Placeres prohibidos, cap. I

De como todo empezó para mi enseñando a mi primo pequeño.

El día que empecé a convertirme en una depravada, una viciosa inmoral esclava de sus propios deseos, fue el día que experimenté el morbo del sexo prohibido. Recuerdo que el día anterior había discutido con Kike, mi novio, la discusión fue más acalorada de lo normal. Me había presentado por sorpresa en casa de Kike con ganas de tema, nada mas me abrió la puerta yo le besé y agarré su paquete pero el me apartó de un leve empujón y visiblemente cabreado y nervioso me grito:

-¡¿Pero qué haces, Sara?!

No podia entender lo que pasaba, era la primera que vez que me rechazaba y yo no podía creermelo. ¡Me estaba rechazando a mi! Una jovencita de 20 años, menuda, morena de pelo un poco por debajo de los hombros, ojos verdosos, labios palidos y piel clarita. Como ya he dicho Kike estaba visiblemente nervioso, incluso ahora que me fijaba mejor lo veia algo sudoroso.

-¿Qué pasa? ¿Que no te gusto?

La cara de Kike se torno tremendamente seria y me miro con algo que a mi me pareció un poco de odio.

-¡Vete de aquí!¡No quiero volver a verte en una temporada!

Yo no entendía nada y quizás por lo inverosímil de la situación no me lo acababa de creer del todo y realmente no me sentí mal por él, sino por mi que tenía un calentón tremendo encima que no podría quitarme sin ayuda. Decidí volver a mi casa.

Una vez en mi habitación me tiré en mi cama pensando que iba a llorar, pero en vez de eso me quede mirando la blanca pared de mi habitación sin derramar ni una sola lágrima. El tiempo fue pasando y casi sin darme cuenta fui deslizando mi mano por mi pecho, hasta el canalillo y escurriendo los dedos por todo el torso mientras suspiraba, hacia mucho calor así que decidí desabrocharme los botones de la blusa. Dejé que se hiciese un poco el silencio y no escuché nada, estaba sola en casa así que seguí con aquello. Acaricie mi monte sin vello, escurria mis dedos índice y corazón a los laterales exteriores de los labios de mi vagina. Cada segundo me calentaba más, había empezado a emitir unos leves jadeos y ya podía notar la humedad en el interior de mi entrepierna. Movi mi índice haciendo circulos alrededor de mi clitoris para acabar haciendolos sobre el mismo, no pude evitar morderme el labio inferior de lo encendida que estaba, ya no podía más. Me levanté de golpe y escarbé un poco en el cajón de mi mesilla hasta encontrar lo que buscaba, saqué mi dildo violeta de ahi y me sente sobre mi cama. Acaricié mi clitoris unos segundos más para asegurarme de mantener la humedad y despues subi una mano hasta mi pecho derecho, colocando la palma de mi mano sobre este y moviendolo en círculos, el volumen de mis gemidos había subido un poco alcanzando ya el volumen típico de una conversación normal. No pude esperar más y con la mano que me quedaba libre me chupe el dedo corazón y penetré mi vagina muy despacio subiendo poco a poco el ritmo, cuando mis fluidos se hicieron tan abundantes que hicieron un charco en la cama paré aquel juego, coloqué el violáceo dildo de pie y me sente lentamente sobre él con los ojos cerrados, imaginando que tenía a Kike debajo de mi y empecé a moverme muy despació pero cada vez más rapido, gemia sin control completamente poseída, hacía mucho tiempo que no me encontraba tan caliente. Estuve bastante tiempo así hasta que me di cuenta de que no conseguiría llegar con un juguete de plástico, al menos no esta vez, el tremendo calentón que tenía encima requería un instrumento de verdad, una buena polla de carne y hueso, pero eso por ahora iba a ser imposible. Me acosté sobre mi cama guardando el dildo bajo la almohada por si acaso y me hecho una pequeña siesta.

