Pobre Juan Carlos

Juan carlos sufrió un accidente que lo dejó impotente, su mujer no resistió eso.

POBRE JUAN CARLOS

No es mi costumbre narrar como observador, siempre me meto en un personaje y desde allí escribo, pero me llegó un mail y me contó el que lo escribió una historia que me impactó y que no dudé en volcarla, como el protagonista me pidió que ponga su nombre, acá cumplo, pero no me voy a instalar en ningún personaje, voy a narrar algo verídico y muy triste para él.

Juan Carlos tiene 29 años, un trabajo como para vivir, ni bien ni mal, vivir. Pero la desgracia golpeó su vida por primera vez cuando lo atropelló un auto a la salida de su trabajo, esos irresponsables y casi asesinos que creen que la calle les pertenece y hacen lo que quieren en ella montados y manejando un vehículo. La cosa que lo agarró de lleno cuando doblaba una esquina muy rápido y lo levantó arrojándolo a un costado. No quedó inválido, pero ya va por la tercera operación por un problema de la cadera y algo muy grave para un hombre, está impotente para las relaciones sexuales. Los médicos dicen que es un problema de la cabeza y que con el tiempo volverá a funcionar, pero mientras tanto no funciona.

Eso y una renguera son los signos que le dejó un estúpido al volante, un idiota al que Juan Carlos llevó al tribunal y a pesar que no lo va a curar el hecho de ver sufrir un poco al pseudo aprendiz de corredor de fórmula 1 lo tranquiliza.

Juan Carlos está casado con Ana, una mujer de 27 años, no llamativa pero linda, castaña con el pelo suavemente ondulado, ojos marrones claros, medianos pechos, de 1,57 metros, de fina cintura y pronunciada cola, bastante pronunciada, firmes piernas, en resumen, una linda mujer.

Justo este año se iban a poner a buscar un hijo, pero el destino impedía eso por ahora.

Ana es tímida, muy tímida, muy callada, su cara de niña y su vocecita también de niña, llaman a ciertos hombres a imaginar perversiones con ella, conozco a muchos, aunque no tengan nada que ver en esta historia.

Como es casi lógico, Juan Carlos estaba siendo tratado por un psicólogo que lo trataba de sacar del estado de depresión en el que se hallaba inmerso.

Ana nunca decía nada de la impotencia de Juan Carlos, al contrario, lo consolaba diciéndole que pronto pasaría y que ella lo quería igual pase lo que pase. Será?.

La cosa se complicó cuando venció el contrato del departamento que alquilaban y no tenían la plata para renovarlo, la crisis depresiva de Juan Carlos lo tenía casi alejado del trabajo.

Ante la desesperación de adonde ir, Ana habló con su madre y ella les ofreció una pieza en su casa.

La casa de la madre de Ana, estaba en un barrio de gente de trabajo, no era una casa moderna, pero ellos tendrían un techo.

Se mudaron con los muebles que podían y el resto lo vendieron.

Juan Carlos no se acostumbraba mucho a esa casa pero trataba de adaptarse. La madre de Ana, no se metía para nada y pasado mañana se iba por 1 mes al sur, a la casa de otra hija a visitarla.

Quedaban ellos dos, Ana había pedido todo el mes de vacaciones en el trabajo, para estar con Juan Carlos al no estar la madre, y lo consiguió gracias a su buena reputación y a que era muy querida allí.

La madre de ella se fue y quedaron solos.

El barrio era tranquilo, sus vecinos no parecían meterse, no se los veía, salvo a los de la casa vieja de al lado. Una mañana de mucho sol, Juan Carlos se sentó en el fondo de la casa, que era como un jardín aunque la madre lo tenía bastante mal cuidado, con el pasto alto, etc., y mas atrás una pieza que se usaba para guardar cosas, o sea , para llegar a esa pieza había que cruzar el jardín.

Juan Carlos nunca fue un tipo de calle, es mas, su primer mujer en serio fue Ana y él el primer hombre de ella, pero la depresión y el estado físico de él, lo hicieron mas lento para razonar, para darse cuanta de las cosas.

