Pisando La Sangre: (Gisela y sus amigas y 4)

Al fin mi Primita Gisela fue mia por completo, despues de tanto batallar obtengo todo de ella.

PISANDO LA SANGRE

(MI PRIMA GISELA Y SUS AMIGAS y 4)

Último capítulo de la serie Mi Prima Gisela

Para mayores referencias leer relatos anteriores

1 Pisando la sangre: (Gisela) http://www.todorelatos.com/relato/39823/

2 Pisando la sangre: (Gisela y sus amigas) http://www.todorelatos.com/relato/40313/

3 Pisando la sangre: (Gisela y sus amigas 2) http://www.todorelatos.com/relato/40503/

4 Pisando la sangre: (Gisela y sus amigas 3) http://www.todorelatos.com/relato/40733/

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A estas alturas yo tenía a mi prima Gisela abrazada desde atrás y ya le acariciaba las tetas tranquilamente y ella no decía nada, la volteé y le di un suave beso en sus labios carnosos y que empezaba a durar una eternidad, ella tenía sus brazos colgando a los lados, mientras mis manos sostenían su cara con mucha suavidad y lentamente iba hundiendo mis dedos entre sus cabellos mojados.

Sentía que más de una vez intentó subir sus brazos y abrazarme, pero algo la detenía, sin embargo yo continuaba besándola con una dulzura que hasta yo me sentía empalagado. Bajé una de mis manos y la llevé su espalda presionando su cuerpo con el mío, mi sexo estaba en calma, inclusive yo no estaba pensando en tener sexo en ese momento.

Quería que ese momento durara toda una eternidad y así estaba sucediendo, en algún momento el beso se fue haciendo más profundo, no me había dado cuenta que la respiración de Gisela se había vuelto más profunda y más rápida.

Mi mano en sus espalda presionaba fuertemente su cuerpo con el mío, ella subió sus dos brazos y me abrazó fuertemente la cabeza sentía sus manos entre mis cabellos y sus dedos acariciándome fuertemente la cabeza como queriéndola cubrir toda, en ese preciso instante mi miembro comenzó a despertar violentamente y sentí algo de dolor por la más que evidente erección.

Mis manos en su espalda empezaron a bajar a sus prominentes nalgas, allí las acaricié toda suavemente hasta que no pude más y hundí mis dedos en su piel, haciendo presión de su pubis contra mi sexo entallado en el suyo y separado por milímetros de tela.

Nos restregábamos el uno contra el otro, sus manos aun en mi cabeza ya me halaban los cabellos y mis dedos habían pasado la barrera de tela y estaban a pocos centímetros de su oscuro edén y su virginal paraíso, ella pasa uno de sus brazos detrás de mi cuello y me aferra más a ella, su otra mano seguía halándome los cabellos y nuestras bocas no podían estar más abiertas y las lenguas más adentro en la boca ajena, ya estábamos comiéndonos literalmente.

A todas estas aun estábamos en la piscina, poco a poco comenzamos a caminar a la parte más llana de a piscina, hasta poder salir caminando lentamente y a tropezones sin dejar de besarnos, ella sin soltar mi cabeza con sus dos miembros superiores y yo sin dejar de soltar sus nalgas cerca de su sexo y su ano. Llegamos a una de las sillas de extensión y me senté arrastrándola a ella y colocándola encima de mí y nos acostamos aun besándonos.

A partir de ese momento pensé que todo estaba escrito, ya no había límites para detenernos, sus movimientos pélvicos me hablaron muy claro, el deseo de mi parte estaba al mil por ciento y el de ella sinceramente yo no podría describirlo, pero creo que estaban a la par de los míos.

Mis manos llegaron a donde tenían que llegar, una estaba directamente en su ano haciendo círculos y a veces presionando para invadir y la otra estaba muy mojada de sus flujos, intercambié de manos y un dedo de la húmeda se hundió hasta la mitad sin mucha dificultad en su apretado ano, y la otra se mojó de inmediato en la entrada de su sexo, se me había olvidado la gran cantidad de flujos que mi prima producía cuando estaba excitada.

Varios de sus gemidos se ahogaron en mi boca y eso fue más excitante que cualquiera de las mezclas de moluscos y mariscos que venden en las playas de aquí y que tienen distintos nombres tales como: " Rompe Colchón, Singa Parao, Sácalo a Tiempo, Liberen a Willy, Espanta Suegra, Rompe Techo". Esos gemidos me hicieron dar cuenta de cuan incomodo estaba mi miembro, hice que ella doblara una pierna y se inclinara un poco hacía un lado, saqué una de mis manos y la metí en mi ropa interior acomodé mi tallo dejando la mitad fuera apuntando a mi ombligo.

Llevé mi mano nuevamente entre la tela hacía su sexo encharcado de flujos y mis dedos jugaron directo sobre sus labios y clítoris. Ella no dejaba de besarme, lo hacía como si la vida se le fuera en ello, sus manos en mis cachetes y cabeza lo hacía con una pasión desesperante, sentía que sufría, al hacerlo había algo como que la quemaba, su respiración los movimientos de su boca al besarme sentir que me chupaba con fuerza la lengua y los labios como si fuera la última vez.

Sentía mis labios hinchados, adolorido por la herida reciente y hasta dormidos de tanto besar de esa manera a mi prima, su sexo contra mi mano hacía fuerte presión sobre mi sexo y ya era hora de sacarlo o de "amoldarnos" mejor, la fui haciendo a un lado lentamente aprovechando sus movimientos suaves y fuertes, pero ella no quería amoldarse mejor, me tenía fuertemente apretado, y estaba evitando que algo más pasara.

De todas maneras seguí besándome con ella, todas las ganas de años acumuladas las estaba descargando en ese beso.

Mis dedos la acariciaban a más no poder, un explosivo orgasmo la hizo estremecerse toda, sentí su cuerpo convulsivo y tembloroso sobre mí, sus labios vibraban en mi boca y un lastimero gemido se ahogó en mi boca. Ella soltó mis cabellos y bajó su mano a retirar la mía de su sexo, su beso se hizo más suave hasta quedarse completamente quieta sobre mi.

No me importó quedarme sin hacer más nada, ese avance con ella había sido gigantesco y no quería arruinarlo insistiendo en algo en lo que ella aún no estaba preparada, así que dejé que ella despegara su boca de la mía y se acostara enteramente sobre mi hundiendo su cara en mi cuello.

Tuvimos varios minutos allí sin decir nada, las respiraciones fueron cobrando su normalidad y mis manos estaban en su espalda haciendo suaves recorridos, ella tenía un brazo debajo de mi cuello el otro me acariciaba la cara muy sutilmente

–Peter

–Dime

–Gracias

No dije nada por un rato, no quería arruinar nada.

–Ahora que va a pasar Peter?

–Nada que no quieras que pase, como te dije antes no voy a forzar una situación en la que luego nos vayamos a arrepentir.

–Y te lo agradezco, pero mis defensas son ahora mínimas, sentí en algún momento que, si tú hubieras querido ir más lejos yo no me hubiese podido detener.

–No te preocupes, si algo llega a pasar es por que tu tomaste la iniciativa, te cuento que ganas no me faltaron, sentí también que mandaba todo pal coño.

–No le cuentes a las muchachas por favor, no quiero tener a Isabel empujándome a estar contigo.

–No te preocupes, no les voy a con

Ella me besó súbitamente muy suavemente por un corto rato y luego empezó a levantarse, se despegó de mi boca y se puso de pié, ella se me quedó viendo hacía donde estaba mi sexo, seguí sus ojos y miré también tenía el short mojado babosamente y parte de mi barriga, y ella una gran mancha húmeda en su traje de baño, ligeramente torció la boca y ladeó un poco la cabeza como disculpándose por haberme dejado así, le respondí hundiendo mi cabeza entre mis hombros –algún día pasará. Finalicé.

Me acompañó a la puerta, nos dimos un corto besito y me fui con una sonrisa en mi cara y esa noche dormí muy bien y muy largo y profundo.

Me paré como a las 10 de la mañana, me di un baño ligero y sentí algo de escozor en mi miembro, lo traté con mucho cuidado y le puse hasta crema cero, esa que usan para los bebes. Bajé y no había nadie en la casa, llamé a las muchachas y me atendió Isabel, me dijo que ella y Gisela estaban solas y que mi tía y Bela había salido con mi madre hace poco, iban para el Sambil un centro comercial aquí en la isla, de una les dije que se vinieran y ellas aceptaron.

A los 20 min. Aproximadamente llegaron en taxi, los saludos fueron efusivos, Isabel como cosa rara se me pega a la boca como una rémora y me da un jugoso beso, luego mi prima me da un piquito simple, Isabel como cosa rara le dice que no sea hipócrita.

Entramos y luego de hablar tres pendejadas fuimos a mi cuarto, en el que años atrás mi prima casi fue mía, Isabel me pidió la computadora para ver sus correos, Gisela y yo nos quedamos viendo videos ligeramente apoyados uno contra el otro. Al cabo de un rato Isabel termina y cambia de puesto con Gisela.

