Placer anal

Mariana, Zico, Pablo y yo, el encuentro de los multiorgasmos

Este relato es la confesión de una amiga, y me excitó mucho por eso me decidí a escribirles

Mi amiga a quien llamaré Mariana, estudia en la universidad en Salta y es oriunda de un pueblo del interior de la provincia, es de estatura mediana, morocha de ojos negros grandes, buenas gomas, y una colita que realmente llama la atención.

Como toda chica del interior dejo su noviecito en su ciudad natal, con quien se había iniciado sexualmente y por los primeros meses, mantuvo un contacto esporádico, hasta que la relación desapareció.

Siempre contaba que le costaba adaptarse a la ciudad, un poco tímida, no hizo amigos con facilidad, y después de un año y medio de no tener una relación estable, tuvo algunas transas, incluso un par de amigos ocasionales terminaron en la cama hasta que conoció a un amigo en común, a quien llamaré Zico, con quien deslumbrada tuvo sexo y del mejor Es lo que me propongo contar., Zico 1.80 mts. atlético, también del interior de Sata, de modales torpe, casi bruto, (muy machista), pero bastante simpático, y muy bonito de cara, transo una noche en el boliche con mi amiga y empezaron esa misma noche con sus encuentros sexuales.

Zico un par de años mayor que mi amiga, acompañó a Mariana hasta la casa que compartimos con dos amigas, todas del interior de Salta pero de distintos pueblos, y como yo duermo en el mismo dormitorio, tuve que "mudarme" al sillón del living para dejarles la habitación para que pudieran "conversar" con intimidad. En algunas oportunidades cunado tengo suerte de ligar, Mariana debe hacer lo mismo.

El domingo pasado el mediodía, Mariana despidió a Zico y estaba tan extasiada con su noche de sexo que corrió a la cocina y empezó a contarme su experiencia.

Por supuesto maravillada por el tamaño del pene de Zico, y porque por primera vez había tenido más de cuatro orgasmos casi seguidos, lo cual demostraba en su cara con gestos de gran satisfacción.

El relato empezó con varios besos mientras Zico desvestía a Mariana, luego bastante sexo oral y a pesar que Zico todavía estaba vestido, la excitación de Mariana fue tal que alcanzo a bajar el cierre del jean y se sentó arriba de la monumental tranca de Zico, con lo que consiguió el primer orgasmo, al instante.

Luego los dos ya desnudos, Zico la obligo a mamar, y por primera vez Mariana tuvo un pene en la boca, y probó el semen, que de manera abundante tuvo que tragarlo medio obligada y a pesar de confesar que el gusto no era muy agradable.

Siguieron experimentando más posiciones, muchas nuevas que Mariana no conocía y cuenta que estaba maravillada porque conseguía orgasmos tan fáciles y rápidos, que nuca había experimentado.

A duras penas pudo resistir el asedio de Zico que insistía en hacerlo por la cola, y el temor a la primera vez, con un pene tan grande no la animó, pero me contaba que no fue fácil resistirse.

Cuando le pregunte que diferencia encontró de las experiencias anteriores, lo único que decía que Zico era un zafado, que se lo hacia de manera brutal, y que los movimientos bruscos y muy rápidos la llevaban fácilmente al orgasmo.

La relación fue muy inestable ya que Mariana nunca le confió a Zico que moría por él, se hacia la dura, y Zico de buena facha aprovechaba para seducir minita que se le cruzaba, lo que enfurecía a mi amiga y no se animaba a confesar.

Fingió desinterés durante mucho tiempo, pero los fines de semana aparecía Zico y yo debía mudarme a dormir en el sillón del living.

Mariana conoció a un compañerito, de la facultad y empezaron a preparar una materia, Mariana iba a la casa de Pablo y Pablo a la nuestra, pasaban mucho tiempo juntos hasta que transaron y empezaron a tener relaciones que si bien de acuerdo a lo que contaba mi amiga, lograba un par de orgasmos, no eran tan satisfactoria como las sesiones que compartía con Zico.

Para mi suerte Pablo también del interior, compartía la casa alquilada únicamente con su hermano y como tenían dos dormitorios, no había impedimentos para que Mariana se quedara incluso toda la noche con Pablito.

Mariana dejo de ver a Zico, pero pasaron apenas un par de semanas y apareció una madrugada de domingo, recién estábamos por acostarnos de vuelta del boliche donde estuvimos Mariana, Pablito y yo, bastante excitada por ver como transaba mi amiga y sin tener con quien descargar mi excitación.

Mariana abrió la puerta de casa y ante la insistencia de Zico de conversar, tuve que mudarme a mi sofá.

