Policias y ladrones 4ª parte

, mientras saboreaba su boca sujeté la verga de Kat y fui empujándola contra el culo de mi hermano, éste al notarla me susurró: ¡Me partirá en dos el culo!

POLICIAS Y LADRONES  4ª PARTE

Al llegar al Aeropuerto de Orly, en París, nos esperaba una limusina enviada por  nuestro abuelo, Don Jaime. Para Bruno y para mí era la primera salida de nuestro país y nos gustaba mirarlo todo, estábamos entusiasmados, el Grand Hôtel du Paláis Royal era muy antiguo del siglo XVIII, muy elegante e impresionante.

En recepción nos entregaron las tarjetas de las habitaciones, eran dos suites que se comunicaban entre ellas, con una gran terraza al exterior con unas vistas fabulosas, deshicimos la maleta colgando y guardando la ropa. Sonó mi móvil y respondí, al mismo tiempo que entraba en nuestra suite Pau y Rubén, era el abuelo me preguntaba: ¿Ha ido bien el viaje, os gustan las habitaciones? Yo puse el manos libres y respondí: ¡Sí Jaime va todo bien! Él añadió: ¡Recordar que aquí se come más temprano que en España, descansad un poco y dile a tu hermano que si quiere reunirse conmigo estoy en el Salón Imperial! Pau se quedó intrigado.

Por el teléfono llamé a recepción preguntando por el salón Imperial y después de escuchar las explicaciones colgué agradeciendo la información. Al darme la vuelta Pau  tenía los ojos muy abiertos de sorpresa y dijo: ¡No sabía que hablabas tan bien el francés! Sonriendo repliqué: ¡Sí hablo el francés y lo practico! Mientras soltaba esto último me llevaba el puño de la mano cerrado a la boca de forma clara de hacer una mamada y mi lengua abultaba mi mejilla como si tuviera una verga dentro, tanto Pau como Rubén soltaron una carcajada, diciendo: ¡Eres un indecente! Yo con cara de no haber roto un plato dije: ¡Lo indecente es no hacerlo! Entonces Bruno y yo nos reímos, uniéndonos a ellos.

Me acerqué a Bruno pasando mi brazo por encima de sus hombros y le comenté: ¡El abuelo nos hizo aprender idiomas y nosotros hablamos correctamente: francés, inglés y alemán, también nos defendemos con el italiano, el ruso, japonés y el árabe! Y lo practicamos con el resto de los chicos, también con colegas de varios países, incluso estamos aprendiendo algo de hindú. Estaban perplejos, entonces le dije la mejor forma de llegar al salón Imperial, miré a Bruno y dijimos: ¡Vamos con vosotros, así no os perderéis!, nos pusimos unas chaquetas de lino y salimos fuera de la suite. En el salón había bastante gente montándolo todo, una gran pantalla al fondo, un  mueble vertical con una pantalla incrustada  en forma de atril, se estaban colocando un montón de sillas de estilo barroco muy bonitas, al fondo un trípode con una cámara y en el lado derecho una tarima con unas mesas con cinco ordenadores, en medio de todo este lio se encontraba Don Jaime dirigiéndolo todo, me recordaba a un director de circo dirigiendo cinco pistas al mismo tiempo. Al vernos se acercó, besé su mejilla, Bruno hizo igual, mi hermano tendió su mano, pero el abuelo tiró de él y lo abrazó, repitió con Rubén abrazándole también. ¡Me alegro que estéis aquí!

En ese momento apareció LM, el joven mulato, lo presentó a los dos policías y le dijo que nos mostrara algo de La Ciudad de la Luz, como se conoce a París, salimos con él, nos llevaron con la limusina del hotel por un montón de sitios, estábamos encantados, horas después volvimos al hotel, subimos a las habitaciones, nos duchamos y bajamos al bar del hotel, mi abuelo nos llevó a comer a un restaurante cercano, allí disfrutamos de la comida, después nos tumbamos un rato en nuestras habitaciones en espera de la hora señalada para ir al salón Imperial.

En el salón había bastante gente, todos muy elegantes, algunos sentados y otros de pie charlando entre ellos, en la tarima de los ordenadores habían varios jóvenes con auriculares con micrófono, la Sra. Condesa sentada en la última fila algo pálida, detrás su joven chofer y asistente, a su lado nuestro abuelo Don Jaime le hablaba quedamente al oído, parecía darle ánimos. Detrás de la cámara otro joven gravaba la sesión y entonces entró el director de la subasta acompañado del director de la Galería de Arte, el primero se colocó detrás del atril de madera, el otro a uno de los lados de la pantalla, el subastador hizo un gesto afirmativo con la cabeza y cerraron las puertas, la gente se fue sentando en las cómodas sillas, nosotros cuatro nos ubicamos detrás de la cámara en la pared del fondo, Pau miraba constantemente al chofer de la Condesa, pero no recordaba donde lo había visto.