Isabel se me pega completamente y empieza a rozarme sus manos por mis piernas y cerca de mi zona roja, obviamente pasó lo que comúnmente pasa, mi tallo empezó a despertar y comencé a entallárselo en su trasero, ella ni corta ni perezosa colocó su mano detrás de ella y me agarró el paquete y le dije al oído que en el cuarto no, que me iba para el cuarto de al lado y que en un ratico me siguiera.

Me paré con la excusa de ir al baño, entré y con la misma salí luego de haber orinado dificultosamente con la verga tiesa.

Me fui al cuarto que antes era de mi hermana y ahora era el de huéspedes, y me acosté en la cama a esperar a Isabel, apenas me había acostado cuando ella llegó casi corriendo y pegando un brinco cayó sobre mi, haciendo estremecer la cama, esta sonó como si fuera a desarmar, reímos como dos niños y empezamos a besarnos muy dulcemente, nuestras manos se volvieron locas reconociendo lo rincones de ese cuerpito anhelado, ella se colocó encima de mí y me besó mucho tiempo, mi tallo estaba duro desde hace rato.

Ella estaba arrodillada sobre mi y me restregaba su cuerpo, le fui levantando la franelita rosada pegadita que tenía, ella se arrodilló separándose de mi y sentándose sobre mi tallo en donde ella se restregaba con lento vaivén, llevando sus manos atrás empezó a quitarse el sostén blanco, dejando libre ese espectacular par, tan bellos, tan lindos, tan perfectos, estaban creciendo aun ella con 15 años todavía esta en desarrollo, así que bueno crecerán un poco más y por el peso obviamente tendrán a caer un poquito, pero seguirán siendo bellos y hermosos y yo las veré siempre como las vi en ese momento.

Con algo de dificultad me siento, empujándola a ella un poco hacia mis piernas y haciendo que ella estire sus piernas y me rodeé con ellas a mí, la abrazo mientras mi boca se apodera de uno de sus senos y los chupo con un deseo avasallador, los siento calientes, duros y suave a la vez, mis manos recorren por completo su espalda hasta la liga del shortcito de algodón y metiéndose un poco más allá, ella hace lo mismo y me recorre la espalda con sus manos, mientras su boca me besa en la cabeza, luego me clava los dientes suavemente en la cabeza, hasta llegar a una de mis orejas.

Ella logra sacarme dificultosamente la camisa, bajo mis manos sobre uno de sus senos reconociéndolo palmo a palmo, mi lengua recorre sus aureolas arrugaditas y chiquitas, con mis labios muerdo suavemente su duro pezoncito y alterno con el otro.

Que divino se siente, por un momento me despego de ella y busco su boca para evitar que ella siga en mi oreja, Mi boca enmudeció la de ella, mientras nuevamente nuestras manos continuaban sus recorridos por nuestros cuerpos, ella empieza a mover sus caderas a ritmo de bombeo suave y lento, buscando recostarse sobre mi trozo duro, sus besos son esta vez como más empalagadores, me besa, por que es ella la que me está besando y dejo que sea ella la que lleve las riendas, me besa de una manera suave y profunda, ardiente y espesa por decirlo así, que cuando abro los ojos los siento soñolientos y pesados.

Ella me empuja y caigo de nuevo sobre la cama, ella estira sus piernas y se saca el shortcito y su pantys y apoya nuevamente su sexo sobre mi morcillón Willy, ella en un pequeño arrebato de furia se despega de mí y se dirige hacia mi interior y me hace levantar la cadera para ella sacarlo de inmediato y liberar la bestia, ella se arrodilla y lo agarra mirándolo con sumo deseo, admirándolo, cual muslo de pollo a la Broaster así cuando esta caliente y hay mucha hambre, y poco a poco mientras le hace una suave paja se fue acercando.

Justo antes de que lo toque con sus labios o con su lengua, la detengo y le digo que se volteé, la tomo por la cintura y ella pasa una se sus piernas por encima de mi, retrocede y su rosado coñito con el mismo terciopelo oscuro y hermoso, se coloca justo frente a mi cara, la obligo a abrir un poco las rodillas y baja lo suficiente para olerlo y meter mi lengua entre sus rosados y calientes labios, a la vez que el calor de su aliento rodea mi glande y luego su lengua lo recorre.

Mis manos recorren sus nalguitas preciosas, blancas y suaves apretando y amasando ese par de turgentes montículos de carne, ella muy ávidamente me empieza a dar unas lamidas y su cuerpo se retorcía encima del mío, el sabor de sus flujos los recuerdo con claridad y los bebo con desespero, bebo todo lo puedo me relamo los labios y los de ella también con la avidez del más hambriento.

Ella allá abajo está cual Gourmet saboreando centímetro a centímetro degustando palmo a palmo, me acaricia la pierna y sus uñas me dan una caricia en forma de suave rasguño sobre el muslo, una mano me hace una suave y lenta paja mientras sus labios y lengua hacen lo suyo, chupando a veces suave a veces fuerte y a veces salvaje, haciéndome retorcer, tensar las piernas y arquear mi espalda.

Mi lengua entra y sale de su sexo, su humedad me tiene toda la cara empapada, su olor en mi nariz me tiene embriagado y mi barbilla presiona su clítoris con cada movimiento de mandíbula, los labios rosados los chupo y relamo con unas ganas que me olvido de mis manos que a veces se quedan inmóviles en sus nalgas, y retomando el ejercicio cuando me percato de mi descuido.

Una de mis manos ya esta hurgando su culito con el dedo medio, ella lo ha aceptado con un gemido ronco y unos suaves apretones del esfínter, lo saco, lo humedezco con mi saliva también y lo llevo de nuevo hacia su rosado culito, mirar tan de cerca un culito mientras te mamas una raja es alucinante, mis ojos se pierden viendo como es penetrado lentamente por mi dedo, como se ve y se siente mientras aprieta el esfínter poniendo un poco de resistencia, haciendo retorcer el resto del cuerpo.

Su cuerpo se contonea encima de mi, los movimientos de cadera son más marcados y más rápidos ella gime muy levemente, y chupa con más delicia mi tallo, siento que su lengua quiere entrar por donde no puede y me arranca pequeños gruñidos que apago con el saladito flujo de su sexo caliente.

Empiezo a sentir una oleada de flujos sobre mi boca y un temblor en su cuerpo me da la señal de rigor, ella sola se separa de y se acomoda frente a mi mirándome a los ojos, nos damos un beso profundo tomándonos nuestros jugos. Giramos en redondo y ahora ella debajo de mi me agarra las nalgas, con mis piernas me coleo entre las suyas, y mi tallo lo acomodo a tientas con mi cadera hasta quedar en su entrada definitiva después de algunas resbaladas.

Ella se queda quieta gimiendo lentamente, mientras mi cadera la está penetrando lentamente, mis manos sobre sus hombros la empujan hacía abajo suavemente mientras nos besamos, sentí cada centímetro que mi cabezota la recorrió a ella en su esencia caliente.

Después de algunos pocos minutos de lento bombeo ella acelera su cadera y sus uñas se clavan en mis nalgas para que acelere mis movimientos, y con mucho gusto lo hago, sin dejar de besarla por un largo rato y la siento venirse, sus piernas me aprietan por la cintura y logra sacarme de ella.

Caigo sobre ella besándola y ella agitada aun me empuja un poco de una lado haciéndome caer entre ella y la pared, se levanta más rápido de lo que esperaba y hace que me acomode en el centro de la cama, a horcajadas sobre mí coloca sus rodillas a mis costados, una mano se apoya en mi pecho y la otra toma mi miembro mientras eleva un poco su cuerpo y lo coloca en su entrada.

Se deja caer lentamente, hasta donde su cuerpo se lo permite quizás un poco más por su fuerte expresión en el rostro, me mira fijamente de forma retadora, elevé mis manos para tomar sus senos y no me dejó, aparto mis manos y me las colocó debajo de mi cabeza, ella coloca sus manos sobre mis muñecas a manera de mantener las mías allí y servirse de apoyo.

Empezó ha moverse subiendo y bajando por mi aparato, un poco torpe por supuesto y sin quitarme la mirada, luego hacia los lados, hacia delante y hacia atrás y en esta ultima se quedó, estaba buscando cual movimiento era más cómodo para ella.

Sin dejar de verla sentía como sus huesos se restregaban contra los míos, quería agarrarla, apretarla contra mi, besarla, mamarla, chuparle los senos, morderle los pezones y no podía, lo único que podía hacer era elevar corta pero violentamente mi cintura cada vez que ella iba hacía atrás, haciéndola abrir la boca para soltar un corto quejido, mientras sus senos bailaban muy cerca de mi boca.

Isabel no dejaba de asombrarme, siempre dispuesta, siempre emprendedora, osada y ahora estaba demostrando lo mucho que le estaba gustando el sexo. Sus ojos eran, aunque suene a contradicción, pura lujuriosa inocencia.

Por un momento mis ojos captaron algo, no quise mirar hacía donde ese algo estaba, no quería que Isabel se distrajera, yo estaba más que listo en cualquier momento iba a acabar, pero allí estaba mi prima parada en la puerta del cuarto mirándonos.

