Piruetas de un alma extranjera - Capitulo•1

Unos ojos grises de gatita que me abobaron, sonrisa hermosa. Yo solo podía hacer un gran esfuerzo para que la baba no se me cayera de la boca… ¡qué mujer!

Prefacio

Con el vaivén del autobús, mi padre y sus amigas hablando de viejos tiempos como adolescentes inmaduros y el sol del atardecer dando sobre mis ojos, aún recuerdo tú intimidante pero hermosa mirada, aquella mirada que durante unos días me encantaba tener sobre mí. Si, te voy a extrañar, pero al mismo tiempo voy a recordar los momentos que pase contigo como los mejores de mi vida, o al menos de mi adolescencia.

1er cap. ¨ ¿Hermana de Pie grande? ¨

DANIELA

5:30 am

La alarma del celular sonó tan fuerte que me espanto el sueño en unos segundos, aunque creo que la energía era más por la emoción de que durante tres días seria huésped de uno de los hoteles mas prestigiados de todo el país. Me puse de pie para ponerme una ropa que me cubriera del puto frio tan característico de las seis de la mañana, pero antes fui al cuarto de mi querido y vago padre que aun dormía plácidamente entre mullidas almohadas y calientes sabanas.

Luego de despertarlo, fui a mi cuarto y me di un baño caliente esperando no haber olvidado nada de lo que necesitaba para el viaje en casa de mi madre. Con este prometedor viaje cerraría con broche de oro las magnificas vacaciones de verano, desde que supe que iría a ese hotel, solo pensaba cada segundo en los momentos de tranquilidad y silencio que podría tener, frente a la playa, en la habitación, con servicio de comida, en el jacuzzi, Oh! En el spa! Serian los tres días más perfectos para mí.

Knock, Knock!

-Daniela, ven vamos ya, Adriana nos está esperando para guardar mi carro en su casa-

-Ya voy, dame dos minutos y estoy afuera-

-Bueno, te espero en el parqueo ¿vale?-

-Vale pa’-

Mientras nos transportábamos hacia la casa de la ex-esposa de mi padre -que dicho sea de paso, son muy buenos amigos- solo pensaba en las hermosas extranjeras que vería en aquel lugar, de solo pensarlo la boca se me hacia agua jajajaja ok no, mentira, no suelo ser tan pervertida, pero si acepto que me gusta deleitarme con la mirada viendo hermosas figuras. Además, tenía muchas oportunidad de pescar una que otra traviesilla, pues como mi padre andaría de fiesta en fiesta, poco le importaría donde yo estuviera.


Creo que me dormí, ¡durante las cuatro horas de viaje! Bueno, mejor, así estaba descansada y no tendría que esperar demasiado para llegar a mi destino especial. Luego del chequeo, y todo lo protocolar con respecto a hotel, nos esperaban los mozos para llevar nuestras maletas a la suite presidencial, de verdad que mi padre sabia como complacerme en estas ocasiones.

Mientras caminábamos a la habitación para ponernos los trajes de baño, lo más vergonzoso era que todo el mundo pensaba que yo era la esposa de mi padre. Es que, yo no aparentaba de la edad que tenia –además trataba de ocultarla siempre para que mis conquistas no tuvieran el miedo de ir a la cárcel- todos siempre creían que tenía 19 o 20, por sus mentes nunca pasaba el numero 16 jajaja.

Cuando entramos, pude darme cuenta de que había dos baños, así que ocupe el más grande con todas mis cosas, además, tenía un gran espejo de cuerpo entero, mi parte favorita.  Me paré frente al gran cristal refectorio para pensar un poco, siempre solía hacerlo estando desnuda frente a mi reflejo, ¿por qué? Mmm… es bueno poner a trabajar las neuronas de vez en cuando jajaja. Mierda, la noche anterior se me había olvidado amarrar mi cabello, pero no estaba maltratado, gracias al cielo. Es que mi pelo, Dios, es uno de mis mejores atributos, color chocolate que cae en cascada a lo largo de mi espalda, comencé a jugar un poco con él mientras mis ojos -de color miel, que al sol eran de color ámbar muy claro, si lloraba se tornaban casi ocre y si estaba triste o molesta, perdían todo su brillo y se tornaban negro como el café más puro- recorrían mi cuerpo parte por parte. Toque mi nariz -tan fina como una aguja- para hacer el bizco y reírme un poco con mis propias estupideces, luego hice un puchero con mis labios finos pero suaves, no los considero carnosos, aunque otros y otras si jajaja no se por qué. Sonreí. Oh mis pequeños y blancos dientes, esos a los que atormentaron por 3 años con los estúpidos frenos… hoy son casi perfectos, y digo casi porque son sensibles y porque debo hacerme un blanqueamiento cada cierto tiempo para quitar las manchas del cigarrillo… -.-‘ que les puedo decir? De vez en cuando, cuando estoy nerviosa, las ganas de la nicotina, me ganan.

