Piso de estudiantes iii: la venganza.

La venganza es un plato que se sirve muy frío

Habían pasado casi más de un año  desde que Andrea, Jimena y Paula habían sufrido aquella brutal violación por parte del clan gitano. Un año largo donde las tres estudiantes estuvieron planeando su venganza…

Durante ese tiempo nuestras protagonistas estuvieron recopilando información acerca de ese clan, sobretodo familiares cercanos a los que poder “atacar”, después de meses hablando con gente del barrio y otras chicas que habían sufrido vejaciones por parte de esa familia dieron con un objetivo al que ir por él. Era una tal Rebeca, nieta de uno de los líderes del clan, de 19 años de edad y que recientemente habían pedido su mano y se iba a casar en breve.  “Estupendo”- Pensó Andrea, Si era todavía virgen tendría más valor para la venganza. La estuvieron controlando durante semanas: descubrieron donde vivía, los lugares por los que regentaba, horarios que tenía y con quien iba. Después de recopilar toda la información necesaria ingeniaron un plan infalible; La iban a secuestrar la noche del viernes cuando regresara de casa de sus suegros.

Andrea nos pidió ayuda a mi novio y a mí, la cual le prestamos sin problemas. Les prestamos la furgoneta de mi novio a la cual le cambiamos la matricula por una inexistente que no coincidiera con ningún otro vehículo y el chalet a las  afueras de Alicante donde nadie les podría oír. Todo estaba listo, era la noche, el plan de venganza ya estaba en marcha.

Viernes, 23:45 horas: Rebeca salió de casa de sus suegros sin ninguna preocupación, cuando de repente un furgón negro con los cristales tintados paro junto a ella y de su interior salieron 3 personas con pasamontañas y la agarraron del cuello poniéndole un pañuelo con cloroformo en la nariz sumergiéndola en un profundo sueño. Le pusieron un saco en la cabeza y la ataron de pies y manos, y tras esto salieron de allí en dirección al chalet de mi novio.

Una vez allí mi novio y yo las ayudamos a descargar al paquete que todavía seguía metido en un profundo sueño. La bajamos al sótano que previamente había sido correctamente insonorizado, El chatel estaba en una zona prácticamente despoblada, la casa más próxima a nosotros estaba casi 400 metros, pero toda precaución era poca.

Dejamos al paquete en el sótano y nos dispusimos a preparar todo el material, Andrea, Jimena y Paula habían comprado todo tipo de material sexual muy variopinto…

Le quitaron la capucha y el “paquete” todavía seguía durmiendo, pero tras unos minutos despertó del profundo sueño en una absoluta oscuridad, cuando de repente una luz roja profunda iluminó la estancia; Rebeca quiso pegar un grito al ver a 4 figuras vestidas con unos trajes oscuros de cuero y sus rostros ocultos tras una máscara, pero le era imposible gritar o articular palabra alguna, tenía una mordaza en la boca.

Entre las 4 agarramos a Rebeca y la pusimos en pie, tras esto la atamos las muñecas de unas cuerdas que caían del techo y luego las piernas, tensaron las cuerdas y la alzaron casi 1 palmo del suelo, dejándola allí colgando con los brazos y piernas extendidas en forma de X.

Jimena agarro de la mesa donde estaba todo el material una especie de encendedor de cocina pero con la diferencia de que no hacia una llama y solo daba unos potentes calambrazos, se acercó a ella con el encendedor y lo acercó a su cuerpo, propinándole un fuerte calambrazo en sus tetas, luego le enchufo otra descarga en los pezones y por el resto de su cuerpo hasta llegar a su vagina; empezó dándole descargas en el los labios vaginales para luego dirigir ese aparato infernal a su clítoris; a cada descarga el cuerpo de Rebeca se engarrotaba y le hacía tensarse, hasta que finalmente acabo orinándose encima, cosa que provoco la risa de todos los presentes en la sala. Una voz distorsionada por el modulador de voz salió de la máscara de  Paula diciendo: “Eso es, meate como la perra que eres”.

Descolgamos a Rebeca y la colocamos a 4 patas sobre un potro de gimnasia dejando su culo en pompa y a la vista un coño completamente depilado y virginal.

Paula agarro un látigo de 6 puntas y una fusta, ahora era su turno de torturar a Rebeca: Primero agarro la fusta y se puso a fustigar el culo de la joven gitana como si no hubiera un mañana, por otro lado Jimena seguía propinando descargar por todo el cuerpo, mientras tanto Andrea y yo sonreíamos malignamente tras nuestras mascaras… Ahora Paula cambio la fusta por el látigo y comenzó a darle latigazos cual domador de circo, a cada impacto Rebeca se retorcía de dolor y se inclinaba sobre el potro, y tras cada latigazo tocaba una nueva descarga eléctrica; así estuvieron un buen rato hasta que aquel enorme culo acabo al rojo vivo y lleno de cortes.

Rebeca nos miraba a las 4 con cara de suplicar piedad y los ojos llenos de lágrimas, pero eso era solo el principio.