A Isabel se le empezaron a poner los ojos de un color blanco leche, con su boca entreabierta me mostraba los dientes apretados, que entre gemidos cortos que se iban haciendo más fuertes, sus manos me apretaban fuertemente las muñecas y sentía que me estaba clavando las uñas.

De este lado yo ya no aguantaba estaba a punto de explotar las ganas de apretarla contra mi eran inmensas, la miraba suplicante que al menos me dejara morderle una teta, porque eso era lo mínimo que le iba a hacer, me sentía energúmeno e impotente, eufórico aceleré mis cortos bombeos haciéndolos más violentos y ella respondía de igual manera con más gemidos, más uñas, más cabellos sobre mi, más saliva salía de su boca y se me estrellaba en mi cara en sus resoplidos.

Templé los músculos de mi cuello y sentí mi cara enrojecer de calor, y de blanca furia la inundé en unos espasmódicos bombeos violentos que di por última vez, mientras que ella descontrolada se movía como si se fuera a desarmar.

Ella siguió meneándose rápido gruñendo entre dientes yo ya no podía soportarla la hipersensibilidad de mi sexo me tenía al borde de mandar todo a la mierda y quitarla de un solo golpe, pero aguanté casi gritando hasta que sentí que empezó a convulsionar toda y cayo sobre mi clavándome los dientes en el hombro y mordiéndome mientras acababa.

El dolor era insoportable, pero se daba la mano con la hipersensibilidad de mi sexo dentro de su espasmódica gruta, y como los machos aguanté, hasta que ella lentamente soltó mí hombro y con sus brazos abrazó mi cabeza y fundía su boca con la mía.

Nos besamos por largo rato, respirando fuertemente sintiendo su pecho agitado sobre el mío, y mi sexo poco a poco volviendo a su estado flácido, pero dentro de ella.

Pensé en mi prima que había estado viendo parte del show, quise moverme un poco pero Isabel no me dejó, luego de un suave luchar pude mirar a la puerta y ya no estaba allí.

Isabel se dejó recaer sobre una de sus piernas y estiró la otra dolorosamente, mi blanda hombría salio seguido de una pequeña mezcla de flujos y semen que sobre mi sexo cayó, luego se dejó caer del lado que había estirado la pierna, para poder estirar la otra dolorosamente otra vez y acostarse pegada a la pared respirando más lenta y profundamente.

Bañados en sudor los dos nos queramos mirando por largo rato y sonriendo, le dije que había estado maravilloso y solo sonrió un poco y cerró los ojos y se fue quedando dormida, yo estuve a punto de también quedarme dormido, pero recordé a mi prima y me levanté con cuidado, arropé a Isabel me puse la ropa y salí en dirección al otro cuarto.

Mi prima estaba acostada en mi cama viendo tv, entré a mi baño y me lavé la cara y la boca, y me fui a acostar con ella.

–Ustedes no pierden oportunidad para tirar

Me dijo de mala gana.

–Deja que lo hagas la primera vez y verás que vas a querer hacerlo a cada rato.

–Si eso es lo que me temo

La abrace desde atrás, me recosté de ella y puse mis manos en su abdomen abultado, pase el otro brazo debajo de su cuello, ella con su mano tomó la mía sobre su estomago y entrelazamos los dedos, y como en posición cucharita nos quedamos viendo tv.

Un fuerte codazo me despierta alzo, la cabeza para ver que pasa y ella me dice ¡LLEGARON!, con la misma se paró y se sentó en la silla, le dije que se fuera al cuarto con Isabel que estaba desnuda y salio como flecha tratando de no hacer ruido, a los pocos segundo oigo la puerta de entrada.

Me paré con mucha flojera y me metí en el baño y me metí bajo la regadera, mientras me enjabonaba me pasé la mano por el hombro izq. y un dolor llamó mi atención, cuando vi tenía un morado con los dientes marcados de Isabel seguí bañándome fue verdaderamente reparadora, luego me vestí y baje a ver que habían comprado las viejas y ver a Bela por supuesto.

Eran casi las 2 de la tarde así que después de comer las muchachas se metieron en la piscina un rato y luego empezamos a beber, las muchachas insistían en que me metiera pero no podía, y con la vista les hacía señas de que esperara un momento. Cuando al fin pude me acerque a la piscina y les mostré el hombro, allí estaba el gran morado por la mordida de Isabel en al mañana. Bela pregunta:

–Y como te hiciste eso.

–me hice no, me hicieron– dije mirando a Isabel que tenía cara de preocupada.

–Cuando en que momento?

–Esta mañana mientras estaban afuera– contestó mi prima. –los niños cuales conejos no pueden estar tranquilos sin estar haciéndolo–. Le dice mi prima a Bela .

–jajaja, pero ustedes si son pasados, o sea que la próxima soy yo– dijo Bela con firmeza.

–A menos que

–A menos que nada Isabel ya se por donde vienes– dijo mi prima un poco molesta –no sueñes.

–no era eso que iba a decir, iba a decir a menos que lo hiciéramos otra vez, así que no te hagas tú ilusiones Gisela, por que tienes que pensar que eres el centro de todo esto––. A mis adentro lo pensé por un momento y si, creo que es el centro al menos para mi.

En ese momento mi tía y mi madre llegaron nuevamente y nos pusimos a seguir bebiendo menos mal por que las tensiones e fueron calmando. Mi tía y mi madre estuvieron con nosotros como hasta las 6 y se fueron a cambiar ya que iban a tomarse un café y luego seguro se iban al casino.

Apenas salieron me tiré al agua y aprovechando la ausencia empecé a meter manos a diestra y siniestra a Bela, Isabel y a mi prima que esta vez no decía nada, las otras chicas estaban maravilladas por su reacción así que la noche se fue poniendo amena.

Estábamos en la piscina de mi casa, así que no podía hacer mucho ya que vivía en un conjunto cerrado y todas las casas rodean la piscina, así que solo bajo el agua eran los juegos permitidos.

Mientras seguíamos bebiendo nos fuimos poniendo más calientes, ya las manos eran descaradas, mis dedos entraban y salían bajo la tela de las prendas de Isabel y de Bela, a mi prima por no echar a perder el trabajo logrado solo le agarraba las nalgotas.

Nos mirábamos con ganas de comernos pero no podíamos, así que en un momento de desesperación en que ya las ganas eran más fuertes tanto como la razón, tomé a Bela por una mano y me la llevé dentro de la casa.

Nos secamos antes de entrar y apenas pasamos la puerta de la terraza me brincó encima cruzando las piernas por la cintura y amarrada a mi cuello me estaba comiendo la boca, me lastimó un poco la herida que estaba casi cerrada, pero no me importó subí con dificultad las escaleras besándonos aun, trastabillando con los escalones, y entramos en el cuarto hechos una maraña de manos piernas y cabellos, solo se podía oír nuestra violenta respiración. Al pie de la cama nos quitamos las prendas, su traje de baño tenía lazos así que fue fácil quitarlos, lo desesperante fue mi short, ya que Bela no mostraba intención de soltarme, mientras con una mano la tenía cargada con la otra bajaba un alado del short para luego cambiar de mano y bajar parte del otro, apenas el short había pasado de las nalgas y sus piernas no me dejaban bajar más, así que la pegué a la pared y haciendo presión contra su cuerpo en la pared logré zafar sus piernas y bajar el short hasta las rodillas, luego de eso unos movimientos de rodillas y el pesado short húmedo cayó a mis pies.

Mis manos se pusieron otra vez en sus nalgas y agarrándola con fuerza nos despegamos de la pared y nos paramos frente a la cama, me viré de espalda y me dejé caer lentamente, por largo rato nos besamos mientras ella restregaba su sexo contra el mío como si quisiera taladrarse, sobre mi tronquito podía sentir claramente sus pelitos rozándome por todo lo largo.

Mis manos apretaban con fuerza sus nalgas amasándolas, intenté meter un dedo en su ano pero ella reculó y se quejó en mi boca mientras la besaba, saqué mi dedo y lo dejé para después, ella bajó una mano y tomó mi tallo y se lo colocó en su entrada, mientras me besaba muy lentamente se fue empalando tan lento como su recién estrenada vagina se lo permitía.

Ella sola poco a poco comenzó a moverse hacia delante y hacía atrás, gimiendo suavemente, apoyada en sus codos sentía como sus tetas iban y venían en mi pecho, dejé una mano en sus nalgas y la otra se apoderó de una de esas preciosas eminencias de carnes.

Jugué con su pezón, lo pellizqué, amasé sus senos tanto como pude, ella estaba acelerando poco a poco sus movimientos de una manera casi imperceptible, se levantó un poco se apoyo en las manos y se sentó, ahora mis dos manos fueron directo a sus tetas, pellizqué con fuerza mientras ella me clavaba las uñas en el pecho, ella me miraba con lujuria o a veces dejaba caer su cabeza hacía atrás.

A veces ella aceleraba sus movimientos tan rápido que perdía el ritmo, y volvía a empezar a acelerar rápidamente desde cero para mantenerse donde había quedado.

Veo como su respiración se torna acelerada, ella se acuesta sobre mi, con sus manos toma mi cabeza y me hace girarla viendo hacía la pared, se termina de acostar sobre mi me rodea la cabeza con sus brazos y mis manos quedan aprisionadas entre sus senos y mi pecho.

