Planeta Prohibido 5

Puede que Sadomaso no sea el apartado más adecuado para este relato de Ciencia Ficción erótico, pero todos mis relatos los he publicado como Sadomaso y no quiero cambiar.

Planeta Prohibido 5

Queridos lectores, lamento mucho haber tardado tanto tiempo en continuar con mi relato, pero se ha debido a motivos personales  imprevistos ajenos a mi voluntad y que me ha mantenido sin ganas de escribir.

En el último capítulo de este relato, dejamos a Paula a merced de los androides que habían bajado al planeta, para investigar el motivo por el cual se había disparado la señal de alarma, del módulo explorador, en el que la astronauta había estado circulando por el planeta, desde que abandonó la nave nodriza.

Lo que encontraron los robots, solo fueron restos calcinados de lo que había sido el módulo y solo la casualidad había dado lugar a descubrir a la mujer completamente desnuda en el fondo de la cueva, con dos pequeños animales parecidos a lombrices entre sus brazos.

Los androides quedaron sorprendidos al encontrar un ser humano con vida en aquel desértico planeta y muy extrañados de que pudiera haber sobrevivido entre aquellos seres tan monstruosos que habitaban la cueva, por lo que bajaron las armas y se acercaron a la mujer con signos de paz, para tranquilizarla, dadas las señales de terror que reflejaba en su cara.

El androide con figura humana se adelantó y preguntó.

¿Quién eres?  ¿Hay más personas vivas en el planeta?  ¿Cómo te llamas?

-          Me llamo Paula y soy tripulante de la nave Explorer 12 del planeta Tierra.

-          Desconozco si hay más compañeras mías con vida en la nave, porque he estado en esta cueva sin salir, durante mucho tiempo.

El androide ayudó a Paula a levantarse e hizo el gesto de separar los animalitos que la astronauta  abrazaba, cosa que Paula impidió dando un paso atrás.

-          Dejadlos son completamente inofensivos y han nacido de mi, se puede decir que soy su madre. No podéis separarlos de mí, por que morirían, aún son muy jóvenes y no pueden alimentarse por sí solos. He de seguir alimentándolos con mis pechos hasta que sean adultos.

El humanoide hizo una señal para que el robot saliera de la cueva y vigilara el exterior para prevenir algún posible ataque de cualquier animal salvaje.

Paula, tendrás que acompañarme hasta nuestra nave y reunirte con el resto de humanos que viajan a bordo. Te cuidaremos y te restablecerás de todo lo pasado en este planeta. Por fin podrás abandonarlo y recuperar tú puesto como tripulante de una nave espacial.

Ayudando a Paula del brazo salieron de la cueva y subieron a la capsula acompañados por el robot , sin separarse de las dos pequeñas larvas.

El viaje hasta la nave nodriza se realizó sin ningún inconveniente y una vez a bordo fue alojada en una estancia aséptica, toda pintada de blanco, con una pequeña cama y todo lo necesario para hacer vida a bordo.

La mujer no permitió en ningún momento que la separaran de sus crías, que periódicamente seguían alimentándose de sus tetas  cuando tenían hambre.

Mientras en la sala de mando estaban introduciendo los datos de la mujer y comprobando lo que ella había contado, encontrándose con la sorpresa de que era completamente imposible que una nave que había llegado a aquel planeta hacía más de quinientos años, pudiera existir ningún tripulante vivo, por lo que Paula si era verdad que era una de la tripulantes, tenía más  años de los que era posible vivir ningún ser humano.

Según los cálculos del ordenador de a bordo, la mujer había estado criando a aquella clase de lombrices durante todo ese tiempo, dejando una prole incontable de animales dispersos por el planeta.

Para decidir qué hacer pusieron en estado de regresión de su estado de hibernación al comandante de la nave, para que fuera un humano quien decidiera que hacer y por supuesto también despertar al responsable médico para la exploración y analíticas de la invitada a bordo.

Cuando el comandante de la nave abrió los ojos sorprendido, se encontró con un humanoide sosteniendo su uniforme en la mano, para que se vistiera y acompañara a la sala de mando, y comprobar los datos de la extraña mujer encontrada en aquel planeta que estaban orbitando.

Aun no había salido de su asombro, cuando el humanoide le informó de que habían descubierto sobre la superficie del planeta a una hembra humana viva, con más de 500 años. Por lo que se había procedido a despertarlo junto con el médico de a bordo para estudiar tan insólito caso.

Una vez en la sala de control pudo ver por las cámaras a Paula, que en ese instante estaba con uno de aquellos extraños seres en brazos alimentándolo con su pecho.

Haciendo zoom pudo ver como lo que parecía la cría de una foca por la textura de su piel y cabeza redondeada, pero de cuerpo alargado como el de una lombriz y totalmente blanca se alimentaba de la mujer mediante un afilado apéndice que sobresalía de su boca y que se introducía en el pecho a través de una hendidura en el pezón, no dando muestras ella de incomodidad, más bien daba la apariencia de placer. Otro de aquellos seres descansaba dormido en el regazo de ella.

Una vez que se reunió con él, el jefe médico de la nave, comentaron el hecho de la edad de ella y el caso curioso de la forma de alimentar a aquellos seres, que según todas las apariencias las había parido ella.

