Policía corrupto (5: Félix, el hijo del capitán I)

Me dirigía al antro que regentaba la Choni, cuando se me cruzó un coche haciendo eses de banda a banda, y a gran velocidad,… era Félix el hijo del capitán con su colega Carlos y un camello del barrio llamado Eliseo.

POLICÍA CORRUPTO (5)

(FÉLIX … EL HIJO DEL CAPITÁN I)

Me dirigía al antro que regentaba la Choni, cuando se me cruzó un coche haciendo eses de banda a banda, y a gran velocidad. Por la prisa que llevaba me resultó bastante sospechoso, enseguida comencé una persecución detrás del coche, seguramente serian traficantes o clientes que habían venido a comprar mercancía por el barrio. En una de las calles pude adelantarlo, le corté el paso con mi coche y me bajé pistola en mano para detener a los ocupantes. Cual fue mi sorpresa al reconocer al conductor, … era Félix el hijo del capitán con su colega Carlos y un camello del barrio llamado Eliseo.

–                   Dani:.  ¡Félix! … ¿Pero que coño haces tú aquí? … ¿Te has dado cuenta a que velocidad ibas conduciendo?

–                   Félix:. Perdona Dani, tío. No sabía que fueras tú.

–                   Dani:. Pero ni yo ni nadie, estabas dando bandazos con el coche … ¿Estás loco muchacho? … Haber, ¿De donde vienes? ¿Y que hace en tu coche el camello éste, el negrata del Eliseo?

–                   Félix:. Nada tío, no hay ningún problema, … el Eliseo es nuestro colega, va al mismo instituto que yo, y venimos de casa de una compañera que ha celebrado su cumpleaños. He bebido un poco mas de la cuenta, pero es que Carlos está mas ciego que yo y Eliseo no tiene carnet de conducir. Por eso he tenido que conducir yo, … pero por favor Dani, no nos arrestes que mi padre no se puede enterar de esto, me mataría de una paliza si lo supiera. Por favor Dani, … por favor

En ese momento mi mente enfermiza y calenturienta se puso en acción. Ya me imaginaba dentro del coche, con los tres chupándome la polla y turnándome sus culos en una placentera follada. Sobre todo el ojete del hijo del capitán, … Félix  estaba bastante bueno, un chavalito de dieciocho años recién cumplidos, alto, delgado, pelo corto, ojos verdes, muy guapo, con la cara aniñada y el cuerpo bien formado.

–                   Dani:. Bueno, bueno … tranquilo. Lo primero que vais a hacer es vaciaros los bolsillos y enseñarme lo que habéis pillado de droga. Y después ya veremos.

–                   Félix:. Dani, … tío, … no llevamos nada de eso, solo hemos bebido un poco, … si no me crees, registrame tú mismo y veras.

Era la invitación perfecta, … (registrame Dani) … el chaval se apoyó contra el coche de frente a mí, yo empecé a tocarlo desde abajo, desde los pies, pasando por los muslos, las caderas, rozando como el que no quiere la cosa mis manos por su bragueta, la cintura, el estómago, el pecho, y terminé quitándole la gorra de la cabeza. Después le dí la vuelta y lo puse de espaldas, quedando su entrepierna pegada a la ventanilla abierta de su amigo Carlos. Mientras yo le sobaba el trasero buscando algo de costo en sus bolsillos, veía por el cristal la cara del amigo a pocos centímetros del paquete de Félix, y eso me estaba poniendo realmente cachondo.

–                   Dani:. Tu no llevas nada, pero yo se quien la tiene escondida. Sal del coche Eliseo, y ponte contra el coche.

El registro del negrito fue mas reconfortante si cabe, directamente lo puse de espaldas a mi, le abrí las piernas y recliné hacía delante elevando de esta forma sus morbosas nalgas. Me recreé en magrearle las piernas, el trasero tan prominente, y me tomé la libertad de meterle la mano en los huevos. Notaba las dimensiones de la verga morcillona, seguramente por el toqueteo que le había dado, la bolsa de los cojones peluda y caliente, y debajo de ella, escondida, una bolsita de plástico. Sin duda había descubierto la mercancía, debía detenerlos y ponerles un buen castigo.

–                   Dani:. Lo ves como no me puedes engañar niñato.

–                   Eliseo:. Mira tío, esto no es solo mio, yo solo lo guardaba pero es de los tres, y el niño del madero también toma.

–                   Félix:. Pero que cabrón eres Eliseo, … Dani no le hagas caso, el único drogata es él, … negrata de mierda, chivato.

–                   Carlos:. Es verdad Dani, la droga es del yonki este.

