Poción multijugos

Harry y Ron jamás hablarán de aquél encuentro con Hermione

Hermione entró en la sala común de Griffindor muy excitada. Su poción había funcionado! Tenía poco tiempo y no vió allí sus amigos. Subió corriendo por la larga escalera hasta el dormitorio de los chicos pero todavía no habían vuelto del partido de Quiddich. Contrariada por tener que esperar se tumbó en la cama de Ron, dejando caer su larga melena castaña sobre el cojín de terciopelo. Podía sentir cada pliegue de la tela, su túnica, todas las sensaciones eran nuevas y fascinantes con aquella poción. Estaba sudando por las prisas, y acarició con las yemas de los dedos sus labios.

Eran tan suaves...sentía su cuerpo distinto y maravilloso. Lamió con la lengua la punta de sus dedos, que fue deslizando por si cuello hasta el primer botón de su ropa. Los fue desabrochando uno a uno, descubriendo sus pechos, tersos y firmes, y acariciando las aureolas de sus pezones húmedos por el sudor. Esa sensación la hizo estremecer y siguió desabrochándose la túnica hasta quedar desnuda sobre la cama de su amigo, que olía dulce, probablemente a algún caramelo de Honeydukes que habría comido allí antes. Descubrió su torso pasando sus manos por su cintura hasta llegar a sus braguitas que hizo deslizar por sus caderas. Ahora estaba totalmente expuesta en aquella cama, pero no le importaba, el efecto de la poción era demasiado intenso. Pasó sus dedos por el interior de sus muslos, descubriendo húmedo su sexo, tocando sus labios suaves y su pubis sin vello, y acariciando su clitoris suavemente en círculos. Estaba muy caliente y no esperó a introducir un dedo dentro. Lo notó cálido y estrecho, era normal puesto que jamás había hecho algo así, y jugó con ese dedo durante un tiempo acostumbrándose al tacto de las paredes húmedas. Introdujo otro más, y eso la hizo gemir suavemente, sintiéndose llena y abrumada por ese placer nuevo que estaba descubriendo. Oyó como alguien subía por las escaleras, eran Harry y Ron, que justo habían salido de las duchas de los prefectos, privilegio de los que cursaban último curso en Hogwarts.

Llevaban solamente unas toallas púrpuras atadas en la cintura y se quedaron perplejos ante la escena que había ante sus ojos...Hermione! Te has vuelto loca? Dijo Ron, pero ella no contestó y lanzó un hechizo “Petrificus totalus” con el que los dos chicos se quedaron congelados. Ella se levantó, mostrando sin ningún pudor su cuerpo a los dos cuerpos inmóviles ante ella, y con un gesto de varita la puerta se cerró con llave. Los tenía justo donde quería. Sacó de su túnica dos filtros de amor muy potentes y los vertió en los labios inmóviles de Harry y Ron, y los contempló divertida. Jamás pensó que aquellos niños que conoció hace años en un tren ahora serían estos hombres que tenía delante. Ron a sus diecisiete años tenía un cuerpo grande y fuerte, y Harry era fibrado y atlético. Le excitó tocar sus cuerpos todavía mojados de la ducha y quitó las toallas sonriendo. Pudo contemplar los miembros de sus compañeros que reaccionaban al filtro amoroso, crecían hasta quedar totalmente erectos, pese a que ellos eran incapaces de moverse. Pudo ver como el miembro de Ron, más ancho y grueso goteaba líquido preseminal y se arrodilló a recogerlo con la lengua. Pasó la punta de sus dedos por la venosa polla de Harry mientras se introducía la de Ron en la boca, que gemía sin poder hacer nada. Le costaba meterse entera su polla, pero intentaba llegar cada vez más adentro, hasta chocar con los labios en sus huevos hinchados por la excitación, sintiendo el vello púbico rojizo acariciarle en la nariz. A su vez la polla de Harry estaba cada vez más dura, y podía subir y bajar su prepucio con dificultad debido a la rigidez de su glande húmedo. Decidió permitirles moverse, sabiendo que el filtro de amor les haría totalmente ávidos de placer y no podrían resistirse a ella. Accio! Susurró, y los dos chicos se abalanzaron hacia ella, Ron fue el primero, que posó sus grandes manos sobre sus pechos, introduciendo su polla entre ellos, mientras jadeaba de placer. Ahora su miembro estaba rodeado por aquellos pechos blancos, y se deslizaba húmedo arriba y abajo, chocando con los labios abiertos de Hermione. Harry a su vez acercó su polla también a la boca de la chica e intentó meterla también mientras ella se esforzaba en complacer a los dos. Harry masturbaba freneticamente su polla mientras que Ron disfrutaba de la mamada que Hermione le estaba dando, ahora controlada por las manos de Ron que agarraban su nuca con energía.