Desperté cuando era la hora de la cena y entonces mi madré me recordo que su hermana vendría a comer al día siguiente con su marido (mi tío) y su hijo (mi primo de 15 años) , prohibiendome hacer cualquier plan al dia siguiente lo que me haría imposible salir a hablar con Kike o si quiera buscarme otra polla, aquello me molestó sobre manera pero no protesté pues sabía que eso no serviría de nada. Después de cenar llamé por teléfono a Kike pero no me cogió así que me fui a cama y tras estar cerca de dos horas dándole vueltas al tema me quedé dormida.

Al día siguiente se me pegaron las sábanas por lo que mi madre me despertó apurada, me duche a las prisas y me vestí con una ropa bastante fresca debido al tremendo calor que hacía. Una blusa fina y blanca pero que no transparentaba y unos shorts vaqueros que apenas cubrían mis muslos. Mis tíos y mi primo llegarón a la hora de comer, bastante puntuales, y tras los castos besos y demás saludos iniciales no sentamos a la mesa. La comida transcurrió con los típicos temas de conversación, que si el trabajo, que si los estudios, que si los novietes, planes de futuro, etc. Después comer tuvimos una larga y aburrida hora y media de café tras la cual nos sentamos en los sofás a ver la tele, mi primo estaba en el sofa grande para 3 personas y yo en un sofa al extremo izquierdo, bastante alejada pensando en mis cosas. Al rato mis padres y mis tíos decidieron ir a darse un paseo y tras preguntarnos si queríamos acompañarles ambos dijimos que no, además de que iba a ser algo más aburrido que las tonterías que echaban por la tele en ese momento con el calor que hacía la idea no era para nada tentadora. Por inercia más que por otra cosa mis padres apagaron la televisión sin darse cuenta antes de irse y mi primo y yo nos quedamos solos.

Cuando se fueron intenté sacar temas de conversación para evitar que se formase un incómodo silencio pero mi primo era bastante tímido y sus respuestas cortas no contribuían a formar un clima adecuado para mantener una conversación fluída, le pregunté si le apetecía ver algo en la tele a lo que respondió que no. También le pregunté si quería comer o beber algo pero obtuve respuesta negativa, el pobrecillo estaba bastante cortado y yo muy aburrida así que tuve una pícara idea.

-Ahora vuelvo Rodrigo. - Le dije mientras salía de la habitación y me dirigía al baño donde me mojé la cara, luego fui a la habitación, me saqué la ropa interior guardándola en su cajón y volví al salón sonriendo. Me senté en el sofá del extremo izquierdo alejado de mi primo, igual que antes, espere un par de minutos pero él no se atrevió a mirarme siquiera así que me dispuse a tomar la iniciativa.

-Bueno rodri, dime, ¿has tenido muchas novias?.- El pobre no supo donde meterse con esa pregunta y tras titubear unos instantes respondió negativamente.

-N-no...

-Vaya hombre, que raro... ¡Con lo guapo que tu eres! -Yo disfrutaba viendo como se iba poniendo más nervioso por momentos.

No obtuve respuesta, así que seguí hablando. -Entonces... Sino has tenido ninguna novieta... ¿Aún eres virgen, no?

Pude ver como mi primo tragaba saliva, espere unos segundos y seguí jugando con él. -Vaya, supongo que eso es un sí... -Dije.

Entonces mientras me levantaba y me acercaba a el lentamente para acabar sentándome a su lado le solté:

-Pues... Creo que ya vas teniendo una edad en la que estarás experimentando ciertos cambios en tu cuerpo... Supongo que ya te habrán empezado a gustar las chicas y que habrás empezado a tocarte. - Entonces me lleve la mano a su entrepierna y la agarré fuerte durante unos segundos mientras se ponia medio erecta, el pobre no sabía que decir.

-Igual te sientes algo perdido, pero no te preocupes que yo soy tu prima mayor y estoy aquí para ayudarte y enseñarte. -Entonces, le desabroché la cremallera, él respiraba agitado, y desabroché el pantalón de su vaquero.

