Policias y ladrones

Y Caín me separó las piernas clavándome su potente verga dentro de mi culo, me mordí el labio ante esa inmensidad que me taladraba

POLICIAS Y LADRONES

Volvemos del cementerio dentro del coche, nos acompaña nuestro abuelo, que ha venido del sur de Francia, hemos enterrado a nuestros padres, tuvieron un accidente cuando un camión cisterna perdió el control embistiendo su coche aplastándoles, el abogado y amigo de la familia avisó al abuelo, me llamo Marcos (Marc), soy el menor de los hijos, mi hermano mayor Pablo (Pau) tiene 18 recién cumplidos, yo tengo alguno menos, al abuelo apenas lo recordábamos hacía muchos años que no lo habíamos visto y ahora sus brazos nos rodean a ambos intentando consolarnos, nosotros hemos perdido a nuestros padres, pero él ha perdido a su único hijo.

El abuelo, Don Jaime, se quedó varios días con nosotros y tomó las riendas de todo mientras acondicionaban su finca de la zona alta de la ciudad, ya que llevaba muchos años cerrada, en la casa de mis padres todo era silencioso, el abuelo decidió que se pintaría de nuevo y se cambiaría la decoración, durante la semana estaríamos aquí y el fin de semana en la finca algo más tranquila. Poco tiempo después Pau mi hermano mayor se quedaba toda la semana en la casa del centro y yo con él, una mujer venía cada día para hacernos la limpieza y nos dejaba preparada comida,  en la finca  el abuelo revisaba todo y pasaba a vernos cada dos días, cenábamos juntos y se iba después. Ahora disponíamos de amplias habitaciones, después de alguna modificación de los cuartos pequeños, durante los primeros días Pau y yo dormíamos en la misma cama, no era grande y estaba en su habitación ya que el abuelo dormiría en la mía.

Cuando terminaba mis deberes me iba al sótano, donde junto a mi padre habíamos pasado interminables momentos montando todo tipo de artilugios electrónicos mientras reíamos, los primeros días allí abajo lloré pensando en él y mamá, cogí un pequeño robot con cámara y lo conecté, me distraje un buen rato y de pronto vi en un rincón un gran oso de peluche, que había sido de mi hermano y también mío, estaba algo sucio, lo sacudí pasándole un cepillo después, uno de sus grandes ojos bailaba un poco, al tocarlo saltó volando, al recogerlo me di cuenta que era un micrófono, lo inspeccioné y uno de los ojos había servido para escucharnos de pequeños, abrí el oso sacándole el relleno y miré el objeto, estuve dos días buscando el mando de control, lo encontré pero era tan anticuado, que no serviría de mucho, la Sra. Adela lavó el oso y me lo devolvió bien limpio, yo coloqué la cámara del robot  en el ojo del oso, mirando en mi Tablet podía acercar y alejar el objetivo, lo llevé al cuarto de Pau dejándolo sobre una silla en un rincón, miré la Tablet y se veía toda la habitación, cuando llegó éste le mostré el gran oso, él sonrió, le dije que si no lo quería me lo llevaba yo, pero dijo, que era suyo y allí se quedaba.

