Polvo rápido entre clases

Tienes dos horas libres en medio de un día de universidad, tú te creas unos planes, pero hay alguien que tiene otros planes distintos

POLVO RÁPIDO ENTRE CLASES

Me llamo Estefanía pero todo el mundo me llama Estef, tengo los ojos verdes y el pelo moreno y cortado a la altura de los hombros, mido 1,70 metros y peso unos 65 kilos,  y os voy a contar lo que me ha sucedido esta mañana, cuyo recuerdo aún hace que me tiemblen las piernas…

El otro protagonista de la historia se llama Pedro, tiene los ojos azules, es moreno, mide 1.80 y pesará unos 70 kilos. Los dos estudiamos un grado de ingeniería informática en la universidad.

Esto que os voy a contar ha pasado esta mañana, cuando hemos llegado a primera hora nos han comentado que el profesor que nos tenía que dar la tercera y cuarta hora no iba a venir, mi mente ha volado para ver que hacer durante esos ciento veinte minutos, la idea de ir a algún parque para sentir el calor del Sol en el rostro, ha aparecido rápidamente en mi mente y con esa perspectiva he intentado sobrellevar las dos horas que quedaban para que se cumplieran mis planes.

Después de las clases y antes de irme a algún parque he pasado por los baños para lavarme la cara y así despejarme un poco, pero antes de salir del baño la puerta se ha abierto y ha aparecido Pedro.

P: ¿Qué haces aquí sola?

E: Joder Pedro ¿cómo se te ocurre entrar en el baño de mujeres? Como te pillen aquí dentro se nos puede caer el pelo.

P: Tranquila ya no queda nadie por los pasillos he estado esperando hasta que desapareciesen todos.

E: ¿Y qué haces aquí? ¿Para qué has entrado?

P: Veo como me miras con disimulo cuando crees que nadie te ve, y al ver que estabas sola en el cuarto de baño he aprovechado la ocasión y he entrado para que me veas sin que tengas que disimular.

E: Vamos que has entrado aquí con la esperanza de ver si puedes follar conmigo en los ba…

No me dio tiempo a acabar la frase, ya que sus labios se pegaron a los míos y no me dejó continuar. Tengo que reconocer que al principio puse un poco resistencia pero la verdad es que Pedro desde que lo vi al principio de curso me ponía bastante y le tenía ganas.

E: Estas loco. –Le dije apartándolo de mí– ¿Quieres que nos expulsen a ambos?

P: Sé que lo estás desando. Al principio has puesto un poco de resistencia pero después has colaborado tú también en el beso. Entremos en uno de los recintos de los baños.

E: No, es demasiad…

Pedro me volvió a besar volviéndome a impedir terminar la frase, esta vez mi cuerpo no hizo ni mención de negarse a recibir su beso. Poco a poco me fue llevando a uno de los recintos que tenían puertas.

Una vez dentro, cerró la puerta con cerrojo para que nadie nos interrumpiese y me hizo sentarme en el inodoro del que previamente habíamos bajado el asiento. Se desabrochó los pantalones y se los bajo a la vez que los calzoncillos, enseñándome un pene de unos veinte centímetros, el cual poco a poco me fui metiendo en la boca. Cuando mi boca se acostumbró al tamaño del pene empecé los movimientos de mamarle la polla más rápidos, Pedro me puso sus manos en la cabeza para acompañarla y de vez en cuando hacia fuerza para que no me retirase y me quedase  toda su polla dentro de mi boca con la nariz pegando en su vientre. Cuando se cansó de que se la mamase se apartó un poco, me subió la falda hasta la cintura y me hizo sentarme en la cisterna del inodoro, coloque las piernas y las manos en los laterales del cubículo para no caerme. Mientras tenía las piernas abiertas para no caerme mi coño estaba expuesto para lo que quisiera hacer Pedro con él. Sin esperar mucho Pedro se agachó para llegar con su boca a él y empezó a lamerlo, pasando su lengua por todo su contorno, tanto de arriba abajo como de un lado a otro. Viendo mis movimientos y con la seguridad que estaba a punto de correrme, Pedro, puso sus manos en mis hombros y apretó su boca más a mi coño, en ese momento sufrí mi primer orgasmo y gracias a la previsión de Pedro no me caí ya que tanto mis manos como mis piernas perdieron la fuerza, y si no me caí fue gracias a la fuerza que aplicaba Pedro para sujetarme a la pared.

Cuando me recuperé un poco, se sentó en la taza y me hizo sentarme, metiendo su polla en mi coño, que con lo húmedo que lo tenía no costó ningún esfuerzo hacerlo. Después de un rato en esa posición cabalgándolo decidí cambiarme y en vez de mirar hacía la puerta me puse de cara a él, para así tener a mi disposición su boca para besársela y él a su vez tenía a su disposición mis tetas para que jugase con ellas.

