Placer

Mi Amo me envió un mail con las instrucciones de como me tenía que masturbar, pinzas, labios vaginales

-Cabrón -le dije a mi Amo, no sé cuántos orgasmos me había producido, no sé qué hora era. Solo se que esa palabra era un gracias por la situación que había terminado.

Se quedó a dormir en mi cama, era un hecho muy difícil, casi imposible. Me dio la espalda y se durmió o se hizo el dormido.

-Buenos noches Amo -utilicé para despedirme mientras me tapaba, no me atreví a darle un beso.

Me costó poco dormirme, estaba satisfecha y cansada. A la mañana siguiente me encontré sola. El Amo se había marchadodo, no me sorprendió. La única pega es que no se la pude chupar. Antes de levantarme de la cama miré el móvil y tenía un mail suyo, una sonrisa se dibujó en mi rostro.

"Quiero que te pongas una pinza en cada labio y otra sobre el clítoris y te masturbes hasta correrte [...] Quiero vídeo de cómo lo haces, perra"

Mi Amo es fabuloso, quiere que empiece el día masturbandome. Busco las pinzas, primero coloco la de los labios. Luego la del clítoris ya que me hace más daño. Empiezo a masturbarme, la pinza del clítoris me molesta, como Él es maravilloso, le tendré que pedir que la próxima vez me toque. Ya estoy ha sido rápido. Las pinzas de los labios las estiro y me viene a la cabeza cremallera.

Le envío el vídeo, estoy muy excitada. Me tumbo en la cama, pienso en tocarme y pienso en mi Amo, vale la pena no hacerlo. Ha pasado un rato y no ha dado señales de vida, le envío un mail.

-"Me hace daño el coño" -comento, al momento hay un mensaje suyo.

-"

¿Por qué?

La primera respuesta es no lo sé, pero es incorrecta, vuelvo a leer el mail.

"Así aprenderás a respetar al Amo".

La parte que he omitido era importante, era la que decía que recibía un castigo, tengo que dejar de leer en diagonal.

Le contesto.

-Por decir c****n a mi Amo. Lograré que no vuelva a suceder.

Por la noche todavía noto molestias, espero que mañana haya pasado.

Mi Amo me ha autorizado a subirlo, le hizo gracia el minirelato. A mí me sorprendió su imaginación para los castigos.

Piensa todo lo que dices, pero no digas todo lo que piensas