-Levanta el culito un momento, primo. -El obedeció y yo aproveché para bajar los pantalones y entonces el bajo su trasero y volvio a sentarse. Yo le empujé sobre el sofá lo que le pillo de sorpresa y acabó tumbado. Entonces deslicé mi mano bajo sus piernas y las fui haciendo bailar sutil y suavemente hasta sus nalgas donde agarré con fuerza sus bóxer y se los fui bajando muy lentamente lo cual acabó de encenderlo y vi como si erección se hacía completa.

-Enséñame como lo haces Rodri. -En mi cara se dibujaba una pícara sonrisa.

-Que te enseñe... como hago... ¿E-e...el qué? -Balbuceo él.

-Pues quiero que me enseñes como te masturbas. No seas tímido que somos familia y hay confianza, venga guapo, pajeate. -En este momento empezaba a sentir como se me humedecía un poco la entrepierna, aquello me excitaba de sobremanera.

Parece que Rodrigo se lo pensó un poco pero al final acabó por ceder a sus impulsos y empezó a hacerse una paja con su mano derecha mientras yo miraba satisfecha, espere como cosa de medio minuto y le retiré la mano lo cual pareció agobiarle más que sorprenderle.

-Mmm... no está mal, veo que sabes como se hace para satisfacer a un chico pero... ¿Sabes como se hace con las chicas, rodri? -Sus ojos se volvieron como platos al escuchar mis palabras, entonces yo lentamente me baje las bragas y me sente mirando hacia el mientras separaba mis piernas lentamente, el se ponía rojo como un tomate mientras yo le decía:

-Mira, esto es una vagina y es la parte más sensible del cuerpo de la mujer, en concreto esto de aquí... - Pare de hablar unos instantes y me acaricie un poco los labios para excitar el clitoris y que se viese bien. - Y esto de aqui, primo, es el clitoris. Es como un botoncito que al pulsarlo correctamente produce un montón de placer a la mujer, mira prueba tu, tiene que hacerse muy despacito, ¿vale?. -Él, tan tímido como era, hizo amago de intentar acercar su mano a mi humeda cueva pero como no se decidía del todo yo se la cogí y la acerqué de golpe a mis genitales de manera que pudiese sentir así mi calor, a continuación guié su dedo corazón hasta mi clítoris y le indiqué como debia moverlo, le cogió el truco bastante rápido y me dio un poco de placer. Cuando decidí que ya estaba bien le hice parar y pase su índice pegado a su corazón desde mi clítoris hasta la entrada de mi vagina.

-Supongo que te habrás dado cuenta de que ahora estoy mojada, ¿verdad primito? Es en este momento cuando debes meterle tu dedo dentro de la mujer, mira, inténtalo verás como hay una especie de agujerito ahí. -Él empujó un poco y consiguió meter el dedo, por fin se animaba a decir algo.

-Está calentito, prima. -Al escucharle hablar sin titubeos me excite un montón pues entendí que por fin había entrado en el juego.

-Claro, ¿te gusta verdad?

-Sí, me encanta.

Entonces mientras el me masturbaba, yo cogí su pene con mi mano y empecé a pajearle un poco.

-Dime rodri, ¿quieres correrte ya?

-Sí, por favor prima.

-Bueno... Pero espera un momento que sino lo vas a manchar todo, ahora vuelvo. -Aparté su mano de mi vagina y fui a mi habitación a por una caja de preservativos. Volví a la sala y le pregunté:

-Mira primo, ¿sabes que es esto? -El asintió con la cabeza, yo sonreí.

-¿Sabes como ponerlo? -El negó con la cabeza.

