Pillé a mi cuñada en un desliz, y ahora... (9)

Con la visita de mis suegro, todo se complica..

Los moratones en mi cara, reflejados en el espejo del baño, me recordaban pasados ya dos días de la bronca, que necesitábamos más tiempo para volver a tener cierta normalidad, a mi mujer todavía le duraba el enfado, todo lo contrario a Ángela pesar de sus muchos problemas se la veía feliz.

-Mira putita, me esta empezando a cansar tu actitud, o cambias o atente a las consecuencias.

-No tienes vergüenza después de todo lo ocurrido, sigues teniendo ganas de líos.

-Para ti, no ha cambiado nada, de hecho pronto tendrás una sorpresa, seguro que cuando la veas te va a gustar, ¿Esta tarde vienen tus padres?

-Si

-Pues ya sabes calladita y a obedecer.

-Si, pero Álvaro les contara todo.

-Por eso no te preocupes, esta solucionado, antes de irse, le di cierto video sobre su hermana acompañado de una nota en la que le aconsejo que tenga la boca cerrada, si no quiere que la vea todo el mundo.

-De todas maneras yo no me fiaría.

-Me voy a casa de tu hermana, no es tan pesada como tu, hace una semana que no me la tiro, y me apetece un montón, ¿o te parece mal?

-Esa puta, ya te lo he dicho, con tal de que te la folle traga con todo lo que quieras.

Después del polvo, tumbados en la cama charlábamos, sobre lo ocurrido.

-Por lo que mas siento todo lo ocurrido es por Carlota, estuvimos hablando antes de irse, sin saber nada de nuestros problemas, se había imaginado que podía deberse al tamaño de la polla de su hermano, textualmente me dijo, esa colilla no puede hacer feliz a ninguna mujer.

-Y ella, ¿como sabia que la tiene pequeña?

-Que morboso eres, pues en casa de uno, todo se acaba sabiendo, incluso me dijo que llego a estar en tratamiento psicológico, de veras que lo siento por el, al fin y al cabo no tiene culpa de haber nacido así.

-Y mi hermana, ¿sigue enfadada?

-Esa come-coños de mierda, esta empezando a cansarme.

-Carlota me contó todo, quien lo hubiera dicho, mi hermana lesbiana, pero ahora me encajan ciertos comportamientos suyos.

-De todas maneras, un buen rabo le sigue gustando, cambiando de tema vienen tus padres esta tarde, ¿que les vas a decir?

-Va a ver movida, seguro, no saben nada, sobre todo por mi padre, mi madre se toma las cosas de otra manera, no se como decirte, mas relajada.

-¿Cómo se aguantan siendo tan distintos?

-Quizás por eso, mi padre pertenece a una familia digamos, de rancio abolengo, la de mi madre gente normal y sencilla, cuando se casaron fue un escándalo, por la diferencia de clase y esas chorradas, mi madre de joven debía ser un bombón.

-Hoy en día tampoco esta nada mal, tiene su morbo, de echo tu has tenido la suerte de heredar su culo.

-No sigas que te veo venir, deja a mi madre en paz, por ahí no paso.

-Cállate puta, yo te he dicho algo, lo único que consigues es que me entren ganas de follarmela.

-Me da igual lo que digas, eso nunca sucederá, está muy unida a mi padre.

-¿Como de unidos?, como aparentabais tu y Álvaro, o mas,

-Por lo que mas quieras, deja en paz a mi madre, o te vas arrepentir.

-Esas tenemos.

Me fui hacia ella, pues estaba en la puerta a punto de marcharme, le pellizque fuertemente un pezón, después unos azotes en su lindo culito.

-Si esto es lo que te apetecía, haberlo dicho puta, y que sepas una cosa a tu madre me la voy a follar, aunque se lo ultimo que haga en esta vida.

Los padres de Ángela vinieron acompañados de unos amigos, que viendo el cariz que estaban tomando los acontecimientos, decidieron poner tierra por medio, mis suegro se acababan de enterar de la separación.

