Policias y ladrones 6ª parte (final)
Acerqué mis labios al oído de Louis diciéndole: ¡Tengo ganas de follarte y llenar tu bonito culo con mi semen! Él respondió: ¡Con esa verga gruesa y larga me vas a partir en dos, me dolerá mucho
POLICIAS Y LADRONES 6ª PARTE (FINAL)
Mi hermano Pau y yo nos habíamos escabullido para ir al encuentro de los dos jóvenes gemelos, salimos bastante antes de la hora prevista, caminamos tranquilamente respirando el aire limpio y puro del campo, el olor de los prados y los campos trillados, hablábamos casi en susurros como para evitar que esa tranquilidad se desvaneciera.
Pau volvía a ser el hermano mayor que yo tenía antes de fallecer nuestros padres, era muy cariñoso y yo lo quería mucho, ambos echábamos de menos a nuestros amigos respectivos Rubén y Bruno, nosotros ignorantes de lo que ocurría en la habitación de Paolo y Costa, con cada paso que dábamos nuestras vergas bamboleaban dentro de los pequeños y livianos pantalones de deporte, descubrimos la alberca y al llegar a ella nos sentamos sobres las piedras de pizarra que la bordeaban, metí la mano en el agua y salpiqué a Pau, éste quejándose hizo lo mismo, el agua estaba helada, ya que venía de las montañas.
Y terminamos zambulléndonos, poco después nos tumbamos sobre las piedras calentadas al sol, nuestras cabezas juntas pero los cuerpos en dirección opuesta, los rayos del sol nos iba secando el cuerpo, en silencio nos entró la modorra, mientras escuchábamos los zumbidos de las moscas, algún pájaro, el croar de alguna rana y las hojas de los arboles moviéndose lentamente con la leve brisa. De pronto dos pares de manos nos voltearon haciéndonos caer dentro de la alberca, no los habíamos oído llegar, al sacar la cara del agua los dos gemelos totalmente desnudos de pie sobre las piedras nos miraban riendo, parecían semidioses debido a los reflejos del sol tardío, se tiraron al agua, bracearon un rato uniéndose a nosotros.
Sin esperar más los dos recién llegados se pusieron delante de cada uno de nosotros y su boca buscaba la nuestra, yo descubrí que tenía a Louis delante y apartaba mi cara dificultándole la labor de saborear mis labios, él parecía algo enfadado, entonces mis manos tomaron su cara y con cariño lo besé metiendo mi lengua dentro de su boca sin pedir permiso, su suspiro murió dentro de mi boca y nuestras lenguas se buscaron afanosamente, sus manos me bajaron el pantaloncito deportivo dejándolo sobre la piedra y nuestros cuerpos se apretaron, al lado Pau estaba sobre Jean y sus cuerpos se frotaban con energía, sus manos también se acariciaban.
Acerqué mis labios al oído de Louis diciéndole: ¡Tengo ganas de follarte y llenar tu bonito culo con mi semen! Él respondió: ¡Con esa verga gruesa y larga me vas a partir en dos, me dolerá mucho! Yo mordisqueando su oreja repliqué: ¡Iré con cuidado de no dañarte, te dolerá un poco, muérdeme o aráñame si quieres, pero después ambos gozaremos! ¿Te atreves a soportarlo? Su cabeza hizo un gesto afirmativo y sujetando su cuerpo apoyé su espalda contra la pared de la alberca, mi cuerpo un poco ladeado, una mano por detrás de su culo y la otra entre sus piernas y los dedos de ambas manos masajeaban el pequeño botón de su culo, mientras yo maniobraba mis dedos nuestras bocas su unían de nuevo, primero fue entrando el dedo de una mano abriendo camino y dilatando, poco después otro dedo de la otra mano, él se quejaba suavemente en mi boca, ahora los dos dedos separaban las paredes del ano dejándolo abierto, ahora dos dedos de la primera mano entraban más adentro los movía con suavidad, los saqué y metí de nuevo, fui repitiéndolo varias veces más, al rato dos dedos de la segunda mano también entraron junto a los otros dos, gimió de dolor y lo besé con fuerza.
