne, recién cumplía los 18 años hacía un par de semanas y ya tenía varias muertes en su haber, ella sólo sería un recipiente, era idóneo, su cuerpo aún no había sido poseído por ningún hombre o mujer, sólo por consoladores y sus dedos... era un recipiente idóneo para algo más que un ghoul, era un recipiente para un zarniat, que es, básicamente, una copia mía o una presencia mía, soy yo, en una versión soft, de esa forma me pude esconder mucho tiempo, usando zarniats, cuando aprendí el cómo ocuparlos y crearlos de un antiguo Druida, al cual absorbí.
El imbécil quería matarme y volverse inmortal, más, cuando pensó que lo había hecho, se dio cuenta que sólo había matado un ghoul mio y yo estaba atrás de él... bueno, con un zarniat mi dominio sobre estas tres sería más fuerte y el control más estricto. Al llegar a la casa, sólo pensaba en matarlos a todos pero cuando vi esta opción y tras un breve momento para pensarlo, me di cuenta que sería lo mejor.
Hanne tenía un cuerpo más que apetitoso, un culo firme y de un muy buen tamaño, piernas torneadas, una cintura marcada y unas tetas en desarrollo, su pelo era rubio de tintura con las puntas de colores, la poca ropa que llevaba puesta salió volando y me lancé sobre ella.
Tras un par de besos, la penetré de una estocada dejándola sin aliento y haciendo que sus jugos rebalsaran de su cavidad provocando acuosos ruidos y llené mis pulmones de su aroma, era un aroma fuerte, con presencia y cuerpo, como el del café recién hecho pero claro... con aroma a hormonas y pasión desmesurada, enterró sus uñas en mi espalda y yo no dudé en comenzar a ensartarla una y otra vez sobre el sillón, mientras ella acompañaba el ritmo con sus piernas en mis caderas y sus jadeos en mi oído.
Hanne: ¡Soy suya señor! ¡Soy toda suya! ¡Por fin, por fin, que placer! ¡Qué caliente que se siente su verga y qué grande!, me está partiendo en cuatro pero siga, si por lo que más quiera, no se detenga. ¡Rájeme!
Así seguí, ella se abandonaba a múltiples orgasmos, los cuales hacían que su conchita masajeara mi verga de una manera increíble, a cada minuto que pasaba, mas placer me inundaba y ella más y más gozaba. Si bien, el tener sus uñas en mi espalda era un aliciente, más aliciente era el poder dejar algo de mí en ella, el poder embarazarla. Bombeando y disfrutando de su cuerpo, haciéndola mía, comencé a llenarla de mi semilla mientras ella me aprisionaba con sus piernas y brazos.
En un último escupitajo de semen en su interior, logré zafar, poner una mano en su vientre y otra presionando su cuello, mientras gruñí el cántico que la haría acarrear mi zarniat, ella explotó en un orgasmo y se contrajo completamente, mientras que las otras dos tuvieron un orgasmo de rebote por la fuerza del hechizo y yo en una llenada de pulmón disfruté de sus energías. Luego la dejé sobre el sillón y busqué una botella de algún licor espirituoso en la despensa del bar que tenían montado en el living.
Me topé con una de cogñac de renombre internacional y de una edición limitada, serví una copa abundante, la calenté en mi mano a la temperatura idónea, con fuego de unos cerillos de roble que había junto a un montón de porros, encendí la superficie del cogñac y lo disfruté mientras veía a estas mujeres otrora sólo simples delincuentes, comenzar a volver en sí, sabiendo que serían más de lo que nunca habían pensado ser y que su vida, estaba a punto de cambiar, para servirme totalmente a mi...
Continuara...
Mis gratitudes a GUILLEOS