Ahora cada uno tenía una amplia habitación, entonces recordé lo ocurrido la noche del funeral y los días siguientes. Aquel funesto día estábamos muy deprimidos y tal vez por ello Pau bebió más vino de la cuenta, al acostarnos nos abrazamos sollozando, sacando nuestra tristeza, mi mano acariciaba el pecho y el plano vientre de mi hermano mayor sobre su pijama, noté la palpitación de su verga dentro de la prenda deposité mi mano sobre ella, seguía palpitando, abrí los botones de la chaqueta del pijama y bajé el pantalón un poco, dejando su verga y huevos al descubierto, deslicé mi cuerpo hacía ella y la puse dentro de mi boca, mientras mi otra mano acariciaba su lindo cuerpo, la verga fue creciendo en gran tamaño con el contacto de mi boca, las manos de Pau acariciaban mi cabello al tiempo que gemía, mi cabeza subía y bajaba cada vez con más intensidad, sin decir palabra Marc se medió incorporó haciéndome poner boca abajo, mientras deslizaba mi pantalón del pijama por debajo del trasero, puso su cuerpo sobre mi espalda y sujetando su verga fue apretándola contra mi virginal agujero, me producía un gran dolor, pero no se detuvo continuó apretándola contra mi ano, entrando poco a poco en él, yo mordía la almohada del dolor que sentía, lo notaba cada vez más adentro, el ano me ardía y el seguía penetrando llegando hasta el final, sus manos sobre mis hombros y su boca mordiéndome la nuca mientras retiraba ligeramente la verga, clavándola de nuevo, cada vez la sacaba más afuera y ya no me dolía tanto, incluso notaba un cosquilleo en mi pene, que se estaba poniendo duro por momentos, sus manos se agarraron cerca de mis ingles y cintura mientras apretaba más su verga dentro de mi culo, cada embestida era mejor, ahora gemíamos los dos, giró los dos cuerpos quedando de lado y levantando un poco mi pierna mientras su mano me masturbaba al ritmo de sus clavadas, los suspiros que soltaba eran un bálsamo a mis oídos y me excitaban más, no pude aguantar y fui soltando mi semen entre sus dedos mojando las sábanas y noté que él llenaba salpicando mi culo con su viscoso semen.

Cuando se aflojó la verga salió de mi culo, se subió el pijama y también el mío, entonces mirándome dijo: ¡La chupas muy bien! ¡Pero esto no puede volver a ocurrir! Lo dijo de una forma muy seria y cortante, me sentía acongojado y me dormí del agotamiento.

En los días sucesivos, requirió mi compañía en su cama, dijo que para no estar solo, pero al final me penetraba, descargando su semen dentro de mi culo, pero ni me besaba, ni acariciaba, solamente me usaba como un pañuelo, yo le dejaba hacer ya que no quería perderlo a él, mi abuelo notó mi cambio, apenas tenía apetito, estaba nervioso y Pau estaba distante con los dos, como encerrándose en sí mismo, pasada unas semanas mi abuelo tuvo una disputa con él sobre la forma de tratarme, Don Jaime dijo: ¡Eres un desgraciado y desagradecido, Marc confía en ti y tú lo tratas como si fuera una basura, él también ha perdido a sus padres y ahora pierde a un hermano, que solamente piensa en sí mismo! ¡Mañana me lo llevo a la finca y cada día lo llevaré al colegio, ya que eso también le molesta al señorito y si lo quieres ver, tendrás que venir a verlo! El abuelo salió dando un portazo en el despacho, otrora de mi padre y dirigiéndose a mí, me conminó a recoger ropa, para una larga temporada, poco después salíamos por la puerta, sin que mi hermano hiciera su aparición.