Mi verga estaba dura y frenética con tanto gemido, me coloqué frente a Louis y tomando sus piernas las puse alrededor de mis caderas cruzando sus pies y mientras sujetaba mi verga mi lengua fue lamiéndole el cuello chupando la yugular donde estaba el famoso lunar distintivo, él gimió y entonces fui empujando mi verga dentro de su ano algo dilatado, sin prisa pero de forma determinante, mi espada iba abriéndose paso a través del culo virgen, él se mordía los labios por lo cual lo besé con fuerza y sus dedos sobre mis hombros se clavaban indicándome el dolor que sufría, sus latidos eran acelerados y a punto de entrar dentro empujé de golpe, quedándome quieto, sus dedos dejaron de apretar mis hombros y saboreando su boca fui retirándome un poco, entrando de nuevo, gimió y yo también, cruzó sus brazos tras mi nuca besándome y fue una buena invitación para comenzar con mis embestidas, aún le dolía pero aguantó y se fue dejando llevar por el deseo fundiéndonos en uno solo, su verga entre ambos cuerpos palpitaba y el sonido del agua lo acentuaba todo ¡Choop, choop, choop! Mientras empujaba mi verga deslicé mi mano sujetando la suya apretándola con suavidad y mientras entraba y salía mi mano iba al mismo ritmo de pronto Louis apretó su ano provocando que yo explotara dentro de su culo llenándolo con mi semen y mi mano se llenaba con el semen de él, que quedó flotando sobre el agua, desapareciendo poco después, mi verga continuaba encajada dentro de su culo.
Louis deslizó sus piernas hacía abajo poniéndose de pie, mi verga salió de su trasero, se puso de espaldas a mí, apoyando sus brazos doblados sobre las piedras y tomando mi verga la llevó de nuevo a su culo, me clavé de nuevo dentro de él, pasé las manos por debajo de sus axilas buscando su cara mientras besaba la nuca y mordisqueaba su cuello, él inclinó su cabeza hacia atrás con mis dedos de una mano dentro de su boca chupándolos, la otra mano descendió acariciando su perfecto cuerpo tomando con amor su flácida verga la fui apretando y abriendo la mano, volvía a apretar y abrir, fue creciendo de nuevo al mismo tiempo que empujaba su trasero apretándolo contra mí, ahora yo gemía cerca de su oído, él giró su cara y buscó mi boca besándonos de nuevo, en ningún momento nos percatamos de nuestros vecinos Pau y Jean.
Continué penetrando a Louis y masturbándolo al mismo tiempo, en esa posición veíamos a nuestros hermanos fuera del agua, Jean tumbado sobre la piedra del borde con las piernas abiertas era penetrado con rotundidad por la verga de mi hermano Pau, que entre las piernas de éste clavándola una y otra vez su poderosa verga mientras se devoraban la boca y la mano de Pau masturbaba la verga del joven gemelo, la visión de ambos nos calentó más y nuestro ritmo fue creciendo mientras los mirábamos y cuando ellos comenzaron a gemir más fuerte, nosotros hicimos lo mismo y ellos explotaron, Pau dentro del culo de Jean y éste sobre su cuerpo en la mano de Pau, nosotros hicimos lo mismo soltando nuestro semen, yo llenando de nuevo ese delicioso culo y Louis soltándolo en el agua mientras nuestras bocas volvían a unirse de nuevo saboreándonos. Nos fuimos separando sacando mi polla de su culo y uno frente al otro nos besamos de nuevo, al poco salimos del agua sentándonos sobre las piedras.
Pau y Jean seguían besándose agotados, al separarse entraron dentro del agua para limpiarse y refrescarse, se unieron a nosotros en las piedras del borde, Louis estaba junto a su gemelo, ambos se miraban con cara de felicidad, sus manos acariciaban la cara y el cuerpo del otro, Jean le susurraba: ¡Me ha hecho una mamada tremenda mientras que sus dedos entraban y salían de mi culo, me daba tanto gusto, que no pude aguantar y me corrí dentro de su boca, después metió su verga dentro de la mía, con la cabeza colgando de las piedras y la notaba casi tocándome la nuez de mi garganta y estalló dentro tragándome su corrida, ya viste como me taladraba con esa enorme bestia! ¡Pero ha sido genial!
Louis le susurró: ¡Marc me abrió el culo con dos dedos de cada mano, como si separara una naranja y luego me penetró, con sumo cuidado, a pesar de abrirme me dolía tanto que incluso le clavé los dedos en su hombro, pero después fueron fuegos artificiales y me sentó sobre su polla con mis piernas a su alrededor y terminamos juntos, mientras te follaba Pau, hice que Marc me volviera a penetrar y volvimos a gozar terminando al mismo tiempo que vosotros! ¡Fue increíble, ahora noto un vacío en mi culo!
