Poniendo atención

El estímulo auditivo...

Sería mentir si realmente confesara alguna edad  específica, porque todo comenzó cuando era pequeña, ni tanto pero tampoco tan mayor. Simplemente supe desde la primera vez que me gustó y por seguro que me gustaría para siempre. De cierta manera, de alguna forma ¿A quién no?

Despertar para ir al baño como cualquier persona, como cualquier niña en medio de la noche, en un dia cualquiera de la semana, pero no puedes ir, ¿ por qué?

Algo me dice que ponga atención, pero que no debo hacer comentario alguno acerca de lo que escucho, ¿será que venimos programados para guardar secretos? La cama que está a unos metros de mi suena, ¿por qué suena? No me atrevo a mirar, esa es la verdad y ¿por qué? Por supuesto es porque sé que es la cama de mis padres, y que las voces las reconozco de inmediato, Es mi Padre y mi Madre. Pero realmente no hablan. Así es. Gimen.

De momento solo miro hacia arriba,  quizás esperando que mi hermana menor quien dormía en la cama que estaba sobre la mía  bajara la mano en señal de haber escuchado lo mismo que yo y  poder ver cómo podíamos solucionar esto. Pero no. No estaba esa señal. Estaba en esa situación por mi sola.

Por unos momentos cerré los ojos creyendo que  podría volverme a dormir. Ya era demasiado tarde para volverse a dormir, ya me habia espabilado ¿cómo podría hacerlo? Pero quería ir al baño, de verdad quería ir.  Solo me queda escuchar Afinas totalmente tu oído y aunque ellos trataran de hablar y gemir lo mas bajo posible, cada palabra cada gemido era totalmente absorbido por mi, el ruido de la cama moviéndose  casi que en sintonía con los gemidos de mi madre y de mi padre. Era casi de no creer. Traté de voltearme cuidadosamente para poder darle una imagen a lo que estaba escuchando. No lo niego, con un poco de miedo me giré. Pensé que me descubrirían y ¿cómo encararía yo la situación de estar "espiando? A pesar de que yo sabía que no era mi culpa, igual sentía que el dedo del juicio caería sobre mi curiosidad. Curiosidad que se despertaba a cada segundo. Entonces me giro sobre mi lado izquierdo  y no distingo mucho, la visibilidad no era la mejor ya que el mueble donde estaba la televisión acotaba bastante el rango de mi visión. Pero el sonido no se hacía menor. Creo que las ganas de querer saber, de querer mirar afinaban mi oído aún más.

¿Te gusta? y la cama sonaba...

Sí, respondía entre unos sonidos extraños (sonidos que yo hasta ese momento jamás había oído antes)

Un beso...

¿Te la meto más?

Sí, respondía mi madre y luego un gemido más agudo. Mi padre lo hacía aún más fuerte. Y ahí era que mi madre lo hacía callar con un "Shh"

Luego me puse más audaz y levanté mi cabeza y solo pude observar un gran bulto de sábanas y frazadas como una gran roca. Trataba de darle forma, tratando de descifrar cómo es que era la cosa bajo el edredón. Sólo veía que la cama se movía hacia adelante y hacia atrás. Solo me quedaba entre esas formas que se movían  y que hablaban y gemían descubrir quien era quién. Luego de unos momentos de claridad  supe que era mi padre sobre mi madre ¿pero cómo? El bulto era demasiado grande. Mi padre Si es corpulento, pero esa masa gigantesca lo era muchísimo más que mi padre. La escena aún no podía ser imaginada por mi, claro.  Aún no conocía ninguna posición sexual. Ni siquiera el misionero.  Pero los gemidos de ambos fueron la fiesta. Creo que no me interesaba mucho descubrir lo que había bajo las frazadas, ya que sus "ruidos" eran muchísimo más cautivadores.  Entre que trataba de imaginar lo que mi padre le hacía a mi madre entendía que él estaba metiendo su pene en ella.  Y el como él la alentaba a sentirlo más adentro y como ella desesperadamente pedía que sí.  Automáticamente mi vagina empezó a sentirse deseosa. Sentía que palpitaba, y se ponía caliente, mojada. Mi cerebro no cuestionó lo que mis manos hacían. Bajé por mi vientre, metí la mano por mi calzón y ahí estaba en menos de un minuto rozando mi clítoris. Pero qué sensación. Era una cosquilla deliciosa... Mientras más lo frotaba,  más lo disfrutaba. Mi cuerpo temblaba  sentía que estaba duro.  Y si bajaba mi dedo a mi vulva se mojaba y lo devolvía a mi clítoris, Este mojado se sentía mucho mejor que el primer roce. Pero mi vulva realmente no  la lubricaba lo suficiente, asi que sacaba saliva de mi boca y mojaba mi dedo  con mucha saliva y eso era mucho mejor se deslizaba mi dedo por mi clítoris duro.