Entonces el subastador con un micrófono en la corbata tomó la palabra diciendo:

Agradezco su asistencia y bienvenidos a todos, como saben mañana por la mañana se pondrán a subasta dos cuadros, lo más normal sería hacer directamente la subasta, pero dadas las circunstancias especiales hemos decidido darles a conocer las obras. Sobre la pantalla trasera aparecieron dos cuadros casi idénticos con un número debajo y el hombre añadió: Ambos cuadros son El Rosario, atribuido a Caravaggio, al llevarlos a limpiar y restaurar, el cuadro número 1, en efecto es el mencionado cuadro, pero es de Han Van Meegeren, una falsificación perfecta  hecha en 1937 y vendida entonces  al equivalente actual de 4 millones de euros. El cuadro número 2 al limpiarlo se descubrió una pintura debajo y esto es lo que se descubrió-en la pantalla apareció una radiografía de dos cuadros superpuestos y finalmente apareció en pantalla el primer cuadro pintado debajo- hubo murmullos todos comentaban algo. El subastador dijo: Este si fue pintado por Caravaggio y es “El Éxtasis de San Sebastián”, en su época fue rechazado para ir a una iglesia y suponemos que un discípulo de Caravaggio copió El Rosario siguiendo las órdenes de su maestro.

El joven modelo central era Mario Minitti, siciliano y amigo del artista, que lo usó en otros cuadros, el cuadro de las mismas dimensiones que el anterior está datado sobre el año 1600 o 1601, a causa de ello se decidió hacer esta pequeña reunión, ahora saben las obras que mañana podrán ver en todo su esplendor.

Todo el mundo aplaudió, el hombre  bajó de la tarima y fue saludando a algunos de los presentes. Se quedó hablando con el Cardenal Ardalay y Constantin Orsini, después se fue tras haber saludado a la Condesa de Cambray, los americanos cuchicheaban entre ellos, el Cardenal se acercó a ellos y hablaron, quedando solo el joven Constantin Orsini, una voz a su espalda dijo: ¿ Cómo te encuentras, Costa? Sorprendido Orsini  se dio la vuelta y se encontró cara a cara con un conocido  respondió: ¿Paolo?  Y sin más lo abrazó, mejor dicho se abrazaron los dos, al separarse ambos se miraron de arriba abajo y Orsini dijo: ¿Cuánto tiempo ha pasado? A lo que el otro oven respondió: ¡Unos 15 años, entonces teníamos 13 cuando aparecías por Positano, cerca de Nápoles a pasar tus vacaciones! Paolo se puso serio y dijo: ¡Tenemos que hablar en privado! Y quedaron en verse más tarde en el bar del hotel, mientras Paolo se iba con la condesa, Costa miraba la espalda de su compañero de juegos infantiles.

Casi una hora más tarde, Paolo entró en el bar restaurante del hotel y en una mesa de un rincón se encontraba Costa, se acercó a ella sentándose miraba la cara del joven Orsini y dijo: ¡Apenas has cambiado! El aludido sonriendo respondió: ¡Tú te has hecho más hombre, sino fuera por tus ojos verdes y tú sonrisa de niño malo no te habría reconocido! ¡Pero han pasado los años, yo me casé a los 18 años, pero estoy divorciado y tengo un hijo de 8, que es toda mi vida! ¿Y tú, que me cuentas? Paolo pensativo dijo: ¡Yo no tengo mucho que contar, siempre estoy haciendo diversas cosas, ahora estoy en una Sociedad algo especial, no tengo pareja estable! Tomando de nuevo la palabra le preguntó: ¿Cómo esta Don Mario, tu abuelo? Costa algo sorprendido por la pregunta dijo: ¡El abuelo es indestructible, aunque hace unos años temimos por su vida cuando robaron las gemas de la familia, pero ahora esta como un roble!

En ese momento entró Kat, enfundada en un mono de piel ajustado remarcando su cuerpo, con la melena pelirroja y sus gafas oscuras, sus bonitas manos y los delgados dedos terminaban con unas largas uñas rojo sangre, el mismo tono de sus labios, caminando sobre sus botas de tacón de aguja era todo un portento, que todo el mundo miraba al pasar, se acercó a la barra y allí estaba Don Jaime, le besó la mejilla y se sentó a su lado en un taburete. Costa Orsini la miró en todo su recorrido, al volver la mirada a su antiguo amigo vio la sonrisa de él, entonces Paolo soltó: ¡No todo lo que ves, es  realidad! O como se dice en España: ¡No todo es oro, lo que reluce! Y entonces le preguntó: ¿Costa, que te han parecido los cuadros?

