Placer intenso en un hotel

Mi amiga de la infancia y yo encontramos a 3 chicos muy caliente...

Soy una chica del sur de España de 24 años y a diferencia de las chicas que se suelen describir en sus relatos, no soy una TOP model ni una mujer que haría girarse a todos los hombres.

Tengo el pelo negro, ojos entre azul y verde, mido 172 cm. y un pecho generoso.

Esto que os cuento pasó hará unos 2 años en un viaje que hice con una amiga de la infancia que hacía años que no nos veíamos a la costa catalana.

Al cuarto día de llegar en el vestíbulo de nuestro hotel conocimos a tres chicos, 2 muy guapos de cuerpo musculado y el otro era delgadillo del montón.

Las dos subimos a nuestra habitación riéndonos como colegialas porque aquellos chicos nos miraban demasiado.

Entramos en el cuarto y nos duchamos. Cuando aun estábamos enrolladas en nuestras toallas y pensando en que ropa nos pondríamos llamaron a la puerta y cuando abrí ¡Sorpresa!!! Eran los bombones del vestíbulo. Yo no estaba muy segura de dejarlos pasar pero mi amiga, que llamaré Montse en seguida me apartó de la puerta y los hizo pasar.

Después de las presentaciones de rigor pusimos música y después de unas cuantas cervezas el ambiente se calentaba. Yo, supongo que entre el viaje y las cervezas me calenté mas de al cuenta y me enganche a los labios de Víctor mordiéndoselos con ganas, él besaba mi cuello y entonces hizo algo que me resultó muy, muy sexy, me cogio del pelo y de un tiron me echo la cabeza hacia atrás lamiendo mi cuello.

Los dos nos tumbamos en la cama mientras mi amiga estaba con los otros 2 en el sofá.

Se quitó la camiseta y al momento me quitó la toalla de ducha lamiendo mi cuerpo, empezó por el cuello y fue bajando entreteniéndose con mis pezones. Los mordía y pellizcaba, los succionaba y lamía. Fue buscando mi ombligo con su lengua y después de rodearlo con esta bajó hasta mi sexo. Al principio me estremecía de placer porque sentía su aliento, me recorría las ingles con su lengua y en un segundo me metí dos de sus dedos a la vez que puso su lengua y OOOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHH, creo que nunca sentí nada igual en unos pocos segundos me corrí como nunca lo había hecho (hasta el momento). Yo estaba que estallaba de placer, me encantaba que aquellos chicos y Montse me estuvieran mirando y se acariciaran el su paquete por encima del pantalón. Víctor, llamó a Pablo (el mas delgadito) y este se acercó.

Yo ya no sabia ni lo que hacia, estaba como loca.

Me bajé de la cama y el se quedó sentado en ella, en el filo, yo a 4 patas me puse a sus pies y empecé a lamer su pantalón y con mis dientes le desabroche los botones. Cuando se lo quité, al bajar su bóxer su polla saltó como un resorte. Nunca había visto nada así, era enorme, parecía que iba a estallar, llena de venas de unos 23 cm. como mínimo. La cogí entre mis manos y parecía un hierro al rojo vivo, me quemaba en mis dedos, cosa que me sacó de mis casillas al momento viendo que su verga estaba totalmente mojada, me la metí en la boca de un solo golpe, todo lo que pude, hasta la garganta y empecé a chupar como una loca. En ese momento sentí una mano entre mis piernas, miré hacia atrás y vi a Pablo tumbado en el suelo debajo de mí metiendo 2 dedos. ¡COMO LOS MOVIA!!! Mientras seguía chupando escuchaba gemidos de mi amiga.

Entonces Víctor se apartó de mí rápidamente y me dijo que no podía seguir, quería guardar su leche para más adelante. Yo me levanté sin hacer caso a los dedos de Pablo y fui a por mi amiga que estaba ocupándosela al otro chico mientras se metía 3 dedos. La hice levantarse y nos besamos, nos tumbamos en la cama y ella se puso sobre mí lamiendo mi coño. Yo hacia lo mismo mientras le metía unos deditos.

No nos dejaron mucho tiempo, a los pocos minutos los 3 chicos ya desnudos la levantaron y nos pusieron al borde de la cama a las dos con el culo en pompa y de rodillas. Uno de ellos se puso frente a nosotras con su verga en la mano mientras nos decía: - A ver que sabéis hacer zorritas. A lo que nosotras respondimos dándole una buena mamada. Yo le chupaba sus huevos mientras ella se ensañaba con su capullo, y viceversa.

De pronto las dos soltamos nuestro caramelo y emitimos un profundo gemido. Nos acababan de meter sus vergazas de un solo golpe y se movían al mismo tiempo, cada vez mas rápido, retomamos nuestra faena de dar placer a nuestro macho mientras ellos nos cogian como animales.

No se cuando pasó pero cuando me di cuenta estaba encima de Pablo cabalgando como una loba mientras Carlos me cogía la cabeza con fuerza haciendo que su polla me entrara hasta la garganta, casi no podía respirar pero la mezcla entre placer y ese extraño dolor era la combinación perfecta para que yo tuviera un súper-orgasmo que segundos después se repetía con la misma intensidad o más.

Carlos se alejó de mí y vi como Víctor le estaba rompiendo el culo a Montse mientras se aferraba al sofá y apretaba los dientes. Carlos se acercó a ellos y se deslizó por debajo de ella metiéndosela por el coño. Pronto empezó a gritar de placer y Pablo me tiró sobre la cama quedando de espaldas a el, con una mano me levantó la cadera y me la metió de nuevo. El ritmo al que me follaba era increíble, parecía y perro y yo me sentía como una perrita en celo queriendo complacer a su macho a toda costa. Sentí como su verga palpitaba dentro de mi, se retiró, me giró en un par de segundos estaba sentado sobre mi pecho haciéndose una paja. Gimiendo empezó a salir leche que impactaba sobre mi cara y cuello. Cuando terminó me la metió en la boca y yo con mi lengua se la limpié completamente.

Mientras el descansaba en la cama yo me acerqué a Montse que seguía empalada por aquellas dos pollas, ella con gusto me lamió la cara, el cuello y mis tetas hasta que quedaron brillantes, me subí al sofá y comenzó a chuparmelo como una zorrita experta.

Me estremecí y las piernas me temblaban con mi cuarto orgasmo, ya no podía más.

Los chicos se pusieron delante de mí y Montse se puso a mi lado. Cada una con una polla en la boca chupamos hasta que se corrieron.

Ellos ser fueron y nosotras nos quedamos como dos lobas heridas chupandonos la una a la otra las heridas.

Al día siguiente ellos ya no estaban en el hotel y desde entonces las dos nos vemos muuuuuuucho más. Ya no somos amigas, si no, amantes.