Polvazo en el aeropuerto

En el anterior relato ya os hablé de las "excelencias" de las nuevas aplicaciones gays de los móviles. Gracias a ellas, las esperas en los aeropuertos son más entretenidas.

Esta historia me ocurrió hace un par de meses mientras volvía de Copenhague a Barcelona. Tenía que hacer escala en el aeropuerto de Zurich. Había pasado unos días por cuestiones de trabajo en la capital danesa, y la putada es que no supe o no pude aprovechar esos días para tirarme a algún (o algunos) daneses. Estaba que me follaba encima, pero pensé que a la vuelta a casa podría desquitarme llamando a algunos de mis colegas.

Cuando llegué a Zurich eran las 4 de la tarde, y todavía quedaban 4 horas más de espera para que saliera el avión. Me puse a ver tiendas, pero en realidad en lo único en lo que pensaba era en meter en caliente. Así que saqué el móvil y empecé a buscar a tíos cerca. Hay todo tipo de aplicaciones: de tíos, de jovencitos, de osos… Y en esta última tuve suerte. Un osazo de unos 40 años, moreno, con barba y velludo estaba a 200m. Le envié un mensaje en inglés y me contestó. Buena señal. Después de preguntarnos qué buscábamos, quedamos en vernos en la cafetería en la que estaba él.

Menudo tiarrón: 1,98m de alto, grande, con una buena panza y muy guapo. Era alemán, pero hablaba algo de castellano y precisamente también viajaba a Barcelona. Me contó que también estaba caliente, y que necesitaba descargar, así que le propuse ir a los baños y hacernos unas mamadas. El tío aceptó pero me dijo:

  • Es que esta mañana no me ha dado tiempo a ducharme y huelo a macho.

  • Ufffff, eso es lo que más me pone tío…. ¿te huele mucho el rabo?

  • El rabo, los sobacos y todo.

  • ¿A qué estamos esperando tío? Vamos al wc.

Nos subimos a la segunda planta y enseguida vimos que había un wc de minusválidos, que suelen ser más grandes que los normales y además son más discretos puesto que al estar aislados no tienen las típicas aberturas por abajo, así que estaríamos completamente solos.

El alemán empezó a desabrocharse el pantalón nada más llegar, yo le di la vuelta y empezamos a morrearnos… Menuda lengua tenía, además sabrosa, todavía sabía a vino. Le palpé la barriga y el paquete… buen rabo calzaba el cabrón. Le puse la mano por dentro del calzoncillos. Tenía la polla morcillona y los huevos calientes. Además de una buena mata de vello púbico. Le saqué la mano y me la acerqué a la nariz… ufff, como olía a macho.

Él mientras seguía comiendome la boca y buscando mi ojete por debajo del pantalón. Soy más activo, pero aquel día iba muy muy salido, así que me daba ya igual follar o que me follaran. Le desabroché la camisa y contemplé su pecho velludo y su gran panza. Menudo macho. Le empecé a comer sus grandes pezones. Joder como me ponía, ya estaba completamente empalmado. Aspiré sus axilas, y a falta de poppers es lo que me puso completamente cachondo, así que bajé a su entrepierna, le cogí el pollón (unos 18cm pero gordo) y me lo metí en la boca mientras con las manos jugaba con sus pelotas. El tío empezó a gemir y me cogió la cabeza para que no me separara de su polla. Afortunadamente sé comer pollas sin ahogarme, así que mientras me follaba la boca, yo la dejaba bien lubricada con mi saliva preparandola para mi ojete.

Sin embargo no se aguantó y empezó a correrse. El primer lefazo me vino de sorpresa y se alojó directamente en mi garganta, pero los siguientes pude saborearlos con la lengua. Miré su cara, era de completo placer, aunque me dijo en inglés:

- I'm sorry . No he podia aguantarme.

  • Tranquilo, me ha molado mucho, aunque yo sigo caliente.

  • Eso no es problema, puedes follarme si quieres.

Abrí los ojos como platos. ¡Follarme a aquel tío!

  • Pensaba que eras activo, como buscabas mi ojete.

  • No, era porque quería oler tu culo. Soy más pasivo, aunque de vez en cuando también follo.

Joder, que suerte. Iba a follarme a aquel macho. Nos acabamos de desnudar, el alemán se agachó y empezó a comerme la polla. Su gran boca y su gran lengua acariciaban mi polla y se le veía disfrutar. El wc ya olía a sexo y a su olor, y yo estaba en la gloria. No quería correrme así que le dije que se levantara y se pusiera de espaldas a mi que se la iba a meter. Empecé a registrar en mis pantalones buscando un condón, pero me los había dejado en la bolsa de aseo que estaba en la maleta facturada. Le pregunté si tenía y él me dijo que si no me importaba metérsela a pelo, que quería probar como entraba mi gran capullo en su culo.