Costa se lo pensó unos instantes y respondió: ¡Ambos cuadros son geniales, pero el segundo era muy erótico, casi me empalmé al verlo, parecía más una bacanal, que un martirio, si la figura central hubiera tenido el pelo rubio y ojos verdes, habría pensado, que eras tú! La rodilla de Costa rozaba la de Paolo, entonces el primero mirándole a los ojos dijo: ¿Te apetece cenar conmigo en mi suite? Paolo soltó una leve risotada diciendo: ¿Es una invitación? ¿No te aburrirás a mi lado? Entonces Costa sonrió: ¡A tu lado nunca me he aburrido! Ambos se levantaron y subieron a la suite de Costa.

Una vez dentro de la suite, Costa le dijo: ¿Qué acompañas a la condesa? Paolo respondió: ¡Ella es la propietaria de los cuadros y hago de chofer y acompañante! Y vuelvo a repetir: ¡No todo lo que ves, es realidad!

Costa se colocó frente a Paolo y en susurros soltó: ¡Tú si eres mi realidad, te he echado de menos! Paolo pegó su cuerpo al de Costa y puso sus labios sobre los de él, hubo una fuerte explosión de deseo por parte de ambos, se abrazaron besándose con fiereza, mientras que sus manos iban desnudando al otro, las bocas peleaban entre ellas, al desabrochar el pantalón de Paolo, cayeron al suelo saltando rápidamente su verga endurecida, al no llevar slip. Paolo se agachó bajando el pantalón a Costa sacándolo por los pies y continuó agachado lamiendo la verga a lo largo embutida dentro del bóxer, ésta iba creciendo cada vez más, finalmente deslizó la prenda hasta el suelo y sujetando la poderosa tranca de Costa comenzó a lamerla en toda su longitud, y poco a poco fue chupando el grueso capullo de la verga y tragándosela, casi se atraganta por el grosor y longitud de la misma, las manos de Costa acariciaban el pelo rubio de Paolo.

Costa gemía de placer, Paolo se levantó  e hizo que se tumbara sobre la cama, retiro los zapatos y calcetines paseó sus manos masajeando primero un pie, luego el otro, al poco juntó los dos  sobre su amplio pecho y bajando la boca introdujo los dos dedos gordos dentro de la misma chupándolos, como si de una golosina se tratase, Costa volvía a gemir y Paolo fue subiendo entre sus piernas, quedando su cuerpo sobre el de Costa y se besaron con ardor, Paolo colocó su verga entre los muslos de su amigo y se movía de tal forma, que parecía que lo penetraba, los gemidos de ambos terminaban dentro de sus bocas ardientes.

Costa tiró de su amigo, para que subiera más y Paolo puso sus rodillas a cada lado de la cara ofreciéndole su gran verga, la cabeza de Costa subía y bajaba con intensidad, Paolo dobló una almohada poniéndola debajo de la cabeza de su amigo y apoyando sus manos en la cabecera de la cama fue penetrándole la boca con insistencia, pasado un rato volvió a resbalar su cuerpo, besó de nuevo la boca de Costa y le miró a los ojos mientras acariciaba su cabello, continuó deslizándose hacia abajo y levantándole las piernas enterró su boca en el agujero anal de Costa, la lengua de Paolo mojando constantemente esa zona hasta conseguir que se fuera dilatando y poco a poco entraba su lengua dentro ayudado con los dedos, una vez dilatado se incorporó acercando su verga potente y la fue clavando con suavidad en el culo de su amado amigo, Costa se quejaba de dolor, pero Paolo siguió entrando en su interior hasta llegar a ensartarlo completamente, se quedó quieto mirándole a los ojos y poco a poco se fue retirando y se volvió a clavar más, volvió a retirarse un poco más, casi al punto de sacarla y de un fuerte empujón se clavó de nuevo, ahora ambos gemían y no de dolor.

