Polvo salvaje en la autopista (parte 2 de 2)

Tras el inicio del cerdeo con mi mujer, es momento de pasar a palabras y hechos mayores....

Se recomienda leer antes la primera parte del relato https://todorelatos.com/relato/166250/

Era un tráiler, que en la oscuridad de la noche parecía aún más imponente. Con una idea que de golpe vino a mi cabeza giré la vista fugazmente para comprobar que mi mujer seguía masturbándose con los ojos cerrados y le dije

-          Muy bien putita, vamos a jugar… quiero que mantengas los ojos cerrados y hagas todo lo que te diga,  ¿entendido?

-          Mmmmm…. vale…. gimió Carmen ya fuera de todo lo que no fuera el placer que estaba experimentando

Lentamente coloqué mi monovolumen a la altura de la cabina del tráiler por el carril de adelantamiento – por suerte no había tráfico a esas horas - y mientras esperaba a que el camionero se percatase de la situación le ordené a mi mujer

-          Ábrete el coño con las dos manos, quiero ver lo mojado que está

Ella obedeció automáticamente mientras yo me agachaba un poco para poder observar de reojo la cabina del camión. Al cabo de unos instantes el camionero  - un hombre de pelo blanco, en apariencia bajo y barrigudo, en la cincuentena larga-giró la vista hacia mi coche – supongo que en principio preguntándose por qué no acababa de adelantarlo- y su cara al ver a mi esposa abierta de piernas y coño y con las tetas al aire fue digna de fotografiarse… casi da un volantazo de la sorpresa, pero se rehízo a tiempo – al fin y al cabo no dejaba de ser un profesional del volante- y asintió boquiabierto a mi gesto con el dedo índice en mis labios demandándole silencio…. Ajustando mi velocidad a la suya, y sin perder en ningún momento la vista del retrovisor por si venían coches tras nosotros – tampoco era cuestión de provocar un accidente de tráfico- le ordené a mi mujer

-          Ahora agárrate las tetas con ambas manos y chúpate los pezones alternativamente. Imagínate mi polla toda dura y lo bien que te va a rellenar luego todo el coño, perra

Carmen procedió a hacerlo de forma inmediata, demostrando que estaba salida perdida, más allá de cualquier límite razonable – de hecho ella nunca se había chupado los pezones con anterioridad, aunque sí le gusta que se lo haga yo-. El camionero,  mientras sonreía lascivamente- su cara había mutado rápidamente desde la sorpresa e incredulidad iniciales- hizo un gesto aprobatorio con el pulgar de su mano antes de bajar ésta, supongo que  hacia su bragueta. Mientras, la cachonda de mi mujer no dejaba de succionar ruidosamente sus pezones, cada vez más brillantes y enhiestos, y gimió en voz queda cuando la exhorté

-          Muy bien perra, así me gustan las mujeres, guarras y desinhibidas… ahora mastúrbame con la zurda y sóbate lentamente el coño con la diestra, pero sin meterte los dedos ni rozar el clítoris, y dime cómo lo sientes

Ella obedeció rauda como un cohete y mientras comenzaba a pajearme aceleradamente dijo con voz ronca

-          Cariño, tu mujercita está caliente como una estufa, encharcada como una quinceañera y con muchas ganas de correrse…. Bufff

Yo, viéndola caliente como hacía años que no la veía, le repliqué

-          Sí, ya te veo, ofrecida como una cualquiera, toda cerda y excitada… me parece que antes de llegar a casa voy a tener que parar en cualquier área de descanso y follarte como a la perra salida que eres … pero antes quiero  que reclines el asiento del todo, te des la vuelta apoyando el rostro en el reposacabezas y levantando las caderas y el culo mientras te machacas el coño me cuentes cómo te dejarás follar cuando lleguemos allí…. y sigues teniendo prohibido ni abrir los ojos ni meterte los dedos

Carmen, perdido cualquier atisbo de decencia y voluntad, se desabrochó el cinturón de seguridad y se giró trabajosamente hasta colocarse tal y como le había ordenado. En esa postura las mejores vistas eran para el camionero, que sin duda debía estar alucinando con su suerte. La posición era incómoda sin duda, pero en aquel momento a mi mujer no parecía importarle nada que no fuera calmar la calentura de su coño, y mientras se metía la mano entre sus muslos me empezó a relatar

-          Tu putita está chorreando y quiere correrse, así es que en cuanto lleguemos se va a recostar en los asientos traseros, va a abrirse de piernas y pedirte que le comas el coño antes de follártela…. Mmmmmm

Mientras hacía esto por el retrovisor vi las luces de un coche que venía tras de mí a gran velocidad, así es que adelanté al camión para dejarle el carril izquierdo libre – por un momento me sonreí imaginando la cara de decepción del chófer- y en cuanto el otro vehículo nos hubo adelantado volví a situarme en el carril izquierdo en paralelo a la cabina del tráiler. Mientras lo hacía, y para distraer a mi mujer a la voz de que no perdiera la calentura le pregunté

-          Pero en las áreas de descanso a veces van las parejas de novios que no tienen casa para follar en sus coches…. ¿no te importará, putita?