–                   Dani:. ¡Basta ya! … callaos los tres, y subid a mi coche. Os llevaré a un sitio a que os pase el colocón, … y esta bolsa me la quedo yo. Vamos, andando.

Los llevé a mi casa para que se les pasara el ciego, … ¿O, para ponerlos mas y aprovecharme de ellos?

Ya en casa, senté a Félix y a Carlos en el sofá grande, Eliseo en un sillón y yo en el otro. Puse la droga en lo alto de la mesa, saqué mi pistola y me la apoyé en el muslo.

–                   Dani:. Haber, … ¿Desde cuando te pones? ¿Cuanto tiempo hace que te drogas?

–                   Félix:. Tío, yo no tomo esa mierda, solo de vez en cuando, en alguna fiesta que otra y no mucha.

–                   Dani:. No me mientas chaval, se te ven las pupilas de los ojos super dilatadas, … a los tres por igual. No paráis de adsorber con la nariz para adentro, se os traba la lengua al hablar y el coche olía a porro que te cagas.

–                   Carlos:. Solo habíamos fumado ese, en el cumpleaños no hemos tomado droga, solo bebimos.

–                   Dani:. Sois unos mentirosos de mierda, … si tu padre se enterara de esto se llevaría un desengaño contigo, por no decirte que si se supiera su carrera se vería manchada por un hijo drogadicto.

–                   Félix:. Por favor Dani, te lo suplico, no lo cuentes, … te prometemos que no vamos a drogarnos mas, te lo juro tío.

–                   Dani:. Eliseo, ¿Ves la droga encima de la mesa? … pues preparala, que os vais a hartar hoy de tomar. Ahora los cuatro vamos a jugar a un juego muy divertido, veréis, … yo tengo la pistola, osea que yo mando, y todo lo que yo mande lo tenéis que hacer sin rechistar. ¿A que no quieres que tu padre se entere de vuestras juergas? … ¿A que no? … Pues a esnifar todos y si os dejáis llevar, ya veréis que bien nos lo pasamos.

Estuvimos drogándonos bastante tiempo, yo miraba a los niñatos ciegos, colocados, super a gusto, y a la vez temerosos de no saber lo que podría pasar. Les ordené que se quitaran la ropa, que se quedaran solo con los calzoncillos, ellos lo hicieron a regañadientes y preguntando el por que se tenían que desnudar.

–                   Carlos:. ¿Por que nos tenemos que quitar la ropa?… ¿Tu que eres bujarra?

–                   Eliseo:. Jajaja … ¿Que te gusta las pollas? … ¿Los chavales jóvenes?

–                   Dani:. ¿Veis esta pipa? … ¿Veis quien la tiene en la mano? … Pues a obedecer lo que yo os diga.

Me levanté del sillón, me acerqué al negrata del Eliseo y le apunté en la cabeza con el cañón de mi pistola.

–                   Dani:. A este camello drogata, creo que nadie lo echará de menos, … vosotros diréis, ¿Le pego un tiro? … ¿Me lo cargo aquí mismo? … total es un chivato, y a demostrado que no es vuestro amigo.

–                   Félix:. ¡No Dani!, dejalo tío, … estás muy colocado y no sabes lo que haces. Te juro que haremos todo lo que digas, … mira, ¿Ves? … ya me he quitado la ropa, … venga Carlos, desnudate ya, … ¿Ves?, ya estamos en calzoncillos.

–                   Carlos:. Si tío, … mira.

–                   Dani:. ¡Negro!, tu también, … desnudate y enseñame el paquetón que guardas debajo de los vaqueros.

–                   Eliseo:. Vale tío, pero deja de apuntarme con la pipa.

–                   Dani:. Félix, ¿Ves el frasquito de poper´s encima de la mesa? … pues ábrelo y dale una oliscada … ¿Te gusta la sensación? ¿Te gusta el subidón que te pega?

–                   Félix:. ¡Uff! … ¡Que flipe colega! … me ha dado un pelotazo en la cabeza, que el colocón se ha multiplicado por mil.

–                   Dani:. Pasáselo a tu amigo … dale que huela, y experimente lo mismo que tu. Yo tengo aquí otro tarrito para el Eliseo y para mi.

Parecía que le habían cogido el gusto al poper´s, no paraban de darle oliscadas al tarrito, se lo pasaban de nariz a nariz, riéndose del mismo ciego, y mirándose mientras se sobaba cada uno su polla empalmada. Estábamos en una nube, el vicio se podía palpar en el ambiente, le daba de oler a Eliseo al mismo que le metía mano en el paquete, y podía sentir la dureza de su miembro.