Le separó las piernas y agachó su cuerpo chupándole las tetillas, mientras que su miembro lo penetraba con rotundidad, cada vez sus embestidas eran continuas, no aguanto más y temblando de placer, su verga explotó dentro de Costa soltando tremendos trallazos de semen llenándole el interior del culo, Costa al notar la sacudida del semen dentro de él fue soltando el suyo salpicando su cuerpo y parte de la cara de Paolo, poco después su verga salía del culo y se tumbaba sobre el cuerpo de Costa mirándole a los ojos le dijo: ¡Siempre quise estar contigo, pero desapareciste y no pude decirte que con 13 años ya te quería, estaba enamorado de ti! Costa respondió: ¡Yo sentía algo por ti también y eso me daba vergüenza reconocerlo, luego estaba la familia, pero nunca dejé de pensar en ti, creo que ya entonces te quería!

Costa estiró el brazo tomando el teléfono y pidió la cena para dos, se ducharon juntos y se quedaron en batín, al poco llamaron trayendo la cena, mientras cenaban Paolo dijo: ¿Costa vas a pujar por algún cuadro? A lo que él respondió: ¡Seguramente por el Caravaggio! ¿Por qué? Paolo añadió: ¿Y si no fuera un Caravaggio, que lo hubiera pintado otra persona, pujarías por él? ¿Estarías tan interesado? Costa replicó: ¡Si lo hubieras pintado tú, seguro que lo compro, pero bromas aparte, el cuadro me parece fantástico y muy sensual, sea o no original, me gustaría tenerlo! ¡Entre tú y yo, parece que San Sebastián, está siendo penetrado por el soldado sentado  y el trasero del Santo encima,  la belleza de los soldados acercando las velas sobre el cuerpo del joven como si fueran sus vergas, con las flechas clavadas y la cera resbalándole por el cuerpo, como si fuera semen y su casi erección marcada en el lienzo de su cintura, realmente me gusta mucho!

Paolo susurró: ¡Tendrías que pujar también por el otro, aunque es una falsificación, es perfecta y hermosa, con todos aquellos hombres desnudos entrelazándose entre sí! Costa le miró los ojos y respondió: ¡Pujaré por él también, si tú me lo pides de esta manera, no puedo resistirme! Como solo faltaba el postre, el joven rubio dijo: ¡Te lo pediré  con el postre!

Se levantó besando a Costa y tomando su mano lo llevó de nuevo a la cama, en su otra mano llevaba una copa de fresas con nata, hizo que se tumbara en la cama, Paolo se sentó junto a él y con la cuchara le ofrecía el postre y tras cada cucharada lo besaba saboreando también el postre, al terminarse las fresas, puso nata sobre las tetillas y las chupó con pasión, siguió dejando nata sobre la verga y comenzó a chuparla con ansia, esa inmensidad estaba muy dispuesta y palpitaba, dejó la copa, continuó chupándola y  se subió sobre ella, bajando lentamente su culo clavándola dentro de él, cuando la tuvo toda dentro gimió al mismo tiempo que Costa y con suavidad fue levantando y bajando el culo, a punto de tenerla toda dentro se separó las nalgas y empujó hacia abajo clavándosela bien al fondo soltando un suspiro, entonces comenzó a cabalgar sobre ella, los dos gemían.

El rubio Paolo inclinó su cuerpo buscando la boca de su estimado amigo de antaño, inclinado de esa forma Costa podía penetrarlo a su antojo, pasado un buen rato Costa cogiendo al joven rubio lo volteó poniéndolo sobre la cama mirando al techo y se clavó de nuevo dentro de tan apetitoso culo, sus hermosas manos sujetaban los tobillos del joven tumbado separándole bien las piernas, la penetración empezó lenta, pero poco a poco se fue acelerando, jadeaba y gruñía de placer, lo mismo que Paolo y en uno de los embistes éste comenzó a soltar su semen sobre su propio cuerpo, apretando su esfínter al mismo tiempo provocando que Costa terminara derramando su líquido dentro de tan preciado culo, antes de sacar su verga inclinó su cuerpo sobre Paolo  y sus dedos los metió dentro de la copa untándolos con nata, que los puso entre los labios de ambos mientras saboreaban sus lenguas y el postre al mismo tiempo, entonces al separar sus boca Costa dijo: ¡Siempre soñé tenerte así, en mis brazos y yo en los tuyos, te quiero! Y se fundieron de nuevo en el fuego del amor.

Se acurrucaron unidos y fueron contándose sus diversas facetas desde la separación 15 años antes.


Bruno y yo estamos tumbados sobre la cama y aparecen mi hermano Pau con Rubén y se tumban con nosotros, Pau me dice: ¡Tú sabes lo que está preparando el abuelo Jaime! Yo respondí: ¡Sí, claro que lo sé, no todo pero algo sí! Entonces mi hermano se echa encima de mí haciéndome cosquillas mientras comenta: ¡Si no me lo cuentas, no pararé de hacerte cosquillas! Yo entre risas repliqué: ¡No puedo, mañana lo sabrás todo, pero, para ya de hacerme cosquillas, que me estas poniendo cachondo! Bajó su mano a mi entrepierna  notando mi erección, me besó la boca y susurró: ¡Me gustaría follarte! Repliqué: ¡Sólo si aguantas mis cosquillas! Y comencé con la misma tortura, que antes me hacía él.