Cuando llegamos a la finca el abuelo preparó la cena para los dos, hizo una tortilla de patata con cebolla tierna, que estaba de muerte, vimos la tele un rato, en todo momento apretaba mi cuerpo contra el suyo, dándome apoyo y levantándome la moral, yo notaba su cuerpo muy bien definido y fibroso, con traje parecía mayor, pero con ropa de sport no aparentaba su edad, tiene 58 años, pero a veces aparenta algo más de 40, su manera de hablar con un leve acento francés era delicioso, sonríe siempre y tiene un buen sentido de humor, pero oyendo la bronca con mi hermano, cuando se pone serio es la hostia, me dijo que hoy dormiría en su cama, ya que mi habitación no estaba terminada, nos estábamos sacando la ropa y vi el reflejo de mi abuelo en la puerta espejo del armario empotrado, suspiré profundamente y él me preguntó si me pasaba algo, respondí que no me ocurría nada, él entró desnudo en la cama diciendo: ¿No te importa que duerma desnudo? Añadió: ¡Siempre duermo así! Yo respondí: ¡No, para nada! Y me metí desnudo igual que él, nos tapamos con las sábanas, me abrazó acercándome a su cálido cuerpo y dijo: ¿Cuéntame, que ha pasado con Pau, tu hermano mayor? Lentamente le conté todo lo ocurrido, desde el día del funeral hasta hoy, al terminar de hablar añadí: ¡Fue culpa mía, se puso cachondo y yo chupé su verga! El abuelo me dijo, que a partir de ahora lo llamara Jaime, nada de abuelo o señor, continuó: ¡El guarro de tu hermano, te provocó y caíste en su trampa, te ha utilizado! ¿Y por cierto, como sabías chuparla? Yo un poco azorado respondí: Con un compañero de clase, que después del deporte en las duchas se hacía el remolón para quedarnos solos, siempre me pedía que le dejara chupar mi verga y con el tiempo le pedí probar la suya y de vez en cuando lo hacíamos uno al otro.

Jaime dijo: ¡La verdad que tienes una buena verga, el cuerpo se te desarrollará con el tiempo! Yo respondí: ¡Para ser nuestro abuelo, tienes un buen cuerpo, vi el reflejo de tu espalda en el espejo! Tomó mi mano dejándola sobre su verga que estaba erguida, diciendo: ¡La tuya se parece mucho a la mía! Y puso su mano sobre la mía, que al contacto fue creciendo rápidamente, cuando estuvo dura él dijo: ¡Perfecto, unos 20 centímetros y buen grosor, medio descapullada, muy bonita! Y sin mediar palabra, se deslizó bajo la sábana y sujetando mi verga comenzó a lamerla, metió su lengua dentro del prepucio bordeando su interior, y sus manos acariciaban mis testículos, mi corazón iba a mil por hora, era impresionante la mamada que me estaba haciendo, apretó sus labios  produciéndome más placer todavía, y fue acelerando, cada vez más y más y más rápido, le avisé, pero continuó mientras mi cabeza explotaba de placer y mi verga también, soltando mi semen dentro de su deliciosa boca, al terminar sacó la cabeza relamiéndose los labios diciendo: ¡Semen juvenil, lo mejor para la piel! Sin pedirme nada, bajé mi cuerpo colocándome entre sus piernas y comencé a lamer y chupar su verga, realmente se parecía en tamaño y grosor a la mía, forzaba la boca, para abarcar lo más posible, Jaime gemía, mi saliva resbalaba por el tronco mojándole los huevos, dejé la verga y ocupé mi boca con las dos joyas de debajo, primero uno y luego el otro, un rato después ataqué de nuevo su verga acelerando mi boca y cuando comenzó a escupir su semen, él quería apartarme, pero no lo dejé, me gustaba notar los trallazos en el paladar y en toda la boca, llenándomela totalmente y fui saboreando por vez primera  el semen de otro hombre, con mi compañero siempre lo echábamos fuera, Jaime hizo que subiera a su altura y sujetándome la cabeza por detrás de la nuca, me besó de tal forma, que yo veía estrellitas del placer que sentía, su lengua entraba y buscaba por mi interior, encontrándose con la mía fundiéndose en una sola.

