Placer total

Te ves reflejada en el espejo, la cara mojada, aún estas roja por el esfuerzo y la excitación; no puedes dejar de pensar en como has llegado a esta situación, como es posible que hayas sido capaz de todo eso que hace tiempo casi te avergonzaba pensar… Sin duda la culpa es suya, o eso quieres pensar.

Te ves reflejada en el espejo, la cara mojada, aún estas roja por el esfuerzo y la excitación; no puedes dejar de pensar en como has llegado a esta situación, como es posible que hayas sido capaz de todo eso que hace tiempo casi te avergonzaba pensar… Sin duda la culpa es suya, o eso quieres pensar, te cautiva; no sabes como lo hace pero es capaz de intuir todo lo que quieres aún antes de que pase por tu cabeza, un torbellino de placer, perversión y desenfreno.

Se acaba de marchar de casa y tu sigues sintiéndote así, estas destrozada, te duele todo, pero sin embargo es una sensación inigualable, te encanta sentirte así. No era la primera vez que pasaba, seguramente no habíais hecho nada especial, pero en ese momento piensas que estas por encima de todo, que eres una especie de diosa del sexo capaz de todo, nadie ha sentido tanto placer en la vida como tu lo has hecho esta tarde.

Cuando él llego después de comer tu ya estabas nerviosa, sabias lo que iba a pasar y te sentías inquieta, algo dentro de ti no se podía contener. Le das un tímido beso en la boca. Le ves guapo, el caso es que no tiene nada que te guste demasiado, pero no puedes resistirte; ¿su camisa? ¿su colonia? ¿la barba? No lo sabes pero te gusta. Él te rodea la cintura mientras entráis en el salón y os sentáis a tomar algo. Bebéis y reís, pasa su mano sobre tu pierna, desnuda, acercándola al borde de tu falda y sientes un escalofrío. Ya estabas cachonda antes de que llegase… Acerca su boca a tu cuello y te besa, te muerde; se acerca a tu oreja, tú no puedes más y pierdes el control, suspiras. Te giras y apoyas tu espalda sobre tu pecho, el comprende lo que quieres y mete sus manos bajo tu camiseta rodeando tus pechos, llega hasta tus pezones duros como piedras jugando con las palmas de sus manos mientras sigue enredando en tu cuello. Tú solo esperas a que te los pellizque para hacerte enloquecer… pero… no lo hace. El muy cabrón se levanta del sofá y sube las escaleras.

Dios, como te jode que sea así. ¿Te jode? En ese momento descubres que estas aun más excitada, te ha dejado con ganas de más y lo único que puedes hacer es subir detrás de él. Cuando llegas a la habitación le descubres sonriendo socarronamente, tumbado sobre tu cama sobándose el paquete que ya ha comenzado a crecer notablemente. Te vas hacia él, te apoyas en la cama y le apartas las manos de ahí; ya esta bien de juegos, ahora vas a demostrarle quien manda, vas a hacerle comprender que tú le tienes dominado. Abres su bragueta y corres el boxer. Te encuentras una polla morcillota, gruesa y pringosa, justo como más te gusta; sacas tu lengua y lentamente la recorres para metértela entera y saborear todo ese liquido… puffff, te pone a cien. Notas como va creciendo en tu boca, levantas la vista y le ves con la cabeza hacia atrás, disfrutando de tu mamada, te esmeras, quieres volverlo loco, hacerle la mejor mamada: subes y bajas sobre su polla, sacas la lengua, te entretienes en sus huevos, la muerdes ligeramente, así hasta que subes el ritmo metiéndotela cada vez mas dentro, follándole con la boca. Sus jadeos y suspiros te hacen presagiar lo inminente, le tienes donde tu querías, a puntito. La sacas de tu boca y le agarras la polla, tiras de él hasta que le incorporas, quedando tú a los pies de la cama, arrodillada en el suelo. En ese momento le miras fijamente a los ojos y comienzas a masturbarlo con furia, pajeándole con tu mano derecha mientras q te introduces la izquierda por debajo de tu falda. Estas empapada, este gesto hace que suspire profundamente y grite que se corre. Siiiiiii. Abres la boca y recibes su abundante corrida en tu cara, sacas la lengua para recoger todo lo posible, pero te desborda; el no para de gemir pero tu quieres más, cuando los últimos borbotones salen de su pene te lo metes en la boca y succionas todo lo que le queda dentro. Le haces ver las estrellas y cae desplomado en la cama, dejándote con su sabor en la boca.

Según te tumbas a su lado el te rodea y lleva una mano a tu culo, sonríe y te acaricia subiendo y bajando. Lleva su mano hacia delante y planta la palma de su mano sobre tu coño, te sonríe, está empapado y caliente. Comienza a mover su mano en círculos acariciándote, tú cierras los ojos y te echas en la cama, no tienes ninguna intención de interrumpirle. Comienza a jugar con sus dedos en tu clítoris mientras se lleva uno de tus pezones a la boca, lo hace suavemente, en círculos, lenta y deliciosamente. Sus dedos recorren toda tu raja, juguetea en la entrada y después sube a golpear rítmicamente tu clítoris, tu excitación crece… te encanta. Ahora lo sujeta entre sus dedos y lo pellizca. Como si supiese lo que estas pensando, baja un dedo y lo introduce suavemente… Diossss, como necesitabas sentirte penetrada. Entra y sale, cada vez mas deprisa, calentándote y haciéndote gemir.