Bueno, como decía, en la casa de al lado, que parecía que se venía debajo de tan vieja y descuidada, se veía a tres tipos, que se supo vivían solos. Uno tendría unos 60 años, gordo, pelado, y petiso, muy feo aspecto. Otro de unos 55 años, flaco, teñido de negro los pocos pelos que le quedaban y con un espeso bigote también teñido, de unos 1,80 metros,tambien feo aspecto y el tercero, el mas joven, de unos 40 años, pelo largo suelto, morrudo, morocho, de 1,85 metros, caminaba encorvado, para no desentonar con los otros muy feo aspecto.

No se sabía que hacía pero siempre estaban allí. A los dos jardines, o sea al de ellos y al nuestro lo separaba un alambre tejido, o sea que se veía todo desde ambos lados.

Como decía antes, esa mañana había mucho sol y Juan Carlos estaba sentado en el jardín leyendo un libro mientras Ana lavaba la ropa en la pieza del fondo, en la que se guardaban cosas.

Salieron los tres tipos riéndose al jardín y mirando hacia Juan Carlos lo saludaron, éste devolvió el saludo y siguieron riéndose, al rato salió Ana, que estaba con unos jeans ajustados medio gastados y una remera negra. Ellos la miraron pero pararon de reírse y también la saludaron. Ella devolvió el saludo y volvió a la piecita.

Juan Carlos no notaba que ellos ahora hablaban de ella, alabando esa cola tan pronunciada, y casi en voz alta, pero Juan Carlos estaba en otra.

Juan Carlos, cansado se metió adentro de la casa, y Ana al rato salió de la piecita del fondo en dirección de la casa principal, ahí el mas viejo de los tres tipos le chistó y le dijo que si se podía acercar que le quería pedir un favor. Ana fue y el viejo inventó que creía que se le había caído cerca de donde estaba ella ahora el encendedor, y que era verde. Ella se agachó a mirar y sintió que el mas joven dijo a los otros " Que pedazo de culo divino para una noche", los otros se rieron, ella dijo que no había nada y se fue a la casa.

No le dijo nada a Juan Carlos, pero no le gustaban para nada los tres tipos esos.

Esa noche estaban cenando y a Juan Carlos le agarró mucho sueño, producto de la medicación que estaba tomando y se fue a acostar. Ana lavó los platos y antes de acostarse se acordó que había dejado la revista que había comprado ese día en la piecita de atrás por eso como tenía ganas de leer fue a buscarla.

Cuando cruzaba el jardín los vio a los tres en la galería de la casa de ellos tomando copas. Los tres se callaron cuando la vieron y al volver con la revista escucho en voz como para que escuche al mas viejo decir "De repente se me desabrochó el pantalón, algo esta creciendo allí abajo", y los otros estallaron en una carcajada. Apuró el paso y entró a la casa.

La pieza de Ana y Juan Carlos daba al jardín y ellos siempre tenían la persiana no muy baja.

Ana entró a la pieza y vio que Juan Carlos estaba dormido, fue al baño, y volvió con una tanga azul oscura con volados y una remera celeste, ella siempre dormía así. Se acostó al lado de Juan Carlos y se puso a leer cuando escuchó ruidos en la ventana, y pasos, despertó a Juan Carlos que medio dormido le preguntó que pasaba. "Hay alguien afuera" le dijo ella visiblemente asustada. Juan Carlos, rezongando se levantó lentamente y abrió la persiana y miró para todos lados. La volvió a cerrar y le dijo "Ana, mi amor, no hay nadie, deben ser los gatos que hacen ruido, quédate tranquila", dio media vuelta y siguió durmiendo, pero ella sabía que alguien estuvo mirando.

Al otro día estaba nublado y fresco, por eso Juan Carlos se quedó en la cama. Ana le llevó el café a la cama, se puso a limpiar la casa y antes de preparar la comida fue a la piecita del fondo a llevar la ropa sucia para lavar a la tarde.

Estaba en la mitad del jardín cuando los vio a los tres sentados en la galería otra vez con copas en sus manos, y escucho que uno le decía a los otros, era el del medio, el teñido " Muchachos me encantan las mujeres con ropa interior azul y si tiene volados me excitan mucho". A Ana le corrió un frío por la espalda, eran ellos los del ruido, la estaban espiando.