Seguí recorriendo hasta que llegué con mis pupilas a mis pechos, si bien no eran la gran cosa, para muchos eran perfectos; lo importante es que para mí lo eran, firmes y suaves con una pequeña aureola café alrededor de cada delicado pezón… mi piel bronceada, es una bendición, pues me permite no tener muchas imperfecciones y las pocas cicatrices que tengo, no se notan a primera vista. Mi vientre plano es mi parte favorita, es que no había tenido que trabajarlo demasiado como otras pobres que si tenían que mantenerse a dieta pesada, al ponerme de perfil para verlo mejor, también se apreciaba mi buen culo, bien parado.

Ya luego seguía mi monte de Venus perfectamente depilado, no me gustan los vellos para nada PUAJ! Mis piernas fuertes y con algo de músculo, me daban altura y mucha elegancia… Estaba muy concentrada en mí, pero algo me sacó de mi trance y es que mi padre toco la puerta.

-¿Qué sucede?- dije checando el esmalte de mis uñas

-Estoy yéndome para la piscina, ¿vienes conmigo?-

-Voy a durar un buen rato, me voy a dar una ducha, así que mejor no me esperes-

-De acuerdo, entonces me escribes a la blackberry cuando quieras verme, quiero presentarte a unas personas-

-De acuerdo, ¿alguna de esas personas es tu nueva conquista?- dije con picardía

Oí como reía.

-No princesa, es la familia de Adriana, como nunca los pudiste conocer cuando ella y yo estuvimos casados, los conoces ahora-

Ok, definitivamente este hombre estaba demasiado ligado a Adriana para ser ¨solo amigos¨ Pero eso no es de mi incumbencia, así que ni al caso.

-¿Y por qué esta ella aquí?-

-Su cumpleaños es este fin de semana. Siempre había planeado traerte al Moon Palace, y esta es una excusa perfecta-

-Bien, pues entonces ve y yo te encuentro en la piscina, o te escribo a la blackberry-

Luego de que escuche que cerró la puerta y se fue, me metí a la ducha, tomé mi champú de aroma a chocolate y me lavé el pelo dejando que la espuma recorriera cada centímetro de mi cuerpo… Me quedé unos minutos mas y luego, como Diosito me trajo al mundo, así tan hermosa, recorrí la habitación hasta la peinadora. Cepillé mi pelo y pase el secador un par de veces. Mi bikini fucsia se adapto rápidamente a mí como una segunda piel, tome una toalla, mi blackberry y mis gafas de sol. Lista para acabar con el que se me pusiera fácil, y para conquistar al que, o a la que se me pusiera difícil.

Cuando me pare en la puerta del cuarto para salir, mejor me devolví y me puse unos shorts para no andar así, con mi simple bikini por el lobby, que tenía que pasar obligatoriamente por ahí para llegar a mi destino.

Ahora, si, preparada. Contoneaba mi cintura al ritmo de una música de fondo que había puesta en el pasillo, mi garganta estaba seca, necesitaba una cerveza bien fría con urgencia, y mientras pensaba en mi bebida podía sentir las miradas de lujuria de los hombres que no sabían disimular. Sonreí coqueta y seguí mi camino, no hay porque mirarlos mal cuando ellos están pensando en hacer cosas MUY buenas contigo ¿no? Jajajajaja…

Vi a mi padre entrando a uno de los restaurantes, así que me dirigí allí y lo toque en el hombro cuando se estaba sirviendo la comida, que dicho sea de paso, todo olía delicioso.