Mientras manoseaba a mi hermano mayor, también lo hice con Rubén y Bruno, los cuatro nos liamos para darnos cosquillas, pronto con tanto sobeteo nuestras vergas estaban mucho más que dispuestas, aproveché un desliz poniéndome boca abajo con mi hermano sobre mis nalgas, él se percató y sujetando su dura verga me fue penetrando, yo suspiraba al notar el peso de su cuerpo sobre el mío y su verga penetrándome como antaño, sus movimientos eran muy lentos, parecía que deseaba disfrutarlo, con cada empujón yo gemía, esto lo iba encendiendo más y más, sus manos acariciaban mi cuerpo ardiente de placer, me dio la vuelta quedando boca arriba y me penetró de nuevo diciendo: ¡Quiero ver tu cara mientras gozamos juntos!

Mi colega Bruno penetraba a Rubén, en la misma posición que nosotros, acerqué mi cara hacía Rubén y nos besamos mientras nos traspasaban las vergas, Pau me pellizcaba las tetillas y mi mano no dejaba de masajear mi verga arriba y abajo con lentitud, la notaba dura como una roca, mi hermano soltó saliva sobre mi verga  inclinó su cuerpo buscando mi boca, entonces fue soltando su saliva dentro de ella y mi lengua iba loca recogiendo el néctar de mi hermano, después me devoraba la boca, notaba su polla muy dura y mientras nos pasábamos saliva empujó fuerte su verga corriéndose dentro de mí, notaba la palpitación de su verga soltando el semen dentro del culo, mi mano accionó con rapidez y casi terminé al mismo tiempo que él, sobre mi cuerpo mientras nos besábamos de nuevo.

A nuestro lado estaban acelerados y también terminaron soltando su semen mientras jadeaban besándose.

Los cuatro dormimos juntos en la misma cama, Pau a mi lado dormía plácidamente, lo mismo que Bruno a mi otro lado y finalmente Rubén abrazado a Bruno, en esa posición amanecimos.


En otra suite se encontraban los dos americanos hablando entre ellos- ignorantes que todo se estaba grabando con varios micro- cámaras. El mayor de los dos algo entrado en carnes dijo a su socio y amigo: ¡Mira el Caravaggio, si pujamos por él, se tiene que ir a Italia, bajo nuestro patrocinio eso me ha comentado el Cardenal Ardalay, pero no lo podríamos vender, pero el primero se puede revender! ¡Y no me gustaría ir a Italia, después del sonado robo de las gemas Orsini, ya me pone nervioso tener al nieto rondando por aquí! ¡Si supieran que están en nuestro poder, nuestra vida no valdría nada!

Llamaron a la puerta, el otro abrió diciendo: ¡Aquí están las chicas, que comience la fiesta! Mientras las chicas preparaban bebidas para todos, el mayor dijo al otro: ¡Si pujamos fuerte por el paquete unos 10 o 15 millones de euros, tomamos el dinero de la Compañía y después de venderlo, podemos sacar hasta el triple, entonces reponemos el dinero de la Compañía y el resto para nosotros! ¡Venga vamos a brindar todos! Y eso hicieron, las chicas se fueron desnudando sensualmente y también lo hicieron con ellos, la tensión que tenían desapareció y mientras besaban y acariciaban  a las chicas, se fueron relajando tumbados sobre la inmensa cama, poco después estaban roncando plácidamente, una de la chicas puso la mano de uno sobre una Tablet, después la del otro, a continuación le abrió el ojo y lo fotografió, lo mismo con el otro durmiente, tomaron el dinero de la mesita para pagarles y se fueron después de vestirse, dejando a los dos hombres acostados  y desnudos en la misma cama.

Las huellas de las manos de ambos junto a las fotos de los ojos cruzaron el Atlántico, mientras tanto en otra suite se preparaba el montaje de varias partes de las conversaciones, que al día siguiente también cruzarían el charco, pasando por Bombay, Tokio y finalmente Taiwán, iban directas a la Compañía.


Y comenzó la subasta pasadas las 10,30, el primer cuadro fue muy reñido, finalmente los americanos se hicieron con él por el importe de 25 millones de euros, algo más de lo previsto, pero pensaron que lo recuperarían con creces. El segundo duró mucho más tiempo, cada vez subía y subía más su importe, llegándose a vender por 200 millones de euros, finalmente fue adquirido por Constantin Orsini, que estaba pletórico.