No dijo nada, pero pronto iba a empezar un juego muy peligroso.

A la tarde fue a lavar la ropa y escucho que uno de ellos sin saber quien era dijo "Tengo ganas de comerme una ternerita tierna, tengo algo gordo a cambio para darle", provocando la risa de los otros. Y ahora Ana sintió algo raro, muy raro, sintió excitación, el mucho tiempo sin tener relaciones con Juan Carlos estaba provocando cosas raras en ella. Dos noches atrás, mientras se bañaba, casi sin darse cuenta, se metió un dedo en la vagina y se movió hasta tener un orgasmo, le dio vergüenza después, pero intentó repetirlo al otro día.

Y ahora, esos tres tipos grandes para ella pero que la deseaban, le provocó cierta sensación de necesidad de hombre.

Lavó dos juegos de ropa interior de ella, uno rosa y el otro verde claro, salió y los colgó casi al lado de la medianera con los tipos, que miraron y se tocaron cuando vieron la ropa colgada, inclusive el mas joven se levantó y cuando ella miro le sonrió.

Esa noche, ella se dio cuenta que ellos estaban mirando por la ventana, era fácil saltar el alambre y pasar a donde ella estaba. Se levantó de la cama, parada se puso de espalda a la ventana, se acomodó la tanga y se paso el dedo por la raya del culo, sintió murmullos y casi un grito cuando iba para el baño.

Al otro día a la mañana no salió al jardín, solo abrió la ventana de la pieza asomándose con una remera blanca transparente y sin corpiño, viéndosele los pezones lo que provocó movimientos en los tipos que estaban en el jardín.

Esa misma tarde sonó el timbre, Juan Carlos fue a abrir y Ana que estaba en el baño al salir vio a los tres tipos sentados en el comedor, mirándola.

"Vienen para ver como podemos hacer para arreglar el alambre de la división que esta roto en algunos tramos", dijo Juan Carlos a lo que Ana se dio cuenta enseguida que era mentira.

Les preguntó si quería tomar algo a lo que le dijeron que si.

Les sirvió licor y se sentó a un costado atrás de Juan Carlos. Los tres la miraron y ella los miraba, se sintió caliente de repente con esos tipos ahí, la excitaba el coraje de ellos para ir ahí.

El mas viejo le guiñaba un ojo ahora y con la cabeza le hacía señas para que salga ante la risa de los otros que hablaban con Juan Carlos.

Ella lo miró, pero no sabía que hacer, ahora tenía una lucha interna, ella quería a Juan Carlos.

Pero era muy fuerte lo que sentía y dijo a Juan Carlos que iba a comprar mas licor al almacén.

Salió y en seguida el viejo dijo que iba a la casa de él para apagar el gas que creía que había dejado prendido. Los otros dos hicieron una mueca sonriéndose y el viejo salió.

Ana estaba llegando a la esquina cuando sintió una mano que la agarró del brazo, se dio vuelta y lo vio al viejo que mirando para ver si alguien miraba, la tomó de la cintura y le dijo" De que color es tu bombacha hoy?, decime hermosa". Ella trató de salir y le dijo "déjame tranquila", y él le volvió a decir "vamos, no te hagas la difícil que vi que hay una botella llena de licor en el armario que abriste", lo que era cierto. Ella lo miró y le dijo "Negra, es negra", ahí nomás el viejo la besó y ella le respondió. El viejo la llevó a un pasillo de una casa abandonada y le metió la mano en el culo mientras sacaba su pija a fuera. Le llevó la mano a ella y ella miró y vio que tenía una pija corta pero muy gruesa, super gruesa, y estaba ahora muy hinchada. La agarró con la mano cerrando los ojos y el viejo le dijo "bájate los pantalones un poco, déjame que te eche un polvo ahora que no doy mas", ella le dijo "No, acá no, nos van a ver y me espera mi marido, déjame ver como hacemos", se arregló la ropa y se volvieron.

