Placer gastronómico
Estirada en el suelo, sobre una alfombra, eres el primer plato de una tarde lujuriosa.
Estás desnuda, te huelo poco a poco, suavemente, hundo mi nariz en tu cabello, aspiro el aroma fresco de tu pelo mojado, sigo por la oreja, oyes mi olfateo, notas mi respiración acelerada, y bajo hacia tu cuello, donde el efluvio de ese perfume que tanto me enerva llena mi cerebro, te reconozco con los ojos cerrados, ni siquiera te rozo, no te veo con el pañuelo que me has puesto, pero oigo tu corazón bombear y hacia allí dirijo mi olfato, por el camino mis labios tropiezan con tus pezones, apenas los rozo, te estremeces, se han erizado y tú lo notas, pero yo sigo mi andadura, por debajo de tu pecho, donde ya el calor de la carne ha abierto los poros de tu piel y deja ir otros olores, más ocultos, me paro un momento, lo disfruto, aspiro profundamente, todavía estoy cerca de tu corazón, y lo oigo, oigo ese músculo imparable aumentar su ritmo, empiezo a notar más calor en tu cercana piel, y mi corazón también se acelera, acoplándose al tuyo.
Después de unos segundos, me muevo hacia tu vientre, sin dejar de olerte, de respirarte poro a poro, sin tocarte, sólo mi nariz roza de cuando en cuando tu epidermis, y llego hacia tu ombligo, nuevamente otro olor, más profundo, más primitivo, sigo bajando, tu piel me roza, te has movido arqueándote ligeramente, llego a tu vello, muy suave y mullido, otra vez me tocas, has vuelto a subir tu vientre hacia mí, pero yo me retiro.
Quiero provocarte todavía más, sin tocarte. Intento calcular donde están tus pies, y hacia allí dirijo mi nariz, te toco sin remedio, mm mm, sí creo que estoy al final de tu cuerpo, que bien huele ese jabón, aspiro el aroma de tu piel profundamente durante unos instantes, y ahora sí, ahora apoyo suavemente mis labios húmedos, la boca entreabierta, suave presión sobre tu piel, los cierro levemente, imagino que me como un helado, y así recorro tu pie izquierdo.
Estás echada y los dedos apuntan hacia arriba, me introduzco el mayor y lo lamo, lo sorbo, lo chupo como un caramelo, noto como te mueves ligeramente, abro mi boca y sigo lamiendo, ahora ya recorro tu tobillo, y lo muerdo ligeramente, primero con los labios, luego con los dientes, sin apretar, voy hacia el otro pie y hago la misma operación, para seguir hacia tu pierna, la recorro con los labios y la lengua a la vez.
Ya te estoy comiendo, toda, de abajo arriba, te estremeces a cada uno de mis muerdos, pero no paro, llego a las rodillas, donde sólo utilizo los labios y la lengua, me entretengo a morderte un poco el interior, ya estoy de rodillas ante ti, con mis piernas abro ligeramente las tuyas, se mantienen en contacto, mis manos no te tocan, me apoyo con ellas en la alfombra donde estás echada, una a cada lado de tus caderas, vuelvo a morderte suavemente el interior del muslo, sin dejar de subir por tus piernas, las lamo moviendo la cabeza a un lado y a otro, sigo comiéndote, y sigo subiendo, y llego ahí, ahí donde estás deseando que pose mis labios, pero no lo hago, te chupo fuertemente las piernas, por dentro, muerdo ligeramente, no puedes estarte quieta, las abres y me ofreces tu interior, pero retiro mis labios, tú subes tus caderas con ahínco, deseas que mis labios te coman más, pero no lo hago.
Sólo te huelo, apoyo la nariz en tu pubis y aprieto con fuerza hasta que tus glúteos vuelven a la alfombra, no dejo que te levantes, mantengo ahí mi nariz, que ya percibe el más excitante de los perfumes, el olor de tu sexo me excita sobremanera, todos mis sentidos dejan de actuar, le dan su poder al olfato, la nariz se mueve por tu sexo, sube por tu monte de Venus y vuelve a bajar, tu piel sin vello es suave, pero no puedo estar mucho tiempo así, los labios ya se han impregnado de la humedad de tu interior, ya recorren los pliegues de tu sexo acompañando a mi lengua que, imparable, lame con suavidad, y en momentos con fuerza, todos los recovecos del preciado tesoro.
El gusto ya acompaña al olfato y un placer gastronómico adorna la experiencia. Ácido, amargo, dulce, cuando llego a tu clítoris noto la variaciones saladas del festín, y me quedo ahí, lamiendo y sorbiendo, chupando y mordiendo, poco a poco, más deprisa, más, más, más, vuelvo a hacerlo despacio, y ahora, mientras mis labios aspiran con fuerza y aprisionan la preciosa perla del placer, mi lengua lame intensamente la base, durante unos buenos momentos, empiezo a notar tus convulsiones, tu calor, me coges la cabeza con una mano, acaricias mi pelo, mientras con la otra te acaricias los pechos, yo sólo te acaricio con mi boca, sólo te como, te huelo, te lamo, pero no uso mis manos.
Te mueves un poco más, ondeas tu cuerpo arqueando tu vientre, una y otra vez, tu volcán está a punto de explotar, caliente, humectante, tus fluidos ya no se detienen y noto su gusto, no dejo de comer tu sexo con avidez, de mover mi lengua con rapidez, dando vueltas y más vueltas alrededor de tu clítoris ya encendido, te notas venir y me aprietas la cabeza contra ti, intento no hacerte daño, no paro de lamer y lamer, ya oigo tu respiración entrecortada, tus suspiros, tus grititos acallados, sueltas mi cabeza y te aprietas los pechos, mm, mm, mm, oohhh, oohhh, el placer ya está al límite... no puedes aguantar más, te dejas ir, te sientes toda, te vas, sí, te corres...
Ahora ya te cojo tus glúteos con mis manos, sigo sin verte, te elevo ligeramente hacia mí, sin dejar de comer tu sexo, más suavemente, pero sin parar, ya sólo lamo, con toda la lengua, por toda tu entrada, entre los pliegues de tu piel, de arriba abajo, muy muy lentamente, no paras de jadear, de contornearte, vuelvo a tu clítoris, sólo con los labios, y sigo así, sigo... hasta que vuelves a sentirlo... ese calor, ese ardor interior, vuelves a explotar... mmm mmm...
Aflojo la presión de mi boca, pero mis brazos aún te sostienen, no te suelto, te sientes deshecha, ha sido intenso, muy intenso, y te dejas caer sobre la alfombra, relajada, pero aún caliente... no he soltado mis labios de la puerta de tu sexo, no he dejado de lamer, aunque suave y dulcemente, no he dejado de degustar y oler tu interior, pero quiero más, quiero extenuarte, agotarte, secar tu pasión, y sigo lamiendo, vuelvo a chupar con fuerza, a hacer rodar la punta de mi lengua mientras mis labios vuelven a succionar cada milímetro de tu piel sin vello, carnosa, melosa y muy dulce, ya te recorro con fruición, ya quiero que vuelva a suceder, que vuelvas a sentir, y así es, aquí está de nuevo, sí, mi amor, síiiiii, mmm, te vuelves a ir, sííííí, oooooohhhhhh...