Ufff, estaba soñando? Aquel macho quería mi polla realmente. Le olí de nuevo los sobacos, le di un lametón también, escupí en mi polla mientras él se lubricaba su ojete con su saliva y se la clavé poco a poco hasta estar completamente dentro de él. Su ojete estaba muy caliente, y dejó pasar mi polla como mantequilla. Noté que atravesé dos anillos anales, mientras él giraba la cara para besarme y yo le cogía de las tetas. La putada de follar así es que enseguida te vienen ganas de correrte, y yo tenía muchas ganas de disfrutar de aquel culo, así que me salí.

Puso cara de sorpresa, pero le dije… todavía no quiero acabar. Entonces me sentó en el wc, se arrodilló ante mi y empezó de nuevo a mamarme la polla recién salida de su culo. Ni siquiera vimos si estaba manchada o no, pero el tío estaba completamente caliente y había vuelto a empalmarse.

  • ¿Quieres follarme tú ahora?

  • ¿Te dejarías?

  • Probemos, ¿no?

  • Date la vuelta y ponte contra la pared.

Me puse en posición "detenido", se escupió en la polla y en sus dedos y empezó a meterme uno. Sus dedos eran grandes (como todo él) . Lo sacó, volvió a escupir y a meterme el dedo haciendo círculos. Yo mientras me masturbaba e intentaba oler el olor de mis sobacos (a falta de poppers, necesitaba algo para dilatar). Noté un segundo dedo intentando entrar y, aunque me hizo algo de daño, entró sin problemas.

- C'mon, fuck me… I want your cock inside.

Se volvió a escupir en la mano, la restregó en su polla y me la metió de un golpe. Pegué un grito que se tuvo que oir en toda la terminal, pero enseguida cogió mi cara, me dio la vuelta y puso su sobaco en mi nariz. El tío sabía lo que se hacía. Empezó a follarme poco a poco, yo estaba algo tenso, pero sus caricias, su olor y su polla empezaron a ponerme más y más cachondo. Me cogió de los hombros y empezó a follarme más fuerte. El sonido de su cuerpo chocando contra mi culo, el calor y el sudor que hacía en aquel wc… estuve a punto de desmayarme de placer, cuando me dijo:

- I'm cumming. Me corro tío.

  • Hazlo dentro cabrón.

Y se corrió. Esta vez no hubo tantos lefazos, pero aún así noté como su polla se hinchaba en mi interior para descargar.

Se salió de mi con la polla flácida y chorreante, y yo seguía sin correrme, así que le di media vuelta y se la clavé sin contemplaciones. Le pilló de sorpresa porque no estaba preparado, y después de dos corridas, su ojete se había cerrado, pero a mi me daba igual, no iba a volver a casa sin echar mi leche. El alemán disfrutaba mientras le metía los pollazos y le pellizcaba los pezones. Yo ya estaba a punto de correrme y le pregunté donde quería mi leche. Me dijo que también dentro, que quería notar como le llenaba.

Mi polla empezó a sacar la lefa de cuatro días. La corrida fue impresionante, y el alemán sonrió mientras recibía mi semilla. Le saqué la polla e hice que me la limpiara con la lengua. Me la sudaba si estaba sucia o no (a él también). Luego nos besamos y abrazamos. Estabamos completamente empapados de sudor. El ambiente en el wc era sexual al 100%. Le dije que me estaba meando, y me dijo:

  • Yo tengo sed.

  • ¿Aquí? ¿Quieres mi meo? ¿Con qué te vas a limpiar luego?

  • No voy a desperdiciar tus meos. Me los voy a beber.

Se metió el rabo en la boca y empecé a mear. No dejó caer ni una gota. Cuando acabé, se levantó, eructó y me dio un morreo. Ufff, aquel tío era todo un cerdo y yo me lo había follado. Me estaba empezando a empalmar de nuevo, pero vimos la hora en el móvil y apenas quedaba media hora para partir, debíamos ir a la puerta de embarque corriendo. Llevábamos una hora larga follando y nadie había venido a molestarnos.

Nos lavamos un poco, vestimos, salimos y nos dirigimos a la puerta de embarque. Le pregunté su nombre (Daniel) y donde se alojaba. Me dijo que en un hotel de la zona del Born, relativamente cerca de Poble Nou (que es donde vivo). Y me invitó a pasar la noche en su habitación, que tenía ganas de más sexo. Le dije que sí, que antes quería pasar por casa para dejar las maletas.

  • ¿Tienes amigos que puedan venir al hotel esta noche?

  • Claro, ¿qué prefieres? ¿activos o pasivos?

  • Me apetece una doble penetración, así que mejor activos.

Cuando llegamos a Barcelona, compartimos un taxi mientras llamaba a mi colega Carles. Se mostró entusiasmado, pero esa es otra historia...