Cuando me desperté estaba solo en la cama, miré la hora, eran las 5,30 de la madrugada y no había rastro de Jaime, mi abuelo, desnudo me acerqué al gran balcón miré hacía la zona del jardín y allí lo divisé junto a unos jóvenes de no más de 25 años, todos iban enfundados en camisetas y pantalón de lycra de color negro, calzados con deportivas, les estaba hablando y de repente, comenzaron a correr adentrándose en el camino entre los inmensos arboles desapareciendo todos de mi vista, me acosté de nuevo quedándome dormido, volví a despertarme a las 7,30 la hora prevista para desayunar e ir al cole, me duché con rapidez y me vestí como el día anterior, bajé y en la cocina estaba Jaime preparando nuestro desayuno, me preguntó: ¿Has dormido bien? Yo contesté: ¡Sí, gracias, pero tú no mucho ya que te fuiste temprano! Él mirándome a los ojos replicó: ¡Si quiero estar con éste cuerpo tengo que hacer ejercicio y me levanto temprano! Y sonriéndole dije: ¿Y los chicos jóvenes son tus liebres, que los persigues? Entonces él soltó una risotada muy franca diciendo: ¡Me has descubierto! ¡Termina el desayuno que llegaremos tarde al cole! Continuaba sonriendo. Mientras Jaime conducía yo miraba mi Tablet, mi semblante estaba serio y él lo notó, me preguntó que estaba mirando con tanta preocupación, yo contesté: ¡Pau todavía está en la cama y llegará tarde a la Universidad! Jaime dijo: ¿Cómo lo sabes, que estas conectado con él? Yo riendo le conté lo de la cámara en el ojo del oso de peluche, él estalló en una carcajada diciendo: ¡Tu hermano ya se levantará cuando se le pase el berrinche, no te preocupes por él! Yo hablé de nuevo diciendo: ¡No estoy preocupado, es que se está pajeando a gusto! Jaime casi se atraganta de la risa, que coreó conmigo. Por la tarde estuvimos hablando de la forma que coloqué la cámara en el oso, yo le dije a Jaime, que tal vez sería genial, poder observarlo y escucharlo por toda la casa, para saber si le pasaba alguna cosa, mi abuelo se quedó pensativo y dijo que tal vez habría una forma de hacerlo.

Esa noche ya tenía mi habitación arreglada y dormí en ella, me levanté temprano y bajé al jardín, en ropa de gimnasia, me encontré frente a los jóvenes y Jaime, éste se sorprendió al verme entonces dijo: ¡Chicos éste es mi nieto Marc, a ver si puede seguir el ritmo! Y de pronto comenzaron a correr uno detrás del otro a buen ritmo, al poco los perdí de vista, poco después los encontré subiendo y saltando sobre unos muros de piedras de diferentes alturas, subían y bajaban con suma rapidez, lo mismo hacía el abuelo, era tan ágil como los chicos, saltaban y daban volteretas, yo los miraba atónito de lo bien que lo hacían, realmente parecían acróbatas de circo, poco después continuamos corriendo volviendo al frente de la casa, de pronto por el sendero de la entrada venía una gran moto, la persona que la llevaba iba enfundada en pantalones y chaqueta de piel negra bastante ajustadas, llevaba un casco del mismo color, paró cerca del grupo, apoyó la moto y descendió, entonces se quitó el casco, se me cortó el aliento.