La bajamos del potro y la tiramos al suelo de rodilla, Ahora estábamos nosotras 4 alrededor suyo con unos arneses conectados a unos consoladores de no menos de 22 centímetros y de otros tantos centímetros de grosor.  Nuestra intención era que los lamiera y chupase, pero Rebeca no hacía más que apartar la cara, Andrea le retiro el arnés de la boca y lo primero que dijo la gitana entre lágrimas fue:- “¿Quiénes soy?, ¿Por qué estoy yo aquí?, Yo no he hecho nada, parar por favor...”Vamos lo típico de que dice uno cuando se ve metido en estos casos.

“Quiero que nos chupes las pollas”-Dijo Andrea con su voz completamente distorsionada, Rebeca agacho la cabeza y la giró en señal de negación,-“He dicho que nos chupes las pollas”-Volvió a repetir Andrea, mientras Andrea le soltaba una fuerte bofetada, Seguía sin haber respuesta; pero un par de descargar eléctricas por parte de Jimena le hizo reaccionar, comenzó a chupar los 4 consoladores como si fueran pollas de verdad, los lamía, los chupaba, hacia como si los pajeara y se los metía en la boca, así estuvo un buen rato rotando las 4.

Llego el turno de abrirle todos sus agujeros, cosa que se debió dar cuenta porque no dejaba de suplicar:-“Por favor, eso no, Por favor, soy virgen, hare todo lo que quieran, déjenme irme ahora y no diré nada a nadie…”. Andrea, Jimena y Paula rieron (recordaron como cuando ellas pidieron que las dejaran, que pararan y nadie tuvo piedad por ellas) eso les hizo hervir la sangre.-“No vamos a tener piedad contigo, igual que no tuvieron piedad con nosotras”-Dijo la voz distorsionada de Paula. Volvieron a ponerle la mordaza en la boca para que cerrara la boca de una vez y se decidieron los turnos de la follada.

El primero turno fue para Jimena, colocaron a Rebeca a 4 patas sobre un colchón en el suelo y la abrieron de patas.

Empezaron por el culo, pero pronto perdieron el interés por su ojete, al darse cuenta de que ese orificio no era para nada virgen. El consolador del arnés de Jimena entraba sin apenas esfuerzo por el ano de la gitana.-“El coño lo tendrás virgen, pero veo que por el culo ya han pasado unas cuantas pollas”- Dijo Jimena, dándole el testigo ahora a Paula para que fuera ella ahora quien se lo follara. Estuvo unos minutos más taladrando el ojete de Rebeca, pero aquello como dije antes ya había perdido todo el interés por parte de las chicas. Llegaba el turno de Andrea, lo mejor se lo habían reservado para ella…

Andrea se arrodillo junto al coño de Rebeca y lo estuvo ojeando unos instantes, paso sus dedos embutidos en unos guantes también de látex y observo ahora que los dedos estaban impregnados de fluidos del coño de la gitana, aquella vagina parecía que sabía lo que se le venía encima y comenzó a lubricarse automáticamente en contra de la voluntad de Rebeca.

Andrea saco un bote de aceite de yerbas lubricante y comenzó a vértelo sobre las nalgas, ojete y vagina de Rebeca, después comenzó a extenderlo, sobre todo por la entrada de la vagina que ya estaba más que lubricada. Separó un poco los labios vaginales y con cuidado (cosa que no tuvieron con ella) comenzó a meter la punta del dildo hasta llegar al himen, para luego con un pequeño empujón romperlo y poder meter poco a poco más de la mitad del consolador en el ya no virgen coño de Rebeca, que tenía fuera de las orbitas al sentir aquel enorme cacho de plástico en su interior.

Jimena que no quería ser menos se arrodillo frente a la cara de Rebeca y le quito la mordaza, y sin que le diera tiempo a articular palabra, ya tenía el  consolador alojado en su garganta.

Paula entonces, le pidió a Andrea que, le dejara follar el culo de Rebeca, Entonces Andrea se posó bajo la gitana y le metió de nuevo “la polla” para que así Paula se colocara sobre el culo de Rebeca y comenzar a perforarlo. Dando así lugar a  una brutal triple penetración.

Tras casi 2 horas de estar torturándola y follandola, nuestras protagonistas pensaron que ya era suficiente.

Rebeca yacía en el suelo casi inconsciente.   La volvieron a dormir con cloroformo y la encapucharon de nuevo con un saco, Salimos del chalet y la dejamos abandonada en un parque a un par de calles de su casa. Todo calculado al mínimo detalle, parecíamos una escuadrilla de operaciones especiales.

Volvimos al chalet de mi novio, limpiamos todo  a fondo tanto el sótano como la furgoneta, nos cambiamos la ropa y fuimos a una escombrera cercana al chalet e hicimos una hoguera donde arrojamos los utensilios que habíamos usado junto a nuestros vestidos de cuero y látex.

Me fije en las miradas de Andrea, Jimena y Paula mientras miraban la ropa arder en la hoguera, era esa mirada entre de odio y la satisfacción del trabajo bien hecho…

CONTINUARA..?