En ése momento dije: ¡Si seguís hablando de ello, no podréis pararnos y volveremos a follaros a los dos! Iban a añadir algo, pero miraron el reloj disculpándose, ya que tenían que volver para ayudar con la cena, nos vestimos finalmente y fuimos los cuatro hacía la casa, Pau preguntó: ¿Habéis estado en la casa grande, porque allí hay una gran piscina? Los gemelos negaron con la cabeza diciendo: ¡Hemos estado en alguna ocasión, pero para arreglar algo o ayudar en la limpieza! Yo añadí: ¡Podríamos pasar un rato agradable después de cenar! Y antes de separarnos Louis dijo: ¡Nos veremos mañana, tenemos que madrugar!
Esa noche en las tres habitaciones hubo sexo de nuevo, esta vez sin ruido de muelles, solamente gemidos y jadeos, después silencio.
Como siempre salimos temprano a correr y después un desayuno completo y descansar en la piscina, ése día Paolo no vino con nosotros apareció mientras desayunábamos junto a Costa se les veía felices.
Nos dimos un chapuzón en la piscina, charlábamos y bromeábamos todos, sólo faltaba Jaime- el abuelo- que hablaba por el móvil, fuimos saliendo del agua mientras Jaime se iba acercando a las tumbonas, entonces Paolo salió del agua, su cuerpo perfecto y a contra la luz solar era lo más parecido a un dios Apolo, hizo un ademán con sus manos pasándolas sobre su pelo largo y rubio sonriendo, movió su cabeza de forma lateral sacando gotas de agua de sus oídos primero un lado luego el otro, en su pecho llevaba un colgante, una perla grisácea en forma de pera sujeta por una cadena de oro reluciente, que resaltaba más sobre su cuerpo bronceado, entonces Jaime que lo había observado pareció perder la concentración y estuvo a punto de desplomarse, Mario se percató sujetándolo y dejándolo sobre una silla, estaba muy pálido.
Casi al instante, todos estábamos rodeándolo, Jaime miró a Mario y con una mueca que era lo más parecido a una sonrisa dijo: ¿A ver si has tenido razón sobre Paolo? Tomando mi mano dijo: ¡Me puedes traer la lupa de joyero y mí portátil la lupa está en el cajón de la mesa del escritorio! No paraba de mirar a Paolo con sumo detenimiento, Pau le acercó un vaso de agua fría, bebió unos sorbos y se fue recuperando, volví con lo pedido y se lo entregué, el abuelo puso el portátil sobre la mesa y nos dijo que nos sentáramos cerca, tomó otro sorbo de agua.
El abuelo miró a Paolo diciendo: ¡Paolo, nos conocemos hace un montón de años, nunca te había visto con ése colgante! ¿De dónde lo has sacado? Antes de poder responder Costa dijo: ¡Yo se lo he devuelto montado en una nueva cadena, me lo regaló cuando ambos teníamos 13 años y durante todo este tiempo lo usé como llavero! Jaime tomó un papel y dibujó: J.->J., tendiendo la lupa a Paolo le instó a mirar el engarce de oro de la perla, el joven sacó de su cuello la pieza y tomando la lupa miró diciendo en voz alta: ¡Hay una jota mayúscula, seguida de una flecha dirigida a otra jota mayúscula! Cuando apartó la lupa de su ojo Jaime le entregó el papel, el joven estaba confuso.
Paolo habló con más sinceridad: ¡Me lo entregó mi madre al cumplir los 11 años diciéndome que era un regalo, que le hizo mi padre al conocerse, yo supe de siempre, que él había desaparecido de nuestras vidas, mi madre se había casado después de mi nacimiento, de mi padre solo quedaba la perla y una foto de él tomando el sol junto a mi madre pasándole el brazo sobre su hombro! Tomando su cartera, que me había pedido que se la trajera al tiempo de la lupa, sacó una foto gastada, la dejó sobre la mesa, todos miramos la foto con asombro, pero nadie hizo comentario, el abuelo Jaime, la miró y abriendo su portátil comenzó una búsqueda de sus archivos personales encriptados, sus dedos iban a toda velocidad, finalmente se detuvo y girando la pantalla mostró una foto, era casi idéntica a la de Paolo, salvo que en esta aparecía bajo el otro brazo otra joven, la foto de Paolo había sido cortada.