El temblor de mi cuerpo era maravilloso. El placer que me inundaba, ese que era desconocido por mi. Los gemidos de mis padres me alentaban a tocarme más rápido, si lo hacía más rápido aumentaba la sensación de delicia. Cada vez que él preguntaba si a ella le gustaba tenerlo adentro  y sus gemidos  hacian que mi dedo bailara con la punta de mi clítoris. No fue mucho lo que demoré en terminar cuando un calor inundó mis mejillas, todo mi rostro y el temblor  recorrió todo mi cuerpo poniéndolo duro, mis piernas estiradas  y yo temblando cada lugar de mi cuerpo temblaba y se ponía duro mientras yo rozaba por ultimas veces mi vagina. Sentía un poco de miedo porque mi respiración se hacía menos oculta y más agitada, temblé tanto que pensé mi hermana desde arriba despertaría por el movimiento de el camarote Y ahora no sólo sería descubierta espiando, sino que también tocándome.  LA verdad no lo podía evitar. traté de gemir lo más despacio que pude y terminé. Mi rostro acalo y mi cabezarado, mis dedos un tanto acalambrados... Los retiré con cuidado, ya que mi clítoris estaba muy sensible.  Y cuando los retiré automáticamente los lamí, una, dos, tres. Me encantaba mi sabor. Claro que la entretención a mi lado  no se detuvo.

Y al parecer no terminaría pronto.

Ya no quería tratar de mirar, solo quería que gimieran más alto. Pero cuando se iban a dejar llevar por el momento aparecía el "Shh"  Y eso me cabreaba un poco. Porque quería por supuesto escuchar más. EScuché o traté de escuchar y afinar la audición lo más que pude, pero mi corazón latía durísimo porque me había tocado ahí abajo y el roce de mis muslos juntos pareciera que a propósito  se coludieran con el ambiente de sexo que había allí  y mi cabeza sin miramiento mandó a mis manos otra vez a mi vagina. Separé despacio mis piernas y encontré mi clítoros  nuevamente y aún estaba sensible. Pero yo tenía demasiadas ganas de tocarlo. Y simplemente lo hice, volví a rozarlo  acariciarlo con mi dedo índice. separaba los labios con mis otros dedos y lo sentía en majestuosidad  a mi disposición nuevamente. Este palpitaba yo lo acariciaba, sentía su punta y su cuerpo, cuando se secaba volvía y lo  mojaba con mi saliva. Tal era la sensación que lo mojé demasiado y hasta mis sábanas se mojaban por mis dedos mojados con saliva.  Volví a tocarlo a recorrerlo, sentir la carne caliente, tenía mis ojos cerrados concentrada en escuchar como las nalgas de mi madre sonaban contra el cuerpo de mi padre que la embestía y mis ganas de tocarme crecían y crecían Cuando de pronto perdí el sonido ambiente  y  estaba ensordecida y embargada de mi propio placer recordé que no estaba sola, y habíamos tres allí.  Me apuré para que llegara ese calor nuevamente a mis mejillas, y mmi cuerpo se tensara por completo en un temblor delicioso. Pedía no se levanten, déjenme sentir esto delicioso que me está pasando.  Y cuando comencé a hacerlo más rápido y aún más mi cuerpo  se  llenó de este temblorcito delicioso, de esa tensión. Mi cuerpo se liberó  y mis músculos se relajaron y supe que esa sensación era lo mejor que me había pasado en la vida hasta ahí. Cuando por supuesto terminé antes que mis padres y pude saborearme otra vez, mi cuerpo se relajó tanto que quise volver a dormir, eso si funcionaba para dormir. Pero ahora había otro problema. Mis ganas de ir al baño fueron  terriblemente intensas.  Mi vejiga ya no podía más. Iba a explotar y los amantes a mi lado  aún no estan listos. Afortunadamente antes de que pudiese planear algo para levantarme ellos terminaron su trabajo y esperé lo suficiente para que estuvieran de forma decente  y de regreso del baño  para ir yo. Y luego ellos complicados, me preguntan ¿Por qué estaba despierta hasta tan tarde? Y pues no podía decirles todo lo que había escuchado, mucho menos lo que había hecho.  Solo dije parte de la verdad.  Tenía muchas ganas de orinar.