Rodrigo, mi suegro monto en cólera, que si cuando uno se casa es para toda la vida, que si su familia era muy católica y jamás nadie se había divorciado, que esas cosas las hacen gentes chabacanas y vulgares.

A Ángela la charla, le importaba una mierda, como el que oye de llover, mi suegra sentada en el sofá con la piernas cruzadas, dejando entrever el comienzo de unos jamones, dignos de aparecer en al taberna de los serranos, intentaba apaciguar la situación.

-Ya vale Rodrigo, deja a la niña en paz, sus motivos tendrá, seguro lo ha meditado bien antes de dar este paso.

-M e da igual lo motivos que tenga, uno se casa para toda la vida, me voy no soporto estar aquí un minuto mas, y no pienses que voy a mantenerte, búscate la vida por que no te voy a dar un duro.

Ángela que hasta este punto se había mantenido tranquila, le dijo.

-No te preocupes lo haré, si no encuentro nada, con este palmito me las apañare.

Rodrigo bufaba como un Miura, sin poder contenerse se abalanzo hacia ella para zurrarla, mi suegra estuvo al quite y se interpuso, aunque pago las consecuencias de la envestida, acabo por los suelos.

-Isabel y yo que hasta ese momento no habíamos intervenido para nada, de hecho si estábamos allí era por que Ángela nos lo había pedido, me levante con la intención de mediar en la situación, sujetando a Rodrigo, viendo mis intenciones me dijo.

-Ni se te ocurra ponerme una mano encima, Roció, nos vamos, no quiero estar aquí un minuto más

-Tu estas loco si piensa que voy a dejar a mi niña sola en estos momento, tu puedes hacer lo que te de la gana, pero yo me quedo.

No contesto, su respuesta fue un portazo al marcharse, Isabel y yo hicimos lo mismo al rato, pero sin portazo, quisimos dejarlas solas para que hablasen, pasadas las nueve me acerque a buscarlas para cenar.

Mientras Ángela se duchaba estuvimos charlando.

-Hay que ver estos chicos, con lo bien que se llevaban y de un día para otro, van y se dejan, no me lo explico, ¿tu sabes algo?

-Mujer, algo se, lo que no se es si debo hablar, no quiero problemas.

-Igual si me lo dices puedo ayudar a solucionarlo.

-Roció créeme tiene mala solución, no se entienden en la cama, y si eso falla

-Espera, te pongo una copita de vino, y mientras te la tomas me das mas detalles.

Asentí con la cabeza, cuando su culo se puso en movimiento, recordé la conversación que tuve con mi cuñada, Roció cincuenta y dos años muy bien llevados, morena piel fina, creo que con muchas menos arrugas de las que le corresponderían por edad, y unas tetas bien puestas, que harían palidecer de envidia a muchas jovencitas, y tengo la intuición que el potorro lo debe tener muy peludo.

-Venga cuéntame antes que venga Ángela.

-Como quieras, te lo voy a contar, sin poner paños calientes, el problema es que Álvaro tiene la polla muy pequeñita.

Puso los ojos como platos.

-¿Estas de broma?

-De broma nada, la tiene tan pequeña, que según le dijo a su hermana, no se entera cuando se la mete, lo que no entiendo es como se caso con el sabiendo que tenia el rabo pequeño.

-Me has quedado del otro lado, mi niña, pobrecita, ha tenido tan mala suerte como yo.

Justo acabo de decirlo se arrepintió.

-Por Dios, no se ni lo que digo, entiéndeme no es que tu suegro la tenga pequeña, pero mis hijas están en este mundo de milagro, no lo hacemos casi nunca, chico, me has dejado de piedra.

-No te preocupes Roció, las cosas hay que llamarlas por su nombre.

Tuvimos que dejar la conversación, llegaba Ángela en ese momento, nos fuimos a cenar.