Lo que hizo me volvió loco, me hizo acabar en un santiamén, metió su lengua en mi oído izq. Y allí me llevó el cielo, nada más sentir su húmeda, rugosa y suave lengua en mi oído, un torrencial de sensaciones eléctricas hicieron su recorrido desde mi oreja hasta mis piernas, pasando por mi espalda, nalgas y acelerando en un santiamén mi eyaculación.

Me arqueaba por que mi cuerpo me lo pedía a gritos, y me retorcía como una culebra debajo de ella sintiendo como mi sexo se preparaba a explotar. Ella iba muy acelerada en sus movimientos y se preparaba para lo mismo para una gran liberación de tensiones.

La sentí convulsionar sobre mi mientras yo estaba acabando dentro de ella, gracias al torrente de impulsos eléctricos que sacudían mi cuerpo ocasionados por su lengua en mi oreja a la vez me mordía todo el cartílago, haciéndome pellizcarle más fuerte sus pezones y a su vez me dejaba sordo con sus gemidos en mis oídos. Ese fue nuestro clímax dejándonos completamente exhausto.

Al rato después de recuperarnos a bases de suaves besos bajamos a la piscina. Me imaginaba a Isabel sonriente preguntando cuando sería su próximo turno, y a mi prima criticándonos el habernos comportado como conejos, pero no ni puta idea de lo que allí me encontré

Mi prima estaba en un borde de la piscina llorando y del otro lado estaba Isabel con los ojos aguados pero de rabia, cuando Bela y yo nos acercamos a Gisela y le preguntamos que pasó no nos respondió si no que rompió a llorar más dolorosamente y se hundió en la piscina y se alejó de nosotros.

Nos acercamos a Isabel, al voltear le vimos una mano roja marcada en un cachete, nuestro asombro fue mayúsculo y lo demostramos con un unísono ¡MERDA! QUE PASÓ!!.

–Discutimos, dije algo que no debía y me dieron mi merecido.

–¿Pero como?, ¿Qué dijiste? ¿Por que pelearon?., dijimos alternadamente Bela y yo.

Miré a mi prima que en ese momento se estaba saliendo de la piscina, me paré y dejé a Bela hablando con Isabel y yo fui tras mi prima. Ella al verme venir se metió de nuevo en la piscina, entonces ni lo pensé dos veces y me lancé de clavado en ella y debajo del agua en dos segundos estaba abrazando mi prima contra la pared.

–Déjame Peter!!

–Cálmate, quieres, dime que fue lo que pasó?

–Ya te dije que nada, no quiero hablar de eso, suéltame Peter por favor!!

–como que nada? Pues no te voy a soltar, hasta que te calmes y me cuentes

–NO!! DEJAME, COÑO DE LA MADRE, NO ENTIENDES QUE NO QUIERO HABLAR!!!!

La solté más por el grito que por empujón que me dio y menos por la petición, sin embargo ella me miró por un momento, en ese segundo vi en su rostro dejos de arrepentimiento mientras le daba la espalda y me dirigía a donde estaba Bela e Isabel, ella me estaban viendo venir alertadas por el grito de Gisela, y con cara de asombro por supuesto.

Empezamos a hablar mientras mi prima se salía de la piscina, tomaba la toalla, se secaba y entraba a la casa. Isabel nos contó que ellas estaban hablando de mi como cosa rara y ella le empezó a insistir a mi prima que se decidiera a hacerlo conmigo que quedaban dos días solamente y después se iba a arrepentir, ella le dijo que no, que no insistiera que no era cierto, pero Isabel siguió insistiendo, por que la cara que tenía en ese momento era de celos por lo que yo y Bela estaríamos haciendo, mi prima empezó a esquivarla y ella se le colocaba de frente para que admitiera que si, que lo que tenían eran celos y que se moría de ganas por estar en el lugar de Bela, a todas estas ya se habían salido de la piscina y estaban secándose, iban a entrar a la casa cuando Isabel le dijo que si iba a interrumpirnos y mi prima se devolvió con más cara de rabia, Isabel contando con esa pequeña victoria aumento la insistencia en que le respondiera que si. De nuevo en el agua siguieron discutiendo, que si, que no, y a Isabel se le ocurrió la disparatada idea de acercarse a Gisela y le decirle "te hago la apuesta a que tienes un mar de flujos de lo excitada que estas por que te mueres por hacerlo con Peter". Obviamente eso fue la gota que derramó el balde por que lo único que sintió fue la cachetada y cuando abrió los ojos nuevamente tenía el cuello de medio lado mirando a su derecha, de inmediato sintió como la cara se le puso caliente y se le aguaron los ojos viendo como Gisela se alejaba a otro lado de la piscina dándole la espalda.

Isabel admitió que se había pasado, pero no dejaba de insistir que tenía razón, seguimos hablando un poco más del problema y decidimos no tocarle el tema a Gisela, yo rogaba a mis adentros que eso no haya echado a perder todo lo que yo ya tenía adelantado con mi prima.

En fin eso nos arruino la noche, nos seguimos bañando en la piscina hasta más o menos las 11 que llegaron mi madre y mi tía y las muchachas se fueron, todas tres tenían una cara de velorio, mi prima no le hablaba a Isabel solo a Bela y yo no me quise despedir de ella.

Esa noche me dormí mal, tenía tiempo que no pasaba la noche sin dormir, de solo pensar en que se hubiera echado todo a perder con mi prima, y el mal rato que ella debía estar pasando, hasta que en algún momento me quedé dormido.

Me levanta mi vieja llamándome a desayunar, típico de los fines de semana un buen desayuno eran como las 10 de la mañana y la tía había llamado que ya venia en camino con las muchachas a comer, me costo levantarme tenía mucho sueño, me di una ducha rápida y el morado en el hombro lo tenía más morado casi negro, Isabel me había mordido muy duro.

Llegaron al poco tiempo, y mi prima aun tenía mala cara, aunque se notaba mucho más descansada que yo, Isabel ya no tenía marca en la cara y mi tía anoche no sé dio cuenta, Isabel supo esquivar la cara, y en la mañana se echo un poco de base de maquillaje por eso no me di cuenta al principio, fue durante la comida que me fijé pero no le dije nada, no allí en plena mesa.

Terminamos de desayunar, nos preparamos y nos fuimos para la playa, el ultimo día en la playa y juntos por que al día siguiente domingo en la mañana se irían de nuevo a su casa.

En la playa el día pasó sin novedades, yo no me bañé pese a la insistencia de mi madre y mi tía, las muchachas hablando a medias entre si ya que Isabel ni Gisela se hablaban, y Bela era el único enlace así que la pobre estaba ya en crisis de escuchar dos temas diferentes de conversación ya que ninguna le daba tregua, yo con mi gorra y mis lentes oscuros disfrutaba un poco de la situación.

Ellas salieron a caminar varias veces, nunca fueron las tres juntas, y las veces que quedó mi prima no me dirigí a ella a pesar de que me moría de ganas, no me imaginaba una seguidilla de años de más indiferencias. Así que la última vez que ella quedó sola, le dije que si aun continuaba brava conmigo.

Ella se sintió aliviada por que pensaba que yo estaba bravo con ella.

–Peter discúlpame si? Anoche no fue mi intención

–lo sé, Isabel a veces se pasa, pero no debiste haberme gritado así, –le dije sin mostrar molestia alguna. – lo que no entiendo es por que le diste a ella una cachetada, bueno según su versión creo que no la merecía

–Pero, es que ella me acorraló me sentí mal por todo lo que me estaba diciendo… –ella trataba de buscar las palabras para defenderse. –y sabes ella tenía razón.

–en que?

–en que me estaba muriendo de celos. –esto lo dijo agachando la cara.

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Eso me dejó sin palabras, no por que no lo creyera si no por que ella me lo estaba diciendo, era una clara afirmación de lo que sentía por mí, por un momento pensé que había adelantado mucho con ella. Nos quedamos en silencio un buen rato hasta que llegaron las muchachas, y al poco tiempo nos fuimos, aun así el camino de vuelta era tenso, nadie habló en el camino de regreso, al llegar a casa las muchachas incluida mi prima me dijeron para salir por ultima vez a la disco y me negué, realmente no quería una despedida dolorosa, preferí que fuera allí mismo, en la puerta de su casa, con mi madre y mi tía presente, así no había oportunidad de nada.

Ellas se quedaron muy tristes, al llegar a casa me llamaron y me recriminaron por eso, que les debía la despedida, en fin todos estábamos muy cansados, así que también ellas debían descansar ya que tenían que al menos hacerle compañía a mi tía durante el viaje todo el día en carro y debían estar despierta, creo que con eso entendieron un poco. Así que después de hablar con las tres un rato y despedirnos y prometernos futuros encuentros, con Bela e Isabel claro está y con mi prima apenas crucé palabras, lo ultimo que le dije era que lamentaba que nos despidiéramos de esa manera, ella me dijo que había sido mi culpa que fui yo el que lo hizo de esa manera, y le dije que no me refería a eso y sin dejarla hablar le deseé buen viaje y colgué.