En la pantalla aparecía un joven muy guapo, con la perla colgando de su cuello, y sus brazos pasaban sobre los hombros de dos chicas jóvenes, Jaime dijo en voz alta: ¡El joven era mi hijo Javier, la foto fue tomada en la época de la universidad, en ella aparecen la que sería su esposa y madre de Pau y Marc, con una chica rubia muy atractiva, ellos eran muy amigos cuando estudiaban Medicina en la Universidad! ¡La joven que les acompaña se fue un año después de vacaciones a Italia y creo que se quedó a vivir allí!
Paolo añadió: ¡Mis padres se casaron cuando yo tenía tres años, pero llevaban saliendo juntos dos años antes, mi madre dice que mis ojos y el color del pelo son igual a ella, pero las facciones de la cara y el cuerpo como mi verdadero padre! Entonces Jaime, el abuelo asintió diciendo: ¡Te había visto desnudo muchas veces, pero hoy has hecho un movimiento para sacarte el agua de los oídos igual, que mi hijo Javier solía hacer y a contra luz me pareció verle de nuevo! ¡Bienvenido a la familia! Mientras decía esto le devolvió el colgante, Costa le ayudó a colocárselo, me acerqué a Paolo palmeando su brazo y besando su mejilla, dije: ¡Hermanito, felicidades! Y cogiéndolo en brazos nos tiramos al agua, tanto Costa como Pau se unieron a nosotros en el agua bromeando los cuatro.
Costa lo besó en la boca y ambos se abrazaron, yo me puse detrás de Costa poniendo mis brazos sobre los suyos, que abrazaban a Paolo, éste al notarme separó su boca del italiano y me besó buscando mi lengua, Costa tiró del brazo de mi hermano Pau acercándolo al grupo y lo besó también, los cuatro parecíamos una piña, poco después yo besaba a Costa y Pau a Paolo. Finalmente nos separamos, cuando Jaime nos llamó y mientras salíamos de la piscina, nos colocábamos bien las duras vergas, dentro del bañador.
El abuelo nos hizo acercarnos para ver la pantalla, en ella aparecía Kat, Jaime dijo: ¡Kyril, tenéis que poneros en comunicación con nuestros contactos de Europa del Este, el tema es que se van a eliminar los billetes de 500 euros y se rumorea, que hay unas planchas disponibles para crear una fuerte cantidad de esos billetes y desestabilizar al FMI (Fondo Monetario Internacional) y supongo que ya habrá llegado el joven Gao Lee! Kyril sonriente respondió: ¡Padre, nos ponemos a ello y con respecto a Gao, está bien y todos- se llevó el puño cerrado frente a su boca mientras su lengua abultaba la mejilla- estamos practicando con él… su idioma! Jaime y nosotros soltamos una sonora risotada, el joven Kyril también y añadió: ¡El joven Gao se ha aficionado mucho con LM, y si hubiera novedades estaremos en contacto, que lo paséis bien lo que resta de días, se os ve morenos! Poco después la videoconferencia se cortó.
Fuimos todos al puerto en los dos coches, que causaban sensación, allí entramos en un restaurante muy casero y comimos hasta la saciedad toda clase de marisco y pescado, muy bueno todo, al terminar felicitamos a los cocineros y al dueño, finalmente volvimos a la finca, los mayores se fueron a tumbar en la piscina, Pau y yo dijimos que daríamos una vuelta por el establo y el prado. Nos cambiamos y nos pusimos algo más liviano, partimos, estábamos a punto de entrar en el establo cuando llegaron corriendo Paolo con Costa y se unieron a nosotros, les mostramos los caballos y subieron a la parte de arriba con nosotros, mi hermano Pau soltó: ¡Igual están en la alberca! Yo dije: ¡Irán más tarde! Entonces Paolo dijo: ¿De quién habláis? Pau y yo nos miramos diciendo casi al mismo tiempo: ¡Los gemelos, los hijos de los guardas! Y Pau comenzó a relatar lo sucedido con anterioridad con los dos jóvenes. Costa se frotó la verga sobre sus cortos pantalones mientras acariciaba la espalda de Paolo, yo estaba cerca de ellos y Paolo tomando mi mano la apretó sobre la dura verga de Costa frotándola sobre su pantalón con nuestras manos, la mano de Costa se puso sobre mi nuca acariciándome con sus largos dedos y Paolo tiró de Pau acercándolo junto a él besándolo mientras su mano frotaba la verga de mi hermano, mientras ésta crecía dentro del pantalón de atletismo.