-Bueno, no te preocupes que yo te enseño. -Entonces le coloqué el preservativo en su pene. - Así no mancharás nada cuando te corrás. -Y dicho esto empecé a pajearle histericamente, cuando noté como se tensaba le mordisquee un poco el cuello y jalé su prepucio todo lo abajo que pude mientras el se corría, solte un gemido para excitarle más a él pero también a mi.

El condón quedó lleno a reventar, tanto que casí se rompe. Se lo saqué y espere unos minutos con mi mano apoyada sobre su bajo abdomen, le dejé coger aire y descansar. Cuando pasaron cerca de tres minutos cogi el condón y asegurándome de que me estaba mirando me desabroché la blusa y eché el semen sobre mis pechos extendiéndolo con mis manos.

-Vaya... ¡Veo que si que tienes potencia primito! -El había desfallecido y su respiración era agitada a más no poder. Yo, sin decir nada me tumbé sobre él poniendo mi coñito en su cara y mi cara sobre su entrepierna, menee un poco mis caderas como incitándole a chuparme y el que ya estaba bastante soltado se agarró a la parte baja de mi espalda y empezó a comerme como si le fuese la vida en ello. Yo lamí un poco su pene que pese a haberse corrido hace nada empezaba a ponerse duro otra vez. Cuando estuvo erecto de nuevo empecé a comérselo, haciendo una de las mejores chupadas de mi vida debido a que hacerle una mamada a mi primo pequeño era algo que me excitaba sobre manera. Pasaron unos minutos y el volvió a tensarse, entonces paré en seco de chupar.

-Tú no puedes parar primo. -Solté una leve risilla.

-Sino me obedeces te quedarás sin más así que escúchame antentamente y no dejes de comermelo. -Se me escapó un leve gemido, estaba a punto de llegar.

-He notado como tu cuerpo se tensaba, eso es señal de que vas a correrte pronto. Cuando eso ocurre tu deberías avisar a la chica de que vas a eyacular tu sucio semen, porque ella no tiene porque llenar su boca con esa porquería. A mi personalmente me encanta beberlo y lo habría hecho pero esto no deja de ser una clase, y dado que yo estoy enseñándote... -Se me escapó un gemido, esta vez con bastante volumen, eche una mirada de reojo a mi primo pude ver como la zona de su cara próximo a mi boca estaba empapada con mis fluidos. - debo asegurarme de que aprendes la lección. Por ahora haz que me corra y después me ocuparé de ti. Quiero que me penetres con un par de dedos mientras haces circulos con tu lengua sobre mi clitoris, estoy a punto primo, haz que me corra. -He de reconocer que el muy cabron lo hizo bastante bien, no pasarón dos minutos hasta que por fin llegué al orgasmo, pero tenía ganas de más y una sensacion se estaba apoderando de mi, sentía que me estaba convirtiendo en una perra. Entonces, rapidamente vino a mi cabeza una idea genial que me excitó a mas no poder. Saliendo de encima de mi primo me abalancé sobre el condón usado que estaba manchado por dentro con restos de semen y se lo puse a mi primo en su todavía erecto pene.

-Este será tu castigo por no tener consideración con las mujeres. -El no rechisto, pude adivinar en su rostro que le encantaba este jueguecito.

Empece a pajearlo con el condón usado con una voracidad tremenda, al minuto la meti en mi boca aprentando fuerte con mis labios y presionando mi humenda lengua contra su glande, el pobre no aguanto mucho sin correrse. Pude notar sus tremendas ganas de llenar mi boca con su lefa blanca pero esta no podía salir del condón y eso le hizo retorcerse de deseo. Yo rapidamente le saqué el preservativo y le aprente la nariz con los dedos de mi mano izquierda para obligarle a coger aire con la boca, el intento sacar mi mano con las suyas pero le di una bofetada con mi mano libre haciéndole entender que debía obedecerme, entonces abrio la boca y le vacie el liquido del condón ahí. Colocando una de mis manos en su mentón le subi el mismo y secamente le dije:

  • ¡Traga!