-Te he dicho que no Mama, es mi problema y lo resuelvo yo, me voy sola al abogado, hemos quedado en eso los, tu llamas a Papa, y que venga buscarte por la mañana, te vas, quiero estar sola.

-¿A que hora habéis quedado? Pregunto Isabel.

-A las once.

-Cuando salga te pasas por mi oficina y me cuentas.

Mi putita se marcho a trabajar sin despedirse, desperté cerca de la diez, que suerte no tener que madrugar, poco duraría, las vacaciones se me estaban acabando, salí a comprar el periódico, con la intención de tumbarme en la piscina a leerlo, cuando regrese escuche ruidos en casa me asuste.

-Ah eres tu Roció, pensé que te habías marchado.

-Que va tu suegro, no puede venir hasta después de comer.

El rabo se me puso duro solo de pensar en la oportunidad que se me había presentado.

-¿Que vas hacer?

-Pues me iba a cambiar, para darme un baño en la piscina y leer el periódico.

-Que rabia no te puedo acompañar, no me he traído bañador.

-Te busco un bikini de Isabel.

-Pero como comprendes, me quedara pequeño.

-Un poco si, pero no mucho, te conservas muy bien.

-Que zalamero eres, bueno me lo probare.

Cogi el mió, uno de los más pequeños que tengo y que marca mucho el paquete, a ella la deje en mi dormitorio, para que se cambiase

-¿Estas lista Roció?

-Me da apuro salir.

Entre sin preguntar, la pille justo en el momento que intentaba conseguir, aunque sin mucho éxito, que la braga del bikini le tapase la pelambrera.

-Perdona pensé que estabas lista.

-Sal por favor, me lo voy a quitar, me queda muy pequeño, debo tener una pinta.

Y tenia razón, parecía un ama, solo le faltaba el látigo, esas tetas al igual que su culo rebosaban por todas partes del bikini, pero lo que mas parecía incomodarla era que se le viesen los pelos del coño.

-Parezco una guarra, con todos estos pelos por fuera.

-Venga no seas tonta, además ya te he visto, que mas te da.

Trabajo me costo, pero conseguí convencerla, nada mas llegar a la piscina me dijo.

-Voy a darme un baño, estoy muy sofocada.

Mi situación era la misma, me encontraba con una erección de caballo, creo que no se dio cuenta y si lo hizo no dijo nada, chapoteaba en el agua, no sabe nadar, daba pequeños saltitos, por lo que sus tetas amenazaban con salir disparadas en cualquier momento.

  • ¿quieres que te enseñe a nadar?

-No se, me da miedo.

-Tu fíate de mi y déjate llevar

Empecé suavemente sujetándola por las manos, solo movía los pies intentando mantenerse a flote, al no conseguirlo, le puse una mano es el estomago, poco a poco fui haciendo movimientos mas atrevidos, le pasaba suavemente la mano por lo pechos, baje la otra mano plantándosela encima del coño y la aproxime hacia mi, cuando sintió la dureza de mi polla contra su pierna, dio un respingo por lo que acabo hundida en el agua, se asusto, por lo que tuvo que agarrarse a mi para salir a flote.

Con tanto movimiento, sus tetas se echaron fuera del bikini, quedando presionadas contra mi pecho, al igual que mi polla quedo entre sus piernas.

-Déjame por favor.

Me lo dijo sin mucha convicción por eso en vez de hacerle caso, empecé a amasarle el culo con una mano, con la otra le acariciaba las tetas.

Sin poder evitarlo, se me fue de las manos.

-Suéltame por favor, esto no puede ser, es una locura.

Jugándome el todo por el todo, mientras se secaba, me quite el bañador y le dije.

-Mira como me has puesto, piensas dejarme así, Roció, no podemos quedarnos con las ganas, los dos lo deseamos, además te juro que jamás nadie se enterara, será nuestro secreto.

CONTINUARA