No podía dormir, además escuchabas algunos ruiditos y me imaginaba las brutales embestidas de Zico con su gran miembro a Mariana, lo cual producía algunos gemidos de satisfacción.

Cada rato me daba más manija hasta que me levante y me arrimé al dormitorio para escuchar mejor.

Empecé a tocarme y cada vez mi excitación aumentaba, estaba toda húmeda cuando escuché un grito casi desgarrador, y me asusté, corrí a mi sillón y se me pasaron las ganas, pero los quejidos de dolor seguían y a pesar que me parecía que intentaban apagarlos, de rato en rato se escuchaba una gritito más fuerte.

Intrigada al mediodía siguiente después que Zico se marchó, le pregunté a Mariana por los gritos, y me confesó que había sido sometida por la cola con semejante aparato.

Estaba Zico arriba de Mariana, ella boca abajo con la almohada doblada en el vientre y Rolo empezó a meterla en la vagina, hasta que en un momento, Mariana se acariciaba los senos con una mano y Zico le agarro la otra por encima de la cabeza, ejerciendo presión con el cuerpo hasta casi aplastar a Mariana contra la cama, con lo cual quedó inmovilizada.

Zico con su mano libre puso su gran pene en la puerta del ano de mi amiga y de una sola embestida se la enterró completa, ese fue el primer grito que escuché, Marina contaba que a pesar de su resistencia, los movimientos de Rolo muy rápidos y con mucha fuerza, continuaron hasta que acabó dentro del ano, y Mariana a pesar de que no le gusto, por el intenso dolor que soportó, tuvo su compensación por dos o tres orgasmos posteriores en varias poses nuevas que Zico le enseñó.

Poco podía entender que prácticamente había sido violada, y que los efectos continuaron un par de días, ya que Mariana se quejaba de que los dolores en el ano continuaban y no podía sentarse bien.

Dejó de usar pantalones por unos días hasta que me confesó que había sangrado bastante y estaba desgarrada.

Como a la semana su anito se recuperó ella decía que una especie de carnosidad (hemorroide?) estaba afuera de su ano y cualquier roce le hacia ver las estrellas.

El relato continúa con el carnero de Pablito, ayudando a Mariana en sus estudios y recibiendo como premio una encamada de tanto en tanto, pero los fines de semana, madrugada del sábado o Domingo, la vista de Zico era infaltable y yo debía abandonar mi camita.

Contó Mariana que desde la primera vez no hubo forma de resistir el asedio de Rolo por su cola, y que resignada a no perderlo, investigo en una pag. De Internet,y empezó a poner en práctica los consejos leídos. Los días en que Zico acostumbrba a visitar a mi amiga, ella empezaba a prepararse por las dudas, primero tomando un laxante, y evacuar para estar vacía.

Compro vaselina, y apenas llegaba Zico, ella empezaba a meterse un dedito en la cola, para dilatar el esfínter, luego mientras le chupaba el pene monstruoso, se metía dos deditos, ahora con vaselina y así se iba preparando para soportar las brutales embestidas de Zico.

No me quedan dudas que era un acto de sometimiento consentido por mi amiga, y los gritos siempre se hacían escuchar, hasta que en la tercera o cuarta sesión, me tocó escuchar un grito fuerte, pero después los jadeos de excitación eran tan fuertes que me sorprendieron, no los había escuchado nunca con tanta intensidad y volumen.

Por supuesto, como lo imaginarán varias pajas que me hice, tuvieron su origen en lo que escuchaba e imaginaba.

Al día siguiente la expresión de Mariana era superior a la de la primera vez, me contó que cuando Zico se la metió de un solo empujón, le pido que se quedara quietito y empezó a apretar y soltar el descomunal miembro con movimientos de su esfínter como leyó en Internet.

A Zico le fascinó, y según cuenta mi amiga, Zico dijo que tuvo uno de los mejores orgasmos de su vida., para Mariana fue descubrir los orgasmos múltiples? , que según cuenta es uno muy intenso, que empieza y no termina, por lo menos dura unos diez minutos, cuando queda totalmente extenuada y satisfecha.

A partir de esta experiencia el sexo anal de Mariana y Zico mejoró de tal manera, que cuando me cuenta, en todas las posiciones que lo hacen, y casi siempre por la cola, debo interrumpir la conversación, ir al baño o encerrarme sola en mi pieza y darle duro a mi sabroso dedito.

Muy poco usan la vagina, únicamente para un rato de sexo oral, todo sigue por atrás, para mi envidia y seguramente de alguna o algunos lectores.

Le pedí a mi amigo registrado en todorelatos .com que lo publique.

Muchas gracias