Me dispuse a darme un baño y acostarme viendo televisión, después de haber comido algo en la cocina.

Estaba dormido ya cuando sonó mi celular, era mi prima la que me susurraba al teléfono y me pedía que fuera a su casa a verla por última vez, le pregunté por mi tía y las muchachas, ella me dijo que mi tía se había tomado una pastilla para dormir y las muchachas estaban dormidas, le dije que ok que me diera unos minutos.

Vi mi reloj y eran apenas las 10 de la noche, había dormido casi dos horas, así que me pare me puse un short una franela y salí sin hacer mucho ruido.

Llegué a los 5 minutos apagué el carro antes de llegar al frente de la casa y llegué con el impulso, cerré con cuidado la puerta. Empujé la reja del garaje y estaba abierta, con cuidado la volví a cerrar cuando me acercaba a la puerta principal se abrió y detrás de ella mi prima con un dedo en la boca me hizo señas de que no hablara o hiciera ruido, pasé y seguí hacía la terraza, cuando siento que ella me jaló del brazo y me arrastró hacía su cuarto por el pasillo oscuro, donde todas las puertas estaban cerradas.

Entramos en su cuarto y cerró la puerta con seguro, encendió la luz de una lamparita al lado de su cama, tomó una toalla que tenía sobre una silla y la colocó en el piso pegada de la puerta, apenas se enderezó de colocar la toalla me le pegué desde atrás la hice darse vuelta y la besé sin decir si quiera una palabra.

Ella me abrazó muy fuerte, y respondió a mis besos de igual manera, me di cuenta claramente que esta noche iba a pasar lo que tanto tiempo había esperado, así que me detuve por un momento y me separé de ella por unos centímetros, la miré a los ojos y con gestos le pregunte si estaba segura y ella respondió afirmativamente. Y me dijo:

–Ya no aguanto Peter, maldito seas

Y se me acercó de nuevo mirándome a los ojos, coloqué mis manos a los lados de sus cachetes y me acerqué a su boca, ella solo cerró los ojos y sus manos las puso en mi cintura recibiéndome, me sentí como si fuera la primera vez que la besaba, un escalofrío recorrió mi cuerpo entero, sentí que toda mi piel se puso de gallina, mientras la besaba ella fue subiendo sus manos por mi espalda, una de mis manos estaba en su nuca y la otra cubriéndole todo un lado de la cara, sus labios gordos y anhelados por mi al fin se me entregaban libre hasta el final sin ningún tipo de distracción o represión, y nadie mirando, solos ella y yo.

Poco a poco, el beso se fue volviendo empalagoso, ardiente, meloso, salvaje, y nos separamos un poco, pasé mis manos debajo de sus brazos y las coloqué en su espalda, nuevamente nos besábamos, suavemente mis manos detrás subieron la franela que tenía puesta separé el pecho un poco de ella sin dejar de besarla para dejar pasar la franela y pos solo un segundo nuestras bocas se separaron para dar paso a la prenda, y ella hizo lo mismo conmigo.

Nuevamente me acerqué y sentí en mi pecho sus duros pezones, bajé mis manos a sus caderas y a cada lado metí mis dedos en la liga de su short y la fui bajando, pero quedo colgando de la entre piernas ella hizo lo mismo con mi short y quedamos igual, me separé de ella para facilitarnos el trabajo, ella misma se terminó de bajar lo quedaba colgando de su short y agachándose ante mi me bajó el short hasta los pies donde los saqué uno por uno.

Ella se iba a arrodillar ante mi en ese momento y le tomé la cara y la hice ponerse de pie, la admiré u poco y le hice dar lentamente la vuelta, la tenía completamente desnuda ante mi, después de mucho tiempo, por un momento pensé que era mentira así que la traje hacia a mi, le di un beso corto y la senté en la cama le dije que se acostara en el medio, ella se tumbó de espaldas así como estaba y se fue arrimando de manera sensual mirándome y meneándose.

Me subí a la cama con ella y me puse a su lado y la empecé a acariciar lentamente con los dedos, la noté a ella un poco impaciente, por que cuando la empecé a acariciar con los dedos ella me jaló por el brazo y me hizo quedar casi encima de ella, me acomodé y me puse encima de ella y la besé de nuevo mis manos empezaron a acariciarla y a recorrer sus senos.

Por unos minutos seguimos besándonos y entonces ella como tomando las riendas del asunto se acomodó y quedó con las piernas abiertas.

Pasé mi mano por su rajita y se me había olvidado lo que lubricaba esta niña, allá abajo lo que tenía era una fuente de flujos bien resbalosos. Así que le di dedo por un momento y me dispuse a prepararlo para la entrada, metí un dedo y la verdad es que notaba que ella era un poco más estrecha proporcionalmente, el himen estaba intacto, rogué en ese momento que fuera bien elástica.

Me acerqué a ella, mis dedos empezaron a recorrer sus muslos a medida que me iba recostado a su lado, mis dedos pasaron por sus caderas y subieron por su pronunciada barriguita y continué hacia su senos, al fin los veía a esplendor y a mi entera disposición a sabiendas de que serian míos por completo, posé mi palma completa para cubrirlo y sentirlo, apretarlo un poco y conocer su firmeza, o su suave y blanda contextura. Los apreté como si estuviera amasando, los acaricié y lo disfrute después de ser tan anhelados, habían crecido bastante eran un gran par de tetazas, el pezón era mediano y la aureola era estaba entre mediana y grande, color clarito y el borde bien definido, estaba arrugadito y por ende más pequeño, el pezón erecto imponente y duro, unas leves estrías señalaban el crecimiento acelerado que había tenido y también por el constante sube y baja de peso de mi prima.

A la luz de la penumbra proporcionada la lamparita busqué la boca de Gisela, ella fue a mi encuentro y nuestros labios nuevamente se unieron en un beso más ardiente que suave, sus labios gruesos los chupaba con deleite, esos labios son tan sensuales y por un momento me imaginé besando a Angelina Jolie (mi más grande amor platónico), gorditos, carnosos, simplemente divinos.

Nuestras lenguas lucharon por el control de la otra boca, sin dejar de besarla me puse arriba de ella con las piernas a cada lado de su cintura, mi sexo erecto quedo reposando sobre su estomago, ahora mis dos manos estaban sobre sus senos y por un rato jugué a amasarlos.

Pasé mis manos a cada lado de su cara y parte de sus cabellos, con extrema ternura besé su boca, mis dedos acariciaban su cabeza entre sus cabellos ella tenía sus manos en mis brazos y lentamente los acariciaba, besé sus cachetes, su mentón, su nariz y sus ojos, la frente y me dirigí hacia una de sus orejas, no había llegado a ellas y ya sentía el estremecimiento de su cuerpo, le pasé suavemente la lengua por el borde del lóbulo su estremecimiento fue notable y la piel erizada más aun.

Fui bajando por su cuello y por su hombro derecho allí me devolví y poco a poco bajé hacia su pecho, en el camino me separaba un poco y buscaba su boca y le daba un leve beso a flor de piel con mis labios, para volver al sitio donde había quedado y continuando hacia abajo.

El camino me pareció eterno, subir esos pináculos era un pequeño suplicio de tanto frenar las ganas de saltarme el camino e ir directamente a sus cumbres, pero vale la pena la espera, sentir la rugosidad de la piel que caracteriza a la aureola excitada y un duro pezón demostrando indiscutible síntoma de lo mismo.

Mi lengua lo recorrió, mis labios lo besaron y acariciaron, mi saliva los impregnaba de lubricante para poder sentir con más detalles las irregularidades de la excitación, mis manos rodeaban los montículos haciendo leve presión, ella puso sus manos en mi cabeza y presionaba con más fuerza sobre sus senos obligándome a chuparla más duro y apretar más sus senos.

Pasaba de uno a otro y con mi lengua dejaba un camino húmedo entre pezón y pezón y repetía la operación de rodear la aureola con mi lengua morder con los labios y rasguñar con los dientes los erectos picos además de golpearlos y empujarlos con la lengua.

Mi miembro palpitaba sobre su pubis donde estaba ahora y por mi interrumpido descenso lo habían ubicado allí, sentía en la cabezota la presencia de los cañoncitos que me resultaban excitantes.

Después de un rato me acomodé de nuevo y besé su ombligo allí metí mi lengua juguetona sacándole algo de risas, y nuevamente me acomodé, me estiré en la cama y caí entre sus piernas, las hice que flexionara un poco las rodillas y empecé a besar su monte depilado, pasé por una de sus piernas y las besé por la parte de adentro del muslo hasta casi la rodilla y me devolvía con la punta de la lengua recorriendo hasta llegar muy cerca de sus labios bien húmedos, allí saltaba y me dirigí hacia el otro muslo repitiendo la operación.

Esta vez no salté si no que lamí el pliegue del muslo y su labios donde se habían salvado algunos pelitos de la hojilla, mi lengua invadió la zona húmeda y se dejó llevar por el calor que allí reinaba, la humedad era abundante y por un largo momento lamí hasta dejar casi seca la zona que rodea la entrada, sus jugos tenían un sabor que despertó en mi mente viejos recuerdos, recuerdos de hace 5 años atrás, cuando por primera vez disfruté de ese manjar virginal.