En ese momento sale de ti, se separa, te besa en la boca, sonríe y se va hacia los pies de la cama. Te imaginas lo que va a hacer, lo deseas, lo necesitas, quieres esa lengua en tu coño ya. No te hace esperar y ataca directamente, hunde su lengua en tu coño y comienza su frenético trabajo. Sube y baja, sube y baja, mete la punta de su lengua todo lo dentro que puede. Te esta haciendo disfrutar una barbaridad, te encanta que te coma el coño. Quieres correrte con su lengua. Acerca sus dedos y te mete dos de ellos hasta dentro y comienza a masturbarte mientras centra su lengua en tu clítoris y la hace vibrar volviéndote loca. Levantas la cabeza para verle en acción, es una pasada, te agarras los pechos y gritas… te viene, lentamente notas como te vas a correr como siga así, le pides que no pare, acelera su mete saca y estallas en un genial orgasmo. Según descienden tus oleadas de placer el continua acariciándote húmedamente. Derrotada te tumbas boca abajo en la cama, suspirando sobre la almohada.

Se tumba sobre ti besándote el cuello y las orejas. Notas su polla, erecta de nuevo, entre tus piernas, está dura y mojada. Baja con sus besos por tu espalda mientras vuelve a llevar una mano a tu coño. Aunque te acabas de correr sigues excitada. Lame tus piernas mientras te sigue masturbando. No puedes evitar dar un respingo cuando le notas acercarse a tu culo, lento pero firme acerca su lengua a tu agujero y comienza a lamerlo. Un escalofrío recorre tu cuerpo, levantas la cadera para facilitarle la labor, el agarra tu cintura y te coloca a cuatro patas. Lame todo tu ano, bajando hasta tu coño, encontrándose con sus dedos que ahora entran enteros buscando tu placer. Tus suspiros van en aumento según notas su saliva recorrerte entera. Intenta meter poco a poco la punta… desiste y acerca un dedo de su otra mano y gracias a la saliva lo introduce en tu culo. Joderrrr, te esta masturbando el coño y el culo con sus dedos mientras su boca va de tu clítoris a tu ano, tu placer es total. Jadeas como una loca e increíblemente vuelves a correrte, te pilla desprevenida y gritas y te derrumbas en la cama.

Lo llevabas claro si pensabas que te iba a dar una tregua. Te incorpora, te pone su polla directamente en la boca mientras busca en tu mesilla. La confianza es lo que tiene, encuentra lo que busca en un suspiro. Mientras tu chupas su capullo el ya está metiendo su dedo lleno de crema en tu culo. Cada vez más dentro, haciéndolo girar y haciéndote desearlo. En ese momento te das cuenta de que has entrado completamente en su juego, te ha llevado a una locura sexual en la que acabas te correrte dos veces y estas deseando que meta su gordísima polla en su culo. La saca de tu boca y hace que te sientes sobre el, dice que quiere verte la cara cuando te entre. No hacen falta más explicaciones, la agarras con tu mano y empiezas a sentarte sobre ella. Notas la presión, pero todo el trabajo que han hecho su lengua y sus dedos da su fruto. Su cabeza entra abriendo completamente tu culo; paras para coger aire y notas como él empuja desde abajo queriendo más, te dejas ir abajo notando como entra entera. Lo dices en alto, te sientes llena, completamente llena. Te mueves en círculos sobre ella notando todo un cúmulo de sensaciones a las que todavía no te acostumbras; el placer comienza a hacerse mas intenso cuando comienza a decirte que le encanta follarte el culo mientras empieza a meterla y sacarla.

Le pides que lo haga suavemente, te molesta. Por una vez te hace caso y te deja llevar el ritmo, vas subiendo y bajando sobre ella, sentándote en su polla, notando en tu esfínter desde su capullo hasta su ensanchada base. Te encanta, dirige su boca a tu pecho y te pide que lo hagas más deprisa, que le cabalgues. Eso te vuelve loca y comienzas a botar sobre él, te esta destrozando en culo y te esta matando de placer. En estas baja su mano a tu empapado coño y te mete dos dedos de golpe. Ahhhh, comienza a moverlos como solo él sabe, los saca y los mete en tu boca, notas el sabor de tu excitación. Te pide que sigas tú. Metes un par de dedos y te masturbas desesperadamente. Los dos gritáis, la situación es excitante a más no poder, en toda la habitación se respira olor a sexo. Te mira fijamente y te dice que te va a llenar el culo de leche… esa frase taladra tu cerebro y aceleras tu masturbación haciendo lo posible por llegar a ese buscado orgasmo. Echa su cabeza hacia atrás y grita mientras nota como se ensancha su polla, el culo te arde, y notas como comienza a correrse, un chorro de semen sale disparado llenando el interior de tu culo, lo notas caliente llenándote, otro más, una increíble cantidad que te calienta más aun. Con los últimos espasmos de su corrida comienzan los primeros de la tuya, pegas la palma de tu mano a tu clítoris y te derrumbas sobre su polla corriéndote de la manera más brutal de tu vida, lanzando un grito de placer. Aaahhhhhhh.

Cuando os reponéis os dais una ducha, donde una vez más, lenta y tranquilamente folláis, un polvo tranquilo que hace que vuelvas a la normalidad. Cuando termina de vestirse tú decides darte un baño relajante; y ahí estas, mirándote al espejo, fundida por el esfuerzo y sin terminar de comprender que tiene que te excita tanto.