-Al fin llegas, pensé que la toilette te había tragado o algo- dijo mirando mi cuerpo, o mejor dicho, lo que llevaba puesto. Yo bien sabía que no le gustaba verme vestida tan provocativa, pero tampoco me iba a reclamar nada.

-No seas tan exagerado, si solo fue media hora. Tengo hambre-

-Bueno princesa, hay de todo, solo tienes que servirte lo que quieras-

Si, ¿cierto? Jajaja no iba a pretender que también me fueran a servir la comida para colmo.

-Nosotros estamos sentados en la mesa del fondo- dijo señalándome el lugar

-¿Nosotros?-

-Ah sí, ando con la familia de Adriana-

Puse mi toalla en mi hombro y comencé a servirme las cosas que veía más apetitosas, entre ellas una crema de almejas que si sabia como olía, me iba a comer al menos dos platos llenos. Me acerque a la mesa un poco tímida, porque nunca había visto a aquellas personas y siempre hay que dar la impresión de presa y no de depredador.

-¡Pequeña!- grito la pelirroja cuando me vio y se paró de su silla para abrazarme, Adriana siempre me quiso mucho porque dice que ve en mí la hija que nunca pudo tener con mi padre… La verdad, yo no la quería precisamente como madre… sino como amante jajajajaja -.-´ de verdad que me paso, pero cuando una mujer esta buena, hay que reconocerlo, al menos mi padre tiene buen gusto. Y esa mujer, de verdad que es capaz de quitarle el sueño a cualquiera.

Respondí su abrazo con cuidado de no tirar mi plato.  Luego de ese cariñoso –y escandaloso- saludo, me fue presentando a sus hermanas… que, de verdad, no creía que fueran sus hermanas, en serio, no se parecían en NADA sus cuerpos no eran nada que pudiera usar para un orgasmo con mi mano, y sus caras… les hubiera creído mas si me hubieran dicho que eran sobrinas de de pié grande, y no hermanas de una mujer tan hermosa como lo era mi Adriana.

Según tenía entendido, incluyendo a la pelirroja, eran 5 hermanas, pero hasta ahora solo me habían presentado a 3, la cuarta aun estaba sirviéndose la comida, agradecí a Dios por eso, porque definitivamente si seguía viendo a aquellas figuras, iba a devolver el desayuno del día anterior.

Me senté sonriente a comer mientras todos hacían bromas, contaban anécdotas y cosas así, al menos tenían buen sentido del humor, y a pesar de todos los defectos físicos, se miraban buenas personas. En un momento, el padre de Adriana, mi abuelo adoptivo, como yo le llamaba, me hizo señas para que me acercara a él. Lo hice con mucho gusto y me senté a su lado. Me dio un beso en la mejilla y comenzamos a hablar de todo lo que había hecho en los pasados meses. Yo ya estaba casi en la universidad, así que siempre le gustaba escuchar sobre  las cosas que haría cuando acabara la preparatoria. Estaba realmente entretenida hablando, siempre habíamos tenido una relación amena.

-Oh, miren, al fin Oli pudo terminar de servirse la comida- dijo Lynnete, la mayor de todas.

A este comentario, todos se rieron. Cuando volteé la mirada, todo paso como en cámara lenta…

…piel bronceada, piernas largas y perfectamente depiladas, uñas arregladas, un vientre que de verlo se notaba suave como algodón, buenos pechos, firmes y de tamaño jugoso, todo eso enfundado en un mini bikini negro. Unos ojos grises de gatita que me abobaron, sonrisa hermosa. Yo solo podía hacer un gran esfuerzo para que la baba no se me cayera de la boca… ¡qué mujer!

-Dani, ella es mi hermana Olivia- Sonreí tontamente y me acerque a saludarla…como que a veces no disimulo muy bien cuando me flechan. Me saludó tan cariñosa como yo a ella y cuando bese su mejilla, Wow, sentí un maldito choque eléctrico que jamás en mi vida…

Que les parece? :D Espero que les guste porque esta historia esta basada en hechos verídicos, con alguna que otra cosita agregada o quitada, pero en esencia, fue lo que viví. Los nombres han sido cambiados (excepto el mio :)

CONTINUARA♥~•