Pillo al viejo follándose mi mujer y me uno a ello
Cuando lo considero conveniente la saco y se tumbó boca arriba en mi cama con aquel rabo enorme y duro entre sus manos y le dijo a mi mujer, ahora cómetela bien y devoro mis huevos y saca la leche que veras es más rica que la de tu esposo.
Vengo del trabajo algo cansado y cuando abro la puerta de mi casa oigo unos gemidos al fondo de la vivienda, me quito los zapatos y camino con sigilo por el pasillo pues no sé si mi mujer está masturbándose para calentar mi vuelta o hay alguien usurpando mi puesto, cuando descubro que esto último es lo que está sucediendo pues unos roncos gemidos masculinos delatan allí hay un intruso.
Ocultando mi presencia miro por la puerta entreabierta de mi dormitorio y descubro que el viejo vecino del ordenador regresos y está pagando algo de su deuda, pues mi mujer esta desmelenada con sus piernas sobres sus hombros, ambos completamente desnudos y el con su enorme pija en las manos le frota y mete parte de esta en su chochete.
Ella le pide que le meta pero él juega al gato y al ratón metiendo la cabeza y sacando y golpeándole con todo el tronco duro y venoso sobre su chochito abierto como una flor.
Me empalmo rápidamente y sacándola con cuidado no hacer ruido me pongo a pajear viendo aquella escena xx, cuando él ahora la vira y poniéndola boca abajo le dice se la va a clavar por atrás, llorisqueando ella picaronamente diciendo que no que le hará daño pero abriendo bien las piernas para que el viejo la clave.
Le escupe sin pudor en el ano y le restriega su dura y gorda cabeza volviendo a escupir sobre esta para lubrificar y presionando ayudándose de su mano le mete parte de aquella dura pija.
Mi mujer grita y gime levemente, pero se le escapa un leve siiiii delatándose que en el fondo estaba deseando la montara el viejo por atrás y este de una estocada seca se la mete hasta el fondo marcándole con sus huevos en su rico trasero.
El viejo se inclina sobre ella y agarrándole la tetas sin pudor comienza a mover su cadera y a sobarle los pechos fuertemente haciendo mi mujer grite y goce como una perra salida.
Tardo poco en correrse mi mujer con la buena faena que le estaba haciendo el viejo, que ahora con una de sus manos en el coñito la pajeaba al unísono que la follaba por atrás.
Yo veía el balanceo de los huevos como golpeaban con el culito mi mujer y mi polla estaba a explotar de lo excitado que andaba viendo aquella follada rica.
La saco el viejo y volvió a poner a mi mujer sobre la cama pidiéndole se pusiera a cuatro patas y el con las piernas semi flexionadas tras ella, agarro nuevamente su largo grueso y venoso miembro y comenzó a alternar en los dos agujeros a meter y sacar con clavadas duras y secas, haciendo mi mujer gritara de placer como hacía tiempo no la oía.
Impresionante la follada del viejo que aguantaba estoicamente en esa postura semiagachado follandola sin piedad y con su rabo duro y mojado por los jugos de mi mujer.
Se volvió a correr mi mujer dejándose casi caer sin fuerzas sobre la cama, quedándose en el aire la polla de aquel semental que vi goteaba líquido seminal en abundancia por la punta.
Mi mujer toda rendida se dejó caer de lado poniéndose el también tumbado tras ella y levantándole la pierna agarro nuevamente su duro rabo y volvió a dirigirlo ahora a su chochete mojado y empapado de sus orgasmos, moviendo el viejo la cadera con una maestría que le volvió a hacer gemir, suplicando mi mujer que parara que no ya no podía más, aunque en el fondo estaba deseando continuara dándole estocadas.
Veía en primera fila a través de la puerta como aquella polla enorme entraba en el conejo de mi mujer y salían con una maestría digna de un actor porno, y es que el viejo estaba bien documentado en películas y recreaba fielmente las que había visionado con su ordenador.
Cuando lo considero conveniente la saco y se tumbó boca arriba en mi cama con aquel rabo enorme y duro entre sus manos y le dijo a mi mujer, ahora cómetela bien y devoro mis huevos y saca la leche que veras es más rica que la de tu esposo.