El motorista era un joven de una belleza fuera de lo común, ojos verdes, nariz recta, labios carnosos y una melena por debajo de los hombros de color miel con reflejos dorados, sacudió su melena y sonrió a los presentes, se acercó a Jaime y le dijo: ¡Hay un trabajo, algo complicado! Mi abuelo contestó: ¡Chicos a ducharnos y nos vemos en el ala Este! Y nos dispersamos, me fui a mi cuarto a ducharme, lo hice bastante rápido, me vestí y fui al cuarto del abuelo, me senté en la cama y él salió de la ducha secándose el cabello, yo le dije: ¡Abuelo si tienes faena voy al cole solo! Él se fue acercando y acarició mí cabello, diciendo: ¡No ya te llevaré yo o alguno de los chicos! Su mano levantó mi cara, que se había ruborizado un poco, se agachó besando mis labios, yo saboreaba su lengua, al incorporarse vi su verga en todo su esplendor, acerqué mis labios sobre ella y comencé a chuparla, mi lengua se paseaba por la longitud del tronco y alrededor del capullo la suavidad del mismo me encendía y Jaime gemía mientras sus manos acompasaban a mi cabeza en la mamada, mi cabeza fue acelerando el ritmo y a punto de terminar quiso retirarse pero clavé su verga bien hondo en mi boca mientras él gemía de forma sonora al tiempo que su verga escupía su semen llenándome la misma, que fui tragándome para mi deleite, continué chupándola dejándola muy limpia. Jaime quiso corresponder, pero le comenté, que mi amigo Bruno del cole quedaría muy satisfecho, se vistió y bajamos cuando terminé de desayunar me esperaba el joven motorista diciendo que me llevaría él en su moto, mi corazón estaba acelerado, me dijo que se llamaba Caín, le miré a los ojos y repliqué: ¿No serás tan malo como el de la Biblia? Sonrió diciendo: ¡A veces soy muy malo! Me guiñó el ojo mientras sonreía, le habría comido la boca allí mismo, se le forman hoyuelos en la comisura de los labios, que lo hacen más atractivo todavía, me entregó un casco y nos montamos en la moto, cuando estuve sentado, él agarró mis manos pasándolas alrededor de su cintura colocando mis manos en la cinturilla delantera del pantalón casi encima de su entrepierna, cosa que me calentó un montón, él no dijo nada pero seguro que notaba mi dura verga apretarse contra su trasero, en la puerta del colegio me esperaba Bruno, me vio bajar de la moto y devolver el casco a Caín, éste me dijo que pasarían a recogerme al terminar y se fue.

Me acerqué a Bruno sonriente, metí mi mano en el bolsillo, para acomodarme bien la verga, mi colega silbó diciendo: ¡Quiero subirme a esa moto, está de muerte! Y yo repliqué: ¡Pues no le has visto la cara y el pelo, realmente está de muerte y se llama Caín! Bruno susurró: ¡Caín, el malote y buen palote! Yo revolví su cabello y entramos al interior del colegio, después de las clases tuvimos deporte y en las duchas  pude disfrutar de la ansiosa boca de Bruno, mis manos apretaban su cabeza tragándose toda mi polla, solté tanto semen que casi se atraganta, poco después mi boca lograba que Bruno soltara su semen dentro salpicando mi campanilla, mientras nos vestíamos, lo noté pensativo y le pregunté, que sucedía, el mirándome a los ojos dijo: ¡La empresa de transportes donde trabaja mi padre ha cerrado por quiebra, he oído hablar a mis padres, de cambiarme de colegio, ya que no pueden pagar tanto, decían que con la crisis se ha ido todo al traste, mi madre tiene que fregar escaleras, ya que no encuentra trabajo de cocinera o camarera y con lo que ella gana no se podrá pagar el alquiler del piso! Yo acariciando su bonita cara le dije, que igual se arreglaba todo, intentaba darle ánimos.

Al salir, me esperaba mi abuelo con el coche, me despedí de Bruno y subí al coche, no se veía a nadie que viniera a recoger a mi amigo, le conté a Jaime lo averiguado sobre la familia de Bruno y me dijo que lo llamara para acercarlo a su casa y eso hice, Bruno subió al coche saludando formalmente diciéndole: ¡Buenas tardes Don Jaime, gracias por llevarme! El abuelo respondió: ¡No me llames Don, solamente Jaime, así me sentiré más joven! Al llegar a casa de Bruno, aparcó y fuimos con él a su piso, allí Jaime, mi abuelo, se presentó y se quedó hablando con los padres de mi amigo, mientras él me enseñaba su habitación nos tumbamos sobre su cama metiéndonos mano y poco después nos masturbábamos mutuamente mientras nos besábamos por vez primera, casi una hora después nos íbamos para la finca, Jaime no me explicó la causa de la demora y yo no pregunté.