Me acerqué a los dos colegas, agarré la cabeza de Félix, se la incliné hasta llegar a la entrepierna de su amigo y estrellé su cara restregándola por todo el paquete. La cara de Carlos era de sorpresa, satisfacción, lujuria, la calentura que llevaba encima hacía muy permisiva la situación y a causa del ciego lo atrevido e inesperado se convertía en deseo. Al principio el hijo del capitán se mostró reticente, asqueado por el acoso de mi mano al obligarle a tocar con el rostro la verga del amigo, a olérsela, a sentir su calor y dureza. Con la otra mano, le magreaba el ojete del culo por encima del calzoncillo, acariciándolo con suavidad, introduciéndole los dedos en el agujero con tela incluida, percibiendo cachondo perdido lo prieto y estrecho que tenía el ano. Cuando Félix volvió a oler un par de veces del tarro, la cosa cambió enseguida, destapé la dura polla de Carlos y después de mirarla unos segundos, se la zampó poco a poco el colega en la boca.

Empezó a comerle el prepucio con suavidad, lamiendo despacito como un perro, agarrando con la mano los huevos de su amigo, estirándolos con fuerza hacía abajo y empinando la polla, toda tensa por el movimiento. Era delicioso ver como saboreaba el capullo húmedo de su colega, la forma de su boca apresando y apretando con los labios la regordeta cabeza. Me producía un calentón incontrolable, las drogas hacían su efecto en mi cuerpo, en mi polla, en mis pensamientos perversos, salía de mí un vicio pérfido al mirar a Carlos como arremetía y golpeaba con la polla en la boca de su amigo Félix. Tuve que agarrarle de los pelos fuertemente, me descontrolé por completo como un energúmeno, haciéndole daño y sometiéndolo con mis movimientos bruscos a meterse la verga hasta la garganta.

Eliseo observaba desde poca distancia el cuadro de los dos colegas y el poli vicioso penetrando el ojete de Carlos con el cañón de la pistola. Tenía el nabazo negro sacado por uno de los laterales de los calzoncillos, sobándolo con los dedos, mojando el tronco de ébano con el pre-cum que le salía del glande, y dejándoselo muy brillante por el líquido. Después de untarse un poco de polvo blanco en el capullo, se dirigió hacía la boca de Carlos subiéndose de pie en el sofá, se inclinó hasta tener a tiro el agujero bucal del chaval, y la insertó toda dentro. Los ojos de Carlos parecían que se iban a salir de las cuencas, la anchura y el grosor de aquella polla desgarraba las comisuras de cualquiera, le daban arcadas de vómito por no poder respirar, y le chorreaba la saliva que se le escapaba por la barbilla.

Me agaché por debajo de la entrepierna de Eliseo para contemplar mejor la mamada que le estaba haciendo Carlos, viendo como entraba y salía ese monstruoso manubrio de su boca, como golpeaba los gordos huevos en su cara, y como le clavaba salvajemente el negraco, la polla al jovencito. El morbazo me salía por la boca en forma de babas, la polla me iba a reventar dentro de los vaqueros, tenía la bragueta hecha un charco de fluido preseminal que chorreaba sin control de la rajita de mi cipote. Miraba fijamente los prominentes glúteos del negrito moviéndose hacía adelante, cerrando el agujero anal cuando envergaba dentro, y separando los cachetes al sacarla de la boca, dejando al descubierto un oscuro y suculento boquete. Ese culazo me estaba poniendo realmente enfermo de vicio, acerqué mi boca lasciva hasta el agujero del negraco y comencé a lamerlo como un perro sediento de joven macho. Como era de esperar Eliseo gemía de gustazo, por el placer que le proporcionaban nuestras lenguas, el negro se lo merecía por lo buenísimo que estaba, por la pedazo de verga que gastaba, y el trasero tan sabroso que tenía. El joven Carlos no paraba de mamar frenéticamente con la boca super abierta, la lengua insensible por la farlopa hacía que la saliva resbalara a borbotones por las comisuras, y que las embestidas contra aquel rabo fueran salvajes.

El calentón desbordaba todo mi cuerpo, me sentía con autoridad, con poder absoluto, el mismo que ejerce un amo con su esclavo, y a partir de ese momento yo sería el amo de los tres chavales.

Levanté violentamente a Félix del sofá de un tirón de pelos, me apetecía tratarlo como lo que era, … como una perra calienta pollas asquerosa, …  Lo arrodillé en el suelo mirando su joven polla empalmada, encerrada dentro del calzoncillo húmedo, coloqué su cabeza a dos palmos de mi paquete, abrí la cremallera del pantalón, me saqué la polla y apuntando a mi water humano, me oriné encima de él.