Más brazos rodeaban los gruesos muslos y llegaban a duras penas a sus montículos, sorprendí una de sus manos en el seno derecho y puse mi mano sobre la de ella, ahora eran dos manos las que apretaban uno de los pezones.

Abajo mi lengua seguía jugando con los labios y la humedad que constantemente manaba de su cueva, allí entré varias veces y con mis labios hacía presión y succionaba, entonces sentía como una gran cantidad de flujo llenaba mi boca, bajé una de mis manos y suavemente metí uno de mis dedos y entró con suma facilidad gracias a los flujos, ella se estremeció un poco, lo saqué y con los otros dedos hice presión sobre los labios como cerrando la entrada y me dediqué a lamer el clítoris, una de sus manos me hacia presión en la cabeza y la otra se pellizcaba un pezón junto con mi mano izq.

Rodee el clítoris con mis labios y chupé, lo saqué más a fuera y lo presioné con mis labios y chupando con un poco más de fuerza empecé a acariciarlo con la lengua y a golpearlo suavemente, ella elevaba su cadera un poco o si no era su torso que se trataba de incorporar con cada fuerte lengüetazo que le daba al excitado clítoris.

Sentía los espasmos de sus muslos a cada lado de mi cabeza, lo tenso de su abdomen en mi brazo y los golpes de cadera en mi boca y yo presionaba los dedos cerrando la entrada y sin dejar salir nada, por un buen rato lamí y chupé inclusive mordí con mis labios haciendo que ella estallara en gemidos y espasmos.

Despegué mi boca de su clítoris rojo y con cuidado puse mi boca en su entrada sin soltar los dedos, cuando estaba listo solté los labios y sentí como gran cantidad de líquidos llenaban parcialmente mi boca, estaba caliente y succioné lo que pude sin llegar a tragármelos, cerré mi boca y rápidamente me situé sobre ella y mi boca buscó la suya ella creo que entendió, por que rodeo son sus labios los míos, abrí poco a poco y su liquido pasó a su boca, tragué al fin parte de ellos y ella también, nos restregamos con nuestras lenguas, los cachetes labios y barbillas, nos chupamos con deleite.

Me tumbé hacia un lado y ella automáticamente se colocó encima y me dio sus tetas para ordeñarlas cual ternero, las chupé y mordí suavemente, ella bajó y me besó de nuevo, su cuerpo se restregaba contra el tallo erecto y se movía de manera cadenciosa, después de besarme bajó lentamente hacia mis pezones y los chupó y lamió con fuerza como creo yo que ella quería que se los lamiera, lo hacia al punto de lastimarme, pero en vez de evitarla, me gustaba.

Yo me retorcía de dolor y ella logró arrancarme gemidos lastimeros, a todas estas no me los había mordidos solo chupado, fue cuando los mordió suavemente con los dientes que realmente gemí de dolor, la tomé por los cabellos y la traje hacia mí y un beso salvaje nos invadió por unos momentos mientras el dolor cesaba, nuevamente la empujé hacia el otro pezón y le hice una dura presión sobre el indicándole que aplicara la misma dosis que había aplicado en el otro, así lo hizo.

Nuevamente nos besábamos salvajemente hasta que ella sola bajó y le dios unas suaves lamidas a mis tetillas como sobándolas por el daño causado, dejándolas bien húmedas de saliva, continuó su descenso al terminar allí y pasó de largo por mi ombligo, y llego a donde estaba mi durísimo sexo, allí sin mucho rodeo lo tomó con una de sus manos y lo empezó a pajear lentamente y mirándome, creo, por que la penumbra a esta distancia solo veía sobras en su cara, sentí una suave brisa en la cabeza antes de que un par de labios la rodearan por completo y una lengua húmeda jugara con ella.

Empezó a chupar suavemente a veces sacando la cabeza y pasando la lengua por lo largo del tallo, seguida por la mano que lo sujetaba, nuevamente cubrió la cabeza con los labios y una fuerte succión hizo su aparición, además de la cabeza solo unos pocos centímetros más se podía meter en la boca pero eran suficientes ya que la fuente de mayor placer esta en la cabeza y frenillo, ella chupó con más fuerza, como hace 5 años había hecho, haciéndome doblarme y arquear fuertemente la espalda.

A la vez su mano me pajeaba rápidamente y un dolor ya conocido por mi se hizo presente, por un largo rato chupó y con su lengua jugó sobre mi glande saboreando el liquido preseminal de allí manaba constantemente, su otra mano la sentí abriéndose camino entre mis nalgas pero por la posición no podía hacer mucho a lo menos acariciar la entrada de mi ano, eso hizo que mi erección se hiciera más potente y ella lo notó, por que se separó un poco humedeció el dedo que estaba explorando allá abajo y lo devolvió de donde lo había sacado.

Ella volvió a chupar con fuerza a mí ya adolorida cabeza y el dedo haciendo presión en mi circulito, yo mismo sentía los músculos tensos de mi cuerpo resistiéndose a la oleada de sensaciones que preceden al orgasmo, sentí que mi expresión era de dolor y placer extremo.

Me apoyé en los codos y le dije a mi prima que me iba a venir, ella arreció las chupadas con sonoros chupeteos y una veloz paja en sus manos, hasta metió un nudillo en mi ano que fue el detonador del orgasmo.

Mi primer chorro le dio en la garganta, y los demás los recibió en la boca chupando con fuerza la cabeza, haciéndome gemir fuertemente por la fuerza infringida, hasta que descargué todo, ella exprimió con su mano el canal conductor y sacó de mi ano lo que había metido de su dedo. Ella se separó de mi cabeza y se puso sobre mí buscando mi boca.

Cuando su boca se abrió ente la mía sentí parte de mi semen entrar en mi boca, su lengua jugaba con la mía y con mi leche saboreándolo ávidamente, poco a poco fue desapareciendo y el beso se hizo lento y suave su cuerpo callo sobre el mío y nos fundimos en un fuerte abrazo.

Giramos y yo quedé encima de ella simplemente besándonos por un largo rato, en un momento dado bajé mi mano hacia su sexo y estaba muy húmedo quizás más que antes, metí un dedo y luego metí otro y ella soltó un quejido lastimero, se sentía apretado así que los hice girar varias veces lentamente dilatando el himen y la entrada un poco.

Sin querer la estaba llevando a un orgasmo y cuando sus gemidos inundaron mi boca le saqué los dedos y me acomodé entre sus piernas le hice que las levantara y me rodeara la cintura puse mis rodillas a los lados de sus nalgas y mi ya duro tallo estaba sobre su pubis, lo tomé con una mano y con sus líquidos lo cubrí parcialmente, estaba semi sentado sobre mis talones así que tenía una visión entre sombras del terreno y los jugadores.

Coloqué la cabeza en la entrada hice un poco de presión hasta meter como siempre la mita de la cabezota, me di cuenta que iba a causar mucho dolor así que me preparé mentalmente para recibir las uñas en la espalda me incliné hacia delante tomé sus manos y las coloque en mi espalda, pasé mis manos por debajo de sus brazos y me agarré de sus hombros, me puse a 5cm de su rostro mirándola fijamente a los ojos, le dije que resistiera, ella asintió con la cabeza, sus manos en mi espalda abrazándome fuertemente y haciendo ella misma un poco de presión sobre mi tallo.

Sus ojos se abrieron lo más que pudieron cuando empecé a hacer presión sentí como iba lentamente ganando terreno, su boca se abrió pero sin emitir sonido alguno, mis ojos estaba fijos en los de ella, abrí mi boca para compartir su aliento y ella el mío, su respiración era rápida muy rápida, empecé un cortísimo y suave bombeo para ganar terreno con placer.

A medida que ganaba terreno podía sentir como su himen me coronaba el glande, hice una presión más larga ella peló nuevamente los ojos esperando la gran estocada, pero nuevamente empecé un suave bombeo pero esta vez más largo con el terreno ganado, me detuve muy brevemente y me acerqué un poco más a su boca y jugaba a besarla pero no, cuando una nueva presión hizo que se le escapara un gemido grueso de dolor que apagué inmediatamente al besarla y unas uñas que se me clavaron sin piedad, sin dejar de mirarla seguí haciendo presión, hasta que sentí una rajadura sobre mi cabeza.

Un grito se ahogó en mi boca, su himen acababa de pasar a la historia, pero una presión seguía impidiéndome el paso, ya la conocía era la presión de las vaginas novatas, aun cerradas y no acostumbradas a tales menesteres, me detuve mientras sus gemidos fueron bajando de intensidad, ella asintió levemente con la cabeza e hice presión de nuevo, esta ves sus uñas se me clavaron con más fuerza a la vez que un gemido de dolor y agudo hizo eco en mi boca.

Sin pena demostré mi dolor haciendo que ella retirara las uñas rápidamente, le dije que no se preocupara por mi, que si le nacía hacerlo que lo hiciera sin reprimirse, ya que yo me lo tenía merecido, ella negó con la cabeza y le dije nuevamente que el dolor debía ser reciproco que estaba bien y que íbamos a iguales, ella puso sus manos de nuevo pero un poco más arriba sobre los omoplatos.