Casi sin apenas darme cuenta me encontraba agachado lamiendo la suntuosa verga de Costa, mientras mi lengua repasaba una y otra vez todo el grueso tronco, él gemía mientras apoyaba sus manos sobre mi cabeza acariciando mi cabello, mis manos deslizaron su corto pantalón hasta el suelo y una mano sujetaba con fuerza la verga y la otra acariciaba sus huevos tirando de ellos con suavidad, mis labios apretaban el tronco que poco a poco entraba dentro de mi boca, mi saliva resbalaba hacía abajo mojando los testículos. Mientras sujetaba su verga masturbándola con lentitud mi boca se ocupó de las dos joyas inferiores, primero introduje uno dentro de mi boca y después el otro, mi lengua los volteaba, la boca volvió a buscar la poderosa herramienta y la mano húmeda de los genitales fue masajeando entre sus piernas el agujero del culo, muy cerrado al principio, pero poco después comenzaba a abrirse y mis dedos entraban dentro abriéndolo un poco más.
Mi boca notaba el duro palpitar de la verga de Costa, me incorporé y deslizando mis pantalones saqué los pies de la prenda mientras sacaba mi camiseta de tirantes, apoyé mis brazos doblados sobre una bala de paja ofreciendo mi trasero a Costa, él dejó su pantalón en el suelo y se fue sacando la camisa mientras se colocaba detrás de mí, en lugar de penetrarme me dio la vuelta poniéndome frente a él y me besó con ardor, nuestras bocas se fundieron en una, sujetó mi cuerpo levantándome y dejando resbalar mi espalda sobre la bala de paja, nuestras lenguas seguían buscándose y entonces me penetró rotundamente, gemí, no de dolor, de puro placer, sus cálidas manos separaban mis nalgas mientras me clavaba su verga una y otra vez, con cada envite gemía de gozo mientras Costa saboreaba mi boca y toda mi cara, me besaba, lamía mi cuello, mordisqueaba mi barbilla y la oreja metiendo su lengua provocándome más sensaciones de placer.
La lengua de Costa fue a mis tetillas mordiéndolas, poniéndolas tan duras como mi verga que palpitaba con ganas de explotar, y de pronto noté su mano sujetándola y su lengua mojándome todo el glande, dando una rotación alrededor del mismo, Doblando más su cuerpo sus labios abarcaron la totalidad del capullo, al sentir esa calidez no pude aguantar más e intenté apartarlo, pero continuó chupándolo mientras yo soltaba mi semen dentro de su boca, la fuerza de la corrida salpicaba el interior de su boca hasta las amígdalas, cuando no salió más acercó su boca a la mía clavándose más profundo dentro de mí y mientras compartíamos mi semen su verga comenzó a explotar soltando fuertes chorros dentro de mi ano, que palpitaba de placer, mi verga aún soltó alguna gota más de viscoso semen sobre mi cuerpo, dejó caer su cuerpo sobre el mío abrazándonos y buscando nuestras bocas de nuevo.
Cuando nuestros labios se separaron giramos la cara para ver a nuestros respectivos, sobre otra bala de paja se encontraba mi hermano Pau su cuerpo de lado, una pierna colgando de la bala y la otra sobre el hombro de Paolo que lo penetraba con su gran verga, mientras sus manos acariciaban el cuerpo de Pau, no tocaba la verga, ya que Pau estaba a punto de estallar, de la punta salía un poco de líquido del placer mientras era taladrado con fuerza por Paolo, éste arqueó su cuerpo hacía atrás gimiendo y clavándose profundamente estalló dentro del culo de mi hermano, mientras soltaba su semen continuó entrando y saliendo del goloso culo.