Él dudo un poco pero acabó tragando, yo sonreí complacida y le dije:

-Muy bien, has sido bueno así que seguiremos con la lección. -Miré burlona su pequeño pene y juguetée con él en mis manos.

-¡Huy! Pero parece que habrá que esperar un poco, ¿no primo? Mmm... ¡Bueno! Quizás si... - Metí mi mano en mi vagina y la saqué empapada con mis jugos, los cuales unté sobre el pene de mi primo mientras lo masajeaba pajeandolo despacio y de vez en cuando acariciando un poco su glande con mis manos, en un par de minutos recuperó su erección.

-Bueno, ¿sabes cual es la siguiente lección primo? - Mi primo, ansioso respondió:

-¿Follar?

-¡Ala! ¡Que palabra mas sucia! Bueno primo... tranquilo que follar follaremos, pero antes debes aprender algo. - Cogí la caja de condones y la agité delante de sus ojos. -Póntelo, rodri.

Mi primo intentó ponérselo torpemente, habia estropeado ya 3 condones cuando al cuarto por fin consiguió ponérselo y a la primera.

-¡Bien hecho! Es una pena que conmigo no te vaya a hacer falta, ¿sabes? Yo prefiero sentir la carne dentro de mi, por eso tomo unas pastillitas que sirven para estos casos. Y ahora... sigamos. ¿Crees que serás capaz de metérmela primo?

-¡Claro!

Torpemente el se puso encima mia e intento metérmela haciéndome un poco de daño pero no lo consiguió, luego me puso de lado y lo intentó sin éxito otra vez, me cambió mil veces de posición pero nada. Podía ver la rabia ardiendo en sus ojos, su deseo frustrado le estaba quemando por dentro, entonces apiadándome de él le dije:

-Bueno, la clase ha acabado por hoy, pero no te preocupes que de aquí no sales virgen guapo. -Lo empujé con fuerza sobre el amplio sofá desarmándolo, me puse sobre él, froté su pene contra mi humedecida vagina masajeando mis labios interiores para hacerle desearlo todavía mas y entonces me la meti muy despacito y empecé a cabalgarlo. A pesar de todos los "ejercicios" que llevábamos hechos no aguantó ni dos minutos y se corrió, su leche caliente dentro de mi me exctió sobre manera y tuve una idea retorcida.

-¡Vaya! ¡Que decepción! Casi no he podido disfrutar nada... Me parece que vas a tener que comérmelo hasta darme un orgasmo rodri, sino me quedaré muy triste. -Puse carita de pena - Y... tu no querrás que tu prima se quede triste, ¿verdad rodri?

-Pe-pe...pero prima, tu estás manchada de...

-¡No seas impertiente! ¡Estoy manchada por tu culpa! Además... sino me corro tu no repites conmigo. Ahora por listo me lo comes de rodillas. -Lo agarré por los pelos, lo tire al suelo y me recoste contra el sofá dejando mi vagina en el borde de este.

-Vamos, ¡Cómemelo! -El empezó a comérmelo pero por fuera intentando evitar mi interior manchado con su semen.

-Estoy muy cachonda y tu me haces esto... Primo, ¿tu quieres volver a follarme?

-S-sí... sara -titubeó él.

-Entonces hazlo bien, como antes, que eres todo un talento comiendo coños. -El me miró como asintiendo con los ojos y a los 10 minutos consiguió darme unos de los mejores orgasmos de mi vida.

Después de haber acabado nos quedamos sentados juntos media hora acariciandonos y sobándonos un poco hasta que llegó el momento de vestirse porque la familia podía volver en cualquier momento.

Aquella noche no di dormido, estuve masturbándome hasta las 7 y media de la mañana loca de pasión, me sentía una perra, guarra, sucia pero para nada mal, sino todo lo contrario, sentía que había hecho algo bueno y ahí, en ese momento fue cuando mi vida empezó a cambiar y yo me convertí en una sierva del deseo.

Continuará... ¿O no?