Nuevamente hice presión pero con más fuerza y controlándome para no entrar de golpe, sentí que gané terreno y sus uñas nuevamente me sacaron un gemido de dolor que acompaño al de ella, ya la cabeza estaba completamente adentro y estaba apretada, ella respiró hondo cuando lentamente empecé a entrar milímetro a milímetro en ella, un gemido ahogado y unas gruesas lagrimas salieron de sus ojos hacia sus oídos.

Cuando llegué hasta donde no cabía más allí me detuve, estaba llorando en un llanto lastimero, la besaba pero ella no respondía a mis besos pues el llanto dominaba su boca, pero la seguí besando en los labios y chupándolos con un poco de fuerza para lograr un poco de distracción en su dolor, ella lentamente empezó a responder mis besos y sus uñas estaban cediendo un poco en el dolor.

Ella misma empezó a mover las caderas muy lentamente para acostumbrarse al dolor, poco a poco sus movimientos se hicieron más notables y en forma circular, me separé de ella y la miré nuevamente a los ojos a 5cm, levanté las cejas preguntando y ella asintió respondiendo.

Empecé a retirarme, ella abrió más los ojos y la boca dejando escapar un gemido mudo, sentía cada milímetro de su estrecho y caliente canal vaginal, parecía eterno el recorrido hasta que sentí un poco de presión en la cabeza que me frenaba, me detuve y volví lentamente hacia adentro, nuevamente sus uñas me causaron dolor pero no lo demostré muy fuerte, apreté mi manos en sus hombros cuando toqué fondo, y me devolví lentamente, en cada ida y venida aceleraba casi imperceptiblemente.

Fue ella cuando entonces empezó a mover más su cadera buscando acelerar mis movimientos, muy lentamente estos fueron aumentando ella gemía a veces con fuerza y casi gritando en mi boca por algún movimiento que yo hacia para estar más cómodo y era inevitable hacerlo a veces y trataba de no hacerlo, un olor a oxido se hizo presente y sabia que era la sangre del himen roto hacía unos pocos segundos, poco a poco sus movimientos fueron cesando ante mi aumento de velocidad, ahora empezaba a gozar.

Poco a poco sus uñas ya no me dolían, aun las sentía pero no con la intensidad de unos momentos, el bombeo ya estaba en velocidad normal, miré en sus ojos un destello de gozo y lujuria, aun aguados por las lagrimas, su boca estaba abierta pero no para gritar si no para respirar hondo, mis embestidas no eran profundas, no podía hacerlas así por los momentos, rápidamente su respiración se acrecentó vertiginosamente, sentía su pecho empujarme rápidamente.

Sus ojos se habían entrecerrados, busqué su boca y su lengua me invadió rápidamente y un beso apasionado nos unió en las latitudes superiores, sentía en mi cara el calor de su respiración, la fuerza del mismo también sentí en mi estomago los espasmos musculares de su estomago y sus piernas me apretaron un poco más, ella había movido sus manos y las había colocado en mis hombros y estas me apretaban con fuerza sin la uñas creo que no me quería hacer daño.

Aceleré un poco mis movimientos y esta vez fue inevitable que sus uñas me hicieran un poco de daño, sus gemidos se convirtieron en un continuo grito ahogado en mi boca solamente interrumpido por la toma de aire de sus pulmones, mi sexo dentro de ella la estaba llevando al orgasmo rápidamente.

De inmediato sentí los espasmos característicos ella enmudeció y pasó sus brazos por mi cuello apretándome muy fuerte hacia ella y haciendo que mi cara se hundiera en la almohada al lado de la suya, sus gemidos se oyeron esta vez en la habitación, como pude llevé una de mis manos a su boca y se la tapé con la palma he hice fuerza para que ella no sé soltara, me agarré con fuerza de sus hombros, gire mi cara hacia la suya y allí metí mi lengua en su oreja y aceleré la velocidad de penetración, esta vez ella soltó sus piernas retorciéndose de un lado y poniéndose muy tensa y respirando hondo soltó un grito en mi mano, su cuerpo se arqueaba para elevarse pero mi peso se lo impidió fue entonces cuando sentí sus dientes en mi la palma me mi mano, como pude la solté y seguí bombeando, ella se pegó de inmediato en el hombro que no tenía lastimado y me mordió muy fuerte, como pude una de mis manos la llevé hacia su frente y la separé de mi hombro y fue más doloroso, le puse el lomo de mi mano en su boca y ella lo mordió nuevamente pero con una leve fuerza.

No dejé de bombear y ella nuevamente presentó una oleada de espasmos cada pocos segundos más o menos, aceleré aun más mis embestidas y ella me mordió un poco más fuerte, ahora si sentía que me lastimaba más que antes, pero para nada del mundo le voy a arruinar ese placer a ella, un nuevo orgasmo la invadió pero más fuerte, su gemido se transformo en una especie de chillido y gesticuló algo que tomé como un "para", espere que acabara esa vez y me detuve, pude notar como su pelvis y sus músculos vaginales querían seguir trabajando pero de manera un poco desordenada e intermitente.

Poco a poco me fui separando sin sacárselo, de ella, estábamos bañados en sudor a pesar del frío de la habitación, quedé de rodillas mirando la brillante silueta de su cuerpo, su pecho subía y bajaba rápidamente y podía escuchar un leve gemido gutural, empecé poco a poco a bombear en corto, ella gimió un poco más fuerte y cada vez que se calmaba aceleraba un poco la velocidad haciéndola gemir nuevamente, ya en la ultima velocidad sus gemidos eran cortos pero rápidos, esa es una de las posiciones en donde yo suelo dar más rápido.

Como por 5 minutos mantuve esa velocidad y arrancándole a ella un nuevo y más fuerte orgasmo, ella tenía el rostro completamente descompuesto, en la penumbra, las sombras no eran las mismas que al principio, el reflejo del sudor le daba otra forma y las expresiones de su rostro eran de simple lujuria, de dolor y placer, de locura orgásmica.

Sus manos las tenía en mis rodillas empujándome hacia fuera, y su cabeza se movía de un lado a otro, sus rodillas estaba un poco elevadas y yo tenía mis manos apoyadas por la parte de atrás de sus muslos manteniendo abierto su sexo para mi.

Esta ves ella misma se retiro rápidamente de mi echándose hacia atrás, un plop! se oyó allá abajo al momento del desacople de nuestros cuerpos, ella se llevó las manos hacia su sexo y se lo tapó, ella jadeaba, respiraba fuertemente y temblaba, y se acostó de lado con las manos en su sexo.

Me quedé como estaba respirando agitadamente, esperando a que ella reaccionara, poco a poco ella se volteó y me pidió perdón, le pregunte que por que? Y me dijo por no hacerme terminar, sonreí y le dije que no se preocupara, que había tiempo de sobra, ella no dijo nada pero se me quedó mirando de una manera que para que les cuento.

Me acosté detrás de ella en posición de cucharita, la abracé desde atrás y mi tallo quedó entre sus nalgas hacia sus piernas, ella abrió las piernas un poco y coloque mi sexo pegado a sus labios húmedos, sensibles y calientes, cerró de nuevo las piernas, pasé un brazo debajo de su cuello y el otro la rodeó hasta posar mi mano sobre una de sus tetas.

Empecé un lento meta y saca, mi tallo entraba desde atrás por entre sus piernas y le rozaba por todo lo largo de su sexo ella aprisionaba con sus piernas y apretaba el culo, haciendo que se sintiera más apretado, además ella tenía su mano allí metida y presionaba mi cabeza contra su sexo.

Mientras le pellizcaba las tetas con suave fuerza yo iba y venia por todo lo largo de su raja, sintiendo sus pelitos y cañoncitos en esa jugosa y resbalosa gruta, ella volteó la cara y nuestras lenguas se entrelazaron nuevamente, y por un rato me hacía una paja con su sexo piernas y mano, ella lo estaba disfrutando, yo quería más, así que eché un poco más atrás dejando la cabeza en su entrada delantera y ella misma empujó la cabeza hacía su vagina empapada, esta de deslizo difícilmente, haciéndola dar un brinco y gemir en mi boca.

Por un rato bombeé moderadamente y ella aceleraba sus caderas, quería aprovechar ese impulso y cuando tuvo un nuevo orgasmo giré sobre ella quedando encima y ella boca abajo, con sus piernas cerradas me senté sobre sus piernas y tomando mi vara la dirigí hacía su ano, ella en susurros me decía –no Peter, no lo hagas, me va a doler. –yo no le hacía mucho caso, así que la coloqué mi cabeza justo en su ano y empujé un poquito hacía delante, con una mano sosteniendo mi sexo en la entrada ¿o en la salida?.

No hizo falta lubricación, su ano estaba empapado de los líquidos de su vagina y mi sexo ni hablar, ella seguía susurrando que no, apretando las sabanas en sus puños y apretando el culito.