Cuando se repuso un poco, colocó a Pau boca arriba y subiendo sobre la bala de paja, se fue sentando sobre la endurecida verga de Pau, que gemía de placer, a punto de entrar toda la verga Paolo separó sus nalgas clavando más su culo sobre ella, ahora ambos gimieron, con las rodillas a cada lado Paolo buscó la boca de Pau y se fueron besando y mi hermano tenía libertad de movimientos, su verga tan poderosa como la de Paolo, entraba y salía de igual forma con rotundidad, su pelvis subía y bajaba cada vez con más frecuencia, por la respiración agitada de Pau, Paolo notaba el próximo final de mi hermano sus manos separaron sus nalgas y mientras Pau empujaba hacía arriba él bajaba su culo hacía abajo provocando que Pau estallara dentro de él, sus bocas se mordían de ansia y de placer, se besaban, se lamían y finalmente se miraban a los ojos, uno y otro llenos de placer mutuo, se volvieron a besar y se fueron separando, levantaron la vista y nos pillaron mirándolos a ambos con cariño.
Pau susurró: ¡El día que te vi con la Sra. Condesa, me atraías un montón, luego saliste desnudo de la cama del banquero en Luxemburgo, fue un colapso total y deseaba que esto ocurriera, por fin ha ocurrido! ¡Bienvenido a la familia, hermano! Se tumbaron cerca de nosotros. De pronto oímos unos gemidos al otro extremo del piso donde estábamos, nos acercamos en silencio y encontramos a los gemelos Jean penetraba a Louis, de igual forma que Costa a mí y por sus gemidos se estaba corriendo dentro de su hermano mientras sus manos apretaban el fuerte pectoral de su gemelo. Se inclinó besando a Louis y sacando su verga del culo de éste.
Jean se tumbó de lado sobre la bala de heno, de espaldas a Louis y éste sujetando su verga endurecida comenzó a penetrarlo levantándole la pierna, cuando estuvo clavado ambos gimieron y Louis fue bombeando dentro del culo de su hermano, se movía con lentitud y Jean empujaba su culo hacía atrás, mientras su hermano le separaba las nalgas clavándose profundamente, debía ir muy salido ya que no tardó mucho en soltar su semen dentro de su gemelo y sus bocas se buscaban con desesperación, poco a poco se fueron separando y al incorporarse nos vieron observándolos, se pusieron algo azorados.
Tanto sus cuerpos como los nuestros estaban empapados de sudor, debido al calor del lugar y el esfuerzo continuado de sexo, los gemelos cogieron su ropa acercándose a nosotros, yo los presenté de manera informal a Paolo y Costa, se comenzaron a vestir diciendo que iban a refrescarse a la alberca, les pregunté: ¿Os importa que vayamos todos juntos? Los chicos se miraron y dijeron: ¡Recordar que el agua esta helada! Y Pau guiñándoles el ojo soltó: ¡Ya la calentaremos un poco entre todos! Ellos sonrieron.
Nos pusimos la ropa y salimos todos juntos, al llegar a la alberca nos metimos en el agua fría gritando a su contacto, estuvimos jugando entre todos para entrar algo en calor, finalmente fuimos saliendo del agua tumbándonos sobre la verde hierba del prado, nuestros cuerpos se fueron secando y más tarde nos vestimos volviendo a la casa, los gemelos se fueron a la suya.
Esa noche estuve hablando con mi íntimo amigo Bruno, lo echaba de menos, mi hermano Pau intentó levantarme el ánimo, pero no lo consiguió. Al día siguiente Jaime con Mario, Costa, Paolo y Pau, se fueron a pasar todo el día a una ciudad cercana, yo dije que no me apetecía ir, que me quedaría en la finca y me haría un bocadillo cuando tuviera hambre y se marcharon, pero antes el abuelo dijo a los gemelos, que estuvieran pendientes de mí.
Me puse mi pantaloncito de atletismo y una camiseta muy ajustada, salí de nuevo a los campos, me gustaba pasearme sin rumbo fijo, a lo lejos vi a uno de los gemelos vigilando a las vacas, que pastaban fuera del establo y su perro un pastor alsaciano junto a él, me saludó agitando la mano, yo correspondí de igual forma, seguí caminando pensando en Bruno, y la vida que estábamos llevando, le daba vueltas a mi cabeza, sin encontrar solución a nada. Pasé junto a la alberca sin verla realmente y entré dentro del bosquecillo, allí apenas entraba los rayos de sol, se notaba algo más fresco y mi mente también se fue calmando, volví de nuevo por donde había venido, entré en el establo.