Al día siguiente mientras estábamos en el colegio, en la finca aparecieron varios camiones, que estacionaron al lado de la casa de los guardeses de la finca, que había estado vacía bastante tiempo y poco a poco los jóvenes, junto a los padres de Bruno descargaron el contenido de los vehículos, esa mañana en lugar del entrenamiento habitual, tocó hacer limpieza de toda la casa, primero unos sacaban el polvo y barrían, cuando esa estancia estaba bien entraban otros con botes de pintura blanca pintando las paredes, al terminar éstos, otro fregaba el suelo dejándolo reluciente, en cadena se fueron haciendo todas las habitaciones, salón comedor y cocina, también los lavabos, uno arriba y otro más pequeño abajo, se limpiaron las ventanas y cristales, al terminar olía a limpio y no a humedad, cuando estuvo listo desayunamos y Jaime me llevó al colegio, los chicos fueron a alquilar los camiones y se encontraron frente la casa de los padres de Bruno, ya tenían cosas empacadas, pero los jóvenes desmontaron muebles y los metieron en los camiones, al mediodía la casa recién pintada estaba completamente amueblada a gusto de sus habitantes, el abuelo les enseñó parte de la finca y lo que se esperaba de ellos, estaban contentos, tenían casa y buenos trabajos, ella sería la cocinera de la mansión, él sería chofer y vigilante de la finca, ambos harían las compras relativas para la casa y su mantenimiento, yo no me enteré hasta la tarde al volver, ya que por la madrugada mi abuelo me dijo que hoy no se hacía entrenamiento, que siguiera durmiendo y me despertó para desayunar y llevarme al cole. Nuestra sorpresa fue cuando vino a buscarnos el padre de Bruno con el coche del abuelo, el padre se llama Mikel y la madre Carmen, al subir al coche, no nos dijo nada y nos llevó a la finca directamente, cosa que a Bruno y a mí nos sorprendió un poco, paró el coche delante de la gran mansión y bajamos, apareció Jaime haciéndonos pasar al interior, allí nos esperaba una deliciosa merienda, que engullimos sin rechistar, después Jaime me dijo que le enseñara la casa y donde podríamos hacer los deberes y su habitación, por si algún día se quedaba a dormir aquí, subimos corriendo las escaleras y le fui mostrando todo, mi habitación la dejé para el final, cuando entramos mi cama era grande, la habían sustituido, le dije que dormiría conmigo allí, Bruno se ruborizó, me acerqué a él poniendo mis manos sobre su cara y lo besé de la misma forma que mi abuelo hacía conmigo, él apretó su cuerpo al mío, nuestras vergas pedían guerra de nuevo, pero nos contuvimos, ahora su lengua entraba dentro de mi boca buscando la mía, nuestros gemidos morían dentro de ellas, lentamente me separé de él y mirándole a los ojos dije: ¡Ya tendremos tiempo, tenemos que bajar! Metí la mano dentro de mis pantalones colocando mi verga de forma que no se notara la erección, Bruno hizo lo mismo, luego le mostré otra habitación contigua que era teóricamente la suya y descendimos de nuevo las escaleras reuniéndonos con el resto.

