Polvazo

Así caliento a mi chica cuando nos encontramos lejos y nos conectamos por Internet o por telefono… le recuerdo nuestros polvazos.

Nos encontramos en mi sofá viendo una película. Los dos juntitos. Yo tendido pero medio incorporado y tu sentada entre mis piernas y dejando caer tu espalda en mi pecho. Cuando de un momento a otro siento tu mano en mi muslo y me excito mucho. Notas como mi verga q cae a la altura de tu espalda baja se está hinchando, puedes sentir como el corazón bombea sangre a ella con su ritmo. Es cuando mi mano entra bajo tu remera, única prenda q llevas puesta junto con tus colales y aprieta y masajea una de tus protuberantes tetas a la vez a mi boca y la tuya se funden en un interminable beso q dura minutos y minutos.

Las lenguas se enlazan y el deseo fluye a borbotones. Con una mano juego con tu pecho, mis húmedas yemas de los dedos pellizcan tu pezón y lo rodean presionando ligeramente. El éxtasis te invade. Es cuando mi otra mano se desliza bajo la goma de tus colales y se introduce en tu monte de Venus, alcanzando tus bellos y cerrados labios vaginales, q abro con los dos dedos dejando tu conchita húmeda y rosada abierta para seguir frotando en círculos con mi mano. Todo el flujo se reparte y me llena los dedos. Uno de ellos se introduce hacia adentro y sube hacia arría, mientras el dedo gordo se queda rozando tu clítoris con cada vez mas fuerza. Tu aliento es entrecortado por el placer y tu sudor comienza a bajar por tu espalda empapando tu remera q se pega a mi pecho desnudo. Es cuando la retiro. Te das la vuelta y te sientas frente a mi sobre mi dura verga q empieza a largar liquido solo con el roce de tu húmedas braguitas en mis bóxer. Mi verga y tu conchita se llaman latiendo el uno sobre el otro. Mientras seguimos comiéndonos la boca mis dos manos amasan tus tetas y después recorren tu espalda de arriba abajo, llegando a tu culo y apretándolo contra mí, haciéndote sentir mi verga sobre tu chochito chorreando de flujo.

Es ahora cuando te quito también tus braguitas y dejo tu coñito al aire. Te echo sobre el sofá de espaldas, abro tus piernas y comienzo a recorrer tus muslos con mi boca, mi lengua y mis dientes. Hasta llegar al chochito. Abriendo los labios con mi lengua, comienzo a introducirla y moverla de arriba abajo una y otra vez, cada vez más rápido. Me detengo en el clítoris y lo succiono, dejo mi lengua golpeándolo un rato mientras de nuevo mis dedos se introducen en ti. No puedes más y me pides que te inserte mi dura verga q tienes en la mano. Así lo haré. Tomo tus piernas las abro y las pongo en mis hombros, dejando tu coñito totalmente abierto y esperando a recibir mi verga. Mi verga que se frota por fuera y se resiste a entrar, se llena de tu flujo y tiembla. Es cuando introduzco solo la punta, pero al rozar el clítoris sientes un tremendo placer que recorre tu espalda. Con tus manos aprietas mi culo y haces q la verga entre hasta lo más profundo de tu coño y comience a bombear con todas mis fuerzas dejando salir un gemido continuo pidiéndome piedad.

Tus muslos arden y sudan pegados a mi pecho. El sudor recorre mi espalda y mi culo llegando a mis huevos, donde se mezcla con tu flujo. Suelto tus piernas para poder alcanzar con mi boca tus tetas y mientras no paro de empujar mi verga hacia dentro lamo u chupo tus pezones. Entras en un orgasmo interminable cuando te digo al oído q me voy a correr. Sientes como ayaculo dentro de ti y saco rápidamente mi verga largando leche aún q llega a tus tetas y tu abdomen. Con mi mano mezclo tu sudor, el mío q gotea sobre ti y mi semen por tus tetas y abdomen y hago lo mismo en tu chocho mezclando además tu flujo. Mi verga ya floja es chupada por tu boca y entra entera en ella. Es hora de una ducha

En la ducha desnudos bajo el agua que recorre nuestros cuerpos te enjabono la espalda, el culo, las tetas y las piernas… deteniéndome en tu exquisito chochito, en el que haciendo círculos lo limpio con mis dos manos. Tú haces lo mismo y me enjabonas, sintiendo a la altura de mi verga que de nuevo se va hinchando de sangre y poniendo dura. El agua recorre nuestro cuerpo llevándose la espuma y el jabón.

Salimos mojados y sin secarnos vamos a mi cuarto. Te tiendes boca abajo e mi cama subiendo tu culito y dejándome ver como abres con tus dedos tu conchita de nuevo. Me pongo tras tuya y comienzo a comerme de nuevo esa fruta prohibida que es tu conchita. Mi lengua sube mas arriba pasando por tu culito, la rajita de tu culito y recorriéndote la columna vertebral lentamente, buscando tu cuello…llego a una de tus orejas y la mordisqueo despacito. Paso mi lengua por ella y te digo si me deseas. Cuando vas a contestar que si, sin avisarte empujo del tirón mi polla que se introduce en tu chochito húmedo de una vez hasta dentro. Tus tetas caen en mis manos y cuelgan dando tumbos cuando comienzo de nuevo unas sacudidas que te hacen llevar al cielo. Entras en un éxtasis total de nuevo y el ritmo se hace frenético. Sientes como suena tu culo contra mi cuerpo y como mis huevos quieren entrar también en tu coño. Es cuando saco mi verga y la agarro con la mano. Tu culo sigue moverse y me suplicas q la vuelva a meter. Es cuando aprieto mi verga contra tu culo y poco a poco se va abriendo para mí. La verga abre camino y penetra muy despacio en tu culito. Sientes que la espalda se te parte en dos pero un tremendo placer que te recorre los muslos hasta tus dedos de los pies. Es cuando comienzas a recular para atrás marcando el ritmo q seguir. La verga cada vez se mete mas adentro. Hasta alcanzar un ritmo frenético de nuevo.

Agarro tus caderas y bombeo una y otra vez. Pego palmaditas en tus glúteos para hacerte cerrar el culito y sentir como estrangulas mi verga, que tiene las venas a punto de estallar. Ahora cierras tus piernas y dejas mi verga encerrada. Yo me tiendo sobre todo tu cuerpo. Mi pecho sobre tu espalda, mis manos en tus tetas, mis muslos sobre los tuyos y mis pies rozando los tuyos y es cuando empiezo a dar embestidas frotando todo mi cuerpo sobre el tuyo, siento como mi verga queda atrás y tus glúteos suben empujados por mi pelvis. Siento reventar en éxtasis y entonces me viene una corrida y todo tu culito se ve inundado de mi lechita. Entre tus muslos mi leche recorre tu piel. Extasiados caemos en un sueño sobre la cama húmeda del agua de nuestros cuerpos. Al despertar habrá mas ganas de seguir el combate….? Eso lo decides vos y lo escribes en un próximo relato.