Los otros se dieron cuenta, y al rato se fueron quedando ella con Juan Carlos. Ver la pija del viejo la puso peor, estaba muy excitada, ahora no tenía dudas que necesitaba ser penetrada.

Esa noche estaban acostados y Juan Carlos dormía y escuchó un chistido de afuera. Miró a Juan Carlos para comprobar que estaba dormido, y salió al jardín. Alli estaban ellos, que la llevaron a un costado y le empezaron a manosear, ella dijo "Los tres no, no quiero, uno si", entonces el viejo hizo valer su manoseo de la tarde y la llevo a la piecita del fondo mientras los otros miraban a Juan Carlos desde la ventana.

Cerraron la puerta y el viejo le bajó enseguida la tanga y se desabrochó el pantalón sacando su gorda pija. La hizo poner de rodillas y chupársela y al rato la puso en cuatro en el piso, se arrodillo atrás de ella y empezó a penetrarla. Ella gritó cuando esa cosa gorda empezó a entrar, le dolía, el viejo le tapó la boca y se la enterró toda, ella gritaba con la boca tapada por el viejo, le dolía mucho, era muy gorda y su vagina estaba estirada al máximo para dejarla entrar. Pero el viejo no estaba para tener paciencia, le bombeo a una velocidad muy fuerte y Ana no podía acostumbrarse a eso, le dolía . Por suerte, la calentura del viejo era muy grande y le acabo al poco tiempo, salió el viejo y querían entrar los otros, pero Ella dijo que no. Quedaron en verse mañana y ella fue muy dolorida a la pieza. Miro a Juan Carlos y lloró en silencio, nunca pensó que podía ser capaz de lo que hizo.

Al otro día Ana fue al supermercado a comprar bastantes cosas y cuando llegó encontró de nuevo a los tipo hablando con Juan Carlos y un plan bien armado.

Juan Carlos le dijo que ellos le avisaron de un grupo de autoayuda que se juntaba este fin de semana y que él quería ir, que solo faltaría una noche. Ana se puso contenta y le dijo que si, que eso le iba a hacer bien, en el fondo sospechaba que ellos quería sacarlo de encima para estar tranquilos con Ana.

Ese sábado a la tarde paso una combi a buscar a Juan Carlos, se despidió de Ana y se fue.

No pasó una hora que tocaron el timbre y ella fue a atender y allí estaban los tres.

Los miró a ellos y dijo "Encontraron la vuelta para que mi marido se vaya, pero no quiero a los tres acá, ya les dije". Ellos se metieron y el mas joven le dijo " No jodamos Ana, no hay tiempo para que pasemos de a uno. Vamos a comer algo y a dormir que la noche va a ser larga".

Ana sabía que iba a ser una noche muy brava, y no se sentía segura de aguantarla.

Estaban los cuatro en el comedor tomando, y ellos estaban pasados de alcohol y Ana dijo que iba al baño. Tanto alcohol ella no estaba acostumbrada a tomar y sintió puntadas en el estómago, llegó justo al baño,y no había terminado de sentarse en el inodoro que abrieron la puerta y se metió el teñido ya desnudo. Tenía un arma muy respetable, no tan gruesa como el viejo pero larga y bien dura. Ana cuando lo vio, le dio vergüenza y le dijo "Anda a fuera, no ves que estoy ocupada, no seas asqueroso", pero eran asquerosos, el tipo con el alcohol encima, se puso frente a ella que estaba sentada y le puso la pija en la boca diciéndole "Chupamela y seguí haciendo lo que estas haciendo que te quiero escuchar".

Ella forcejeó un poco pero terminó agarrando la pija esa y chupándola mientras seguía haciendo pues se dio cuenta que estaba descompuesta. Se la chupo un rato largo hasta que el tipo la tomó con una mano de la nuca, la empujó contra él y le acabó en la boca. Salió del baño, y le dijo al mas joven "Atendela bien que esta descompuesta, ponele un buen tapón y déjaselo toda la noche", estallaron de risa y cuando Ana salió del baño, el mas joven la tomó de la cintura muy serio aunque se reía de a ratos, estaban borrachos, y la llevó a la cama.

