Podríamos...

3ºparte

PODRÍAMOS...

CAPÍTULO 5:

A la mañana siguiente, Julie despertó abrazada a su mejor amiga, por la noche ambas habían vuelto a la residencia de alumnos, pero cuando vio como Andrea intentó despedirse con una sonrisa triste, y sin el riguroso abrazo, la abrazó y revolviéndole la clara cabellera rubia, acabaron abrazadas en la cama.

-Buenos días limón.-dijo sonriendo Julie, mientras se rascaba la nuca sentada en la orilla de la espaciosa cama, apoyada contra la pared, donde dormía Andrea a rinconada.

-Buenos días...-respondió bostezando.

-Creo que me voy a ir a duchar a mi cuarto, te veo luego en clase.-dijo Julie, se despidió con su clásico guiño de ojo y salió de la habitación.

'¿Qué clase tengo ahora?' se preguntó, entró a su habitación, que por cosas de la vida, no compartía con nadie, mas de una vez le ofreció a Andrea que se mudara con ella, pero con el montón de ropa de su amiga, no cabrían.

Se desvistió, entró a la ducha, y recordó que por la tarde tendría entrenamiento.

Con su normal vestimenta despreocupada, salió con la mochila colgada en el hombro izquierdo y con paso lento, casi al compás de la lenta música que sonaba en sus oídos, anduvo hasta llegar a su clase.

Fue guiñando ojos a cada paso que daba por los continuos “hola o buenos días” de sus compañeros, se sentó y comenzó la clase al ver entrar a la, ya un poco mayor, profesora de matemáticas.

En el transcurso de la clase dibujó en su cuaderno, y en el momento en el que la profesora ponía ejercicios, los acababa rápidamente para seguir con su dibujo. Salió y fue a buscar a Andrea, que no impartía la misma clase que ella, al no escoger ciencias como opción a bachillerato, sino letras. 'Creo que a primera hora tenía griego...'. Sacó su móvil del bolsillo y le mandó un mensaje a Andrea para saber donde estaba al no acordarse de en que clase se encontraba. Distraída entre la alta música, esta vez más rápida en ritmo y rimas al ser rap, y el teclear de sus dedos, no se fijó en que la chica que ayer le había robado el pensamiento, también estaba absorta en la novela que hacia unas semanas Julie ya había leído.

En un ágil movimiento Julie evitó volver a chocar con Carolina, y que la novela cayera.

-Podríamos dejar de coincidir así, ¿no crees?-le preguntó la morena con una gran sonrisa.

-Podríamos.-respondió Carolina, también contenta de volver a verla.

-¿Química perfecta?-preguntó Julie al referirse a la novela.

-¿Perdón?-preguntó la castaña, malinterpretando las palabras.

-El libro.-añadió apuntándolo.

-Ah...Sí, muy...¿rebelde?-dijo riendo.

-Un poquito...-acompañó Julie la respuesta con el dedo índice y pulgar cerrándolos haciendo referencia al “poquito”.

-Es muy bonito, hay continuación por lo que he visto.

-Es una trilogía, yo ya voy por la segunda parte.-dijo Julie sonriendo.

La conversación entre las dos siguió sobre los diferentes libros que hacia poco que habían leído, y sus distintas aunque a veces parecidas opiniones.

CAPÍTULO 6:

'¿Dónde estará?', media hora llevaba Andrea esperando a que Julie apareciera para ir a desayunar con la hora libre que tenían, antes de la siguiente clase.

-Disculpa.-dijo tímidamente la chica que siempre se sentaba detrás de la rubia en sus clases comunes.

-¿Si?-se giró Andrea con una sonrisa.

-Yo...-la chica no podía casi hablar, el nerviosismo podía con ella.

-Tú...-continuó Andrea con una sonrisa, fijándose en las bonitas pecas que se veían a los lados de la pequeña nariz de la chica pelirroja que la había llamado.

-Este... quer...quería saber si...-intentó continuar Paulina.

-Si...-ayudó la rubia.

-Si te gustaría hacer el trabajo de griego conmigo...-preguntó sin preguntar.

-Em...-se sorprendió Andrea por la pregunta, pero pensando lo bien la chica le causaba ternura, sin contar que sus pecas y ojos claros le llamaron la atención. '¿Por qué no?'-Sí, claro. ¿Cuándo quieres empezar?

-¿En serio?-cuestionó Paulina, levantando la cabeza de repente, siendo un poco más alta que Andrea.

-Por supuesto.-respondió la rubia con una sonrisa ahora sin saber porque sonrojada por la inquisidora mirada de la pelirroja.

-No me lo creo...-susurró Paulina.

-¿Has dicho algo?-preguntó, a pesar de que sí que la había escuchado.

-¿Eh? No, no.-se apresuró a decir.

-Ya...-dijo sonriendo Andrea.-¿Quieres ir a desayunar conmigo?

-¿En serio?-cuestionó otra vez la pelirroja.

-No de mentira...¡Claro!-dijo riendo la rubia.

'Preciosa...' pensó Paulina, viendo como reía la chica de la que llevaba enamorada... ¿Cuánto tiempo? Desde que la vio por primera vez hace un año.

Paulina sabía que no tenía oportunidades con Andrea, pero ayer, cuando la vio llorando y corriendo hacia al bosque decidió seguirla. Espero todo el tiempo que Andrea estuvo allí subida en el árbol. Al sentir llegar a Julie pensó en irse, pero le daba miedo hacer ruido así que prefirió quedarse y queriendo y sin querer escuchó la conversación de ambas ex-ami-novias. El corazón por cruel que suene se le iluminó, jamás pensó mal de la morena que acompañaba a todos lados a la mujer de sus sueños, sabía que era buena persona, la forma en la que la ayudó el día que el chico ese empezó a molestarla, Julie fue quien intervino, demostrándole las razones por las que Andrea estaba con ella, y no con una gallina.

-Eo...te has quedado embobada-dijo Andrea acariciando la blanca mejilla de la pelirroja.

Ante el contacto, Paulina cerró los ojos, disfrutando de la sensación de calor de la perfecta mano de Andrea.

Andrea al ver esa acción siguió acariciando su mejilla, sin saber y tampoco comprender el porque de dicho acto, pero que se sentía tan propio.

La caída de un rayo las asustó.

-¿Llueve?-preguntó Paulina con cara de interrogante al estar a comienzos de verano.

-Será una tormenta de verano o algo así...-respondió Andrea.

-Inteligente respuesta.-comentó sin pasarse con el sarcasmo humorístico.

Andrea río apenada por su brillante deducción, y golpeo graciosamente el brazo de la pelirroja.

-¿Sabías que agua moja?-preguntó Paulina en son de broma a la rubia.

-¿En serio?-respondió con incredulidad fingida Andrea.

-Pues sí, ¿lo probamos?-señaló sonriente hacia la cafetería que estaba al otro lado del amplio jardín que separaba los diferentes edificios.