Todos estaban satisfechos por lo logrado en un solo día y de sus trabajos, Bruno pidió a sus padres de quedarse conmigo para hacer los deberes y dormir en la casa, ellos miraron a Jaime, que se encogió de hombros y aceptaron, siempre que no armara follón, después de cenar todos nos fuimos retirando, Bruno subió conmigo y al llegar al cuarto nos pusimos a  hacer los deberes, cuando terminamos lo guardamos todo y nos pusimos  cómodos para acostarnos, poro recordé una cosa y hablando con Bruno salimos al pasillo, delante de la puerta del cuarto de mi abuelo llamé, pero no recibí respuesta y abrí la puerta, una gloriosa imagen nos sobrecogió, sobre la cama de rodillas  y apoyando sus manos sobre el colchón se encontraba Caín en su inmensa desnudez, Jaime detrás de él entre sus piernas clavaba su verga lentamente dentro del culo del joven, que gemía, su larga melena se derramaba por su cara cubriéndola moviéndose al ritmo de la penetración, los movimientos pélvicos de Jaime eran continuos, sus manos se desplazaban por toda la espalda de Caín acariciándole con ternura, el abuelo gemía de placer, debió notar nuestra presencia ya que giró su cara hacia nosotros, alargó su mano indicando que nos acercáramos, cerré la puerta y nos fuimos acercando a la cama, Caín nos miraba a través de su cabellera sonriendo. Jaime comenzó a desabrocharme la parte de arriba del pijama, terminé desnudándome y lo mismo hizo Bruno, me coloqué delante de Caín sujetando mi verga acercándola a su boca, después de la primera chupada giró su cabeza diciendo: ¡Magnifico sucesor tienes, es igual que tú! Y su boca atacó de nuevo mi verga que palpitaba dentro de ella, Bruno se puso tumbado sobre la cama boca arriba debajo de la verga de Caín y su cabeza subía y bajaba chupándola, mi abuelo mojó su mano con la lengua comenzó  a tocar la dura verga de Bruno, lo iba masturbando mientras penetraba a Caín, esa delicada mano acariciaba los huevos de mi amigo, que entre chupada y chupada gemía.

Me senté sobre las almohadas con las piernas abiertas, cosa que hizo que Caín bajara su cuerpo apoyándose sobre un hombro, metió sus dedos en la boca junto con mi verga mojándolos y con su mano derecha comenzó a jugar con mi culo, acariciaba la entrada y al poco lo hacían sus dedos que se iban abriendo camino ¡Que placer! Esos dedos me producían un cosquilleo dentro de mí y mi polla se puso más endurecida si cabe, esos dedos fantásticos entraban y salían constantemente, mi cerebro iba a estallar de la inmensa gozada. Jaime metía sus dedos dentro del culo de Bruno desflorándolo por vez primera, el seguía chupando la  gruesa y larga verga de Caín mientras se masturbaba, los gemidos de todos se mezclaban.

Mi abuelo sacó la verga del culo de Caín y cogiendo a Bruno lo puso boca arriba colocándose entre sus piernas lo fue penetrando, para que no gritara le puse los dedos dentro de su boca, me los mordió al notar dolor, pero después separó los dientes y los fue chupando, deslicé mi cuerpo hacia abajo y Caín me separó las piernas clavándome su potente verga dentro de mi culo, me mordí el labio ante esa inmensidad que me taladraba, acercó su boca a la mía y me besó suavemente, pero las ganas que tenía de comerme bien la boca, no lo soportó mucho y me devoraba con furia la boca, yo correspondía con la misma fiereza, mis dedos se clavaban en su espalda  y le apretaba el culo, su polla entraba y salía de mi interior dándome un placer muy intenso, sus embestidas se tornaron tan furiosas como su boca, arañé sus nalgas con suavidad y Caín arqueó un poco su espalda gimiendo mientras que yo notaba dentro mío las sacudidas de su verga soltando todo su semen en mi culo, ése calor propició que me excitara tanto que mi polla explotó sola, mojando ambos cuerpos con las salpicaduras de mi semen, mientras gemíamos dentro de nuestras bocas, giramos la cara hacia la otra pareja, que estaban disfrutando, Bruno había envuelto con sus piernas la cintura de mi abuelo, mientras era traspasado por la polla de éste y se besaban con la misma fiereza que nosotros minutos antes, la mano de Jaime masturbaba la polla de Bruno mientras lo penetraba y llegaron juntos al final gimiendo mi amigo soltó su semen sobre su cuerpo y Jaime dentro de ése culo tan apetitoso, ya desflorado por vez primera por una buena polla. Nos recostamos los cuatro después de limpiarnos con unas toallitas húmedas, entonces Caín dijo: ¡Sabes Marc, que esta mañana me pusiste tan cachondo, que después de dejarte en el cole paré en un sitio y me tuve que masturbar, pensando en tu dura verga apretando tan fuerte mi culo, que me hubiera bajado allí mismo el pantalón y tus manos apoyadas sobre mi entrepierna me excitaron un montón, por eso tuve que desahogarme solo y ahora tu culo tan prieto me ha recordado mi primera vez, tanto placer! Mi abuelo rio con ganas mientras decía: ¡El primer día que durmió conmigo, tan modosito y cuando se amorró sobre mi verga, fue toda una gran sorpresa y el placer de sus labios apretándola fue mucho mejor! Entonces el tímido de Bruno añadió: ¡Siempre me atrajo, pero su verga me llamaba y nunca pensé que la tendría en la boca, pero lo conseguí y mi sorpresa fue que él también chupó la mía sin ningún reparo, realmente te absorbe hasta el cerebro! Entonces dije yo: ¡Cada uno de vosotros me ha dado placer de diversas formas, solo espero estar a la altura y aprender cada día un poco más!