La besó le empezó a lamer el cuello mientras se sacaba el pantalón, y apareció el pene mas grande de los tres, largo, pero la cabeza era desproporcionada con el cuerpo. El tronco del pene tenía un grosor considerable, pero la cabeza era muy grande, demasiado.y sobre todo largo.

Ana lo tenía en la mano y veía que iba a doler mucho eso, sin pensar siquiera que su dueño lo pensaba meter por el agujero que ella no quería dar, el culo.

En la cama, el tipo le dijo "Así que estas descompuesta mamita?, bueno, vamos a taparlo para que no pierda mas", y le empezó a meter un dedo en el culo, Ana, le sacó la mano y le dijo "Por ahí no, no quiero".

El tipo ya mirándole el culo a ella con lujuria le dijo "Como que no?, mira como la tengo y vos tenes pérdida por ahí, te la clavo y te la dejo toda la noche ahí".

Ella dijo firme "Dije que no y es no", y se levantó.

Pero el tipo perdió la paciencia y la tomo del brazo y la tiro de nuevo en la cama con fuerza diciéndole "No te hagas la viva, te voy a clavar el culo, te guste o no, me hiciste enojar yegua", y se le subió arriba. Ella lo empujó y le dio un cachetazo, pero enseguida él le aplicó una trompada en el estómago que la dobló. Al escuchar los ruidos entraron los otros preguntando que pasaba y el tipo les dijo "Está haciéndose la viva, encima que esta con cagadera y le quiero tapar el culo me hace escándalo diciendo que por atrás no quiere", los otros haciendo gestos burlones la tomaron de los brazos.

Ana intentó sacárselos de encima, pero vio que era imposible, solo los insultó, y prefiró entregarse a no sufrir una golpiza que sabía se la iban a dar en el estado en que se encontraban.

Al verla mas relajada, la soltaron y el mas joven volvió a la carga.

Le hizo chupar la pija casi media hora y después la acomodó boca abajo y ella solo alcanzó a decirle "despacio" cuando ya tenía la cabeza de la pija haciendo fuerza para entrar en su culo.

El tipo estaba muy borracho y le pegó un empujón sin importarle ella y la pija entró casi de un saque. Ana gritó desesperada al sentir que eso se le metía casi todo de un golpe. Quiso salir pero los otros la volvieron a sujetar y ahora el otro le encajó toda la pija adentro. Ana lloraba pero estaba agarrada sin posibilidades de hacer nada.

Una vez que se la metió toda, el tipo le dijo "Ves mami, ahora tenes el culo bien tapadito

para que no pierda, te voy a poner una enema de leche para curarte". Los otros dos se reían y Ana se sentía explotar. El tipo la bombeó casi una hora a todo ritmo mientras ella gritaba hasta acabarle adentro, pero cuando salió de ahí, el mas viejo, el de la pija muy ancha, dijo "Que hermoso culo tiene esta nena, dejame que se lo tape un poco yo, ténganla", la agarraron y este se la empezó a poner.

Casi no entraba, Ana sentía que el culo se le abría al máximo e igual no entraba, lloraba y le pedía que parara pero lejos de escucharla el tipo empujo y la clavó, Ana sintió que el mundo le giraba alrededor, las puntadas eran terribles y el tipo ya estaba bombeando. El único consuelo fue que a la media hora ya acabó, pero el tercero también paso por ahí y la clavó casi otra hora.

Cuando vio que se durmieron los tres, fue a duras penas al baño, estaba muy descompuesta y salía bastante sangre de atrás, lloraba mientras pensaba lo que había hecho.

Esa noche, solo se despertó el mas chico, que la volvió a clavar por el culo y al otro día se fueron.

Volvió Juan Carlos y ella estaba en la cama, le dijo que estaba descompuesta por algo que comió.

Ana lucho para que se mudaran de allí y al final Gustavo consiguió que sus padres lo hospedaran. A Juan Carlos lo vuelven a operar y esperan los médicos que recobre su vitalidad sexual, eso espera Ana también, tiene miedo de volver a tentarse.

marcelmilord@live.com

relatosmilord@hotmail.com