-          Nooooo, gruñó ella, ahogando un gemido mientras restregaba sus pezones contra la tapicería y seguía tocándose el coño cada vez más rápido

-          Seguro que hasta no te molestaría hacerlo así, follando entre desconocidos, como una  cualquiera que participara en una orgía, eh putita?

-          Sí, como tu putita, contestó ella con la cara volcada hacia mí, el pelo tapando parcialmente su rostro, roja como la grana y a punto de correrse

-          Y si en vez de parejitas que van a lo suyo nos encontramos pajilleros solitarios de esos que van a espiarlas, ¿a mi dulce y amada esposa acaso le importará exhibirse, que la miren mientras me la follo como a una perra? Inquirí

-          No, joderrrrrr…. Me importa un bledo que miren mientras me follas y me haces correr

-          Muy bien, pues gira la cabeza hacia la izquierda y abre los ojos….

Mi esposa obedeció, y el susto al contemplar al camionero observándola fue monumental: su instinto fue detener la masturbación y taparse, pero apenas iniciado el movimiento yo aceleré para dejar atrás al camión – el chófer, aunque supongo que desilusionado, hizo sonar su bocina en mitad de la noche a modo de despedida cuando vio que nos alejábamos de él- y palmeando en las nalgas a mi mujer le dije

-          Esta noche le vas a sacar el semen a ese además de a mí, seguro que el pobre se va a matar a pajas pensando en ti… ahora, mientras llegamos al área de descanso, quiero que vuelvas a colocar en su posición el asiento del copiloto, pases para el asiento posterior como si fueses en un taxi y mirándome a través del retrovisor te toques el clítoris, pero lentamente, que tienes prohibido correrte sin mi permiso, entendido cerda?

Tras un instante de vacilación – que temí echara a perder todo la hecho hasta ese momento- y darme un beso tan fugaz como apasionado Carmen procedió a obedecerme – el alcohol y la cachondez derivada de la situación de exhibicionismo y sumisión light la tenían dócil como nunca- , quitándose la camisola por la cabeza y quedando completamente desnuda … mientras la veía morderse el labio totalmente excitada  y trabajarse el coño un recuerdo vino a mi mente y abriendo la guantera extraje de ella un puro metido en su vaina metálica, recuerdo de una boda a la que habíamos asistido tiempo atrás… pasándole el cilindro le dije

-          Chúpalo como si fuese una polla y cuando lo hayas ensalivado bien métetelo en el culo hasta el fondo…

La zorra de mi mujer no se hizo de rogar, y tras una exhibición de sus habilidades de felatriz – aunque el sexo oral no es algo que suela prodigar mucho, por otra parte- levantó sus caderas, colocó el puro encajado en la ranura que divide los asientos en dos y levantando las caderas procedió a introducírselo lentamente en su ojete hasta el fondo mientras se palmoteaba el coño y bufaba de gusto

-          Sííííí…. me gusta cariño, ¿y a ti? ¿te gusta tu putita?

Y apoyando los tobillos sobre los asientos delanteros, para así mostrarse mejor para mí, me enseño una vista súper morbosa de su culo relleno y su coño rosado y brillante de flujos mientras se tironeaba de los pezones y gemía

-          Date prisa mi amor, que tu mujercita está caliente como una perra en celo y necesita que te la folles….

Yo a duras penas podía contener la excitación. Mi polla parecía tener vida propia, segregaba precum y estaba como loco por follarme a la “desconocida” del asiento trasero… por suerte al cabo de unos instantes alcanzamos el área de descanso de la autopista, que sólo utilizan algunos camioneros para hacer las paradas de descanso obligatorio y algún turista durante el día, y parejas que van a darse el lote en sus coches durante la noche… había un par de coches aparcados a la sombra de unos árboles, lejos de la zona de merendero, que estaba en cambio débilmente iluminada por una solitaria farola. Aparqué rápidamente tras los otros vehículos, pero dejando la mayor distancia posible a estos, y desesperado como estaba me pasé al asiento trasero para comerle la boca a mi mujer a la vez que mis manos tomaban posesión de su coño y le susurraba al oído

-          Menuda zorra estás hecha hoy… me parece que voy a tener que follarte bien duro para quitarte esta calentura, cerda

Carmen no pudo contenerse más y se corrió salvajemente, bufando  y  temblando mientras me arañaba la espalda y  me mordía el cuello…. Echando los asientos delanteros hacia atrás para ganar espacio procedí a desvestirme apresuradamente, y mientras la contemplaba toda desnuda y espatarrada en el asiento posterior, brillante de sudor y líquidos vaginales, los ojos medio en blanco y la respiración agitada, como buscando aire, le dije