El cuadro vendido a los americanos fue cuidadosamente embalado delante de ellos, terminando dentro de un voluminoso cajón de madera, poco después una furgoneta lo llevaba al aeropuerto, habían contratado un avión particular, que también pagaría la Compañía.

El segundo cuadro, se llevó a la habitación de Orsini, también embalado.

Y en la suite de Don Jaime, nuestro abuelo, estaba liquidando el porcentaje del subastador y del galerista de arte, en presencia de la Sra. Condesa, Paolo, el Cardenal y Constantin Orsini (Costa), entonces cuando se fueron el galerista y el subastador, el abuelo dijo mirando fijamente a Costa: ¡Felicidades por la adquisición aunque debo pedirles disculpas a ambos por el pequeño teatro que hemos representado! Entonces la Sra. Condesa entregó el talón conformado de 200 millones a Costa diciéndole: ¡Esto le pertenece! Costa con cara de asombro dijo: ¡No entiendo nada! Jaime tomó de nuevo la palabra diciendo: ¡Esta pantomima se ha hecho para los dos americanos, ya que han sido los causantes de varias estafas además de algunos robos y engaños! ¡Yo fui engañado por ellos y robé las tres gemas de la familia Orsini hace casi 15 años, me mostraron unas fotos diciendo que les pertenecían y que se las habían sustraído por orden de los Orsini, reconozco que caí en la trampa, por ello le pido mil perdones y también a su familia! ¡También han arruinado a más de uno y ahora les toca pagar por ello!

La Sra. Condesa se disculpó y cruzando la puerta de la suite, que la unía con la de al lado, desapareció de la vista, en ese momento Don Jaime les fue explicando los detalles del cuadro, mostrándoles incluso algunas de las fotos tomadas en el sótano, también relató, lo referente al otro cuadro y mostró la grabación enviada a la Compañía. Paolo se acercó a Costa tomando su mano mirándole a la cara dijo: ¡Lo siento Costa, no podía contarte nada, perdóname!

En esto por la puerta de la otra suite aparece una mujer muy hermosa, morena y bien vestida, Don Jaime carraspeando soltó: ¡Os presento a Carmen, una colaboradora mía, ha sido la Sra. Condesa de Cambray, la auténtica, está en cama impedida, solamente nos prestó su nombre! Entonces llegó Kat, se acercó a Jaime y le besó la mejilla diciendo: ¡Hola papá, supongo que ha ido todo bien!  Entonces se quitó las gafas y la peluca pelirroja y no llevaba el sofisticado maquillaje vieron que era un joven muy, pero muy guapo, con facciones muy delicadas. Costa miró a Paolo y dijo: ¡Ahora entiendo tu mensaje, nada es lo que parece! Y soltó una sonora carcajada, que fue coreada por todos. Entonces dijo: ¿Y qué pasa con el cuadro? Paolo respondió por Jaime: ¡Si realmente te gusta, es tuyo! Y con un tono más bajo añadió: ¡Y yo también soy tuyo!

Don Jaime los invitó a cenar con todos nosotros y aceptaron de buen grado.

Pasado el mediodía aparecieron Caín, Ethan  y Lyon junto a LM le entregaron a Don Jaime un paquete rectangular bien envuelto, el abuelo lo abrió cuidadosamente y lo depositaron en la caja fuerte del hotel, los recién llegados se fueron a duchar y descansar un poco, ya que habían tenido un vuelo relámpago desde New Orleans, con un jet privado.

La cena, tipo lunch se celebró también en el Salón Imperial, casi todo había desaparecido excepto la pantalla grande y la cámara, unas grandes mesas surtidas de deliciosa comida servida por camareros, que servían a todos y después los asistentes se sentaban en diferentes mesas, las bebidas corrían a doquier, en la reunión privada estaban: Don Jaime, Carmen con su marido Mikel, Kat, los chicos LM, Lyon, Ethan, Paolo y Caín, además mi hermano Pau y su compañero Rubén, Bruno y yo, también Constantín Orsini, el Cardenal Ardalay, se había disculpado, ya que tenía que regresar a Italia por unas reuniones. Después de los postres y cafés, los camareros se retiraron dejando en la gran mesa un surtido de licores y cubiteras llenas de hielo.

