Placer para dormir
Un pequeño relato de una masturbación de una chica joven antes para conciliar el sueño.
Era ya pasada media noche y aún no podía conciliar el sueño.
Prendí una pequeña lámpara que se encontraba en un buró de madera blanco pegado a la derecha de mi cama matrimonial. Me puse con la espalda contra el colchón y las piernas estiradas levemente abiertas. Lentamente subí el borde de mi ligera blusa de tirantes hasta llegar a mis pechos, era una gran ventaja que acostumbrara a dormir sin brasier. Mis dedos tomaron uno de mis pezones rosados y lo estrujaron, mientras que con mi otra mano acariciaba el otro pecho. Mordí levemente mi labio inferior, estaba empezando a ponerme más caliente. Seguí acariciando mis pechos y apretando de vez en cuando, una de mis manos la fui bajando hasta que topo con el elástico de mis shorts para dormir, introduje mi mano y sobre la tela de mi ropa interior empecé a hacer movimientos circulares por la zona del clítoris. Solté un suspiro y sigue con los movimientos hasta que sentí la necesidad de más, aparte mi mano y la dirigí a mi boca. Chupe lentamente mi dedo miedo y el corazón tratando de llenarlos con saliva, mientras que con mi otra mano seguía jugando con mis pezones hasta sentirlos completamente erectos. Saque los dedos de mi boca cuando los sentí lo suficientemente lubricados, los metí dentro de mi ropa interior para ahora acariciar mis labios y abrirlos. Lo hacía despacio, a veces me dirigía a mi clítoris para dar unos leves masajes y después recorría todo hasta topar con mi entrada pero sin meter ni un dedo sólo para tentarme. Tenía mi cabeza completamente hundida contra la almohada y mordía mi labio repetidamente para tratar de acallar los gemidos que querían salir, con mi mano libre aparte los cabellos rubios de mi cara y coloque uno de mis dedos en mi boca para morder en lo que con la otra finalmente metía un dedo en mi intimidad. Lo introduje todo lo que pude y lo saqué para volver a repetir todo el procedimiento, cuando creí que era necesario introduje otro y empecé a hacer tijeras en mi interior.
Mis piernas empezaron a temblar ligeramente cada que daba una estocada con mis dedos, introduje un tercero sólo para más placer y aumente el ritmo de las estocadas que daba. Para este punto ya estaba completamente agitada y acalorada, quite los dedos de mi interior y disguste el sabor de mis fluidos. Me deshice de todas las prendas que estaban en mi cuerpo dejándome completamente desnuda, pude notar lo empapada que mi ropa interior se encontraba por lo cual esa la dejé en el suelo mientras la pijama la puse a un lado sobre la cama. Acaricié todo el largo de mi vulva, jugando un poco con mi clítoris sintiendo un calor en mi abdomen bajo, coloque unas dos almohadas pequeñas pero anchas que tenía sólo de decoración para la cama en mi espalda baja para dejarme alzada.
Ahora en mi nueva posición lo que hice fue introducir nuevamente dos dedos en mi interior con la intención de chocar con mi punto G, con la otra mano acariciaba mi clítoris y de vez en cuando mis pechos. Metí otro dedo para que fueran tres otra vez y al fin después de un par de estocadas pude alcanzar mi punto G haciéndome dar espasmos, seguí así hasta que sentí que no podía más y llegué al climax llenando mis dedos por completo de mis fluidos mientras tapaba mi boca con la mano disponible tratando de acallar el gran gemido que deseaba salir. Dejé mis dedos en el interior un rato sintiendo como eran apretados por mi feminidad, para finalmente sacarlos y relajarme un poco en lo que dejaba que los efectos del reciente orgasmo se fueran desvaneciendo. La almohada debajo mío ahora estaba empapada pero siempre podría quitarle la funda, así que sólo me relaje. Finalmente después de un rato me pare, acomode todo, la funda y mi ropa interior las dejé en una canasta de ropa sucia que tengo en mi habitación, con unas toallitas húmedas me limpie un poco, busque ropa interior limpia, me puse mi pijama, apague la luz de la lámpara y me recosté entre mis sábanas blancas para dejarme caer en los brazos de Morfeo.