-          Puta, te has corrido sin mi permiso, y ese no era el trato. Además has encharcado toda la tapicería con tus flujos,  así es que tendré que aplicarte un castigo.  A cuatro patas, YA, le ordené

Moviéndose con lentitud, como si estuviese anquilosada, mi mujer se volvió, con sus tetazas colgando y  ofreciéndome sus dos agujeros a mi elección. Yo, que estaba en extremo cachondo y que no quería desperdiciar la oportunidad de sodomizarla – algo que apenas me ha dejado hacer un par de veces, pues dice que es propio de putas y que además le duele- procedía a colocarme en cuclillas tras ella y meter mi polla en su encharcado coño de una lenta pero decidida embolada, mientras con una mano me agarraba al reposacabezas para tener estabilidad y con la otra volvía a meterle el puro – que se escurría- de nuevo hasta el fondo de su culo. Carmen gruñó como una cerda en el matadero al notar sus dos orificios atacados simultáneamente, y yo, llevando mi lujuria al límite, le solté una fuerte nalgada – mi mano quedó marcada con una estela rojiza en la blancura de su glúteo, que a su vez se remarcaba con la marca de sol del bikini- a la vez que le replicaba

-          No grites, que vas a llamar la atención de los coches vecinos…. ¿o acaso quieres que los yogurines vengan a ver cómo se follan a la madurita? Aunque me da a mí que ahora mismo estás tan salida que no te importaría

Tras unos instantes de rápidas y profundas embestidas  mi esposa se corrió de nuevo, ahogando los gritos de su orgasmo en la tapicería del asiento, que mordió y babó a conciencia… Me quedé quieto en su interior, pues aún no quería correrme,  notándola retumbar todo el coño en torno a mi polla, y cuando al cabo de un rato noté que se relajaba la ayudé a girarse tumbada boca arriba a lo largo del asiento trasero, y colocando sus piernas sobre mis hombros procedía a quitarle el puro de su culo y sustituirlo por la punta de mi polla. Mi esposa, agotada y excitada, se dejó hacer, mirándome fijamente con ojos de zorra tan dispuesta como asustada, pero musitando

-          Cariño, con cuidado, por favor….

Yo, agarrándola por las tetas, procedí a encularla lentamente, primero el glande, luego hasta la mitad, y finalmente - tras un pequeño lapsus para que se relajara y su esfínter se hiciese al tamaño de mi polla- hasta los huevos, mientras le decía

-          No te preocupes, que estás más que dilatada y cachonda hoy, y mi polla tiene lubricante vaginal de sobra. Ahora frótate el coño y disfruta de que te monten como a una perra, en un sitio público y a pelo… porque te gusta, ¿verdad puta?

-          Síííííí…. Joder, que bueno, bufffff….

Verla así, enculada, dispuesta a todo, cachonda perdida, el morbo de la situación…. Estaba salido como nunca con mi mujer, y echando el resto le agarré por el cuello – la sensación de ahogo es un poderoso estimulante para el orgasmo, aunque con ella nunca lo había practicado antes- y mientras abría la boca boqueando en busca de aire  le ordené

-          Métete tres dedos en el coño, machácate el clítoris y córrete, guarra

Carmen no aguanto mucho más: el alcohol, la líbido, lo salvaje del momento... estaba excitada como nunca antes la había visto y fue no más soltarle la garganta que gritando salvajemente y convulsionando se corrió mientras farfullaba a duras penas

-          Aggggghhhhhhh……diosssss…..   sííííí…. llena….. de lecha….. a tu…. putita….. vamos…. cabrón, me muero…. de… gusto…. bufffffffff

Y dejándome la polla y los depilados huevos encharcados de flujos vaginales se fue calmando poco a poco hasta recuperar la respiración primero y quedar completamente quieta, medio dormida, después. Viéndola así yo saqué la polla de su coño, me incliné sobre ella y procedí a agarrarla del pelo y a machacármela sobre su rostro mientras le decía

-          Así me gusta mi mujer, cuanto más puta y desihibida mejor. Y ahora aquí tienes tu premio

Y gruñendo furiosamente procedí a correrme sobre su cara, cosa que nunca antes me había dejado hacer. Tras descansar malamente un rato tirado sobre el suelo del habitáculo me vestí, la ayudé a ella a hacer lo mismo – el agotamiento y el alcohol habían tomado el control de su cuerpo tras la lujuria y estaba como zombi, no tardando ni un minuto en quedar dormida luego de que arranqué el coche- y nos fuimos para casa. La ayudé a subir a casa, la duché y la metí en cama. Le di un beso de buenas noches y me acosté también cansado por el largo día, con una sonrisa en la cara y dos preocupaciones en la mente… ¿cómo reaccionaría mi mujer a la mañana siguiente? ¿y cómo hacer para explicarle al del concesionario las manchas de la tapicería?

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Daniel    golfitoycachondo@gmail.com