Paolo estaba junto a Costa Orsini, entonces mi abuelo se levantó pidiendo un poco de silencio, todos bajaron la voz y dejaron de charlar y Jaime comenzó:

Os doy las gracias a todos por vuestra ayuda, sin la cual esto no podría haber ocurrido tan bien, miró a Carmen añadiendo, ¡has hecho una condesa a las mil maravillas! Entonces a una señal de cabeza se conectó la gran pantalla Ethan estaba detrás de la cámara, en ella apareció Don Mario Orsini con un pinganillo en el oído y después que la cámara diera un barrido de todos los presentes dijo con su voz algo grave: ¡Gracias Jam, por tenerme conectado constantemente, he disfrutado cada minuto de tu gran odisea, parecía más una película, que otra cosa! ¡Por otro lado veo que mi nieto se ha reencontrado con Paolo, me alegro por ambos ya que fui el causante de su separación hace unos cuantos años, espero que me perdonen, por ser tan egoísta! ¡Y tú mi querido Jam, has cumplido tu palabra, me devuelves la vida, que yo arruiné hace tantos años al apartarte de mi lado!

Mi abuelo se secó una lágrima que resbalaba de sus ojos y levantándose con una caja rectangular se acercó a Costa que se puso en pie y se la entregó, Costa abrió cuidadosamente la caja y aparecieron tres magnificas esmeraldas sin tallar, del tamaño de un puño cerrado, sobre un fondo de raso escarlata, pero a cada lado de la esmeralda central habían dos diamantes de gran tamaño, muy bien cortados del tamaño de una nuez, que hacían más llamativo el conjunto. Debajo había una nota manuscrita por Jaime, Costa la tomó y mirando a la pantalla dijo: ¡Abuelo hay una nota, para ti! El aludido dijo: ¡Léela por favor! Y Costa tomando la nota leyó: ¡Estos diamantes son como nosotros, duros, fuertes y nunca podrán arrebatarnos lo que nuestros corazones sienten! ¡Te quiero Mar! Firmado: Jam.

Don Mario dijo: ¡Lastima Jam, que no esté ahí, pero seguro que pronto nos veremos! Añadió: ¡Disfrutad de la fiesta y gracias por todo!

Casi todos nos acercamos a ver las preciosas gemas, entró un camarero trayendo una nota para mi abuelo, la leyó y nos dijo a Bruno y a mí: ¡Si queréis podéis usar el jacuzzi de mi habitación, yo tengo otro compromiso! y poco después desapareció del salón.

Mi hermano Pau se acercó a Paolo y le dijo: ¡Tú estabas en la habitación del subdirector del banco! ¿Verdad? Paolo sonriente hizo un gesto afirmativo con la cabeza, Pau buscó al abuelo y al no encontrarlo me preguntó dónde estaba, yo respondí, que había salido para atender unas cosas de última hora y que volvería tarde, ya que nos cedía su jacuzzi. Poco a poco se fue vaciando el salón, Bruno y yo decidimos ir a la suite del abuelo, Rubén con Pau detrás nos siguieron.

Allí nos desnudamos y entramos en el jacuzzi, Rubén intentaba animar a Pau, pero él seguía pensativo, yo tomé agua en mis manos soltándola sobre su cabeza diciendo: ¡Te está saliendo humo de la cabeza de tanto pensar! Me miró y con su mano me salpicó con agua y todo cambió mientras reíamos todos, alguien entró en el cuarto abriendo la luz, de reojo vi que era Kat, se quitó la peluca, las pestañas postizas, se desmaquilló la cara y comenzó a sacarse la ropa y sus rellenos, se puso una toalla alrededor de la cintura y se acercó al jacuzzi, Pau y también Rubén estaban asombrados del cambio, pero al dejar la toalla sobre la silla y entrar en el agua Pau soltó: ¿Por Dios, donde escondes todo eso? Kat, riendo dijo: ¡Todo son trucos! ¡Y soy Kyril, hijo de Jaime, por lo tanto soy tío tuyo al igual que de Marc! ¡Y la verga, viene de familia!

Rubén dijo: ¿Por qué te vistes de mujer, con el cuerpo tan bonito que tienes de chico? Sonriendo dijo: ¡A veces la gente habla más con una mujer, que con un hombre, son gajes del oficio! ¿No hay policías que se disfrazan para infiltrarse, en diversos momentos? ¡Pues yo hago lo mismo!

