Poemas desde la lluvia
Otra breve selección de mis poemas. Espero que les gusten.
POEMAS DESDE LA LLUVIA
-Por José Alfonso Pérez Martínez-
Unas palabras previas, a modo de prólogo:
Nací en Cartagena, ciudad del levante español, en abril de 1976, recién nacida y frágil aún nuestra democracia. He vivido estos 31 años en la misma ciudad en que nací, esta ciudad que amo como se ama una herida. He publicado poemas en el nº 1 de "El Confort del Sur" (Cartagena, 1997), en los tres números (0,1 y 2) del efímero "Oh poetry!" (Murcia, 1999, 2000), en el nº 10 del ciberfanzine "Borraska" (2004) o en "Clave Digital" (República Dominicana, 2005), así como en sitios de internet como elaleph.com o elforo.de/literaturaunive. He ganado algún pequeño premio literario (el "Nicolás Ortega Pagán" de Fuente Álamo -Murcia-, en 1995, por ejemplo) y he dado algún recital poético público (en "La Tertulia" de Cartagena, en el año 2002, por ejemplo) .Soy consciente de ser un poeta menor. Mi mayor riqueza, si alguna tengo, es tener amigos que me consideran como algo más, amigos como Valentín Amaro, él sí un gran poeta.
Mi correo electrónico: josealfonsoperez@gmail.com.
Les dejo con algunos poemas de mi cosecha, algunos de los sembrados a lo largo de los años.
Los bosques de lanzas
Erizados frente a Breda
La muerte en los carros de Kursk
En las calles de Stalingrado
En Dresde en Guernica en Montecassino
Los cruzados arrasando Bizancio Jerusalén
El gemir de un niño en Sarajevo
Su rostro su pecho
Traspasados de metralla
Aníbal aplastando a Roma
En Tesino Trebia Trasimeno Cannas
Los caballeros portaespadas del Báltico
Los turcos ante Viena
La guerra de los cien años
Enrique V en Francia
La doncella de Lorena
El Barón Rojo los panzers Hastings
Las masacres de Queronea
Qadesh el frente del Ebro
La guerra la guerra la guerra
El recuerdo
de esas dulces experiencias incompletas
carne liberada y contenida
deseo desatado y refrenado
Mi dichosa triste historia
Museo de América
(Tras visitar el Museo de América, en Madrid)
Todo aquel arte
restos de hombres
tan distintos
tan únicos
tan iguales al fin
Todo aquel arte
muerto en vitrinas
colgado en paredes
para asombro
e instrucción de las gentes
Todo aquel arte
tan triste
Dónde ahora aquellos hombres
que lo hicieron
que parecían eternos
Todo aquel arte
testimonio de vida
Dónde aquellos chibchas
mayas chimús incas
Dónde dónde ahora
aquellos jíbaros
reductores de cabezas
Dónde los indios
cazadores del búfalo
Dónde dónde ahora
Todo se lo comió la muerte
sólo queda arte
y objetos muebles
curiosos testimoniales
sólo queda un silencio
cargado de restos
todo lo que en el camino
olvidado dejó la vida
Los mayas los incas
ya no tienen reyes
ya no van a los templos
y los dioses son pasto
alimento del turista
Los jíbaros ya no reducen cabezas
y se les acaba la selva
Dónde ahora los búfalos
de las inmensas praderas
Todo aquello que encontramos
hace ya tantos años
Dónde dónde ahora
Todo se lo comió la Historia
Todo aún se lo está comiendo
Navegar hacia Bizancio
Cúpulas de oro en el lejano horizonte
Releer a Yeats mientras cae la noche
Sabernos solos y que no importe
Tal vez quieras decirme
que puedo ser feliz
si me lo propongo
Hace poco te hubiera dicho
que yo sólo puedo ser feliz
si tú te lo propones
Pero hoy...
se te está acabando el tiempo
y te me desvaneces como niebla huidiza
No creo que duela mucho
perder mi amor si no te tuve
si nunca tuve tu amor ni tu cuerpo
no será como perder un habito
De todas maneras
sé que aunque te pierda
seguirás en mis versos
¿por qué no puedo olvidaros?
Pasan años y seguís aquí
¡Oh innoble servidumbre
de recordar seres humanos!
Lucientes fieras
Fuisteís feroces, ojos:
por vosotros, despojos
son lo que fueron hombres...
No hay lengua que os nombre,
y a vuestro claro mirar
ya las almas se inclinan,
y muda el hosco gesto
la palabra tristeza,
y torcida es en dicha.
De ninfas o de efebos
adornaís la belleza,
y es dulce melancolía,
ojos, vuestro recuerdo...
¿A qué dios, hermanos, agradecemos este hervor?
Katanas de carne sedientas de gozo
Soberbios falos curvos gimiendo carnes
Habet testiculos et bene pendentes
Y de tanto goce ¿quíen es el culpable?
Amor rige su imperio sin espada
(Soneto, el título es el primer verso de un soneto
de Juan de Tassis y Peralta, Conde de Villamediana -1582-1622-)
A quienquiera mi afán de amor ofenda
que no pretenda en mí cambio ninguno,
pues realizar enmienda nunca suele
aquel que de amor vive y se sustenta.
Penan de dulce amor el león y el búho
y en tiernos los tiranos se convierten,
mendigos gimen y señores altos
en chozas tristes o bellos palacios.
Si poetas tantos en excelsos versos
del amor cantaron los efectos,
pensad que no vana cosa es si tanto
y en tan bella forma tornóse canto.
Porque el poeta sólo tiende a lo bello
cual al agua clara va el sediento.
Tratado de ruinas
Tocas la vieja piedra
Que venció mutilada al tiempo
La acaricias como a una carne
Te cuenta que viene de lejos
Que la ciudad ha cambiado
Y que los hombres, ay, son los mismos
Besas la vieja piedra
Apoyas tu mejilla y es fría
Un frío capitel marmóreo
-Así la muerte, el tiempo y los siglos-
...Y a mí me amo sólo desque tú me amas
(Soneto)
Fue verte llorar un segundo sólo
y al momento odiar el mundo, triste amor,
que penar es más penar en tus ojos
y en mí mismo este ardor es más ardor.
Y así tus negras aflicciones son mías,
pues que ya todo en ti me ha conquistado,
y el gozo tuyo también es mi alegría
como si en ti viviese duplicado.
Y a mí me amo sólo desque tú me amas
pues que a quien amas amo y a quien odias
odio, más que a nadie o más que a nada.
Y sabe que ni amo ni odio a medias,
y que si tú quisieras me mataba,
aunque ame la vida porque tú la vivas.
Epílogo
Afuera tal vez esté lloviendo;
dentro, la "Gerusalemme liberata" de Tasso
llena mi alma de perlas y oro...
¡Salve cualquier dios la música de los hombres!