Harry se cansó de ser segundo plato y levantó el cuerpo de la chica, poniéndola contra el dosel de la cama, y se agachó a lamer su coñito húmedo y estrecho. Fue introduciendo su lengua entre los labios lubricados, a la vez que abría con las manos las piernas suaves de su amiga. Ron continuaba dándole rabo sin cansarse de esos labios y de esa garganta cada vez más húmeda y profunda. En ese momento Ron se tumbó en la cama, y ella se puso a horcajadas sobre él, intentando introducirse aquel grueso tronco pelirrojo con dificultad. Estaba realmente muy mojada, y pronto se adaptó a las medidas de su amigo no sin gemir por una leve punzada de dolor. Harry contemplaba como Hermione engullía aquel miembro cabalgando a Ron con energía, mientras este agarraba las caderas y los pechos de la chica, y le metía de vez en cuando los dedos en la boca todavía abierta. A qué esperas? Le dijo Hermione. Y Harry intentó unirse torpemente, escupiendo en su polla y apuntando la punta de su miembro al mismo orificio que Ron estaba follando. Se notaba muy estrecho y pronto entró.

Ahora

las dos

pollas se frotaban dentro de Hermione, entrando y saliendo acompasadas, rodeada por sus dos amigos que la poseían tal y como ella había planeado. Notaba sus pollas durísimas abrirla completamente, mientras ella se acariciaba el clítoris con ansia, deseando correrse sobre ellos mojando aquellas vergas que la estaban destrozando de placer. Empezó a notar unas contracciones muy fuertes y de pronto un gran orgasmo la hizo explotar sobre Ron, que recibió las salpicaduras sonriente. Ahora los dos chicos notaban como sus pollas deslizaban suavemente dentro de la chica, que agarró la polla de Harry ahora de pie y la acompañó a su culito, mientras que ella se volvía a comer la polla de Ron totalmente empapada. Aquello la excitó todavía más, ya que sabía que los dos chicos deseaban correrse. Harry intentó penetrarla pero su culo era demasiado estrecho, y empezó a frotar su polla y masturbarse contra el culo de Hermione, que ahora pajeaba a Ron sobre su rostro. Notó como los jadeos de los dos chicos se aceleraban, y se puso de rodillas, con

las dos

pollas delante, esperando recibir la leche de los dos magos.

El primero en correrse fue Harry que dejo caer varios trallazos de lefa caliente sobre las mejillas de Hermione, que ahora lamía con energía y agarraba la polla de Ron mientras se pellizcaba el pecho. Ron al ver la leche de Harry caer sobre los pechos de Hermione empezó a jadear y una intensa corrida empapó a la chica, que intentaba abarcar cada una de las gotas que caían de los dos miembros de sus amigos. Siguió mamando hasta dejar a los dos chicos satisfechos y exhaustos sonriendo delante de ella. Notó como su piel se iba volviendo más blanca, y oyó a Harry decir...Hermione! Tu pelo! Y al mirarse en el espejo que había junto la cama pudo ver como su pelo castaño se volvía rubio y sus ojos azules. Petrificus totalus! Gritó.

Mientras su cuerpo volvía a su forma original, contemplandose ahora en el espejo como un chico rubio y alto con intensos ojos azules. Sonrió con malicia y con un toque de varita su cuerpo se cubrió con las ropas de Slytherin. Bajó las escaleras tranquilamente y llegó a la sala común de Griffindor, donde se cruzó con la autentica Hermione. Malfoy! Tu no puedes estar aquí! le dijo. Y él la ignoró, satisfecho de haber dado buen uso aquella noche a la poción multijugos y sabiendo que lo que había pasado, aquél secreto, Harry y Ron se lo llevarían a la tumba.