Apoyado con una mano en la parte alta de una de sus nalgas ayudándome a separarlas y ver mejor mi meta, empecé a hacer sutil presión, pensé en detenerme y dilatarla pero sabia que no iba a ser necesario, sé que ella es bastante holgada por allí solo es cuestión de relajación y unos minutitos

–Relájate, Gisela no aprietes por que te va a doler

–No, Peter noooo –decía susurrando.

–relájate… afloja, respira profundo

–No, no Peter, por favor no –susurraba más lastimeramente.

Empecé a hacer un bombeo suave en su entrada para que fuera sintiendo un poco de placer, ella dejó de hablar al ver que no quería entrar tan rápido y mucho menos cuando no le estaba causando dolor. Poco a poco hacía un poquito más de presión y ella apenas soltaba un gemido. Tenía mi dedo pulgar presionando el glande hacía abajo en su entrada para que este no siguiera de largo hacía arriba.

Poco a poco la punta fue ganando terreno, pero cual champiñón la falda de mi glande es grande, así que venia la parte más dolorosa, saqué momentáneamente el glande y dejé caer una buena cantidad de saliva en la apertura lograda, lo coloque nuevamente al ver que palpitantemente se iba cerrando.

Esta vez hice un poco más de presión ella gimió un poco suave y doloroso

–Peeeeterrr nooo

–Solo relájate, vamos afloja un poco, no aprietes puja un poco… veras que te va a gustar –le decía para calmarla además de que era la única manera en ese momento.

–AAHH, Peteeeeer duele, paraaaa! –todo lo decía susurrando apretándome la muñeca de la mano que tenía con en su nalga y la otra en mi rodilla empujando hacía atrás.

–Más suave por favor –que dijera eso me agradó, por que ya lo estaba aceptando.

Pude sentir como iba soltando poco a poco y a veces apretaba un poco, ella gemía cuando apretaba así que ella misma se fue dando cuenta de cómo funcionaba el meollo del asunto. Logré sacarla de nuevo y se la metí rápidamente en su vagina y vaya si tenía un gran charco allí, por que se fue como cuchillo caliente en mantequilla, bombeé dos veces y lo saqué empapado, ella gimió por que lo quería allí más tiempo.

Lo puse en su culito nuevamente y esta vez ella no apretó sino que aflojó más y poco a poco mi cabeza se fue hundiendo por completo, en este momento no había vuelta atrás.

–Despacio Peteeeeer, despacito pleeesss

Una vez que toda la cabeza estuvo adentro, solté mi tallo y agarré la otra gran nalga, y con ambas manos me ayudé a abrirlas un poco más mientras iba ganando terreno, le dije que mordiera la almohada y lo hizo casi instantáneamente y su otra mano la quitó de mi rodilla y aferró fuertemente mi muñeca libre.

Poco a poco ella iba aflojando intermitentemente mientras yo iba ganando terreno, gemía en la almohada y me apretaba fuertemente las muñecas, sentí cada milímetro que recorrí de ese culito apretadito, hasta que mi pelvis tocó sus nalgas, ella apretaba suavemente y soltaba el esfínter y cuando empecé a ir hacía atrás me clavo las uñas en las muñecas y un gemido más fuerte se oyó ahogado en la almohada.

Retrocedí hasta la cabeza y empujé suavemente hacía adentro nuevamente y comencé un suave y cadenciosos bombeo acompañado de suaves apretones de sus músculos y entrecortados gemidos ahogados, poco a poco fui acelerando y cuando vi que ya estaba disfrutando el dolor, solté sus nalgas, ella gimió un poco más fuerte, me detuve y me acosté completamente sobre su espalda metí una de mis manos debajo de uno de sus brazos y me aferré a un hombro, puse mis pies detrás de sus rodillas y la otra mano la puse sobre su cabeza para evitar que la volteara, y metí mi lengua en su oreja parcialmente cubierta de sus cabellos negros.

Ella de inmediato arqueó la espalda y retorció su cuerpo a la vez que empezaba a bombear sacándole más gemidos que se ahogaron en la tela de la almohada.

Que apretado se sentía y que rápido me iba a hacer acabar, ella gemía más rápido y corto, sentí como sus manos se posaron sobre los lados de mis nalgas empujándome un poco más rápido de lo que iba, quería más y más le di, aceleré y sus gemidos eran largos, mi lengua hacía desastres en su oreja y esto se reflejaba en todo su cuerpo.

Ya estaba frenético y empecé a gemir en su oído anunciando mi acabada, hasta que no pude más y descargué de manera descomunal mi carga de semen, ella no dejaba de empujarme y sentía como su esfínter me exprimía todo lo que podía de mi tallo.

Dolorosamente seguí bombeando por unos segundos, segundos extremadamente agónicos por la gran sensibilidad a la que quedo expuesto cuando acabo, pero tenía que hacerla acabar y así lo hice a los pocos segundos, ella se retorció lo más que pudo y logro zafarse de mi lengua en su oreja, soltar sus manos de mis nalgas, tomar las mías y apretarlas fuertemente mientras acababa con un gran apretón de esfínter que le arrancó un fuerte gemido.

Después de un largo rato de solo respirar y sentir como sus intermitentes apretones se iban haciendo cada vez más sutil al igual que el meneo de su cadera y la flacidez de mi tallo me lo permitió, procedí a retroceder y retirarme de ella.

Acostado sobre ella me dejé caer de un lado y la abracé, ella se puso de lado y me abrazó y nos besamos por largo rato. Un ligero olor a mierda nos pegó en la nariz, ella puso su muesca de asco, entonces tomé la otra almohada y nos tapamos por un rato mientras nos besamos y nos quedamos dormidos.

Un sentido de alerta me despertó, miré la hora en el reloj de mi prima sobre la mesita y era la una de la mañana, no sé cuanto había dormido, le di unos suaves besos a Gisela, esta despertó y correspondió a mi besos, nos besamos por un ratico y le dije que me tenía que ir, ella asintió y no dijo más nada, le dije que la quería y ella sonrió y me dijo que también me quería.

Me senté en la cama a ponerme los tenis y cuando procedí a darle un besito de despedida vi una gran mancha en al sabana, le dije que tenía que cambiar la sabana si no quería que su madre la viera en la mañana, ella se asustó un poco por que la mancha era grande, en la penumbra de la poca luz que daba la lámpara no la pude ver a ella y si me fijé que yo tenía mi pelvis un poco manchada, luego de decirle lo que tenía que hacer con las sabanas y que yo venia luego a lavarlas, procedí a tomar la ropa e irme desnudo del cuarto.

Antes de cerrar la puerta le dije susurrando que iba al cuarto de las muchachas que me tenía que despedir de ellas, ella asintió con una sonrisa en su boca y cerré la puerta con cuidado, entré al baño que estaba de frente a su puerta y en la ducha me di un breve baño. Me sequé con una toalla que allí estaba colgada y desnudo salí en la penumbra de la noche al cuarto de las muchachas.

Después de cerrar tras de mi la puerta con sumo cuidado, esperé a que mis ojos se acostumbraran al cuarto oscuro, luego me acerqué a la que parecía ser Bela y que resultó ser Isabel, la desperté pellizcándole los pezones suavemente entre las sabanas, ella peló los ojos de alegría y me preguntó que hacía allí, le dije vine a despedirme y me metí bajo las sabanas a su lado

–Porqué estas mojado? y desnudo!! –dijo al percatarse de mi situación.

–Vengo de darme un baño. –le respondí mientras comenzaba a besarla.

–por que? –dijo retirándose de mi boca.

–por que vengo de estar con Gisela.

–NOOOOO!!.

–SIIII.

–Mentira!!!

–En Serio

–Bela, Bela despierta. –decía susurrando mientras con una manos empujaba a Bela del brazo.

–Queeee!! –dijo Bela sin siquiera abrir los ojos ni voltear a verla.

–Me debes Diez mil –le dijo Isabel en tono triunfal y extrañándome yo a la vez.

–Queee!!! –preguntó nuevamente Bela aun soñolienta.

–que gané la apuesta y me debes diez mil Bolívares.

Bela brincó en el giro que dio para ver a Isabel y pegó un grito al verme abrazado a Isabel, ambos dijimos SSSShhh!! y Bela se me queda viendo

–En serio?

–Creo que mi amplia sonrisa apenas visible en la penumbra de la noche le dio la respuesta.

Isabel había apostado que no sé iban de regreso a Caracas sin que yo me pegara a Gisela.

Luego de contarle rápidamente como sucedió procedí a hacerlas mías por última vez en esa Semana Santa no tan santa.

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Después de esa vez, nos hemos vuelto a ver en subsiguientes vacaciones, pero no las tres juntas, si no era Gisela con Bela era con Isabel y dos nuevas amiguitas de ellas que conocí en Caracas. Este año se han separado, ya están en la universidad estudiando carreras diferentes y mi prima me dice que se han visto pocas veces.

Mi prima esta rebajando ha botado unos cuantos kilos y esta muy emocionada, viene para esta Semana Santa con unas amigas compañeras de la Universidad y ya estoy haciendo mis planes, ella me dice que viene una que es perroncha y otra que se la da de santa, pero ella dice que es una Motolita, de esas que se la da de santa y son el demonio, que no rompen un plato y cuando te descuidas acaba con la vajilla completa

espero romperla con ella.

FIN.

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