–                   Dani:. ¡Miradlo niñatos! … mirad como me meo encima de este cerdo de mierda. Estoy que me salgo del vicio, hoy vais a hacer lo que yo os diga, …  ya veréis que gozada mas buena y que pedazo de follada vamos a darnos mutuamente. ¿Te gusta guarra? … ¿Te pone cachondo que se meen encima tuya?

–                   Félix:. Es … asqueroso … cabrón, … te estás pasando un huevo Dani. Eres un hijo de puta, … para … para ya tío.

No terminó de decir la frase cuando le crucé la cara de un guantazo, de la fuerza que ejercí con la mano lo tiré al suelo en redondo, los dedos se le veían marcados en el rostro y la sorpresa, el miedo, el temor, también se reflejaban. Me agaché y lo cogí del cuello con la mano, mientras los otros dos niñatos no me quitaban ojo de encima.

–                   Dani:. La próxima vez que quieras llevarme la contraría, mejor piensatelo antes de decir nada, y no me cabrees. Y esto va para vosotros dos también, no me toquéis los huevos a menos que os lo pida, … así que seguid a lo vuestro, y disfrutad del polvo. Y tu, … por desobedecerme vas a probar las meadas de todos, uno a uno te van a descargar sus vejigas en toda la cara, … como una gran lluvia dorada entre colegas, y mas vale que no protestes, si no quieres volver a recibir.

Dicho lo dicho, volví a colocarlo y terminé la meada, dándole un buen baño de mi ácido amarillo. Para rematar la ducha, hice que me limpiara a lametazos las últimas gotas que fluían por la raja del capullo, una sabrosa mezcla viscosa de orina y pre-cum.

La verdad no sabía por que protestaba tanto, porque no veas como movía esa lengua el mamón, que gustazo de boca, que placer ver como entraba mi cipote en profundidad y volvía a salir brillante, mojado de saliva. La cara de asco y de malestar que ponía al ser sometido por mi, me llevaba al limite de lo cruel, como un animal depravado. Mil pensamientos malvados cruzaban mi mente, y solo pensarlo se me hacía la boca agua por la fogosidad, … por el ardor.

El niñato que tenía ahora de rodillas chupándome la polla, era el mismo que se comportaba como un déspota, un mocoso que te miraba por encima del hombro, un mimado consentido y mal criado, que se le permitía todo, que se le perdonaba todo haciendo la vista gorda, porque su padre era el capitán de policía.

–                   Dani:. ¡Traga maricón! … ¡Chupame la polla! … ¿Ahora no está tu padre para defenderte? … ¡Siiiiiii! … mama chaval, que me tienes cachondo perdido, … te voy a destrozar, te voy a convertir en mi juguete sexual, y tu única misión como mi esclavo, será darme placer a mi y a tus coleguitas.

Con las manos apretando su cabeza, empecé a golpear indiscriminadamente su mamona boca, me lo envergaba como un animal feroz provocandole a mi polla un gustazo increíble, incitando a que mis huevazos soltara toda la carga de leche caliente en su sucia y guarra boca.

–                   Dani:. Eh, … vosotros dos, venid aquí y mearos encima del colega mientras me corro en su boca. ¡Uffff! … ¡Sigue marica! … ¡Ahhhhh! … vamos, empezad niñatos de mierda, bañarlo en orina caliente, … ¡Que gustazo cabrones!

–                   Carlos:. Perdona tío, … pero tengo que obedecer a este cabrón. ¡Joder colega!, … es que no veas el calentón y el ciego mas bueno que tengo. No me negarás, que el tío sabe ponerte a mil por hora, y el juego vicioso que se trae es flipante, … así que preparate amigo mío para recibir una buena ducha ácida.

–                   Eliseo:. Yo estoy alucinando tronco, … yo me dejo llevar y a disfrutar. Además, te lo mereces por lo mal que me tratas, por las veces que me has insultado llamándome negrata de mierda, sudaca, y mas cosas. ¿Cuantas veces has incitado a tus colegas para que me hicieran la vida imposible? … Pero para pillar droga si te valgo y soy un colega mas. Si el amo poli me deja, te voy a violar el culo, … te voy a pegar una envergada, que no te vas a poder sentar en un año, chulo de mierda.

–                   Dani:. ¡Joder! … esto promete. Creo que vamos a disfrutar de lo lindo, … ¡Sigueeeeeee! … ¡Me voyyyyyy! … ¡Ahhhh! … ¡Me corroooooo!

Los mofletes inflados por el torrente de semen que inundaba su hocico, la cabeza, la cara, el cuello, el pecho, las piernas chorreando de orina, de meados vertidos por sus colegas, por esas pollas gordas y morcillonas.