Allí encontré a Jean que cepillaba tranquilamente a uno de los caballos susurrándole bonitas palabras, me acerqué el pesebre y acaricié la cabeza del animal y paseé mi mano por encima de su cara, me lamió la mano, en otro pesebre Louis también cepillaba a una yegua, asomó su cara sonriente saludándome, les dije, si podía ayudarles en algo y Jean dijo: ¡Si te apetece, puedes pasar el aceite sobre la montura que está sobre el banco, en la mesa de al lado hay trapos y el aceite, el aire con salitre estropea las sillas de montar! Tomé uno de los trapos y untándolo de aceite comencé a pasarlo por la montura, al poco noté la mano de Jean sobre la mía indicándome la mejor manera de hacerlo, se lo agradecí girando un poco la cara y el joven me besó la boca, mientras que su mano seguía sobre la mía, cuando nos separamos dijo: ¡Ves que suave queda el cuero de la silla, es igual cuando te pones aceite para tomar el sol, todo resbala!
Louis apareció a nuestro lado dejando sus cepillos, lavándose las manos, de forma inocente me preguntó: ¿Cuándo tuviste la primera relación con otro chico? Y entonces les comencé a relatar, las violaciones sufridas por mi hermano Pau, después de morir nuestros padres, luego en los vestuarios del equipo de hockey, en las duchas terminando haciéndome amigo íntimo del cabecilla, mi querido Bruno, luego relaté los encuentros esporádicos con unos y otros, terminando hasta ese momento. Él extrañado dijo: ¡Si te habían violado y humillado, ahora parecen diferentes tal como cuentas, tu hermano se desvive sin ti y supongo que ése Bruno le pasa igual! ¿Y no te has vengado de ellos? Sonriendo añadí: ¡Mi venganza fue, tenerlos atrapados conmigo, me cuidan como si fuera a romperme, aunque a veces me gustaría, que fueran tan rudos como al principio!
Jean sentado sobre el banco frotaba su entrepierna ostensiblemente sobre su vaquero con peto y tirantes, el relato lo había calentado, con su mano palmeaba la silla de montar diciendo: ¡Súbete a la silla, ya verás lo que te decía antes! Era lo más parecido a una orden, le hice caso montándome en la silla casi delante de él, puso sus manos en mis caderas haciéndome frotar sobre la silla y el suave roce me fue produciendo una erección, Louis se sentó a horcajadas de cara frente a mí y cada vez que me acercaba a él me besaba, mis manos agarrando la parte delantera de la montura rozaban su verga abultada dentro de su vaquero también con peto y tirantes. Mientras me besaba con Louis, la boca y manos de Jean se deslizaban por mi espalda produciéndome ligeros escalofríos de placer, notaba su húmeda lengua deslizarse hacia abajo deteniéndose sobre mi pantaloncito mojándolo de saliva sobre la raja de mi trasero y por delante Louis se agachó mojándome la verga apretada dentro del corto pantaloncito deportivo de lycra, entonces Jean sacó del lateral de su bota una navaja, la abrió y tomando mi pantalón lo cortó por la costura inferior entre mis piernas dejando la prenda colgando, sujeta solamente por la cintura elástica, se guardó la navaja y levantó la parte trasera enterrando su boca en mi culo.
Notaba ambas bocas una por delante y la otra detrás, mi cuerpo estaba totalmente en trance y de repente Jean se incorporó su mano se posó sobre mi garganta apretándola ligeramente y sujetando su verga, sacándola del pantalón la clavó de golpe, en mi culo apenas dilatado mientras su boca mordisqueaba mi nuca susurrando: ¡Vas a disfrutar como una perra!, Lo fue repitiendo una y otra vez mientras su mano apretaba mi garganta y su verga se incrustaba con fuerza, yo apenas podía respirar pero mis suspiros lo provocaban más. Louis se había deshecho de su ropa y colocándose de cara a mí montado sobre la misma silla de montar, separó sus piernas pasándolas hacía los muslos de su gemelo y tomando mi verga se la fue metiendo en su culo, sus brazos me abrazaron e hizo que Jean dejara de apretar mi garganta.
Jean se quitó la ropa y montándose de nuevo detrás me clavó su verga, ahora los tres íbamos acompasados y nuestras bocas se buscaban, gemíamos de placer, Louis se cambió por su hermano penetrándome y Jean ocupó su culo con mi verga y cabalgamos de nuevo los tres, trotábamos con tanta fuerza que gimiendo terminamos los tres al mismo tiempo, Louis en mi culo, yo dentro de Jean y éste entre nuestros cuerpos. Nos fuimos separando tumbándonos sobre el heno.