Pau preguntó: ¿Y Paolo? A lo que Kat respondió: ¡Está junto a su amor juvenil, con Costa Orsini y tu pregunta es, que sí hacía de chofer de Carmen, la falsa condesa, y como yo se infiltraba con la gente, la gente habla más con un chofer, que con una condesa! Yo pregunté por el abuelo y contestó: ¡Creo que fue a la última planta! Mientras hablaba sus brazos acariciaban a Bruno a su izquierda y a Rubén en el otro lado, me puse frente a Kat y busqué su boca, fundiéndonos en un prolongado beso, luego besó a Bruno y a Rubén, mis manos entraron en el agua sujetándole las nalgas y mi boca sujetó su verga engulléndola totalmente, casi atragantándome, mi cuerpo inclinado chupándole esa preciosidad y yo disfrutaba de lo lindo, mi cabeza subía y bajaba insistente. Pau no desaprovechó mi postura y colocándose detrás enterró su boca en mi ano, sus manos me separaban las nalgas y su lengua me producía cosquilleos de placer.

Cambié de tercio cogiendo la verga de Rubén engulléndola en mi boca, él gimió mientras se besaba con Kat y Bruno le chupaba la verga a éste último, poco después Kat chupaba la verga de Rubén y yo la de Bruno mientras él se besaba con mi hermano, que penetraba mi culo con sus dedos. Salí del jacuzzi colocándome con las piernas separadas de rodillas sobre la cabeza de Kat, él inclinó su cabeza hacía atrás atrapando mi verga con sus labios y chupándola con deleite para ambos, las bocas de Rubén y Bruno lamían mi verga por los lados uniendo sus bocas a la de Kat, mi hermano Pau alternaba su boca con las tres vergas disponibles delante suyo.

Entré de nuevo en el agua y tomé a mi hermano le di la vuelta quedándose frente a mí, lo besé con cariño, mientras saboreaba su boca sujeté la verga de Kat y fui empujándola contra el culo de mi hermano, éste al notarla me susurró: ¡Me partirá en dos el culo! Yo respondí: ¡Prueba, folla como nadie, solo te dolerá al principio, pero lo vas a disfrutar! Y poco a poco su culo fue bajando tragándose tan enorme verga mientras su quejido moría en mi boca, poco rato después salimos todos del jacuzzi, nos secamos un poco.

Me tumbé en una hamaca y tirando de Rubén hice que se echara encima de mí, separé mis piernas y sujetando su verga la acerqué a mi ano, él apoyó sus pies sobre el suelo y se clavó de un solo golpe, suspiré de gusto y comenzó a penetrarme con fuerza, en la otra hamaca mi hermano estaba igual que yo siendo penetrado por mi amigo Bruno, ambos gemían y en medio de las tumbonas de pie Kat con sus dedos de ambas manos penetraban a Bruno y Rubén, dilatándoles el culo, entonces clavó su verga dentro del ano de Bruno, mientras lo follaba, sus dedos seguían dentro del ano de Rubén, que también gemía, pasado un buen rato cambió penetrando a Rubén y sus dedos dentro de Bruno, tanto placer sentían ambos, que no pudieron aguantarse más terminando dentro de nuestros culos llenándolos de semen.

Cuando ellos se apartaron de nuestros cuerpos, nuestras vergas tan endurecidas y a punto de estallar, pedían guerra, Kat se sentó a horcajadas sobre la mía clavándosela de un certero golpe, tiró de Pau colocándole detrás suyo, inclinó su cuerpo sobre mí dejándole a la vista mi verga ensartada en su ano, mi hermano sujetando la suya la acercó y fue metiéndola junto a la mía, ahora Kat era follado por nuestras vergas y los tres gemíamos, sus manos apretaban mis pectorales y Pau besaba la espalda de Kat mientras lo taladraba y finalmente sin tocarse el joven Kat escupió tanto semen sobre mi cuerpo y con tanto ímpetu, que llegó a salpicarme la cara, mientras su esfínter apretaba nuestras vergas, que comenzaron a escupir semen dentro de su culo llenándolo completamente, los tres soltamos:¡Ohh, Dios qué bueno! Bruno y Rubén de pie a cada lado se masturbaban besándose y terminaron mojando mi cuerpo con su semen, por segunda vez gimiendo de placer.

Nos duchamos y nos separamos cada uno a su habitación, Bruno y yo nos metimos-como siempre desnudos- y nos cubrimos con la sábana, el cuerpo de bruno pegado a mi espalda, los dos de costado y cogí su verga y la fui metiendo en mi culo, dio un leve empujón clavándola hasta el fondo, yo suspire diciéndole ¡Gracias! Y su brazo sobre mi cuerpo nos quedamos dormidos de agotamiento. A veces era yo quien dormía plácidamente clavado dentro de su trasero.

Antes de quedarme dormido pensé: ¡Abuelo donde te has metido!

Lo que desconocía que el abuelo estaba en el último piso, reservado para gente muy importante…

Continuará.