Mi mujer como una esclava obedeció y agachándose con el culo en pompa a mi puerta se dispuso a comerle aquel enorme rabo sobando los huevos y llevando las manos a su frondoso pectoral que frotaba mientras comía aquel gordo pijo.
No me pude contener y bajándome los pantalones y quitándome la camiseta, con mi rabo en mi mano me subí a la cama descubriendo mi presencia que no altero en absoluto al viejo que parecía haberme visto antes de reojo, y poniéndome tras mi mujer se la clave por atrás sin que ella hiciera lo más mínimo para impedirlo.
Le folle el culo con ahínco viendo como ella comía la polla del viejo, comenzando este bramar como un toro mientras escupía leche a borbotones por aquel enorme pollon que mi mujer se afanaba en tragar no sin alguna dificultad, haciéndome me corriera al mismo momento dentro del culo mi mujer en una corrida que disfrute como hacía tiempo no tenía.
El viejo se reía pícaramente cuando vio me corrí a la vez , diciéndome veo te has portado como un macho cubriendo a tu mujer, pero abras visto no te costó mucho meterla por atrás, pues se lo dilate bien para tú la montaras después.
Saque la polla aun choreando y se la acerque a la boca mi mujer que limpio las ultimas gotas mientras ante mi sorpresa el viejo me tocaba los huevos y decía….veo los vaciaste bien.
Le dije que sí pero que el había tenido mejor y más abundante corrida que yo sobre la boca mi mujer pues con aquellos enormes huevos cualquiera no echaba lo que había soltado por aquella punta rosada y gorda.
Me dijo el viejo, creo te gusta mi polla tanto o más que a tu mujer, y me encantaría veros a los dos comérmela mientras yo le como el conejito a ella.
Le dije, pero si acaba de correrse como se va a empalmar ahora… él dijo, tranquilo me tome un cialis antes de bajar y esa pastilla es milagrosa y en poco empalmo rápido otra vez, poniéndonos los dos como esclavos ante su rica petición y agarrándole yo por el tronco aquella morcillona polla se la ofrecí a mi mujer que la comiera, lamiendo y mordisqueando yo sus pelotas al mismo tiempo.
Mi mujer estaba sobre el en la posición del 69 y en poco el ya comía su chochito, mientras ante mi grata sorpresa con la otra mano agarro mis huevos y mi polla dormida comenzando a acariciarla.
Mi mujer me ofrecía entre descanso de ella aquel enorme capullo rosado y yo también se lo comía y chupaba gustosamente haciendo que el viejo como él había predicho, empalmo poco a poco nuevamente.
Ahora allí en mi cara me parecía aún más gordo aquel viejo y gordo pene que tanto mi mujer como yo, comíamos con ansia , poniendo más énfasis mi mujer en los huevos y su culito haciendo el viejo gozara gimiendo mientras comía conejo.
Creo que diez minutos estuvimos en esa postura hasta que mi mujer se corrió nuevamente en su boca y el avisando con gemidos comenzó a soltar nuevamente leche por aquel mástil enorme, saltando parte de esta al aire y cayendo en mi cara y boca de mi mujer, mientras ella lo pajeaba ahora fuertemente sacando las ultimas ráfagas de aquella espesa y pastosa leche que nos embadurno a ambos.
Me vi que mi polla estaba dura otra vez en las manos del viejo que ahora pidió mi mujer me la mamara mientras él seguía pajeandome, mi mujer con la boca en la punta esperaba mi leche, que no tardó en llegar ante aquella buena faena, corriéndome dentro de la boca de mi esposa, copiosamente ante mi sorpresa pues hacía pocos minutos había tenido otra corrida.
Quedamos los tres para el arrastre en la cama, besando mi esposa al viejo cariñosamente, mientras este decía, veo voy a tener que venir con frecuencia a montar esta hembra que necesita dos machos por lo que veo para calmar sus calenturas.
Diciendo mi mujer que es lo que tenía que hacer hasta pagar la deuda de la reparación del ordenador.