Me acerqué a mis bambas deportivas sacando los cordones y primero a uno, luego al otro, les fui sujetando la verga con los huevos con cada uno de los cordones y poniéndolos de rodillas uno al lado del otro sus cuerpos doblados aguantándose por los brazos sobre las balas, lo que se dice a cuatro patas y poniéndome detrás de ellos fui chupando la verga y los huevos de uno mientras masturbaba al otro, luego cambiaba y así provocando que sus vergas se endurecieran a tope, tomé unos guantes de la pared y mientras chupaba alternativamente sus vergas y huevos les azotaba las nalgas, al principio se quejaron, pero poco a poco comenzaron a gemir, las nalgas estaban coloradas, entonces tumbé a Jean boca arriba y subí sobre su verga inclinando mi cuerpo hacía delante, Louis se puso detrás de mí y metió su verga junto a la de su gemelo dentro mío, me dolió bastante, en ése momento él tomo uno de los guantes y mientras me taladraba el culo junto a la verga de Jean me azotaba las nalgas provocándome un gran placer, mi boca devoraba la del joven tumbado y mis hombros estaban doloridos de los mordiscos de Louis, yo notaba en mi interior la dureza de sus falos penetrándome de forma tan rotunda.
Los cordones atados a sus genitales les alargaba el momento final, Jean se movió y los dos gemelos cambiaron de posición, se pusieron uno frente al otro con sus piernas separadas y ambas vergas unidas en el centro, Louis me hizo sentar sobre las dos clavándomelas de nuevo, ahora yo movía mi trasero subiendo y bajando, mientras ellos sujetaban sus brazos teniéndome a mí en medio, separé mis nalgas y entraron muy adentro y comenzaron a soltar su semen llenándome el ano con el viscoso liquido de ambos mientras todos gemíamos de gusto, al incorporarme acerqué mi ano chorreante a la cara de Louis, que lamió de forma golosa mientras Jean chupaba con furia mi verga tirando de mis huevos hacía abajo y apenas pude aguantar estallando dentro de su boca, llenándola con mi semen, al poco se unió Louis besando a su gemelo y ambos lamieron mi verga dejándola bien limpia, me tumbé sobre ellos y nos besamos los tres.
Mi pantaloncito parecía más una falda y mi verga y huevos colgaban entre mis piernas, nos despedimos después de vestirse y yo volví a la casa.
Los días siguientes teníamos sexo entre los tres, siempre llevaban los cordones atando sus genitales, pero lo bueno no dura siempre y fue el momento de regresar a Barcelona, en esta ocasión vinieron Don Mario y su nieto Costa con nosotros.
Cuando llegamos a la finca nos recibieron gustosos y todos preguntaban, como habíamos pasado las semanas, nos presentaron al joven Gao, que apenas se separaba del joven mulato LM, parecía que había un romance en ciernes, los chicos ya habían localizado el lugar donde estaban las planchas de los billetes de 500 euros y por otro lado ya se encargaban sobre la infiltración en el Banco de origen chino, causante de blanqueo, el abuelo Jaime hizo varias llamadas notificando las novedades. A Don Mario le gustó mucho la finca, también a Costa, les mostró la cámara acorazada y ellos se quedaron de piedra ante tantas cosas bellas y su contenido, al subir de nuevo llegó un mensaje encriptado al móvil del abuelo, al abrirlo sonrió mostrando el mismo a los dos italianos, decía: Gracias de nuevo, en agradecimiento tienen a su disposición en su cuenta 10 millones de euros, por todas las molestias y trabajo de su equipo. La Compañía.
El reencuentro con Bruno fue muy emotivo, al igual que Rubén con mi hermano Pau, por su lado el abuelo fue mostrando todo el sistema operativo que teníamos montado a Mario y Costa, también le mostró al mayor de ellos un pendrive con información sobre él y la familia, al terminar se lo entregó diciendo: ¡Siempre quise saber más de ti, me demostraste la forma de volver a la honradez a tu rama familiar y me alegro por todos!
Entonces Don Mario preguntó: ¿Realmente para quien trabajas? Sonriendo el abuelo dijo: ¡Somos como en Misión Imposible, donde ellos no pueden, nosotros sí! Continuó: ¡Que tal te suena, Interpol, Europol, Dea y otros varios con nombres más difíciles! Entonces Costa soltando una carcajada, mientras abrazaba a Paolo dijo: ¡Joder, sois Policías y Ladrones! Y todos soltaron unas carcajadas….