Y no desaprovechó la oportunidad mientras nos comíamos la boca con ansiedad, Pedro me empezó a subir el suéter para dejar al aire mis tetas, me sacó las tetas del sujetador y una vez libres de su “prisión” empezó a jugar con ellas, acariciándolas, apretándolas, me dejaba de besar y acercaba su boca a mis tetas e intentaba meterse una entera en su boca, para después ir sacándosela poco a poco y cuando solo quedaba en su boca el pezón mordérmelo haciéndome un poco de daño al morderlo y a la vez tirar de él, estirándome a la vez la teta. Así de forma continua.

En esa posición sufrí mi segundo orgasmo el cual quedo amortiguado porque en esos momentos nos estábamos besando y mi gemido fue a parar a su boca.

Después de este segundo orgasmo mío, nos levantamos del asiento y me puso cara a la pared, doblándome la espalda para poder metérmela con más comodidad. Mientras me estaba bombeando en esa posición, oímos como la puerta de los baños se abrían y entraban algunas compañeras de la universidad, aunque no conocí a ninguna por la voz, para que no saliese ningún sonido de mi boca me la tape con una mano, Pedro, al ver ese gesto sacó su polla de mi coño y apuntó con ella en el agujero que aún no había probado, mi culo, me volví para decirle que no me la metiese por ahí, pero no había girado por completo la cabeza cuando sentí la invasión de su polla en mi culo, rápidamente use la otra mano para taparme con más fuerza la boca.

Poco a poco consiguió metérmela por completo en el culo a la vez que yo conseguí que por mi boca no saliese ningún grito, después de unos minutos empezó a moverse suavemente mientras, con una mano me empezó a acariciar mi clítoris y de vez en cuando me metía un dedo en el coño, con la otra mano me masajeaba las tetas y estiraba de mis excitados y duros pezones.

Cuando dejé de escuchar ruidos en el exterior del baño me aparte las manos de la boca y se empezaron a escuchar mis primeros jadeos esos que me había encargado de sofocar por miedo a que nos descubriesen.

Al tener ambas manos libres con una de ellas me sujeté a la pared para darnos más estabilidad, la otra mano la coloqué en la teta que tenía libre e imitaba los movimientos que hacía Pedro.

E: Estoy a punto de volver a correrme por tercera vez. ¿Puedes acelerar un poco los movimientos, por favor?

Al oírme decirle eso Pedro imprimió un poco más de velocidad a la enculada que me estaba dando, también sus manos hicieron otras cosas. La mano del coño que antes a parte de acariciarme metía un dedo de vez en cuando dentro ahora había metido dos dedos y no los sacaba, estaba recibiendo una doble penetración de forma compenetrada con una polla y con dedos, Con la mano que se ocupaba de mi teta seguía haciendo lo mismo pero esta vez con más violencia y saña, cosa que yo repetí en mi otra teta con la misma saña y violencia con la que me trataba.

No llevaba un minuto recibiendo ese tratamiento cuando empecé a sentir el orgasmo que me iba a llegar, notaba que iba a ser más fuerte que cualquiera de los dos anteriores, así que solté mi teta y puse ambas manos en mi boca. No había hecho más que apoyarlas en la boca cuando me llegó el orgasmo, fue bestial, me quedé sin fuerzas, las piernas se me quedaron semiflexionadas incapaces de sujetar mi peso, tuve que apoyar la cabeza en la taza del váter. Lo que impedía que acabase en el suelo era la polla de Pedro metida en mi culo y sus dedos en mi coño.

Pedro hasta que no me recuperé no se volvió a mover, por como sentía su polla en mi culo sabía que él también estaba a punto de correrse, cuando puse mis piernas otra vez en posición para sujetar mi peso, Pedro empezó otra vez con su fuerte ritmo de la enculada y al cabo de unos segundos cuando notó que estaba a punto de correrse se salió de mi coño, me giró se quitó rápidamente el condón y me metió su polla en la boca, siguió con el brutal movimiento de mete-saca, follándome la boca y cuando no aguantó más me metió su polla hasta el fondo impidiéndome apartar la cabeza, eyaculando todo el semen que contenía sus huevos en mi garganta directamente. La fue retirando poco a poco del interior de mi boca, para así poder ir limpiándosela poco a poco, cuando consideró que estaba lo suficiente limpia me la sacó completamente y empezó a vestirse. Al terminar de vestirse y salir del recinto donde estábamos me dio un suave beso en los labios.

Se fue a la salida ya vestido de forma presentable, al abrir la puerta del cuarto de baño para salir se volvió.

P: Tenemos que repetirlo algún otro día pero en un lugar más tranquilo y con más calma.

Me quedé allí, sola, en el cuarto de baño de mujeres de la universidad, pensando en las dos últimas horas pasadas tan increíbles, terminándome de arreglar para llegar a tiempo a la siguiente clase.