El comandante le comentó   :

-          Doctor, ¿Qué le parece a usted  que pueda ser posible que?  con quinientos años, esa  mujer, siga con la apariencia de tener pocos más de 30 años, no se aprecian cicatrices ni deterioro de la piel, a pesar de haber estado en completa desnudez en un planeta tan hostil para cualquier ser humano.

-          Mi Comandante, eso es prácticamente imposible para cualquier ser humano normal, tendremos que hacerle análisis y pruebas para determinar a qué se debe esa longevidad. Lo más curioso es que una hembra humana pueda quedar embarazada por un ser completamente distinto a ella. Tendremos que hacer pruebas muy completas sobre ella y sobre esos seres a los que ella alimenta.

El comandante introdujo varios parámetros y datos en el ordenador de a bordo y dio órdenes a varios androides para que se desplazaran con una nave hasta la superficie del planeta e intentaran capturar a alguna de aquellas criaturas vivas.

El doctor acompañado por dos androides entró en la sala donde se encontraba Paula y le pidió que la acompañara, para hacerle unas pruebas de rutina y proceder a mirar que no estuviera contaminada con algún patógeno contagioso.

Una vez en la enfermería le pidió que se sentara en un sillón de ginecólogo y pusiera las piernas en los estribos para proceder a la exploración de la vagina y ano de Paula. Una vez sentada le hizo poner los pies en los estribos abierta de piernas y procedió a sujetarle los tobillos con unas correas  para seguir atando las piernas  y los brazos a los laterales del sillón. Una vez bien sujeta procedió a inspeccionar la vagina, sorprendiéndose por el tamaño que presentaba. Muy grande para ser de una mujer, ya que más bien se asemejaba a la vagina de la hembra de algún animal de mayor tamaño. Podía introducir el puño cerrado con total facilidad, notando los estremecimientos de placer que demostraba Paula.

A continuación le pinchó con una aguja extrayendo un poco de sangre, que puso en una probeta y entregó a uno de los ayudantes metálicos para que procediera a su análisis. Comprobando sorprendido que donde había pinchado dejaba rápidamente de salir sangre y en poco tiempo quedaba cicatrizada la herida, por lo que cogiendo un bisturí hizo una pequeña incisión en el pubis de la mujer, para comprobar si se repetía la rápida cicatrización.

Paula notaba como le habían pinchado y posteriormente como el bisturí penetraba en su piel, pero atada como estaba, solamente podía quejarse y preguntar, porque se lo estaba haciendo, que le dolía mucho.

Al poco rato de estar con las pruebas, ya se había cerrado la herida y apenas quedaba una fina línea roja, donde acababa de cortar. Sorprendido se dirigió hacia la parte superior del cuerpo de ella, para seguir investigando los pechos, que presentaban unos pezones enormes con una hendidura en el centro. Apretó el pecho derecho para comprobar si salía leche, porque le había comentado el comandante que la había visto alimentar con los pechos a aquellos animales que habían subido a la nave con ella.

Paula se quejó de dolor al sentir como le presionaba el pecho y exprimía el pezón intentando sacar algo de lo que servía de alimento a las orugas, pero seguía sin salir nada a pesar de la fuerza con que le apretaba. Lo intentó con el pecho izquierdo con el mismo resultado negativo, por lo que decidió introducir una aguja unida a una jeringa por el centro del pezón y succionar. Para su sorpresa, pudo ver como la jeringa se iba llenando de un líquido color ámbar, repitiendo la operación con el otro pezón con el mismo resultado.

Entregó el líquido al otro robot para que lo llevara al laboratorio de la nave y lo hiciera analizar, quedando a solas con Paula. Le puso una mordaza  para evitar que gritara y con el mismo bisturí que le había herido en el pubis, se acercó a la indefensa mujer y cogiéndole del pecho le cortó en el pezón, abriéndolo en dos partes iguales y separando ambos lados hasta llegar al interior del pecho, donde se encontraba almacenado el alimento de las orugas.

Paula podía ver lo que le estaba haciendo en el pecho, pero estaba imposibilitada para evitarlo y solo podía soltar gruñidos a través de la mordaza y estremecerse de dolor, mientras en doctor le abría el pecho para investigar cómo era por dentro la teta de ella, porque no había visto nada igual en toda su vida. Una vez saciada su curiosidad unió ambas partes del pecho y pezón, limpiando la sangre y liquido que había salido durante su operación.

Una vez comprobó que inmediatamente se cortaba la sangre y comenzaba el proceso rápido de cicatrización, se dirigió hacia el otro costado de Paula y sujetando el pezón izquierdo le cortó un trozo de la punta y lo puso en un frasco, saliendo a continuación en dirección al laboratorio para analizarlo y recoger los resultados de los anteriores análisis, dejando a la mujer atada con los dos pezones terriblemente heridos.

Cuando el doctor llegó al laboratorio, ya se estaba terminando el análisis de sangre de Paula y estaba a mitad el del líquido extraído del pecho.  Comenzó a cortar la muestra del pezón en rodajas finitas y ponerla en el microscopio para determinar la formación de las células de esa parte de la anatomía de la mujer.

Una vez terminado todo el proceso, llamó por el interfono interior al comandante para compartir lo que había descubierto.

El resultado de los análisis y pruebas del microscopio lo dejaré para el próximo capítulo, para no hacer este tan extenso.

Besiiiiitos

Marirosa.