Piso compartido 7

Continuando me buena vida universitaria.

Enero, época de exámenes…

Y yo con mi rubia en la cabeza. En fin ya no se a lo que juego con ella, esta intimidad momentánea de la que estamos disfrutando hace que quiera algo más de ella.

Y es que este enero está siendo difícil, ya he superado 2 de los 3 exámenes que me esperaban y mañana será el último, son las 3 de la mañana y  aquí estoy estudiando aun. Alba entra en la habitación, entra sin llamar, cosas de esa rara intimidad…

-          Para ti – dice dejando un chocolate calentito sobre el escritorio – te lo mereces empollón!!

Me abraza cariñosamente y me besa en la mejilla. La miro, esta tan guapa como de costumbre, incluso con un pijama horrible, de esos de señora mayor que quitan el frio jaja.

-          Gracias – sonrió mientras agarro sus manos que rodean mi cuello – creo que lo necesitare.

-          Estudiaras hasta muy tarde?.

-          No creo, si no duermo ahora, mañana me quedare sopa durante el examen.

-          Y siii….. – acaricia mi entrepierna – haces un descansito?.

Hace girar la silla en la que estoy y se sienta sobre mis piernas, haciendo que nuestros sexos queden pegados. Mis manos rodean su cintura mientras la suyas me cogen la cara para acercarme a sus labios y besarme de la forma más tierna que os podáis imaginar. Mis manos ajiles, levantan la parte de arriba de su pijama par quitárselo, la imagen de sus pechos libres rebotando al salir de la camiseta nunca se borraran de mi memoria. Justo cuando la chaqueta del pijama ya tapa tan solo sus ojos la retengo y comienzo a chupar sus pezones, subo por su hombro, me detengo en su cuello, todo esto mientras forceja entre risas para terminar de quitárselo.

Solo para de luchar cuando mis labios y los suyos de encuentra de nuevo. Mi lengua se adentro en territorio enemigo aunque es recibida cariñosamente, jugamos con nuestras lenguas un rato. Hasta que la dejo quitarse la parte superior. Mis manos juegan con sus pechos, pero ella me coge de las muñecas y lleva mis manos contra mi espalda ,ahora es ella la comienza a jugar conmigo acercándose a mi sin besarme, provocándome, haciendo lo mismo con sus pezones que rozan mi nariz sin dejar me que los muerda.

-          Y ahora qué? – ríe jactándose – dime, quien manda ahora?.

Comienza un vaivén de sus caderas restregándose contra mi paquete, que si bien a estaba duro ahora es puro acero y yo suspiro encantado.

-          Dime, quien manda? – repite la pregunta y se detiene forzando mi queja – contéstame!!

Consigo soltar mis manos sin demasiado esfuerzo, la cojo en aire antes de que le dé tiempo a forcejar y la tiro sobre la cama conmigo encima. La sujeto las manos.

-          Y ahora? – pregunto sonriendo – Ahora que?

-          Ahora me follas – dice descaradamente – mi amo!!jajaja

Creo que no voy a replicar. Le suelto las manos para poder quitarle el pantalón y de paso también la bragas, lo arranco todo sin miramientos. Retomo mi posición entre sus piernas mientras sus manos buscan liberar mi pene y lo llevan a su entrada. De un solo empujón entro hasta el fondo, esta empapada y calentita.

Comienzo a bombear con furia y sin descanso mientras ella pide más a gritos, estoy por asegurar que los vecinos están artos de nosotros. Normal las 3 y pico de la madrugada y con esta fiesta montada. La beso para amortiguar sus gritos, acelero lo más que puedo, para terminar rápido. Ellas tiempla bajo mi cuerpo mientras el placer comienza a recorrer su cuerpo y muerde mi labio cuando se corre, y se corre con ganas. El sentir su vagina contraerse hace que apure mas todavía disfrutando yo al máximo y prolongando se orgasmo.

Me salgo de ella aun sin eyacular,  Alba coge un pañuelo de la mesita y comienza a pajearme con la otra mano, no necesito mucho trabajo para acabarme y coloca el pañuelo en la punta de mi nabo justo cuando comienzo a correrme. Es más agradable correrme dentro de ella, pero a estas horas este es un método más limpio.

-          Ahora seguro duermes mejor – dice sonriente – me haces un hueco en tu cama?.

-          Seguro – sonrió – siempre que no ronques.

-          Yo no ronco – me saca la lengua mientras se pone de nuevo el pijama – ese eres tú.

Ellas se acuesta mientras yo me recoloco el paquete ya flácido y recojo los apuntes antes de unirme a ella. Me tumbo a su lado y paso un brazo por debajo de la almohada para abrazarla y atraerla junto a mí.

RIiiiiiiiiing!!

Maldito despertador, me da una pena horrible levantarme y dejar a ese ángel durmiendo en mi cama. Cojo lo ropa y salgo de la habitación. Me ducho y escapa a prisa hacia la facultad, no sea que legue tarde al examen.

(Este es un pequeño aperitivo, un relato un poco más corto que los demás pero intentare en breve poner otro mas largo, como siempre comenten fallos para mejorarlos, un saludo!!)