Mi verga se había puesto tonta de nuevo, Caín se puso de costado arrastrando mi cuerpo hacía su espalda, su mano masajeó mi verga y se la fue clavando dentro de su culo, Jaime mi abuelo se colocó detrás mío clavándome la suya y Bruno metió su verga dentro del culo de Jaime, los cuatro hacíamos un tren de costado, mi abuelo me susurró al oído: ¡Lo que se pierde tu hermano Pau, apartándote de su lado, eres increíble! Y todos movíamos nuestros culos y vergas al mismo tiempo, era una gozada, todos gemíamos, mi mano iba masturbando la polla de Caín, giró su cara y lo besé, lo mismo hacían Bruno y Jaime, poco después arreciamos las enculadas y terminamos con los culos llenos de semen y mi mano también con el semen de Caín, nos limpiamos de nuevo y Jaime dijo: ¡Ahora a dormir un poco, que os espero a las 5,30 aunque sea sábado, venga a vuestra habitación! De mala gana Bruno y yo recogimos los pijamas y sin ponérnoslos fuimos a nuestro cuarto, al entrar mi amigo dijo: ¡Tu abuelo Jaime es genial, al final no le hemos dado las gracias por mis padres y yo! Sonreí replicando: ¡Creo que se lo ha cobrado con creces, te ha desvirgado! Entonces Bruno abrazándome dijo: ¡Quería que tú fueras el primero, pero estaba tan encendido que no pude resistirme! Besándole la boca contesté: ¡Bueno todo queda en familia! Y los dos comenzamos a reír mientras frotábamos nuestros desnudos cuerpos uno contra el otro, pegó un salto y cogiéndose sus manos alrededor de mi nuca y cruzando sus piernas dobladas a mi alrededor lo llevé a la cama, continuamos besándonos y lo penetré de un certero empujón, se quejó pero con cara de vicio y yo continué penetrándolo contundentemente, mis labios iban de su boca al cuello, él apretaba mi cabeza contra él mientras gemía sonoramente y yo resoplaba enardecido, mis manos separaban sus nalgas forzando más la entrada, lo abracé de nuevo y su verga volvió a chorrear semen entre ambos cuerpos apretando su ano consiguió que terminara explotando en su interior, continué penetrándolo cada vez con más suavidad como meciéndolo, Bruno susurró:¡Me gustaría dormir con ella dentro! ¡Te quiero Marc! Subiendo la sábana contesté: ¡Yo también te quiero Bruno! Y en esa postura nos quedamos dormidos. En esa posición nos encontraron a la mañana siguiente mi abuelo y Caín, pero no nos despertaron, nos dejaron descansar, ellos fueron a ejercitarse. En todo este tiempo ni me había acordado de mi hermano Pau, ni falta que hacía...

Continuará