Ordené a sus dos amigos que lo levantaran y se lo llevaran al baño. Lo metieron en la ducha para lavarle las meadas vertidas sobre él, mojaron todo su cuerpo desde la cabeza hasta los pies, enjabonándolo con sus manos a conciencia y tocándolo por todas partes.

–                   Dani:. Negrito, dejale bien enjabonado el ojete, … quiero que resbale bien la polla de su amigo Carlos cuando se lo tire por el culo, … y que le valla abriendo el boquete para poder tragarse tu herramienta atroz. Carlos, … te quiero ver follándote a esa escoria como un sádico hijo de puta, revientale el culito y que se sienta violado por un verdadero macho.

Su amigo Carlos, se posicionó detrás de Félix agarrándolo por las caderas, y le hizo tragar de un puntazo toda la polla gorda que le colgaba al jovencito. Eliseo que estaba de frente a él, le cogía de los brazos para que no se pudiera mover y  movía  las caderas de un lado a otro, balanceando el cipote y pegándole en el rostro con los dos kilos de carne negra. Los gritos de dolor sonaban por toda la casa, no paraba de chillar llorando como una virgen desvirgada, como un chaval puro que le han quitado la honra. La follada que le estaba dando su amigo era brutal, se notaba que le tenía ganas desde hacía tiempo, … o, que el colocón que llevaba el colega encima era demasiado grande, y ya se le escapaba de las manos. Tragaba pollas a la fuerza, la verga del amigo entraba en el boquete entera, hasta tocar sus nalgas con los cojones, y salía para afuera con el tronco manchado de sangre. Al mismo tiempo Eliseo ya había conseguido meterle el cipotón en la boca, jodiéndole el boquino de guarro mientras gemía fuerte, y gozaba a costa de la puta ramera.

El colega no aguantó mucho, era tal el gustazo que le daba aquel ano, que se corrió retorciéndose de placer, descargándole la lefa de sus huevos en el agujero, y soltando todo el caudal por el recto.

–                   Dani:. Agachate y comele el boquete del culo a tu colega. Bebete el semen que le has dejado, límpiale con la lengua hasta la última gota de leche, … y date prisa, que estoy impaciente por ver como el negro se lo encula y le mete la polla enterita.

No le gustó mucho lo que le ordené, aquello de lamer tu propio esperma no le hizo gracia, pero por no llevarse un puñetazo en los huevos me obedeció y completó exhaustivamente mi deseo.

Cambiaron los puestos y Eliseo se preparó para taladrar el agujero de Félix, como si su polla fuera una tuneladora y el culo del niñato el túnel. Aquella tranca negra no cabía entera en el boquete del muchacho, yo ayudaba abriendo de par en par con mis manos los cachetes de su culo, … si con la follada que le pegó Carlos había gritado, … con la que le empezaba a darle Eliseo, ya podréis imaginaros como vociferaba, era un cerdo desgañitándose en el matadero.

¡Que calentón mas grande colega! … Mirar al muchacho completamente espatarrado, ese culo tan morboso bien abierto, tragándose la pedazo de polla del negraco, sin dejar de vociferar que parara, y su amigo vuelto de espaldas, metiéndole la raja del culo en la boca para que lamiera y se callara de una puta vez.

El negro follaba a una velocidad brutal, inhumana para el pobre culito de Félix que tenía que tragar por cojones aquella masa descomunal, que gastaba el colega. Félix, intentó cogerse la polla que no paraba de gotear por el glande fluido preseminal, le torteé la cara reprimiéndolo, ordenándole que nada de pajas todavía y terminé apresando sus brazos a la espalda. Contra mas chillaba el niñato, mas burraco se me ponía el cipote, mas duro, mas gordo, con una empalmaera descomunal y un latido acelerado e impaciente en el capullo.

–                   Eliseo:. ¡Me corroooooo! … no aguanto mas, maricona, … ¡Que culazo mas bueno joder! … ¡Asiiiiii! … ¡Toma lefazo! … el colega te devora la polla que es un gustazo, … ¡Ahhhhh! … la devora … ¡Tragaaaaa!

–                   Félix:. Mamones, hijos de la gran puta, … paraaaaaaaa … yaaaaaaa … te lo suplico. Lo que hacéis conmigo no tiene nombre.

–                   Dani:. ¡Calla maricón! … esto es solo el aperitivo de lo que te espera todavía, … a ti, y a estos dos mamones. ¡Vamos! … todos a la cama, que ahora me toca disfrutar a mi de vuestros culos y vuestras bocas.

Continuará